InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Noviembre 2015

24.11.15

Un amigo de Lolo – Compensar el sufrimiento con gozo

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

Compensar el sufrimiento con gozo

“Los problemas arañan, laceran, escuecen, entretanto que esperan en el umbral la hora de la asimilación. El corazón que les abre desde el principio la puerta de la intimidad, sentirá instantáneamente el rebullir de la carne que empieza a cicatrizar. La mutilación de ese mundo tan maravilloso que es el de los sentidos, el sabor grato de la vida de relación, el impacto bello de la armonía de la naturaleza, se amortiguan en el planteamiento de una nueva evolución vital, en la que la profundización se reserva la paternidad de los hallazgos más luminosos y consoladores” (El sillón de ruedas, p. 48).

 

Hay textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, que muestran lo que significa lo que fue a lo largo de su vida. Uno de ellos es el que  hemos traído aquí y que forma parte de su primer libro (1961).

A lo largo de la producción literaria del Beato de Linares (Jaén-España) hay algo que es como la huella de un querer propio que todo lo ilumina. Su fe, como bien sabemos, alcanza en vida una verdadera fama de santidad. Y la alcanza por haber sido capaz de comprender lo que sólo aquellos hijos de Dios que muestran una fidelidad grande hacia su Creador son capaces de comprender.

Leer más... »

22.11.15

La Palabra del Domingo - 22 de noviembre de 2015

 

Biblia

 

Jn 18, 33b-37

 

“’¿Eres tú el Rey de los judíos?’  34     Respondió Jesús: ‘¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?’ 35 Pilato respondió: ‘¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?’ 36 Respondió Jesús: ‘Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.’ 37 Entonces Pilato le dijo: ‘¿Luego tú eres Rey?’ Respondió Jesús: ‘Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.’ 38 Le dice Pilato: ‘¿Qué es la verdad?’ Y, dicho esto, volvió a salir donde los judíos y les dijo: ‘Yo no encuentro ningún delito en él”.

 

COMENTARIO

Tan sólo la Verdad

1.- Aunque este texto corresponda, como es sabido, a lo sucedido en el palacio de Pilato, en un momento muy concreto y conocido de la vida de Jesucristo, vale también, como todos los evangelios, para plantear una cuestión de importancia. En este caso este diálogo entre Jesús y el romano, preludio del sufrimiento que la flagelación infligió en el cuerpo de Cristo, es buen ejemplo de que los textos sagrados valen siempre y siempre nos ilumina, de que no son algo pasado, de que ahora, ahora mismo, son nuestro faro.

2.- En cuanto al poder, a poderes, Pilato, como no se podía esperar otra cosa, se comporta como hombre, pegado al siglo. Tiene interés en saber si Jesús es Rey. También preguntará, aunque ahora no, qué es la Verdad. Está claro que el sentido utilitario, meramente subjetivista del Gobernador romano, le dificultaba entender que existiera algo que fuera exacto, firme, Verdad.

3.- Parece que Jesús pregunta si lo que le dice Pilato es responsabilidad suya o es de alguien distinto, refiriéndose, claro, a los judíos (a otros judíos, pues Jesús también lo era); lo que le dice de su reinado, quiero decir. Bien sabía Jesús a quien se refería, pero daba la oportunidad a Pilato de pronunciarse. A pesar de esto, aún le da la oportunidad, valga la redundancia, ahora de aquel a Jesús, de decirle que qué había hecho, si había hecho algo para que los suyos le hubiesen entregado. Pretendía, seguramente, exculparlo si le decía lo que él quería oír, aún sin saber qué era lo que podría decirle, pues en cuestiones religiosas judías no era, digamos, muy ducho. Y, seguramente, le importaban muy poco.

Leer más... »

21.11.15

Yo agradezco…

 

Hoy me salto el orden establecido por mí mismo. Quiero decir que no voy a publicar la habitual serie de los sábados relacionada con la Santa Biblia. Y lo hago por una razón que, al menos para que esto escribe, es importante. Es más, es la que hace que, precisamente, esté aquí.

Corría el año 1963 cuando, en una andaluza Ciudad de nombre Granada vino al mundo un ser humano al que, pasado el tiempo pondrían el nombre de uno de sus abuelos. Tal era una costumbre muy arraigada en la España, ya, prehistórica (quiero decir que lo es por ser la que existía antes del nacimiento de quien esto escribe; es, pues, prehistórica, antes de mi misma historia) pero que, como las buenas y tradicionales costumbres, se ha perdido.

Era, por decirlo pronto, un 21 de noviembre. Por eso, un tal día como hoy el que esto escribe cumple 52 años.

Leer más... »

20.11.15

El Cielo de algunos: José Antonio Pagola

Este mes es muy bueno para escribir sobre el Cielo, el Infierno y el Purgatorio. Por eso muchos hacen eso y ponen en el teclado lo que tienen por oportuno.

Hay, sin embargo, muchas formas de hacerlo pero, en general, está la ortodoxa y la heterodoxa.

Digamos que hoy traemos aquí la posición de alguien que, aunque parezca mentira por quién es, está notablemente equivocada y siembra mucho error y mucha cizaña. Y esto es lo peor de todo porque ya sabemos qué dijo Jesús acerca de los que quieren engañar a los pequeños en la fe (sí, eso de la piedra de molino…)

El texto dice lo siguiente:

“Un día podremos escuchar estas increíbles palabras que el Apocalipsis pone en boca de Dios: Al que tenga sed, yo le daré a beber gratis de la fuente de la vida’. ¡Gratis! Sin merecerlo. Así saciará Dios la sed de vida que hay en nosotros.”
 
 

El caso es que escribe Pagola esto al hablar del Cielo, de lo que es el Cielo para él.

El texto es parte de un artículo más extenso pero se resume, resume lo que piensa a tal respecto, en estas cortas líneas.

Leer más... »

19.11.15

El rincón del hermano Rafael – Saber lo que se quiere

“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.   

Vayamos, de todas formas, ahora mismo, a escribir sobre el protagonista de esta nueva serie.

Cuando Dios tiene a bien escoger a uno de sus hijos para que siga una vida de fe acentuada hace que se note desde la corta edad. Y eso era que le pasaba a Rafael: daba muestras de que las cosas de Dios le interesaban más que al resto de sus compañeros de la infancia.

Sin embargo, desde temprana edad enfermó y empezó a llevar su particular cruz.

Aunque Rafael, dotado de una precoz inteligencia, parecía tener una vida en el mundo, en el siglo, de especial importancia (se matriculó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid) no podía evitar, ni quería, su voluntad de profundizar en su vida espiritual.

Tal es así que ingresó en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas el 15 de enero de 1934.

La enfermedad que arriba hemos citado, la diabetes sacarina, le obligó a abandonar el monasterio en tres ocasiones pero volvió en otras tres ocasiones porque bien sabía que no otro era el camino espiritual que debía seguir.

Cuando recién había estrenado los 27 años Dios lo llamó cabe sí un 26 de abril de 1938 siendo sepultado en el monasterio donde había ingresado para seguir una vida espiritual acorde con su voluntad de hijo del Creador.

El caso es que la fama de santidad de un católico tan joven y tan entregado a su fe no tardó en salir de los muros del monasterio. Y es que aquello que había escrito estaba dotado de una especial atracción. Tal es así que el 20 de agosto de 1989, san Juan Pablo II lo propuso como modelo para los jóvenes que iban a acudir a la Jornada Mundial de la Juventud a celebrar en Santiago de Compostela. Y unos pocos años después, en 1992 fue beatificado (el 27 de septiembre).

Pero, seguramente, no bastaba con el reconocimiento que se hacía entonces. El Beato Rafael iba a subir un escalón más en el Cielo y el 11 de octubre de 2009 el ahora emérito Benedicto XVI canonizaba a quien había sabido comunicar al mundo que sólo Dios era suficiente para llevar una existencia propia de un buen y fiel hijo.

Que Dios nos ayude a acercarnos lo mejor posible al pensamiento espiritual de San Rafael Arnáiz, el hermano Rafael. Y, de paso, le pedimos que  interceda por nosotros. 

VIII-Dios-y-mi-alma

Saber lo que se quiere

 31 de enero de 1938 – lunes

“Dios mío…, Dios mío, enséñame a amar tu Cruz. Enséñame a amar la absoluta soledad de todo y de todos. Comprendo, Señor, que es así como me quieres, que es así de la única manera que puedes doblegar a Ti este corazón tan lleno de mundo y tan ocupado en vanidades.”

 

Un católico puede serlo de muchas formas. Las hay desde la quien se entrega totalmente a la causa de Cristo hasta quien dice que es discípulo suyo pero no se nota mucho que lo sea.

Hay, entre los primeros creyentes citados arriba quienes saben lo que quieren. En materia de fe no tienen duda aunque, de vez en cuando, puedan recaer en su forma de ser. Y es que los santos no fueron siempre creyentes perfectos sino que se dieron cuenta, precisamente, de su imperfección y procuraron cambiarlo.

El hermano Rafael es de tal tipo de creyentes.

Leer más... »