InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2014

12.03.14

Libro: “New Age. El desafío”

New Age

Título: ”New Age. El desafío”.
Autor: Gonzalo Len.
Editorial: Stella Maris.
Páginas: 224.
Precio aprox.: 9.90 € versión papel y 4, 15 € versión digital.
ISBN : 978-84-16128-00-6.
Año edición: 2014.
Lo puedes adquirir en Editorial Stella Maris

“New Age. El desafío”, de Gonzalo Len

A lo mejor es posible que si a un católico medio le preguntamos qué es eso de la New Age (Nueva Era) no sepa a qué nos estamos refiriendo. Pero si le mencionamos realidades como el Reiki, la homeopatia, el yoga y divertimentos tan poco edificantes como la quiromancia es hasta posible que los conozca y, para su desgracia, demasiado bien…

Y es que la New Age es una realidad gigantesca que, por sus mismas dimensiones, pudiera parecer que no existe. Y tal es así porque ha llegado a adueñarse de demasiadas realidades y, como hace el Maligno, procura que pensemos que no existe. Poco a poco está debilitando la fe católica y consiguiendo, para sus huestes, las almas de muchos que creen haber descubierto, en sus manifestaciones, algún tipo de maná eterno.

Pues eso es lo que ha estudiado el P. Gonzalo Len y ha llegado a una serie de conclusiones que muestra en este libro y que ha subtitulado, acertadamente, “El desafío” pues nadie crea que la New Age es algo que no causa daño a la fe católica pues, al contrario, es una verdadera afrenta a la fe común de los discípulos de Cristo.

Y, para acabar de redonder el libro está prologado por Monseñor Raúl Berzosa, a la sazón Obispo de Ciudad Rodrigo y autoridad internacional en el campo de la New Age.

El libro está estructurado en 3 partes que abarcan este fenónemo desde el punto de vista de su propia existencia, de lo que supone para la fe católica y, por último (y muy relacionada con la segunda parte) lo que, en realidad es la New Age: un desafío en el ámbito de la Nueva Evangelización.

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11.03.14

Un amigo de Lolo - Nuestras pesadas cargas... llevadas por Cristo - Noticia triste-alegre: ha fallecido Lucy, hermana de Lolo

lazo

Hoy hace, exactamente, 10 años que unas manos asesinas mataron a 193 personas en la explosión de varios trenes en la capital de España.

Desde entonces, nadie ha sido capaz de demostrar quiénes fueron los autores materiales e intelectuales y estamos a la espera de que eso se haga realidad.

El caso es que los católicos que pedimos a Dios, tantas veces, por muchas intenciones, debemos agradecer a Dios que haya acogido en su seno a los que murieron de una forma tan vil y sostenida por aquellos que querían un cambio de Gobierno en España. Consiguieron su objetivo porque lo peor que puede hacerse con una sociedad enferma es hurgar en las heridas de tal enfermedad y si, además, tiene las virtudes cristianas mirando para otro lado, lo que se consigue es lo que se consiguió y lo que sigue vigente.

De todas formas, nosotros debemos ir a lo nuestro que no es otra cosa que pedir a Dios por las almas de aquellas personas y para que perdone a los asesinos y a quienes lo tramaron todo. A nosotros a lo mejor nos basta con seguir viviendo entre tanto personaje ruin y malcarado.

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Nuestras pesadas cargas… llevadas por Cristo

“Únicamente quien soporta un yugo, puede hablar de él con optimismo”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (930)

Viene a ser lo mismo aceptar que soportar. Por eso cuando, con paciencia infinita soportamos a una persona que, por su forma de ser, es insistente en la exposición de su pensamiento, lo que hacemos es aceptar en nuestro corazón su presencia y su existencia. Aceptamos, pues, cuando nos dejamos dominar por el amor y controlar por el espíritu de ser discípulos de Cristo e hijos de Dios.
Sabemos, por otra parte, que el hecho mismo de ser seres humanos, creación predilecta de Dios, nos hace partícipes de la creación y de todo lo que eso supone. Y supone mucho.

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10.03.14

Serie oraciones – invocaciones - San José bendito

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

Orar es, por eso mismo, quizá decir esto:

-Estoy, Señor, aquí, porque no te olvido.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero tenerte presente.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero vivir el Evangelio en su plenitud.

-Estoy, Señor, aquí, porque necesito tu impulso para compartir.

-Estoy, Señor, aquí, porque no puedo dejar de tener un corazón generoso.

-Estoy, Señor, aquí, porque no quiero olvidar Quién es mi Creador.

-Estoy, Señor, aquí, porque tu tienda espera para hospedarme en ella.

Pero orar es querer manifestar a Dios que creemos en nuestra filiación divina y que la tenemos como muy importante para nosotros.

Dice, a tal respecto, san Josemaría (Forja, 439) que “La oración es el arma más poderosa del cristiano. La oración nos hace eficaces. La oración nos hace felices. La oración nos da toda la fuerza necesaria, para cumplir los mandatos de Dios. —¡Sí!, toda tu vida puede y debe ser oración”.

Por tanto, el santo de lo ordinario nos dice que es muy conveniente para nosotros, hijos de Dios que sabemos que lo somos, orar: nos hace eficaces en el mundo en el que nos movemos y existimos pero, sobre todo, nos hace felices. Y nos hace felices porque nos hace conscientes de quiénes somos y qué somos de cara al Padre. Es más, por eso nos dice san Josemaría que nuestra vida, nuestra existencia, nuestro devenir no sólo “puede” sino que “debe” ser oración.

Por otra parte, decía santa Teresita del Niño Jesús (ms autob. C 25r) que, para ella la oración “es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.

Pero, como ejemplos de cómo ha de ser la oración, con qué perseverancia debemos llevarla a cabo, el evangelista san Lucas nos transmite tres parábolas que bien podemos considerarlas relacionadas directamente con la oración. Son a saber:

La del “amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13) y la de la “mujer importuna” (cf. Lc 18, 1-8), donde se nos invita a una oración insistente en la confianza de a Quién se pide.

La del “fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), que nos muestra que en la oración debemos ser humildes porque, en realidad, lo somos, recordando aquello sobre la compasión que pide el publicano a Dios cuando, encontrándose al final del templo se sabe pecador frente al fariseo que, en los primeros lugares del mismo, se alaba a sí mismo frente a Dios y no recuerda, eso parece, que es pecador.

Así, orar es, para nosotros, una manera de sentirnos cercanos a Dios porque, si bien es cierto que no siempre nos dirigimos a Dios sino a su propio Hijo, a su Madre o a los muchos santos y beatos que en el Cielo son y están, no es menos cierto que orando somos, sin duda alguna, mejores hijos pues manifestamos, de tal forma, una confianza sin límite en la bondad y misericordia del Todopoderoso.

Esta serie se dedica, por lo tanto, al orar o, mejor, a algunas de las oraciones de las que nos podemos valer en nuestra especial situación personal y pecadora.

Serie Oraciones – Invocaciones: San José bendito

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8.03.14

“Despertar en el cielo”

Despertar en el cielo

Título: ”Despertar en el cielo”
Autor: Crystal McVea - Alex Tresniowski
Editorial: Planeta (Zenith)
Páginas: 344
Precio aprox.: 16 € papel – 9 ‘ 99€ Libro Electrónico (ePub)
ISBN : 978-84-08-12306-4
Año edición: 2014
Lo puedes adquirir en Zenith (Editorial Planeta)

“Despertar en el cielo”, de Crystal McVea y Alex Tresniowski

Resulta curioso que lo último escrito en el libro sea lo que define, a la perfección, la intención del mismo:

“Lo único que tienes que hacer es creer” (p 313).

No podemos negar que es un buen punto de partida aunque haya sido escrito, justamente, al final. Ciertamente, hay que tener fe para creer en lo dicho por quien murió, subió al cielo y le dieron otra oportunidad.

¿Significa eso que este libro sólo puede ser de utilidad para quien tenga una fe cristiana?

A esto respondemos que no. Este libro tiene una finalidad, el haber sido escrito y, así, hacer posible que pueda ser leído por muchas personas, que va más allá de las creencias que tiene quien ha sido objeto de especial atención por el Creador. En realidad, cualquier persona que quiera cambiar su vida a mejor puede leerlo con provecho.

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7.03.14

Eppur si muove - Sobre sustituciones y sueños

CEE

Dentro de pocos días, nuestros pastores se reunirán en Madrid para elegir unos cargos muy importantes dentro de la Iglesia Española. En concreto, dentro de la Conferencia Episcopal Española.

En este ámbito hay muchos que dan por finiquitado al cardenal Rouco Varela como Presidente de la CEE.

En primer lugar no podemos decir que no se haya ganado un descanso este buen hombre de Dios. Lleva muchos años a la cabeza de la Conferencia Episcopal Española y, con franqueza lo digo, ha tenido que soportar muchos ataques tanto del Mal como de aquellos que creen que un cambio “bueno” para la Iglesia en España sería, simplemente, que el actual Presidente de la CEE se fuera. Quien venga… eso supongo que les da igual pues lo que, en verdad, aquí concurre es un estado inexplicable (o muy explicable) de rabia e ira contra el cardenal gallego.

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