La muerte es ganancia
Uno de los términos más empleados y con menor precisión en el campo de la ética relativa al fin de la vida es el de “encarnizamiento terapéutico”. Impreciso porque, en contra de lo que debería ser normativo para la terminología médica, emplea un término vago y subjetivo como “encarnizamiento”, que en la última edición del diccionario de la RAEL se define como “crueldad con que alguien se ceba en el daño de otra persona”. En estos términos, sin duda todos estamos de acuerdo genéricamente con evitarlo, pero la duda surge de inmediato: ¿qué tratamientos o terapéuticas, medios destinados por su propia naturaleza a restablecer la salud, pueden “cebarse cruelmente” con la desgracia de un enfermo?