A los pies de la cruz, que te ame hasta morir, Señor mío
Aquí estoy, Señor, a los pies de la Cruz. Beso tus pies sucios y ensangrentados; perforados por los clavos. Bendita sea tu sacratísima sangre que se derrama sobre el mundo desde tus llagas: desde tus manos, traspasadas por los clavos; desde tus rodillas laceradas por las caídas bajo el peso de la cruz; desde tu cabeza perforada por las espinas. Deja que me manche con tu sangre que todo lo limpia, mi Señor. Déjame que llore abrazado a tu cruz. Déjame que comparta tu dolor, tu humillación, tu pobreza, tu muerte. Deja que tu corazón sea el mío. Hazme capaz de amar como Tú solo eres capaz de amar.