InfoCatólica / Fides et Ratio / Categoría: Teología

26.03.10

La ignorancia de la fe

«Como ya dijimos al hablar de la necesidad de la ffe, hay obligación grave de aprender las cosas necesarias con necesidad de medio y de precepto y, en general, todas aquellas verdades de fe que son necesarias para llevar una vida auténticamente cristiana y para el recto desempeño de los deberes del propio estado. El que descuida por culpable negligencia este deber, comete un pecado muy grave de ignorancia voluntaria, que puede traerle fatales consecuencias en este mundo y en el otro.

Es deber gravísimo de los párrocos adoctrinar al pueblo fiel en las verdades de la fe (cf. cn.776). Y este deber alcanza proporcionalmente a los padres, amos y padrinos con relación a sus hijos, criados o afiliados (cn. 774,2º).»

Teología moral para seglares, Antonio Royo Marín, O.P. B.A.C.7ª ed., 2ª imp, 2.007; p. 301

23.03.10

Primer Domingo de Pasión: Jesús se ocultó y salió del Templo (Jn 8, 59).

En el día de ayer, la Liturgia nos introduce en el tiempo de Pasión. Las lecturas del Breviario en este tiempo de Cuaresma han ido in crescendo en cuanto a intensidad; en este Domingo, en el que se lee Jn 8,46-59, la tensión entre los «judíos» -término con el que San Juan denomina a los fariseos y las autoridades del Templo de Jerusalén (los saduceos) – llega a tal punto que éstos recogen piedras para lapidar al Señor. Cristo huye del Templo y esconde su rostro.

El tiempo de Pasión es de una presión espiritual aplastante. En el Oficio de Maitines del sábado anterior, Cristo se presenta como la luz del mundo que permite a sus discípulos no caminar entre tinieblas. Es la luz de la vida. El texto evangélico forma como una gran inclusión con el prólogo. Cristo es el Verbo de Dios hecho carne. «En Él había vida, y la vida era la luz de los hombres, y la luz en las tinieblas brilla, y las tinieblas no lo acogieron» (Jn 1, 4-5)

En el domingo de Pasión, Cristo dice que aquel que es de Dios escucha su voz, por ende, los que no Le escuchan, como los judíos del Evangelio, no son de Dios. El Invitatorio del tiempo de Pasión, que se lee en el Salmo 94 de Maitines precisamente hace referencia a lo anterior: Si hoy escucháis la voz del Señor, no endurezcáis vuestros corazones.

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29.01.10

Gran Dios y Salvador nuestro Jesu-Cristo

Porque se manifestó la gracia salvadora de Dios
a todos los hombres,
enseñándonos que, dando de mano a la impiedad
y a las conscupicencias mundanas,
vivamos moderada, justa y piadosamente
en el presente siglo,
aguardando la bienaventurada esperanza
y manifestación de la gloria
del gran Dios y Salvador nuestro, Jesu-Cristo;
quien se entregó a sí mismo por nosotros
para redimirnos de toda iniquidad
y purificar para sí de un pueblo que fuese suyo,
zelador de obras buenas.
Habla tales cosas, y exhorta y reprende con autoridad.
Que nadie te menosprecie.

Tit 2, 11-15

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20.12.09

15.12.09

Lo que Roma dijo: Examinando la Dignitatis Humanae, por Jacob A. Michael (y II)

Hay, de hecho, límites al derecho a la libertad religiosa.

Al llevar esta discusión a su fin, sería muy útil explorar, aunque sólo sea brevemente, la declaración del Concilio que «desarrollar la doctrina de los últimos Pontífices sobre los derechos inviolables de la persona humana y sobre el ordenamiento jurídico de la sociedad». ¿Cuáles de los últimos Pontífices? De hecho, encontramos algo similar a las declaraciones de la Dignitatis Humanae en los escritos de de Pío XI, el mismo Papa que insistió en los derechos de Jesucristo como Rey de las Naciones. En su encíclica Mit Brennender Sorge, escribe:

El creyente tiene un derecho inalienable a profesar su fe y a practicarla en la forma más conveniente a aquélla. Las leyes que suprimen o dificultan la profesión y la práctica de esta fe están en oposición con el derecho natural.

Los padres, conscientes y conocedores de su misión educadora, tienen, antes que nadie, derecho esencial a la educación de los hijos, que Dios les ha dado, según el espíritu de la verdadera fe y en consecuencia con sus principios y sus prescripciones. Las leyes y demás disposiciones semejantes que no tengan en cuenta la voluntad de los padres en la cuestión escolar, o la hagan ineficaz con amenazas o con la violencia, están en contradicción con el derecho natural y son íntima y esencialmente inmorales (MBS 29-30)

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