InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Categoría: Historia

7.04.13

El juego del teléfono y otros mitos acerca de la resurrección

En la entrada anterior, un visitante comenta:

supongo que conoces el juego del teléfono, pon a un grupo de personas en fila. Dile algo al oído al primero y pídele que lo transmita al que tiene al lado, cuando el mensaje llegue al último este será distinto al mensaje original, esto nos sirve para entender como nacio el mito de la resurrección no fue escrito por testigos directos, sino que los escritos datan de más de 100 años después de los hechos, no es difícil imaginarse todo lo que debió haber cambiado desde la primera persona que lo contó, más aún teniendo en cuenta que la creencia en hijos de dioses crucificados y resucitados era creída y adorada en varias religiones anteriores y contemporáneas, por eso el Nuevo Testamento es un libro lleno de incongruencias, como el hecho histórico que Nazareth fue fundada siglos después de los supuesta hechos o el hecho que los evangelios narren hechos iguales con distintos caminos y la prueba más importante es que los antepasados de los judíos que eran el pueblo que vivía en lugar de los hechos siempre negaron que estos sucedieran.

Es un comentario que agradezco porque condensa y repite varios mitos que rodean a la resurrección y la predicación original del mensaje evangélico, de modo que podemos abordarlos todos juntos aquí.

En primer lugar, acerca del jueguito del teléfono, efectivamente todos lo hemos hecho, probablemente en clases a instancias de un profesor de religión. Normalmente la frase original no tiene ningún sentido (algo así como “El pasto es azul, pero a la vaca no le importa") y sólo se permite repetirla en voz baja, al oído del compañero y una sola vez, de modo que no es de sorprender que el último en la línea termine recibiendo que “El día está triste, pero la vieja es gorda".

El problema es que eso no se parece en nada a lo que ocurrió con el evangelio en general, ni con el relato de la resurrección en particular.

Si alguien quisiera emular la forma en que realmente se transmitió el primer mensaje cristiano, debería poner a los niños en una fila, entregar al primero la frase “La clase termina en 10 minutos, y les daremos a todos un chocolate", y luego hacer que él la pronuncie en voz alta para que todos la escuchen. A continuación, deberían entrar tres profesores (los disfraces de soldado romano son opcionales) que golpearían a este niño y le piden que nuevamente diga la frase. Si lo hace, se encierra al alumno en un ropero, y los tres adultos harían lo mismo con el siguiente en la fila, así hasta llegar al último.

Creo no equivocarme si digo que los resultados serían radicalmente diferentes al “teléfono” tradicional.

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3.09.12

Más sobre San Agustín y los que lo citan fuera de contexto

Conversábamos el mes pasado acerca del invariable grupo de 4 ó 5 citas de los padres de la Iglesia, que se repiten en innumerables sitios anti católicos, como prueba de una supuesta misoginia y nos hacíamos cargo de las atribuidas a Santo Tomás y a Tertuliano. Las citas de San Agustín, en cambio sólo podíamos decir que estaban mal citadas, porque se indicaba que provenían del libro “De Trinitate", pero en él no se encontraba el texto en cuestión.

Sin embargo, hemos podido determinar el origen de la cita, gracias a uno de los comentaristas, que nos señala:

Pato:

La cita con la que se comenzó este post y que ha originado toda esta polémica por contener en ella la palabra “matrimonio", sí existe, pertenece a San Agustín y se encuentra en el libro de “Los Soliloquios", y no en “De Trinitate". A continuación proporciono las referencias:

Capítulo X, #17 (en respuesta a la pregunta sobre el matrimonio): “Por muy bien que me la pintes, enjoyándola de mil prendas, nada tan lejos de mi propósito como la vida conyugal, pues siento que nada derriba de su señorío y arruina la fortaleza viril del ánimo tanto como los halagos femeninos y el vínculo carnal con la mujer… Por lo cual, mirando por la libertad de mi espíritu, justa y provechosamente estoy resuelto a no desear, no buscar, no tomar mujer.”

En el Capítulo XIV, #25 (pregunta de la “razón").- “…¿Recuerdas la seguridad con que ayer decíamos que ninguna infección nos contagiaba y que sólo amábamos la sabiduría, supeditando lo demás a su logro? ¡Qué sórdido, feo, execrable y horrible te parecía el abrazo conyugal cuando discutíamos acerca de la servidumbre de la carne! …” San Agustín llama “abrazo conyugal” al sexo entre los esposos.

Es notable que el objeto sobre el cual está hablando San Agustín es el matrimonio o la relaciones conyugales, pero se le cita para decir que hablaba sobre una supuesta inferioridad de las mujeres ¡como si el ser mujer se redujera al matrimonio o al sexo!

Pero en lo relativo a la cita de San Agustín, afortundamente hemos contado con la extraordinaria colaboración de Alejandro Galván, quien responde:

La cita que originó el post sigue siendo espuria y fuera de contexto una vez que:

1) Fuera de contexto: no está en el libro referido. Puede parecer que, estar en una obra o en otra es lo mismo. Pero Soliloquios es considerada obra filosófica, en cuanto S. Agustín no era todavía cristiano. De Trinitate, sin embargo, es obra de cuando era obispo. Tienen dos valores totalmente distintos, y dudo mucho que la “equivocación” sea fortuita

2) Espuria: Porque la forma que circula por internet, no corresponde a la idea original expresada en el libro.

Frase original: Quantumlibet velis eam pingere atque cumulare bonis omnibus, nihil mihi tam fugiendum quam concubitum esse decrevi: nihil esse sentio quod magis ex arce deiciat animum virilem, quam blandimenta feminea, corporumque ille contactus, sine quo uxor haberi non potest. [fuente]

Traducción original: Por muy bien que me la pintes, enjoyándola de mil prendas, nada tan lejos de mi propósito como la vida conyugal, pues siento que nada derriba de su señorío y arruina la fortaleza viril del ánimo tanto como los halagos femeninos y el vínculo carnal con la mujer. [fuente]

Traducción espuria: “Nada rebaja tanto a la mente varonil de su altura como acariciar mujeres y esos contactos corporales que pertenecen al estado del matrimonio.”

La clave está en “deiciat animum virilem“.

La cita espuria traduce: animum por mente, cuando es “ánimo” y virilem como “del hombre” cuando es viril (del hombre es “hominis"): no dice que el trato del matrimonio rebaje a la capacidad del hombre; sino que hace que el animo pierda fuerzas. Si uno dice que es lo mismo, que se difunda la traducción correcta, por favor.

Ahí lo tienen.

Nuevamente, no se trata de hacer del Santo la imagen de un hombre moderno. Para él es evidente que el celibato es un estado superior al matrimonio, idea que puede resultar chocante en la actualidad. El punto puede ser objeto de controversia, pero lo importante es lo que no encontramos aquí: argumentos para sostener que el matrimonio sea un estado pecaminoso, o mucho menos para hablar de una inferioridad de la mujer frente al hombre.

También es destacable que, a pesar de la amplísima literatura patrística y eclesial que han publicado papas y santos durante dos milenos, los enemigos de la Iglesia no hayan podido producir más que unas pocas citas y repetirlas una y otra vez, párrafos que además pueden ser desmentidos sin mayores problemas, una vez que se conoce el contexto textual o histórico en que se escribieron.

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Addenda: [También de Alejando Galván] Los soliloquios son fruto de una especie de “retiro filosófico” que antecedió a su bautismo. Ya está fuera del maniqueismo, pero este libro, una especie de “confesiones” ante litteram se basa principalmente en su busqueda de Dios a nivel filosófico.

Más información.

24.08.12

El milagro de la cinta escarlata

Quiero compartir con Uds. un pequeño milagro que Roy Schoeman relata en su libro “La salvación viene de los Judíos“. Roy es judío de nacimiento, sus padres huyeron de la persecución nazi para establecerse en Nueva York, creció con una educación completamente secularizada, y se graduó de la Harvard Business School, pero luego de una experiencia mística se convirtió al catolicismo y ha establecido un ministerio para invitar a sus connacionales a considerar el catolicismo como una opción, no ya de conversión sino de plenitud de la religión judía,

En una entrevista, Roy señala:

Qué es el milagro de la cinta escarlata, y cómo es interpretado por académicos católicos y judíos?

La mayoría de los cristianos conocen las diversas formas en que el Antiguo Testamento apoya las aseveraciones cristianas acerca de que Jesús era el Mesías Judío, pero pocos están familiarizados con los pasajes en el Talmud -un “texto sagrado” estrictamente judío, basado en tradición oral y escrito a lo largo de varios siglos después de la muerte de Jesús- que hacen lo mismo. Considero cerca de media docena de esos pasajes en mi libro. Probablemente mi favorito es el “milagro de la cinta escarlata". En resumen, el Talmud registra que cuando el Templo se alzaba en Jerusalén, los pecados del pueblo judío eran removidos cada año en un día, Yom Kuppur, el día más santo del año, cuando el Sumo Sacerdote entraría en el Sancta Sanctorum con un sacrificio para expiar los pecados del pueblo en el año precedente. Cada año, una cinta escarlata era atada a la entrada del Sancta Sanctorum, y milagrosamente cuando el sacrificio al interior había sido aceptado, la cinta se tornaría blanca como un signo de que los pecados habían sido perdonados. Bueno, el Talmud registra que, por ninguna razón claramente identificable, el milagro dejó de ocurrir cerca de 40 años antes de la destrucción del Templo.

En otras palabras, después del año 30 D.C. ¡la cinta nunca más se tornó blanca! Sabemos, como cristianos, que ese fue precisamente cuando los sacrificios del Templo perdieron su efiicacia -en el momento de la crucificción, cerca del año 30 D.C., cuando, como signo de ese hecho, la cortina del Templo se partió en dos (Mt 27:51). Asi, a los ojos de un cristiano, es evidente que el Talmud mismo da fe de la verdad del cristianismo. Los académicos judíos tienen una explicación alternativa, no muy convincente, sobre por qué este milagro dejó de ocurrir: que Dios dejó de perdonar los pecados a los judíos ¡porque demasiados de ellos habían cometido el imperdonable pecado de seguir a Jesús!

Es notable que la fuente de esta información sea el Talmud, que por ser una fuente hostil al cristianismo, ningún interés tendría en proporcionar información como esta.

Para los que quieran ver el texto por sí mismos, les dejo el enlace a una versión en línea del Talmud. Tengo entendido que todavía no se ha traducido al español, así que sobre este tema les ofrezco mi propia traducción.

En Seder Mo’ed, Rosh Hashana 31b (pag 96) dice:

Originalmente solían atar la cuerda de escarlata en la puerta del atrio del templo por fuera. Si se tornaba blanca, el pueblo se regocijaba, y si no se tornaba blanca ellos estaban tristes. Por lo tanto, hicieron una regla que fuera atada a la puerta del atrio por dentro. La gente, sin embargo, todavía miraba y veía, y si se tornaba blanca, el pueblo se regocijaba, y si no se tornaba blanca ellos estaban tristes. Ellos por lo tanto decidieron que la mitad de ella se debía atar a la roca y la mitad a los cuernos de la cabra que era enviada [al desierto].

Una nota a Seder Mo’ed, Yoma 39a (pag. 115) explica qué significa esa cinta:

(12) [la cinta blanca] se refiere a la que se ataba a los cuernos del novillo. Si ella se tornaba blanca, significaba que el Santo, bendito Sea, había perdonado el pecado de Israel. Cf Isa 1, 18 “Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré tan blancos como la nieve".

Y en Yoma 39b (pag. 115) nos encontramos con el milagro que refiere Roy Schoeman.

Nuestros Rabbis enseñaron: Durante los últimos cuarenta años antes de la destrucción del Templo, la suerte [’Para el Señor’] no aparecía en la mano derecha; ni la cinta de color carmesí se tornaba blanca.

La “suerte” a que se menciona aquí, tengo entendido que hace referencia al rito descrito en Levítico 16 “8 En seguida echará las suertes sobre los dos chivos: una suerte para el Señor y la otra para Azazel".

En todo caso, lo importante para nosotros es que, si bien a veces el sacrificio del sumo sacerdote no era aceptado y la cinta permanecía roja, a partir del año 30 D.C. nunca más los judíos presenciaron esta milagro que les confirmaba la eficacia del perdón, lo que es totalmente compatible con la enseñanza cristiana que “La muerte de Cristo es a la vez el sacrificio pascual que lleva a cabo la redención definitiva de los hombres” y “este sacrificio de Cristo es único, da plenitud y sobrepasa a todos los sacrificios".

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22.08.12

Bueno, pero ¿qué opina la Iglesia de la brujería?

Los debates en internet tienen la virtud de desviarse del tema con extraordinaria facilidad, y así como antes conversábamos acerca de si se podía acusar a la Iglesia de estar en guerra contra las mujeres, según se expresaría en su supuesto apoyo y uso del libro titulado Malleus Maleficarum, el tema ha derivado a acusar un cambio en la doctrina de la Iglesia respecto a la brujería a lo largo del tiempo.

En efecto, las mismas páginas que hablaban del Papa Inocencio VII como un fanático contra las brujas, hacen un documento eclesial anterior, el Canon Episcopi de 906, demostraba que la Iglesia había mantenido una actitud escéptica sobre las brujas y sus poderes, lo que demostraría que la Iglesia en realidad tiene una actitud errática y contradictoria al respecto.

Para responder a estos cuestionamientos, partamos, como buenos católicos, por el Catecismo, que en su artículo dedicado al primer mandamiento ("Adorarás al señor tu Dios, y le servirás", por si lo olvidan), señala:

2116 Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8) […]

2111 Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de la religión.

Tenemos entonces que las principales prácticas asociadas a las brujas, la adivinación y a la magia, son ambas mencionadas en el Catecismo, y rechazadas, pero sin pronunciarse acerca de su eficacia real. Lo que se prohíbe es recurrir a prácticas que “se supone” desvelan el porvenir o “pretenden” domesticar potencias ocultas, por ser contrarias a la confianza que debemos tener en Dios.

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21.08.12

La Iglesia, las mujeres y la brujería

Continuando con nuestro tema acerca de la supuesta guerra de la Iglesia contra las mujeres, otro comentarista nos señala:

¿y que me dices de el Malleus Maleficarum como argumento? Con el Papa Sixto IV se inicio unas de las más longevas masacres hacia la mujer que duro por más de 200 años, donde acusar a mujeres de brujerías y quemarlas y torturarlas en la hoguera era recompensado con dinero.

Vamos a abordar el episodio del Malleus Maleficarum, pero antes hay que despejar un par de puntos.

Primero, el fenómeno de la caza de brujas que afectó a las naciones occidentales entre los S. XVI y XVII, es uno de los más complejos episodios de la historia de nuestra cultura, tanto por la misoginia que efectivamente representó, como por el misterio que todavía rodea a sus causas, muchas de las cuales todavía esperan a ser analizadas con objetividad y sin sesgo político. Nuevamente debemos advertir que no es nuestra intención negar los eventos dolorosos y crueles que ocurrieron en ese contexto, muchas veces cometidos por cristianos que creían actuar por celo de su fe, pero al mismo tiempo tampoco podemos sucumbir a la crítica fácil de personas que vivieron en otra época, en un contexto cuyos detalles en su mayoría no nos resultan evidentes.

Segundo, cuando existe una organización como la Iglesia, que ha existido por casi dos milenios ya, y conformada casi exclusivamente por pecadores, es muy fácil apuntar el dedo a los cristianos que han vivido en tiempos como los de la caza de brujas y decir “ese es el verdadero rostro del cristianismo", pero eso no significa que sea verdad.

En otras religiones, llegado este punto tendríamos una discusión de sordos, donde cada uno tendría que formarse su personal opinión respecto a cuál es la “doctrina verdadera", porque no hay una autoridad central que pueda decir “esta es la posición oficial". Tratándose del cristianismo, en cambio, tenemos la institución del Papado, que a lo largo de estos dos mil años, ha producido una abundante literatura magisterial en las más diversas materias. Esto nos permite explorar la cuestión acerca de lo que ha dicho la Iglesia sobre la las brujas, y si esa enseñanza efectivamente permite acusarla de misógina.

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