El juego del teléfono y otros mitos acerca de la resurrección
En la entrada anterior, un visitante comenta:
supongo que conoces el juego del teléfono, pon a un grupo de personas en fila. Dile algo al oído al primero y pídele que lo transmita al que tiene al lado, cuando el mensaje llegue al último este será distinto al mensaje original, esto nos sirve para entender como nacio el mito de la resurrección no fue escrito por testigos directos, sino que los escritos datan de más de 100 años después de los hechos, no es difícil imaginarse todo lo que debió haber cambiado desde la primera persona que lo contó, más aún teniendo en cuenta que la creencia en hijos de dioses crucificados y resucitados era creída y adorada en varias religiones anteriores y contemporáneas, por eso el Nuevo Testamento es un libro lleno de incongruencias, como el hecho histórico que Nazareth fue fundada siglos después de los supuesta hechos o el hecho que los evangelios narren hechos iguales con distintos caminos y la prueba más importante es que los antepasados de los judíos que eran el pueblo que vivía en lugar de los hechos siempre negaron que estos sucedieran.
Es un comentario que agradezco porque condensa y repite varios mitos que rodean a la resurrección y la predicación original del mensaje evangélico, de modo que podemos abordarlos todos juntos aquí.
En primer lugar, acerca del jueguito del teléfono, efectivamente todos lo hemos hecho, probablemente en clases a instancias de un profesor de religión. Normalmente la frase original no tiene ningún sentido (algo así como “El pasto es azul, pero a la vaca no le importa") y sólo se permite repetirla en voz baja, al oído del compañero y una sola vez, de modo que no es de sorprender que el último en la línea termine recibiendo que “El día está triste, pero la vieja es gorda".
El problema es que eso no se parece en nada a lo que ocurrió con el evangelio en general, ni con el relato de la resurrección en particular.
Si alguien quisiera emular la forma en que realmente se transmitió el primer mensaje cristiano, debería poner a los niños en una fila, entregar al primero la frase “La clase termina en 10 minutos, y les daremos a todos un chocolate", y luego hacer que él la pronuncie en voz alta para que todos la escuchen. A continuación, deberían entrar tres profesores (los disfraces de soldado romano son opcionales) que golpearían a este niño y le piden que nuevamente diga la frase. Si lo hace, se encierra al alumno en un ropero, y los tres adultos harían lo mismo con el siguiente en la fila, así hasta llegar al último.
Creo no equivocarme si digo que los resultados serían radicalmente diferentes al “teléfono” tradicional.
Comentarios recientes