InfoCatólica / La Esfera y la Cruz / Categoría: Escépticos

16.01.12

Pruebas de las pruebas de la existencia de Dios

Conversando acerca de las famosas 5 vías de Santo Tomás, un visitante comenta:

Por mucho que se les llame “pruebas", el hecho es que la pruebas de la existencia de Dios nunca han logrado que ningún ateo se hiciera creyente.

Lo que se nos plantea en concreto es si realmente se puede hablar de “pruebas” cuando nos referimos a estos argumentos. La cuestión no es meramente semántica, porque si aceptáramos que no existe forma de mostrar lógicamente cómo es necesario que Dios exista, hemos cerrado el debate a toda la teología natural, y, con ello, toda posibilidad de entablar una conversación con los ateos.

Por el contrario, el Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que

36. La Santa Madre Iglesia, mantiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante la luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas.

Desde luego, esto puede ser válido para los católicos, pero ¿Qué podemos responder a un ateo que se niegue a considerar nuestras llamadas “pruebas", porque no son convincentes? Yo le diría que su concepto de lo que es una prueba es inútil, porque se basa en una apreciación meramente subjetiva: algo será prueba si me convence; y no lo será, si no lo hace.

En cambio, lo práctico es usar una definición más amplia: es prueba toda “razón, argumento, instrumento u otro medio con que se pretende mostrar y hacer patente la verdad o falsedad de algo.” (RAE).

Este es el concepto que se usan los abogados (que algo saben de pruebas y de persuadir), y así tenemos que en un juicio las partes rinden prueba, en la etapa probatoria, sea que resulten vencedoras o vencidas. De igual modo, los abogados alegan que la prueba de su contraparte ha sido insuficiente, contradictoria o poco creíble, apuntando a sus debilidades; y no se limitan a decir “aquí no hubo pruebas", porque esa es la forma más fácil de salir vencido.

En el mismo sentido, podemos llamar “pruebas” a las pruebas de la existencia de Dios, y hacerlo con confianza de que lo son realmente, porque son argumentos con los que buscamos hacer evidente un hecho, sin perjuicio del éxito que alcancemos.

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12.01.12

Un comentarista escéptico, de la vieja escuela

Por si no se habían dado cuenta, he estado especialmente silencioso desde que empezó el año. Un par de veces he comenzado a escribir para el blog, pero luego me detuve a pensar “mismo ¿a quién le importa lo que puedas pensar acerca de la vida, la Iglesia o la demografía?” y, encontrándome toda la razón, he dejado dos o tres artículos a medio camino.

No sé si será por deformación profesional, pero es evidente que este blog funciona mucho mejor cuando hay dos partes en debate, pregunta y respuesta, un discurso y su réplica. Por eso todo el tiempo agradezco a los comentaristas que llegan hasta acá con sus inquietudes, y una actitud abierta y dialogante.

Pero en algunas épocas, no tengo tanta suerte. Por ejemplo, hace unos días, un visitante comentó:

Me da la impresión de que usted no escribió esto. Y de nuevo veo que usted no es la excepción cuando digo que mucha gente basa su fe en ignorancia.

No hay nadie que ame una buena discusión más que yo, pero siempre que me pican los dedos por dejar un comentario en algunos sitios, me pregunto ¿Qué sentido tendría ponerme a debatir con uno de tantos ignorantes que pululan por los tubos? ¿podremos llegar a alguna conclusión valiosa si ni siquiera nos respetamos como personas? Bajo el mismo principio, tampoco espero que los que me consideran tan ignorante, pierdan su tiempo conversando conmigo. Me parece bastante estúpido

Pero cuando la vida te da limones, limonada es lo que dicta la moda.

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8.11.11

Las Alabanzas de Dawkins

Mencionábamos en nuestra entrada anterior que, invitado a defender su particular forma de ateísmo, Richard Dawkins dijo en una entrevista reciente:

Jesús fue un gran profesor moral. […] Alguien tan inteligente como Jesús habría sido ateo, de haber sabido lo que sabemos hoy [minuto 13]

Naturalmente estas palabras no pasaron desapercibidas para los lectores, y se produjo un pequeña debate acerca de si tales expresiones podían constituir realmente un insulto.

No tengo dudas que la intención de Dawkins, al proferir esa expresión era positiva hacia Jesús, pero al mismo tiempo es un cumplido superficial, es decir, denota una profunda ignorancia respecto al sujeto al que pretende albar, y que más bien pretende enzalsarse a sí mismo y a su propio ateísmo, asociándolo a una persona que provoca admiración entre sus oyentes.

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13.10.11

Absurdo materialismo

No es coincidencia, creo yo, que nuestra época, que ha despreciado la filosofía como una disciplina capaz de decirnos algo acerca de la realidad, sea la misma que haya decidido que el materialismo es el único común denominador para todos los hombres, y que cualquier idea que vaya más allá no es más que la manifestación de nuestra subjetividad.

Sin embargo, basta con un breve ejercicio mental para darnos cuenta que esta doctrina es evidentemente absurda. El materialismo propone que sólo existen los seres materiales, es decir aquellos que se encuentran en un lugar y tiempo determinados, mientras que los restantes, aquellos que el ser humano cree que existen pero no son materiales (dioses, hadas, etc.), sólo son ilusiones de la mente que los percibe, inducidas por otras causas materiales. El problema con esta idea es que, de ser cierta, necesariamente debemos concluir que el propio materialismo no existe de ninguna forma relevante, pues se trata de una idea, y eso no es algo que ocupe un lugar en el espacio o el tiempo, o corresponda a un objeto sustancial determinado.

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28.09.11

La frustración de un ateo ante la JMJ

A través del blog del Padre Tomás, arribamos al artículo Los seudópodos del Papa, donde José Carlos Rivera Fernández, profesor de filosofía, ventila su frustración ante el éxito atronador de la Jornada Mundial de la Juventud recientemente celebrada en Madrid:

Me di cuenta siguiendo el evento que la profecía que auguraba el fin de toda religión y el «Dios ha muerto» nietzscheano del siglo XIX no se realizó. Hay muchos jóvenes, en pleno siglo XXI, que optan por las creencias religiosas en vez de optar por el argumento fuerte de negar la existencia de Dios o de cualquier entidad sobrenatural, o la negación de seguir vivos más allá de la muerte, porque no resulta cómodo.

Siempre es bueno admitir cuando se ha estado equivocado y ya ha quedado claro que el pronóstico de los viejos ateos (de mucho mayor peso filosófico que los nuevos) ha fallado miserablemente. Auguraron un futuro radiante para la ciencia y el progreso, y donde la religión sería un simple recuerdo, en cuanto el ser humano dejara de vivir en condiciones de extrema pobreza y la técnica lo liberara de sus tradiciones, pero nada de eso ha ocurrido. Por el contrario, el mundo globalizado ha permitido demostraciones públicas de religiosidad como la Jornada Mundial de la Juventud, que en otra época, sólo por logística, serían impensables.

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