«Querido Papa, dé la bienvenida en el Vaticano a los musulmanes convertidos a Jesús»
Hace dos años comentaba la peregrinación emprendida por cristianos y musulmanes norteafricanos siguiendo las huellas de San Agustín. El objetivo era pedir para que «la Iglesia no prohibiese la entrada a los musulmanes que han oído la llamada de Nuestro Señor», así de fuerte, como suena. Muchos musulmanes no podían bautizarse por la «prudencia» de sacerdotes y obispos, que lo desaconsejaban para no generar problemas.
Así que como si fuese una piedra gritando ante el silencio de los «hijos de Abraham» ha vuelto a salir a la palestra Magdi Allam, periodista y político italiano, musulmán convertido y bautizado por el Papa. El pasado lunes escribió un vibrante artículo en «Il Giornale»: Querido Papa, dé la bienvenida en el Vaticano a los musulmanes convertidos a Jesús.
Arranca con fuerza, como siempre:
Le pido al Papa, que tuvo el coraje de bautizarme, venciendo tanto al miedo a una venganza islámica como a la resistencia interna de la Iglesia, a que dé la bienvenida a una delegación de musulmanes convertidos al cristianismo en Europa y en el mundo. La idea, que suscribo con entusiasmo, es de Mohammed Christophe Bilek, fundador francoargelino de la asociación Nuestra Señora de Cabilia (Notre Dame de Kabylie). A través su página web, http://www.notredamedekabylie.net/, promueve la misión de la conversión de musulmanes al cristianismo a través de un diálogo basado en al certeza de nuestra fe y de la constante exhortación de Jesús: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura» (Marcos 16, 15-18).
¡Qué contraste con el de algunos obispos! Luego da algunos datos, que por el secretismo que acompaña el fenómeno son difíciles de contrastar. Magdi se basa en las declaraciones de al-Qataani, previsiblemente hinchadas como comenta Pablo Ginés:
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