Esos ex que siguen incordiando

Siempre he tenido claro que cuando uno se va de una parroquia o una diócesis lo mejor que puede hacer es desaparecer de ahí. Y si por circunstancias sigues viviendo como obispo o párroco emérito dentro de la misma parroquia, hacerlo sin entrar para nada, sin meterte para nada en la actividad del sucesor. 

También están los obispos o sacerdotes que acabaron su ministerio pastoral en su lugar correspondiente, fueron trasladados de diócesis o de parroquia pero convencidos de que sin ellos no pueden vivir en lo que fueron sus anteriores destinos. Todos conocemos casos y nunca para bien.

Imaginen ese sacerdote que sigue en contacto con sus parroquias anteriores, se sigue reuniendo con aquellos grupitos que tuvo en su momento y de paso, a distancia pero con fuerza disfrazada de sutilidad, mangonea, sugiere, dicta en la parroquia y malmete más arriba. Pasa poco, pero pasa.

La inmensa mayoría de los curas vivimos nuestros traslados desde aquello que enseñaban nuestros mayores: “cuando dejes una parroquia, no vuelvas; si no te quieren ¿para qué vas a volver? y si te quieren, haces sombra al compañero”. Uno estuvo el tiempo que le tocó, trabajó con mayor o menor acierto, y llegado el momento se incorpora a un nuevo destino pastoral. La única vinculación que ese sacerdote debe tener con su parroquia anterior es seguir rezando por ellos. 

¿Y si hay gente que te aprecia, gente que quisiera seguir a tu lado? Es verdad que en la parroquia anterior uno puede dejar feligreses que con el tiempo se convirtieron en grandes amigos. No hay por qué romper esa amistad, pero sabiendo que una cosa es la amistad y otra el mangoneo parroquial. También puede suceder que alguien quisiera continuar una dirección espiritual. Vale. Pero solo eso, que no hace daño. 

Lo que es dañino es que el cura anterior, a través de sus grupitos nunca destetados, proponga unas cosas, boicotee otras, imponga sus líneas y siempre sin dar la cara. Imaginen ese nuevo párroco que va descubriendo cómo su antecesor más o menos lejano en el tiempo, le marca los tiempos, vigila su acción o incluso deja caer ante el obispo algunas cosillas como el que no quiere la cosa, pero eficaces.

¿Y esto ocurre mucho? No. Pero sucede. En ocasiones son obispos, en ocasiones, sacerdotes. En cualquier caso, introlerable. 

He conocido algún caso. Y puedo asegurarles el sufrimiento de ese nuevo párroco que vive en libertad vigilada por aquél antecesor, que tuvo sus luces y sus sombras pero se sigue creyendo imprescindible párroco en la sombra. 

42 comentarios

  
ULTREIA
Buenos días, D.Jorge,

No mire sólo para un lado (el presbiteral) mire también por el lado de los fieles que muchas veces se sienten traicionados por una frialdad del que se va. Yo esto lo he visto muchas veces.
Hay que saber irse, sin molestar al que viene, pero también sin romper bruscamente con los que se quedan.
24/06/25 9:45 AM
  
Sergio Sánchez Carballido
Buenos días D. Jorge, he conocido casos y yo mismo le aconsejé a un párroco que se jubilaba que pusiera tierra de por medio y lo hizo. En fin, es la condición humana, pero la pregunta es ¿A quién seguimos? Y ¿Cómo seguimos a Cristo?
Un fuerte abrazo
24/06/25 9:50 AM
  
Juan Mariner
Yo creía que esto ya no pasaba con la quecesta cayendo de falta de sacerdotes por doquier...
24/06/25 9:54 AM
  
MAC
También hay ocasiones en que ciertos grupos de fieles se ven ninguneados por el nuevo párroco e incluso avocados a su desaparición y en consecuencia desaparecen de su parroquia y realizan su vocación parroquial en la nueva parroquia de su antiguo párroco o en otra similar que los acoja. Me refiero a grupos de determinado tipo de oración, a coros....
Ave María
24/06/25 10:48 AM
  
María
Me parece todo correcto, de hecho habla de este tema en uno de sus libros con la señora Rafaela. Pero también habría que hablar sobre aquellos sacerdotes que al llegar a una parroquia se deshacen de todos aquellos que se dirigen con otro sacerdote y no cambian a él. Los párrocos dirigen la parroquia pero no tienen porqué dirigir todas sus almas ni dejar de tratar con otros sacerdotes. Habría también que cuidar esos celos sacerdotales y pensar en aquellos que se ven obligados a dejar su parroquia y a lo mejor la más próxima está a kilometros. Por otra parte, tampoco todo lo hecho por un párroco anterior es malo y hay que cambiarlo solo por eso, que nos volveis locos a los feligreses con tanto cambio no necesario solo porque eso es del otro. El anterior párroco implantó acción católica, pues ahora lo eliminamos y ponemos Emaús que es más moderno y lo implanto yo, sin pensar en las almas. Dicho queda
24/06/25 11:11 AM
  
anawim
Qué cruz, pobre nuevo párroco.

Pero lo malo, malísimo, es que está torpedeando el trabajo del nuevo párroco, e impidiendo que pueda realizar bien su trabajo, o incluso que lo pueda realizar y todo esto acompañado de un gran sufrimiento y por su puesto, humillación de cara a sus feligreses.

Habría que preguntarse, ¿qué hace ante esta situación el obispo? Él tendría que hablar con el antiguo sacerdote y decirle como hermano, ni puedes ni quiero que hagas esto, si alguien tuviera algo que corregirle, le corregiría yo que para eso soy su hermano y su obispo.

Y esto es verdad que pasa y pasa más que lo que debería de pasar, atención feligreses, muchas veces somos culpables de que se puedan producir estas situaciones. Penosas situaciones. A ver si cuando lleguemos al Juicio de Dios nos vamos a enterar de pecados de materia grave que no sospechábamos que pudiéramos tener, nosotros que teníamos las llaves del cuarto de la fregona, que fregábamos el despacho del párroco y nos creíamos lo más de lo más, y fíjate por donde, ahora vamos a tener 50 años más en el purgatorio, nosotros que nos creíamos tan santos...

Pues fíjese D. Jorge hasta dónde llega el tema, resulta que en mi parroquia geográfica, había un párroco que no llegué a conocer ya que llevo pocos años viviendo en la Comunidad de Madrid, pero que algunos feligreses, los señores y señoras de la parroquia que tienen las llaves del cuarto de la fregona y tal, que el anterior párroco QPD, era una maravilla, le querían muchísimo, hasta tienen cuadros con su foto en algunos salones parroquiales; el párroco actual es parco en palabras, nada simpático, no tiene don de gente, etc, etc. ... Madre mía, pobrecitos párrocos. Ojito feligresía, que a lo tonto a lo tonto... nos podemos estar cargando el apostolado del nuevo párroco, y si hacemos esto, el Señor no nos va a dejar sin castigo por mucho que tengamos las llaves del cuarto de la fregona.
24/06/25 11:27 AM
  
Luis Fernando
Consejos elementales de quien se conoce el paño.
24/06/25 11:47 AM
  
anawim
Este es un comentario que va dirigido a hilo de este post a la feligresía:

Este es un caso real contado por el propio párroco contado por el nuevo párroco arriba indicado (del comentario anterior) mientras tomaba unas cervecitas con algunos de sus feligreses entre los que me incluyo.

Nos contaba que en la antigua parroquia de la que también era párroco, un grupito de feligreses habían ido a hablar con el obispo sobre algunas cosas que hacía el párroco, y oh maravilla, como resulta que el obispo no quiere problemas con los feligreses, había pensado que el que tenía que cambiar era el párroco y no los feligreses. Al final el párroco se negó a cambiar y al primer hueco disponible fue trasladado de párroco a una nueva parroquia. Estos son los que cantan en las misas dominicales: "alabaré, alabaré, alabaré, alabaré..." ¿Y a quién alaba? Ahhh!!! Misterio.

Así las cosas, no me extraña que cada vez haya menos sacerdotes, porque si te ordenas sacerdote puedes acabar de párroco. Y como acabes de párroco, prepárate. Te van a comer con patatas. Luego algunos feligreses serán juzgados por el Señor, pero primero te habrán comido con patatas.
24/06/25 11:56 AM
  
Percival
Y el que se lleva a su nueva parroquia a todos los ministros y fieles colaboradores, dejando la previa como un erial.
Peor si se lleva también la línea blanca, los muebles, y hasta las bombillas.
No es general, pero pasa demasiado.
24/06/25 12:14 PM
  
Carlos Porras
Querido Padre Jorge
Entre las muchas cosas que admiro de los sacerdotes está su voluntad de servir. Especialmente porque los sacerdotes están dispuestos a servir pero no pueden elegir dónde servir ni como servir.
La Iglesia no es una organización humana que busca la eficiencia, sino un pueblo con misión sobrenatural que actúa de manera distinta a como el mundo lo haría. Por eso a veces ocurren situaciones que desde el punto de vista humano resultan inexplicables. Un cura realiza una gran labor que da grandes frutos y lo transfieren a otro sitio sin grandes posibilidades de acción. Al que es estudioso e inteligente le asignan tareas menores y al que tal vez no es tan estudioso ni inteligente lo ponen a dar clases. A veces pareciera que los ponen a servir precisamente en los lugares en que les será más difícil hacerlo y en las tareas para las que tienen menos habilidades. Cuando un discípulo de San Felipe Neri regresó a su lado después de haberse graduado Doctor en la Sorbona, el Santo le asignó la tarea de pelar patatas en la cocina. En una organización humana, esto no tendría sentido, pero en la Iglesia ese es el método, servir sin poder escoger dónde ni cómo. La mies es mucha y los trabajadores pocos. Hay que hacer lo que lo pongan a hacer en donde sea sin arrugar la cara. Los curas que se apegan a un puesto o un destino y se niegan a desligarse cuando han sido trasladados, tal vez han perdido de vista el hecho de que no son indispensables, que la Iglesia existía antes que ellos y que seguirá existiendo después de ellos. Qué la cabeza del cuerpo de la Iglesia es Cristo y que a la acción de la Iglesia la rige el Espíritu Santo. El trabajo del cura es servir en lo que le asignen y donde lo pongan.
Rezo su Ave María.
24/06/25 12:30 PM
  
José Ángel Antonio
San Pablo estaba continuamente escribiendo cartas a las comunidades que él puso en marcha pero ya había dejado, dándoles instrucciones, regañando a otros que llegaban más tarde, defendiendo su trabajo, lo que había sembrado, etc...

Ese es el ejemplo que nos deja el gran San Pablo y la Palabra de Dios.

Gracias a ese esfuerzo de seguir pastoreando desde lejos a comunidades de las que ya no era pastor, tenemos grandes enseñanzas. Dios quiso que todos los cristianos de la historia aprendieran de ellas.
24/06/25 12:43 PM
  
luismi
A veces, también sucede, que el nuevo párroco arrasa con la labor de años del anterior. Y los parroquianos, pues andan con la mosca detrás de la oreja. Sobre todo si disminuye el número de misas, suprime el grupo de juventud, la Adoración Eucarística, la Adoración nocturna y el coro parroquial. Los sermones los improvisa. Se deja mangonear por un grupito determinado, dando de lado al resto. Las cuentas anuales de estar saneadas, pasan a no cuadrar. En fin, los feligreses somos humanos, y no es raro ir con esas noticias al anterior párroco. Porque se le echa de menos
24/06/25 12:57 PM
  
Fiel de S. José de la Sierra y Sta. Teresa
Pues aparte de la querencia de Frayleví por lo que tuvo y ya no tiene en la Beata Ana de Mogas como seglar, ni es cura, ni fraile, ni monje. No conozco caso alguno. Pero si D. Jorge dice que los hay es que haberlos haylos como las meigas. Mal, muy mal por los pocos que sean. El voto de Obediencia que se profesa con el Orden se debe respetar, de no hacerlo cometen un pecado gravísimo.

Por otra parte me consta que en la Diócesis de Madrid y creo, aunque no lo sé, que en la de Getafe, los Obispos/ Arzobispo emplean un tono conciliador con sus sacerdotes en los traslados (con los buenos/magníficos sacerdotes, se sobreentienden; con los malos/ pésimos no. Que haberlos haylos. Sólo faltaría). Por lo que los traslados son pactados, aunque eso sí, con la decisión final del Obispo/ Arzobispo.
Yo conozco dos casos de primera mano. Uno no puedo contarlo por respeto al sacerdote y al Obispo auxiliar.
Pero el otro hace referencia a nuestro querido D. Jorge y él lo ha contado muchas veces:
Bien con Osoro o bien con alguno de sus auxiliarez y con el beneplácito del Arzobispo, ya jubilado; a Dios gracias sean dadas, pactó como destino parroquial tres pueblos serranos de la Sierra Norte de Madrid, para bien de los feligreses de dichas parroquias y alegría, regocijo e instrucción espiritual de todos los feligreses de S. José de la Sierra.

Muchas gracias, padre.

Ave María.
24/06/25 1:14 PM
  
Tayikolla
Capaz que haría falta un replanteo del post.
Si el sacerdote se sacrificó por sus fieles, dió fruto etc es inevitable que haya cosechado grandes amistades y por lo tanto es natural que mantenga esas amistades aunque ciertamente no de la misma manera porque la distancia es un hecho pero ir a visitar a esas almas que se amó tanto es lo natural.
A menos que el sacerdote haya tomado su ministerio como un funcionario del gobierno y por supuesto así es fácil desaparecer.
24/06/25 1:25 PM
  
Elías
Gran recomendación D. Jorge En mi diócesis el obispo emérito rvdo D. José no hizo más que atravesarse en el camino del obispo nuevo, el rvdo D. Jorge, y con él sus amiguetes. Vaya lío. Parece que nadie le cuenta a los clérigos que no solo en el sacramento del matrimonio puede convertirse alguien en viudo. Que también pasa en el del orden sacerdotal. Vivo en Roma, claro. Ahora tenemos a uno nuevo y aún sin claras señales de hacia dónde soplará el ES. Alea iacta est.
24/06/25 2:09 PM
  
Fiel de S. José....
El exudaveneno reaparece.

Con los amigos y exfeligreses hoy en día es muy fácil mantener el contacto: móvil, wasa, email y hasta redes sociales si ambos las tienen. Amén de los blogs.

Resulta que D. Jorge especifica y recomienda en el post mantener el contacto, incluso presencialmente, con los amigos hechos en los anteriores ministerios.

Asquito de trolles, al menos nos obligan a razonar y ser listos con nuestras respuestas.

Ave María.
24/06/25 2:17 PM
  
anawim
Yo creo que debemos mirar estas cuestiones como la voluntad de Dios. Fue voluntad de Dios que un sacerdote determinado fuese párroco en un momento determinado, y si luego se marcha y viene otro párroco se le acoge igual que se acogió al anterior y los grupos se ponen a disposición del nuevo párroco y sobre todo se olvidan a todos los niveles del anterior, de las cosas que hizo, de cómo las hizo, si era más cercano a la gente, menos cercano... El párroco anterior ya no es el párroco, ahora el párroco es otro y lo aceptamos como la voluntad de Dios, y si en otra época fuimos amigos del que ya no es párroco, ahora somos amigos del nuevo párroco. Y sin en otra época quisimos mucho al que ya no es párroco, ahora queremos mucho al nuevo párroco, si hacemos esto, Dios nos bendecirá que es lo único que importa, la bendición de Dios, caso contrario, nos arriesgamos a ser juzgados por Dios. Respecto al párroco que sale, SALE. Sale con todas las consecuencias, olvídese de su trabajo anterior y emplee todas sus energías en lo que Dios vaya disponiendo para su vida, acuérdese de la mujer de Lot que por mirar atrás se convirtió en sal.
24/06/25 2:47 PM
  
Frailevi
Me parece muy cierto lo que escribe el P. Jorge, también son acertados muchos comentarios. Y se complementan.

Los sacerdotes suelen decir "mi parroquia" y no "la parroquia a la que sirvo" y esto, demuestra algo.

Nos decimos cristianos pero somos mucho nosotros mismos, con nuestros gustos, nuestros métodos, nuestros... que en realidad son los míos.

En el catecismo del P. Astete se enseñaba que cristiano es quien tiene la fe de Jesucristo, que profeso en el bautismo y está obligado a su santo servicio.
Esto requiere pensar en cristiano, y renunciar fundamentalmente a mis gustos, métodos etc.

La Iglesia tiene una liturgia para rendir culto y debería tener una manera de hacer.
Eso requiere un poco renunciar.

Es cierto que cada párroco tiene su carisma y también debe tenerse en cuenta que casa parroquia puede tenerle o algo parecido.

Pero se debe actuar para que en la parroquia todos se sientan cómodos entre iguales.

Cuando un sacerdote llega a una parroquia se nota el cambio, unos lo hacen como cuando llega un elefante a una cacharreria, la mayoría más discretamente.

A lo largo del tiempo he visto como algunos feligreses que "estaban muy metidos" desaparecen cuando hay un cambio de párroco. Y como a otros se los desaparece.

Todo esto se ve, y se debe procurar que no ocurra.
Pero también es verdad que la mayoría de las beces todo ocurre de manera correcta.

Poco a poco a medida que somos más cristianos, más como Cristo.
24/06/25 2:51 PM
  
anawim
Luego otra cosa que he visto en las parroquias es que hay mucho eros, tengan cuidado con esto. Pensemos que lo único importante es hacer hacer la voluntad de Dios y recibir su bendición.
24/06/25 3:06 PM
  
Urbel
En tiempos católicos la inamovilidad de los párrocos fue un gran bien. Como la de los obispos unidos a su diócesis hasta la muerte.

Hoy, con obispos y párrocos más o menos alejados de la fe católica, su estabilidad puede ser una relativa bendición o una terrible condena.
24/06/25 3:35 PM
  
Manuel d
Este comentario es para enmarcar y no solo en el ámbito eclesial, es un lema para toda organización.
El Señor le bendiga y su pariente San Juan el bautista.
Le rezo su Ave María
24/06/25 4:45 PM
  
Bergé, católico a su manera
Yo soy un exiliado y por tanto algo comparto con esos ex de los que habla el Padre Jorge. En mi parroquia nada han de temer, ni los párrocos que Dios quiera que tenga ni la congregación que acuda a ser apacentada, yo voy a Misa y punto.
Me consta que suceden otras cosas en la parroquia, incluso en el obispado, pero me son ajenas. Yo soy de Misa, y, por supuesto, del Día del Juicio al que espero no faltar.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera Cielo, yo te amara,
y, aunque no hubiera Infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.


Ave María.
24/06/25 5:41 PM
  
Antolin
No me gustan aquellos párrocos que parece que vienen a solucionar cosas que dicen que el anterior hacía mal.
Recuerdo que uno de éstos que se fué dijo que siempre se pregunta qué tal es el párroco pero no se le pregunta al párroco qué tal son los feligreses.
24/06/25 5:50 PM
  
claudio
Estimado Jorge. Los personajes que mencionan y existen cotidianamente en general se sienten como fundadores de alta competitividad y se les nota, la parroquia soy yo, mis estructuras, mis equipos, mis consejos, mi gente. Frente a ese "fenómeno imprevisto" apareció el Canon 522 que le otorgó a la Conferencia Episcopal la facultad de designar párrocos sin estabilidad, párrocos por plazo determinado, pocos años, pero con la oportunidad de continuación. Cuando se escucha a las organizaciones laborales internacionales de la defensa del trabajo, por ejemplo la OIT, uno de los valores que se exigen es la estabilidad en el empleo. Esa normativa no contiene el trabajo de párroco que, de tener la estabilidad del canon 522, pasó a tiempo determinado. Consultado Monseñor Casalotodo sostiene que para contener a los que se han tenido que ir de un lugar que consideraban propio y adquirido debería pensarse en la creación de "entidades de retirados" que, como clubes o asociaciones benéficas, posibiliten el desarrollo de todos los incordios, interferencias, complicaciones, pero fuera de los lugares anteriores, en defintiva darles algo que hacer pero que lo vayan a hacer a otra parte y con la música... Cómo la ves...
24/06/25 7:58 PM
  
anawim
La verdad es que mi experiencia es más bien reducida, 3 parroquias de una misma diócesis, nada más. No sé si lo dará la diócesis, pero yo he visto mucho eros en estas tres. Eros entre párrocos y/o sacerdotes y feligreses. Recuerdo un sacerdote de una parroquia que cuando hablaba con una feligresa lo hacía en alemán que era el
único idioma que nadie más que ellos sabían. No hablaban en francés o inglés, idiomas controlados por algunos feligreses, no, hablaban en alemán durante largo y tendido, hasta que un día su obispo lo trasladó a un pueblecito muy pequeño donde iba a estar solo, con el sacristán, y el gato.
24/06/25 8:34 PM
  
anawim
No se escandalicen ustedes del eros, porque el eros está en todos los sitios donde hay sacerdotes, luego se quejarán que la feligresía no les quiere... Digo en todos los sitios, porque éste blog es el único que no tiene eros, pero los hay que si lo tienen. Hay algunas parroquias que el eros hasta se nota.
24/06/25 8:55 PM
  
anawim
Hay un trabajo que el Señor va a pagar muy bien a las familias de la parroquia, y es que de vez en cuando inviten al párroco o a los sacerdotes, o al párroco y los sacerdotes a comer a sus casas, porque ustedes tienen familia, pero los sacerdotes no tienen familia, y a veces están muy solos, y lo que hagan con ellos, el Señor se lo va a pagar muy bien, lo mismo para los varones de la parroquia, de vez en cuando se toman un café o unas cervezas con los sacerdotes, y esto es una forma de que no se sientan tan solos. Y esta es una gran labor.
24/06/25 9:25 PM
  
jose 2 católico español no castellano
Querido D. Jorge:
Esos grupos "selectos" no limpian el templo, no barren el arroz o los pétalos de las bodas, no pasan el cepillo, nunca leen, solo van a mesa puesta por los monaguillos.
A nuestra edad, que nos hemos trabajado el alcanzarla, hemos de rezar por esos jubilados para que les acierten la medicación y se dejen de vanidades y envidias.
Todavía somos jóvenes, pero los 75 tacos están a la vuelta de nada.
QDLB y a dar duro que siempre tiene mucha razón.
NB: Mi anterior párroco jubilado, no aparece nunca, pero sabemos dónde está celebrando y vamos a verlo y saludarlo siempre que podemos.
24/06/25 10:05 PM
  
anawim
Yo la verdad es que nunca limpio el templo, no barro el arroz o los pétalos de las bodas, no paso el cepillo ni en mi casa, nunca leo, nunca rezo el Rosario, y cuando me ha pedido ayuda para llevar la cruz en el vía crucis, me he negado, ya tengo bastante con llevar mi cruz, yo a la parroquia voy a mesa puesta, termina la Eucaristía y adiós, hasta mañana. Yo y mi amiga, la que habla alemán con el cura, dicho sea de paso, estudiaron juntos en San Dámaso, nunca, nunca, nunca nos inmiscuimos el la vida de la parroquia. Lo sentimos mucho. La parroquia no nos gusta. Siempre que hablamos salimos discutiendo con alguien, o con el párroco, o con algún feligrés.
24/06/25 10:53 PM
  
anawim
Lo digo completamente en serio, en la parroquia hay unos malos rollos... Algunos dicen: llevo toda la vida en la parroquia y ya iba siendo hora que me lo reconocieran y me dieran las llaves del cuarto de la fregona... Pues si... estas tenemos... Estas y otras...
No... yo la verdad es que no... en estos rollos no voy a entrar.
24/06/25 11:18 PM
  
Derek
Totalmente de acuerdo Don Jorge. Es como algunos sacerdotes que desde las redes sociales se empeñan en decir cómo se deben hacer las cosas y cómo no se deben hacer.

Un párroco se debe a su parroquia, y bastante trabajo le debería de llevar eso como para estar pendiente de sus ex-parroquias u opinar constantemente desde las redes sobre la forma de hacer de otros sacerdotes u obispos con el animo de influir en ellos o los fieles
25/06/25 10:01 AM
  
anawim
Yo también soy de la opinión que todos los párrocos deberían de estar no más de 4 años de párrocos en las parroquias, 8 como mucho con la prórroga, y al cabo de 8 años se da la oportunidad a otro sacerdote, incluso de la misma parroquia de ser el párroco, porque esto de ser párrocos les perturba a la mayoría de sus señorías, algunos ya no saben ni donde tienen el norte, lo han perdido por completo. Ay si yo les contará... íbamos a tener argumento suficiente para hacer una película sobre párrocos. Han de saber sus señorías, que en la Iglesia todas las presidencias diocesanas tienen un mandato de 12 años como mucho, ¿y por qué ustedes toda la vida? Los párrocos de la sierra se pueden quedar, pero los de las ciudades cambio urgente de párroco al cumplir los años de su mandato. Esto va a suponer más trabajo para los obispos, de acuerdo, pero háganlo por favor.
25/06/25 10:38 AM
  
anawim
Para que ustedes se hagan una idea, voy a contar, sin mucho detalle para que nadie piense quién puede ser, un caso que sucedió hace bastantes años en una parroquia de Madrid, el párroco que había pasado varias horas fuera de la parroquia ocupado en algún asunto, cuando llegó a la parroquia, -y no les voy a decir el motivo, insisto para que no pueda ser localizado, pero cuando el párroco llegó a la parroquia quería llamar a la policía porque según él, uno de los seminaristas había querido incendiar el templo.
Razón no le faltaba, el templo podría haber salido entre llamas, gracias a Dios no pasó nada, pero que el seminarista tuviera esa intención... y que él tenga que llamar a la policía...
En fin...
25/06/25 10:52 AM
  
Frailevi
No creo que el escrito condene la buena relación que se mantenga a nivel personal, entre los feligreses y un párroco cuando se va.

Esta relación puede ser espiritual o de una buena amistad.

En mi caso mantengo una buena relación y mucho agradecimiento, a todos los parrocos que he tenido desde mi infancia, uno de ellos, con el que fui monaguillo, ya murió y le visitaba con mi familia.
Con uno de ellos tuve muchas diferencias y algún problema, ya está muy delicado y es con el que más relación tengo, le animo y alabo sus virtudes, que muchas tiene.

El problema es cuando este tipo de relación, incluye el ir con cuentos o noticias del funcionamiento de la parriquia con el nuevo cura.
Mal el decirlas y peor el escucharlas.

Aunque de las alturas estoy poco informado, creo que algunos recurrieron al Papa Venedicto para que desautorizara al Papa Francisco y no lo aceptó.
Un buen ejemplo a seguir que debe ser alabado.

Dicen que un cura nunca se olvida de sus antiguos ferigreses y de rezar por ellos.
También debemos corresponder los feligreses, aun en el caso que haya habido diferencias y sobre todo en estos casos en que el perdón debe imponerse y manifestarse
25/06/25 3:33 PM
  
Fiel de S. José....
Pues no creo que limitar el tiempo de los sacerdotes en las parroquias sea bueno o malo. Eso dependerá del cómo sean los sacerdotes y cómo la feligresía habitual.

Los ejemplos a favor del trsslado ya los han referido varios comentaristas; pero también existen ejemplos de curas buenos, que han permanecido en la misma parroquia hasta su jubilación o su muerte. Sobre todo en entornos rurales.

D. Jorge González Guadalix, blogger, tiene todas las papeletas para terminar su ministerio en las parroquias que administra. ¿Alguie tiene queja?

No quiero dejar pasar la ocasión sin citar a D. Jesús Silva.Que solicitó al anterior del anterior Arzobispo de Madrid ser trasladado como párroco a alguna de las parroquias más conflictivas de Madrid. En concreto a la parroquia de Entrevías porque se había producido una vacante. D. Jesús Silva se encontraba ran ricamente instalado como adjunto en una parroquia de la zona noroccidental de Madrid, de la de feligreses ricos; para entendernos.

Aunque en principio el Arzobispo le negó el teaslado porque D. Jesús era muy joven y la zona de la parroquia muy peligrosa; Al poco tiempo se puso en contacto con él, con D. Jesús Silva, porque todos los sacerdotes con los que había contactado para dirigir la parroquia de Entrevías habían declinado el ofrecimiento por auténtico miedo.

D. Jesús Silva consiguió llenar la parroquia con fieles de todas las edades, a pesar de haber vivido alguna situación en la que su propia vida corrió peligro.

En fin, cómo se puede ver hay pros y contras que apoyan cualquiera de las dos opciones.

¡Ave María, padre!
25/06/25 6:55 PM
  
DICASTERIO
Urbel, una vez más, parece confundir el amor a la Tradición con una especie de síndrome de Diógenes litúrgico-pastoral, donde todo lo viejo —por el simple hecho de serlo— se convierte en reliquia intocable. Pero la Iglesia no es un museo de costumbres clericales fosilizadas, sino un cuerpo vivo, guiado por el Espíritu Santo y animado por la prudencia pastoral… y también por el Código de Derecho Canónico, que no lo redactó una asamblea de burócratas, sino una Iglesia asistida por la gracia.

Canon 522 y Canon 1748 hablan claro: la estabilidad del párroco es deseable, sí… pero no es un “matrimonio canónico” con la parroquia hasta que la muerte los separe. Cuando el bien de las almas lo requiere —y eso incluye el dinamismo pastoral— el obispo puede y debe actuar.

Porque lo que Urbel no entiende —o no quiere entender— es que no hay nada más pastoralmente estéril que un sacerdote convertido en mueble antiguo de sacristía, instalado en la rutina, y confundiendo su oficina con su herencia. Precisamente por eso, como bien enseña la Iglesia, es sano que tras 6, 9 o 12 años, el cura recoja sus bártulos pastorales y vuelva a ponerse en modo “misionero”. No para castigarlo, sino para revitalizar su celo apostólico.

¿Y qué hay del argumento romántico de “antes el cura moría en su parroquia”? Pues sí, y antes también las lavadoras se centrifugaban a manivela. Lo cierto es que el celo evangelizador no se mide en años de empadronamiento, sino en entrega diaria. El cura que rota con espíritu de servicio se configura más con Cristo misionero que el que se atrinchera como cacique espiritual de su comarca.


La Tradición no es nostalgia. Es fuego, no ceniza. Y a veces, el fuego necesita ser avivado con viento fresco… incluso si eso supone cambiar de banco y de feligreses.
25/06/25 9:47 PM
  
DICASTERIO
A veces se olvida que la parroquia no es una franquicia del párroco, ni él un mesías personalizado para siempre jamás. Es verdad que el vínculo con los fieles puede ser profundo, y eso es hermoso. Pero también es verdad que no todos los fieles encajan con la personalidad, estilo, carácter o incluso las manías del sacerdote de turno. Y en esto, la Providencia actúa con una finura admirable.

¿O acaso creemos que todos tienen el mismo acceso a la gracia cuando el que predica lo hace con tono monocorde, o cuando el estilo pastoral del párroco solo conecta con un perfil concreto de feligresía? Dios, que es Padre de todos, quiere que cada alma reciba su porción de luz, y para eso a veces mueve piezas en el tablero parroquial.

Un cambio de párroco puede ser una sacudida providencial para despertar a los adormilados, para consolar a los distantes, o para desafiar a los cómodos. Y también —por qué no decirlo— puede ser una gracia para que algunos fieles, que no se abrían antes, de pronto descubran en un nuevo sacerdote la voz que necesitaban oír.

No se trata de complacer caprichos ni gustos humanos, sino de entender que el plan de Dios para cada alma es único, y que Él se vale de instrumentos distintos para tocar corazones diferentes. Así que cuando llega un nuevo párroco, en lugar de lamentar nostalgias, quizá lo sabio sería preguntarse: “¿Qué quiere decirme el Señor con este cambio?”

Al final, la parroquia no es el reino del sacerdote, sino un taller del Espíritu Santo. Y Él sí que sabe lo que hace.
25/06/25 9:52 PM
  
Bergé, católico a su manera
He leído que el pecado corrompió el libre albedrío, une manifestum est quod praeter alias poenalitates pro peccato illo incurrit homo poenam in corruptione et depressione liberi arbitrii, y estoy absolutamente de acuerdo en la exposición del asunto en las Sentencias, que trae el recuerdo del hombre que bajaba de Jerusalem a Jericó y fue apaleado y robado, necesitado de cuidados para recuperarse. Bajo el pecado no existe libertad, solo esclavitud.
Y de esa esclavitud sabemos por la segunda epístola de Pedro, que nos enumera tantas caídas y perdiciones, desde ángeles hasta profetas; yo añadiría que hasta concilios, seguro que los ha habido serviles y carentes de libertad. Es el libre albedrío cosa a proteger de muchos peligros, la libertad que Dios nos restituyó se puede perder muy facilmente fabricando de falsedades verdades que nos encadenen en el pecado.

Ave María.
25/06/25 11:01 PM
  
Frailevi
En todas las organizaciones hay problemas y dificultades.

También en la Igkesia.
La distribución de los parrocos debe ser muy compleja pues es muy diferente estar en una parroquia del centro de una capital o en una de un pueblicito pequeño y apartado.

El nivel de aceptación demuestra como influye en nuestra vida el ejemplo y la palabra de Jesucristo.

Es muy fácil decir o cantar en Latín o en castellano que "Cristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte y muerte de cruz" o que "Dios se humilló y se hizo hombre por nosotros".
Más difícil es aceptar que ese sacerdote tan dotado de talentos, al que conocemos, este destinado en un pueblecito !con lo que vale!.

Y con valores simplemente humanos lo juzgamos y promovemos o participamos en descalificaciones.

Bien está corregir los defectos con la intención de que se subsanen y para ello se hace en el sitio adecuado y de la manera adecuada.
Pero poco se arregla con resaltar los errores y darlos pábulo aún sabiendo que nada se arregla con ello y mucho se desconcierta y se desanima.

Y es que si nos decimos cristianos y actuamos como el mundo más bien somos mundanos qye cristianos. Y así nos verán

No se puede poner una vela a Dios y otra al mundo, o se esta en la procesión o tocando las campañas.

No es fácil, no. Para mi no lo es. Pero al menos reconocer y decir, para poco a poco...
26/06/25 10:53 AM
  
Bergé, católico a su manera
Y dicen que el Santo Padre llamó a Fray Daniello Concina, la causa de la llamada las quejas de la tropa de Loyola. Tenía Fray Daniello la costumbre de hacer honor a la verdad, lo hacía con una inteligencia digna de encomio y con una aspereza absoluta, todo por amor a la verdad. Son muchos los que creen que poco se arregla con resaltar errores, unos por maldad, otros por razones innombrables aunque bien conocidas.
El Santo Padre hizo poco caso a aquel enjambre de piadosos jesuitas molestos con que la verdad fuera expuesta públicamente. Yo creo que es de justicia seguir el ejemplo de Fray Daniello, y el que quiera quedar como Cagancho en Almagro que siga con la doctrina del zumo de adecuada, que también la venden en supositorios.

Ave María.
26/06/25 12:22 PM
  
Martín de BA
Anawin... ¿qué le anda pasando? A veces es mejor callar o charlar con alguien personalmente.
26/06/25 1:34 PM
  
Respuesta a Martín de BA
Es por el cambio en la posología de su medicación. En verano se la tienen que bajar y claro...
27/06/25 7:54 AM

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