¿Hasta cuándo tendremos que soportar que Manel Pousa siga ejerciendo el sacerdocio?
Si algo ha aprendido la Iglesia en los últimos años es que los escándalos, como ciertos desechos orgánicos, tienden a flotar. Es decir, por más que se quiera hundirlos en el “fondo del mar, matarile, rile, rile", la realidad se impone y al cabo del tiempo asoman de nuevo a la superficie.
Cuando hace tres años informamos, entonces desde Religión en Libertad, de que un sacerdote de Barcelona había afirmado públicamente haber pagado abortos, lo menos que podía imaginarme es que el personaje volvería a ser protagonista de una portada por el mismo hecho. Pero es que el “Pare Manel” es mucho “Pare Manel". Tanto que han escrito un libro sobre él.
Este señor realiza, al parecer, una labor social de atención a marginados, especialmente presos. Lo cual está muy bien, sin lugar a dudas. Pero lo mismo hacen multitud de sacerdotes, religiosos y religiosas que no son famosos, por la sencilla razón de que hacen su labor sin a la vez pitorrearse públicamente de la fe de la Iglesia.