InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Cultura de la muerte

26.02.10

Getafe concede al partido nazi el premio "Sionista del año"

Sí, señores. El consejo sectorial anti-racista del ayuntamiento socialista de Getafe ha concedido el premio “Sionista del año” al Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP), por su labor incansable en la defensa de los derechos del pueblo semita. Otras candidaturas, como las de Jóvenes contra la Intolerancia, han sido desechadas ante el poderío de los argumentos favorables al partido alemán. Fuentes de toda solvencia aseguran a Cor ad Cor que el ayuntamiento getafense no ha querido confirmar ni desmentir que el hecho de que aparezca la S de sozialistische en el NSDAP, de modo similar a la S del PSOE, haya sido un factor esencial a la hora de conceder el premio. Otras fuentes han asegurado, sin embargo, que “entre socialistas anda el juego”, confirmando la importancia de esa coincidencia ideológica, que en lo relacionado con la cultura de la vida es prácticamente plena.

Habrá a quien le haga gracia la cosa, pero lo cierto es que el hecho de que el Ayuntamiento de Getafe haya concedido el premio “8 de marzo” -Día de la Mujer Trabajadora- a la clínica abortiva Dator es una muestra más -¿y van?- de que el PSOE es a la vida humana lo que el partido nazi al amor por el pueblo hebreo. Este premio es una especie de choteo general, de recochineo chulesco contra las víctimas inocentes de los abortos. Es como si a Auschwitz le hubieran concedido el premio al mejor establecimiento hotelero de Polonia. El socialismo no sólo quiere imponer su ideología totalitaria que destroza el derecho a la vida. Además, quiere humillar a los defensores de la cultura de la vida. Son tan degenerados que el día menos pensado saldrán a manifestarse blandiendo restos humanos procedentes de abortos mientras gritan “sacad vuestros rosarios, de nuestros ovarios". Son la encarnación moderna de aquellos pueblos que sacrificaban a sus hijos a dioses paganos. Son la cara visible del odio de Satanás hacia los santos inocentes. Son, como bien diría Cristo, hijos de su padre el diablo.

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25.02.10

Consumada la infamia

El Senado ha ratificado la legalización del asesinato de vidas humanas inocentes en el seno de sus madres. Con la votación de ayer, las dos cámaras donde realizan su labor los representantes de la soberanía nacional han colmado el vaso de la ignominia y la depravación moral. Cierto es que el aborto libre era ya una realidad en España debido a la criminal pasividad de la izquierda y la derecha parlamentaria española. Con la ley anterior, en este país hemos superado los cien mil abortos al año. Pero ahora ya se quitan todas las caretas y dan vía libre a que las clínicas abortivas hagan legalmente lo que antes hacían de forma clandestina.

Ver a los socialistas celebrar con júbilo la aprobación de la ley nos da una idea de cuál es su catadura moral. De todas formas, a nadie puede sorprender lo ocurrido. Y a nadie sorprenderá tampoco que el Rey firme la ley. Ya firmó la primera. El sistema político que tenemos es el que es, y da de sí lo que da de sí. Por más que se nos agoten los adjetivos, ellos no van a cambiar. Y lo peor de todo es que un amplio sector de la sociedad, probablemente mayoritario, está de acuerdo con este tipo de leyes. Y la parte de la sociedad que no está de acuerdo tampoco parece dispuesta a usar su voto para cambiar las cosas. Cuando unos cuantos sugerimos que hay que votar a siglas extraparlamentarias, para que puedan ser bisagra en un futuro gobierno, al que pondrían como condición irrenunciable la abolición de la legislación contraria a la ley natural, se nos tacha de ultras, integristas, fachas y demás lindezas.

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14.02.10

A un religioso le dan pena los obispos. A mí también.

Un religioso director de un centro sanitario de su orden siente compasión por los obispos cuando estos se ponen a hablar de la eutanasia. Me le imagino pensando para sí mismo: “¿De qué hablan estos pobres ignorantes que no tienen ni repajolera idea de lo que es tratar con enfermos en coma, tetrapléjicos desesperados, etc? Lo mejor es que se callen y nos dejen a nosotros, los expertos, hacer lo que creamos oportuno".

Pero hete aquí que entre los obispos españoles contamos ya, que yo sepa, con dos médicos: Monseñor Iceta y Monseñor Mazuelos, obispo auxiliar de Bilbao y de Asidonia-Jerez respectivamente. Obviamente no ejercen esa profesión, pero saber, saben. Y no poco. Mucho.

En todo caso, no creo que haya que ser médico para entender que retirar la alimentación y la hidratación a un enfermo para lograr que se muera es algo que atenta contra la caridad cristiana. Tampoco hace falta ser director de un hospital para comprender que retirar el respirador artificial a una tetrapléjica que no quiere seguir viviendo, es como darle una pistola a uno que se quiere suicidar. Y lo que es seguro es que no hace falta ser católico para saber que este religioso se pasa la doctrina católica sobre bioética por el refajo de su “misericordiosa alma”. Y que además, lo hace de forma pública, notoria y escandalosa para los fieles que estamos hasta los mismísimos de que la Iglesia no haga nada con quienes se burlan de sus enseñanzas y, por tanto, de nosotros.

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10.02.10

Nicaragua, o cómo se puede ser de izquierdas y contrario al aborto

El gobierno sandinista de Nicaragua está dando una lección al mundo entero al no ceder a las presiones intolerables de la Onu y de grupos pro-abortistas como Amnistía Internacional. La ministra de gobernación, Ana Isabel Morales, ha dado una razón bien simple para seguir manteniendo una legislación que impide todo tipo de abortos: “La mayoría de los ciudadanos nicaragüenses consideran que es importante el derecho a la vida del no nato, que es también un ser humano con goce del derecho a la vida“. Y poco más hay que decir. Quien no ha nacido tiene tanto derecho a nacer como el resto de seres humanos que pueblan el planeta.

Ciertamente, doña Ana Isabel se aparta de la moral católica al decir que la natalidad debe de regularse “a través del uso de los métodos anticonceptivos“, pero supongo que sería pedir demasiado que una ministra sandinista se convierta en portavoz de la moral católica en esta materia.

Como cabía esperar, los pro-abortistas han exhibido toda su panoplia de argumentos favorables a la ejecución de seres humanos en el seno materno. Insisten en presentar la cuestión como un derecho de la mujer, sin responder a lo que la dirigente nicaraguense plantea sobre la dignidad del no nacido. Eso hace que el debate se convierta en un diálogo de sordos. Una de las partes se niega a aceptar un hecho que no admite duda: las embarazadas no tienen dentro un pedazo de carne, sino un ser vivo con adn propio -su propio hijo-, miembro de la especie humana como su madre.

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5.02.10

El arzobispo de Oviedo llama a las cosas por su nombre

Frente a los que creen que hay que moderar el contenido de determinados mensajes, frente a los que confunden la cobardía con la prudencia, frente a los que prefieren evitar salir en los medios, no vaya a ser que alguien les critique, el nuevo arzobispo de Oviedo, monseñor Sanz Montes, no se anda por las ramas y llama a las cosas por su nombre. Por ejemplo, acaba de definir el aborto como “¡…el crimen de un ser humano sin que pueda rechistar!“. No se ha quedado ahí. Ha asegurado que “junto al infanticidio horrendo se da al mismo tiempo el matricidio fatal” y, por si fuera poco, ha acusado a los que lo justifican de “propiciar un cruel fusilamiento en un paredón entre algodones cuya fosa común será luego un vulgar cubo de basura“. El resto de la intervención del arzobispo asturiano puede leerse en InfoCatólica.

En la batalla contra la cultura de la muerte, una de las armas más poderosas que tenemos los defensores de la vida es la palabra que anuncia la verdad y denuncia la mentira. Contra el derecho a nacer pueden exhibir leyes, argumentos engañosos, falsedades patentes y derechos inexistentes. Ante semejante “poderío” al servicio del mal, podemos sentirnos apocados, tentados de tomar un posicionamiento defensivo o buscar consensos en los que renunciemos a aquello que no podemos renunciar. Pero cuando lo que está en juego es la vida, no caben medias tintas. Si el aborto es un crimen, y lo es, los que lo practican son criminales. Y los que lo legalizan y lo apoyan desde el mundo de la política y los medios de comunicación, son cómplices de esos criminales, en el mismo sentido que los batasunos son cómplices de Eta. No son menos inocentes los embriones y fetos “fusilados entre algodones” que los asesinados a tiros por la banda terrorista. El que la sociedad no lo vea así, no cambia la realidad. Y es nuestro deber, si realmente queremos ser luz del mundo y sal de la tierra, intentar que las cosas cambien y se vea como horrendo aquello que horrendo es.

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