CajaSur, una cuestión de dignidad
Como siempre ocurre cuando se produce la intervención de un banco o una caja de ahorros por parte del Banco de España, detrás suele haber una intrahistoria de presiones, malas gestiones, intentos de conchabeos, etc. En el caso de CajaSur ha pasado un poco de todo eso y más. De momento, con la entrevista que nos ha concedido el obispo de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández, creo que se despejan no pocas dudas sobre lo que ocurrido en la última etapa de la crisis. Al menos según la versión de la Iglesia, que para mí es la más confiable.
Poco se imaginaban los jerifaltes socialistas de la Comunidad Autónoma de Andalucía que finalmente la Iglesia no cedería ante su intento de apropiarse de CajaSur imponiendo sus condiciones. Porque esa, y no otra, era la idea que subyacía tras la imposición de fusión con Unicaja. Una fusión que, en cualquier caso, podría haberse llevado a cabo si se hubieran respetado los puestos de trabajo de CajaSur. Puede que en el mundo de las finanzas el factor humano sea algo a tener en cuenta sólo en un tercer o cuarto nivel. Pero la Iglesia no puede moverse por esos valores -deberían de haberlo pensado antes de tocar la Cope- y los sacerdotes responsables, hasta hoy, de CajaSur, no cedieron en ese punto. Con la intervención del Banco de España al menos quedan garantizados por un año esos puestos de trabajo. Dentro de doce meses veremos qué pasa.