La lección de los obispos de EE.UU
Hoy es uno de esos días donde ser católico es motivo de orgullo. En el país más “poderoso” del mundo, ese que es pintado por muchos como el paraíso de la democracia y la panacea de las libertades, existe un gobierno empeñado en obligar a todo el mundo a aceptar la cultura de la muerte, que tiene en el aborto su rostro más siniestro. Y dentro de todo el mundo entramos, como no podía ser de otra manera, los católicos. Obama quiere forzar a todos los empresarios o personas particulares que contratan empleados a pagar unos seguros médicos que incluyan entre sus servicios la anticoncepción, la esterilización y los fármacos abortivos.
La secretaria del departamento de Salud y Servicios Humanos de la administración Obama ha dado un plazo de un año a las instituciones religiosas para acatar la norma. Pues bien, los obispos de EE.UU están diciendo que no piensan acatarla. Y que si es menester, sufrirán las consecuencias legales. La contundencia y la firmeza de algunos prelados a la hora de pronunciarse es sencillamente digna de elogio. Y yo añadiría que brilla con luz propia si se la compara con la actitud de otras iglesias locales en otros lugares del mundo. Por ejemplo, ahora que parece que en España nos vamos a librar de la EpC, cabe preguntarse qué colegio católico, religioso o diocesano, decidió objetar ante una asignatura con elementos claramente contrarios a la cosmovisión católica del hombre y la sociedad. La respuesta es ninguno. Se ve que aquí no cuenta mucho eso de que “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres“.