InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Ecumenismo

1.02.16

Es obligado predicar la fe católica en su integridad

Es doctrina católica que en las principales religiones no cristianas hay elementos de verdad, en mayor o menor grado dependiendo de la religión que hablemos. Es igualmente doctrina católica que en las iglesias y comunidades eclesiales separadas no solo hay elementos de verdad, sino que la gracia de Dios está presente en ellas. 

Por esllo, está bien reconocer lo que hay de santo y bueno en otras religiones, especialmente las cristianas. Pero, quede esto muy claro, no hay, literalmente, nada bueno en ellas que no esté presente en el catolicismo, aunque algunas de esas buenas cosas estén parcialmente escondidas en esta generación.

La fe católica tiene cosas magníficas que otros no tienen. Y si no las ofrecemos, si nos quedamos mirando el bien parcial de otros sin ofrecerles el bien total que poseemos por puro don, por pura gracia, ¿cómo cabe calificarnos?

Un ejemplo de esto que digo lo tenemos en el protestantismo. Por no tener, ni siquiera tienen toda la Biblia. Les faltan los Deuterocanónicos, A pesar de que las primeras biblias protestantes los incluían, decidieron sacarlos de su canon. Y menos mal que se quedaron en esos libros. Si por Lutero hubiera sido, la epístola de Santiago, a la que llamó “epístola de paja", habría sido también desechada. Cosa lógica porque es el único lugar de toda la Escritura donde las palabras fe, justificación y obras están juntas, precisamente para negar el solafideísmo. Y no digamos nada del papel de la Tradición, que ellos desechan como parte de la Revelación

Los ortodoxos, que tras siglos sin tener un concilio para todos ellos parece que por fin van a celebrarlo, se quedaron, entre otras cosas, sin el ministerio petrino y además se alejaron de la fe cristiana del primer milenio en una cuestión tan delicada como la indisolubilidad del matrimonio, que ellos se saltan a la torera bendiciendo segundas, terceras e incluso cuartas uniones.De poco valen que digan que esas bendiciones no son sacramentales. Los pecados, y el adulterio lo es, no se bendicen.

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26.01.16

Cuando Dios usó a un pastor luterano sueco para abrirme los ojos

No me acuerdo de su nombre ni he vuelto a saber de él, pero la primera persona que el Señor usó para abrirme los ojos, siendo todavía protestante, a la presencia real de Cristo en la Eucaristía fue un pastor luterano de Suecia, con quien entablé cierta amistad a finales del siglo pasado. Dado que él no hablaba español y mi dominio del sueco era más bien escaso, nos escribíamos en inglés. De hecho, mis primeros años en internet sirvieron para que mejorara grandemente mis conocimientos sobre el idioma de Shakespeare, dado que la mayor parte del material cristiano que merecía la pena presente en la red estaba en ese idioma.

El pastor no necesitó hacer ninguna treta como hizo Lutero con Zwinglio cuando debatieron precisamente sobre la Eucaristía en la Disputa de Marburgo. Le bastó usar la Biblia, especialmente el capítulo 6 del evangelio de Juan. Obviamente la tesis luterana sobre la presencia real no alcanza la verdad completa presente en la fe católica. Cosubstanciación  no es lo mismo que Transubstanciación, pero dentro del protestantismo es lo que más se le acerca. Desde aquellas charlas que mantuve con él, me abstuve casi por completo de debatir con católicos sobre la cuestión de la presencia real, aunque yo seguía negando el carácter sacrificial de la Eucaristía. De hecho, cuando un par de años después el Señor me trajo de vuelta a la Iglesia, ese tema, a diferencia de las doctrinas sobre María y el uso de las imágenes, no supuso el menor problema para mí.

Sin embargo, lo que más recuerdo de mis coloquios con el pastor luterano era su oposición radical a la deriva que el luteranismo oficialista había tomado no solo en su país sino en el resto de países europeos donde su fe era la religión oficial de estado. Él detestaba la teología liberal y me aseguraba que había llevado la apostasía a su patria y a gran parte del luteranismo en todo el mundo. Por supuesto, yo estaba plenamente de acuerdo. Su oposición le llevó a abandonar la iglesia “estatal” luterana para unirse a una independiente, pero auténticamente luterana. Eso suponía, entre otras cosas, que renunciaba a un sueldo seguro, pagado por el estado, durante toda su vida.

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20.01.16

El Papa y el bautismo entre los protestantes

El papa Francisco ha dedicado su catequesis de hoy al sacramento del bautismo, en el contexto de la Semana de Oración para la unidad de los cristianos. Destaco un par de párrafos de la alocución pontificia:

Cuando nosotros cristianos decimos que compartimos un solo Bautismo, afirmamos que todos nosotros -católicos, protestantes y ortodoxos- compartimos la experiencia de estar llamados de las tinieblas feroces y alienantes al encuentro con el Dios vivo, pleno de misericordia.

Y:

En conclusión, queridos hermanos y hermanas, todos nosotros cristianos, por la gracia del Bautismo, hemos obtenido misericordia de Dios y hemos sido recibidos en su pueblo.

La realidad es que católicos y ortodoxos tenemos una misma visión sobre el bautismo, pero no ocurre tal cosa en el protestantismo. Entre los protestantes, se dan las siguientes tesis:

  1. El bautismo limpia todo pecado en quien lo recibe. Debe ser administrado a los bebés.
  2. El bautismo limpia todo pecado en quien lo recibe pero solo puede ser administrado a adultos (o niños con uso de razón).
  3. El bautismo no limpia pecado alguno y es un simple signo de fe. Debe ser administrado a los bebés.
  4. El bautismo no limpia pecado alguno y es un simple signo de fe. Solo puede ser administrado a adultos (o niños con uso de razón).

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30.11.14

¿Quién consideraría legítima una reconciliación lograda a costa de la verdad?

La unidad de los cristianos es tan deseable, que Cristo pidió al Padre por ella. Por tanto, toda iniciativa dirigida a lograr dicha unidad es loable, siempre que tengamos en cuenta que no habrá unidad verdadera posible renunciando a la verdad. Esto no lo digo yo. Lo dijo San Juan Pablo II en su encíclica Ut unum sint:

18. Basándose en una idea que el mismo Papa Juan XXIII había expresado en la apertura del Concilio, 31 el Decreto sobre el ecumenismo menciona el modo de exponer la doctrina entre los elementos de la continua reforma. No se trata en este contexto de modificar el depósito de la fe, de cambiar el significado de los dogmas, de suprimir en ellos palabras esenciales, de adaptar la verdad a los gustos de una época, de quitar ciertos artículos del Credo con el falso pretexto de que ya no son comprensibles hoy. La unidad querida por Dios sólo se puede realizar en la adhesión común al contenido íntegro de la fe revelada. En materia de fe, una solución de compromiso está en contradicción con Dios que es la Verdad. En el Cuerpo de Cristo que es « camino, verdad y vida » (Jn 14, 6), ¿quién consideraría legítima una reconciliación lograda a costa de la verdad? La Declaración conciliar sobre la libertad religiosa Dignitatis humanae atribuye a la dignidad humana la búsqueda de la verdad, « sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia », y la adhesión a sus exigencias. Por tanto, un « estar juntos » que traicionase la verdad estaría en oposición con la naturaleza de Dios que ofrece su comunión, y con la exigencia de verdad que está en lo más profundo de cada corazón humano.

Dicho lo cual, el papa Francisco ha afirmado lo siguiente en Estambul (antigua Constantinopla) ante el Patriarca Bartolomé I:

La plena comunión no significa si sumisión ni absorción, sino acogida de todos los dones que Dios nos ha dado a cada uno… Para llegar a la meta deseada de la plena unidad, la Iglesia católica no pretende imponer condición alguna.

Ciertamente la fe católica no se puede imponer. El hombre es libre para aceptarla por gracia o puede rechazarla por su condición pecaminosa o por algún tipo de ignorancia invencible que puede disminuir e incluso anular su culpabilidad. Pero la verdad completa está y seguirá estando en el mismo lugar que siempre. Es decir, en el depósito de la fe que únicamente es guardado de forma completa por la Iglesia Católica. El resto de iglesias y comunidades eclesiales cristianas no lo custodian de forma íntegra. Es más, rechazan de forma abierta no pocos de sus puntos. En algunos casos, muchos.

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4.08.14

Puestos a trabajar en favor del ecumenismo, que sea con...

El 19 de enero del 2010, Benedicto XVI aseguró que la Iglesia Católica está comprometida de forma irreversible con el ecumenismo. Anteriormente, el 18 de julio del 2008, había afirmado que “el camino del Ecumenismo apunta, definitivamente, a una celebración común de la Eucaristía”. Con ello no hacía sino seguir los pasos de sus inmediatos antecesores en la Silla de Pedro. Por su parte, el papa Francisco ha hecho gestos ecuménicos significativos. Entre sus declaraciones, quisiera resaltar las que hizo durante la visita a Roma del patriarca de los armenios, Karekin II. Dijo el Santo Padre:

El ecumenismo del sufrimiento, el ecumenismo del martirio, el ecumenismo de la sangre son un poderoso recordatorio para caminar por el camino de la reconciliación entre las Iglesias, con determinación y abandono confiado al Espíritu.

Dando por hecho que no hace falta explicar ni justificar el ecumenismo con los orientales, ya sean los ortodoxos, ya sean los no calcedonianos e incluso los nestorianos, sí me parece oportuno que en relación a los protestantes tengamos muy presente que hay unas diferencias abismales, dependiendo de quién tengamos delante.

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