InfoCatólica / Caritas in Veritate / Categoría: Verdad

15.01.15

(66) Apuntes sobre las Franciscanas de la Inmaculada...

«Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz.» (Lc. 8,17)

Las “acusaciones” puntuales que les han presentado a las Franciscanas de la Inmaculada, tal vez sean el botón de muestra de cómo se están haciendo las cosas últimamente. Estas acusaciones recientes, perfectamente acreditadas, son:

- “Las hermanas no comprenden lo que rezan”, aludiendo a la elección del rito tradicional para el rezo del Oficio;

-Es inconveniente la práctica de la pobreza tal como las Hermanas lo viven, es decir, según Regla original de S. Francisco –aprobada y alabada por Tradición y Magisterio reiteradamente-, renunciando absolutamente a toda posesión, pues sus bienes son de quienes las acogen (Obispos y bienhechores). El pueril argumento que se ha esgrimido es que contribuyen al enriquecimiento de familiares o amigos al testar a su favor (¡!).

- “Se mantiene a las hermanas en la ignorancia”, pues en su formación no se incluye la teología de género. Sobran comentarios en lo tocante a este punto: no hay error de imprenta, amable lector.

dragInmaculada- Se les ha planteado finalmente que es inadmisible su “voto mariano” (primer voto en la Congregación, que constituye su carisma específico, y cuya supresión significaría anularlas canónica y espiritualmente en cuanto Fcanas. de la Inmaculada), manifestándoseles que “no se puede obedecer a la Virgen, sino a Dios” (¡¡!!).

Podríamos responder a esto con varias páginas de doctrina católica mariana, pero especialmente con el Tratado de la Verdadera Devoción de S. Luis M. de Montfort, para refutar semejante absurdo. En la obediencia a Nuestra Señora nunca hay peligro de “libre interpretación”, por cuanto Ella siempre nos dirá “Hagan lo que El les diga” (Jn.2,1-11) y nunca nos insinúa la huida ante la Cruz…

Esta última acusación es concorde con el sorprendente disgusto manifestado por Sor Fernanda Barbiero (ex directora del Inst. Pontificio Regina Mundi), la Visitadora  designada para las Franciscanas, quien refiriéndose a la imagen de la Inmaculada que estaba sobre la mesa para presidir una de sus visitas, le dijo a las hermanas “por favor, saquen a ‘Esta’ de aquí”, para comenzar a conversar…

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8.01.15

(63) ¿Todos los cardenales y obispos de la Iglesia son católicos?

Una de las primeras tareas que realizan los misioneros en los nuevos destinos, imagino que debe ser el aprender el idioma, porque ¿para qué evangelizar, si no es para incorporar nuevas almas a la unidad de la familia católica? ¿Y cómo acercarnos unos a otros, si no nos podemos comprender? Paralelamente, uno de los principales oficios misioneros es enseñar el “idioma católico”, es decir, la fe. ¿Hasta aquí de acuerdo?

Bien; la pregunta es ahora: ¿puede haber unidad verdadera sin compartir algún tipo de “idioma común” a través del cual se comuniquen y asocien los corazones?rebañoinv

No; no hablaré del latín, enristrad las lanzas o cerrad los paraguas, que “los tiros” no vienen por ahí, y ni siquiera hay tiros, sino sinceras preguntas, que buscan misericordiosas respuestas.

Me determino a exponer algunas inquietudes, porque sigo creyendo a pie juntillas (otro año más, por gracia de Dios) que somos hijos de la Luz, y que la luz rompe las tinieblas: no se “une” a ellas (puede ser que la Luz sea un poco intolerante…). 

La cuestión es, entonces: ¿qué sentido tiene hablar de unidad si se renuncia al factor que la procura? ¿Qué valor tiene la unidad, si no es para un fin en común? ¿Significa lo mismo unidad que rejunte? Nuestro Señor dice “Padre, que sean uno, como Tú y Yo somos Uno…”, y ese “como” tiene un valor modal y condicional: que no sean uno “a costa de cualquier cosa”, “de  cualquier manera”, sino “bajo condición de ser” como las Personas Divinas. ¿Cómo se unen el Padre y el Hijo? En el Espíritu Santo, que es Espíritu de Verdad. Se trata, pues, de la Caridad en la Verdad, no de un “pegoteo” con chicle.

¿Por qué no puede concebirse la unidad de Dios con los espíritus infernales? ¿Por qué, si Nuestra Señora es Reina de la Paz, sigue aplastando a la Serpiente?

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29.12.14

(61) Cristo, ¿vuelve o no vuelve?

Si una palabra suena y resuena en estos días entre brindis y saludos navideños, es la Esperanza.

ParusiagrA mí siempre me ha seducido especialmente, y creo que tal vez es como la “Cenicienta” de las Teologales, pues siempre hay quienes velan celosos por los abusos contra la Fe y la Caridad, pero en lo que se refiere a la Esperanza,  mientras unos gustan de falsificarla, otros la descuidan gravemente (olvidando que la desesperación es el aguijón inconfundible del desbarranco de Judas, inclusive más que la traición…).

Porque contra las virtudes podemos pecar por exceso o por defecto, y muchos que pregonan la esperanza por los caminos, saltando alegremente como arlequines (“Un nuevo sol, se levanta…”), quizá pecan por exceso, cayendo en ilusión o tontería, y eso no es esperanza sino su caricatura.  Son los de esa pandilla que se atreve a reemplazar al Cristo Crucificado de los altares por uno “Resucitado” que parece que está por saltar de un trampolín, creyendo que la esperanza viene a abolir la cruz, y entonces comprobamos que “están mirando el canal equivocado” o se les ha caído la brújula por algún lado…

Y  cuando se pierde la brújula, lógicamente, uno trata de orientarse como puede, pero a veces se pierde cada vez más, y lo mejor sería volver al sitio donde se ha comenzado la marcha.

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27.11.14

(58) Invitación a conferencia de Mons. Sanahuja en Buenos Aires

Pensaba titular el post  “A los lectores de Buenos Aires”, pero me resultaba un tanto extraño, y demasiado selectivo… así que opto simplemente por dejarlo así. 

Dado que Mons. Sanahuja es también bloggero de Infocatolica, creímos que sería oportuno avisar a quienes además de leerlo, quieran escucharlo, lo cual siempre es buena oportunidad para contemplar la realidad presente -y acuciante- a la luz de la fe de la Iglesia. 

A quienes no puedan venir, les pido nos acompañen con sus oraciones por el buen fruto de esta tarde, y a quienes no se han enterado aún por otro medio les animo a acompañarnos, y serán muy bienvenidos.

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Teniendo en cuenta que como ha dicho recientemente el Card. Burke, “estamos inmersos en una gran lucha, que golpea el mismo corazón de la Iglesia”, creemos necesario usar todos los medios a nuestro alcance para ayudar a clarificar la confusión en que nadan muchos hermanos nuestros últimamente, porque mientras sotto voce se van ensanchando mangas eclesiales para que pase más de un camión, la gran mayoría de los fieles no termina de encontrar la brújula, y no todos cuentan con un buen párroco que les decodifique el nuevo Tetrálogo descafeinado (no discriminar, no juzgar, no razonar, no reaccionar…). Así que si tienen algún conocido “desorientado", también serviremos café. Hay que despertarse.

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Informe de la visita de Mons. Sanahuja a Montevideo este mes, invitado por el Centro Cultural Católico “Fe y Razón”

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8.11.14

(56) ¿Son católicos todos los católicos? -Sobre la protestantización del catolicismo- (y II)

Publicamos a continuación la segunda y última parte del artículo del p. Bojorge s.j. (*), a quien agradecemos su autorización para hacerlo de modo fragmentario, a fin de facilitar su lectura y aprovechamiento actual, para iluminar gran parte de los síntomas del malestar que padecemos.

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Proceso de Protestantización del catolicismo

p.Bojorge2

-Protestantismo y modernidad

En 1985, el periodista Vittorio Messori le preguntaba al Card. Joseph Ratzinger en la entrevista que se publicó como “Informe sobre la fe [18]:

- Messori: “Empiezo con una ‘provocación’: Eminencia, hay quien dice que se está dando un proceso de ‘protestantización’ del catolicismo”.
- Card. Ratzinger: “(…) Existe, de hecho, el peligro de semejante cambio: no es un mero espantapájaros montado por algunos círculos integristas.
- Messori: Pero ¿por qué precisamente el protestantismo -cuya crisis no es ciertamente menor que la del catolicismo- debería atraer hoy a teólogos y laicos que hasta el Concilio permanecían fieles a Roma?
- Card. Ratzinger: “Desde luego no es fácil explicarlo. Me viene a la mente esta consideración. El protestantismo surgió en los comienzos de la Edad Moderna y, por lo mismo, está más ligado que el catolicismo a las ideas-fuerza que produjeron la edad moderna. Su configuración actual se debe en gran medida al contacto con las grandes corrientes filosóficas del siglo XIX. Su suerte y su fragilidad están en su apertura a la mentalidad contemporánea. No es extraño que teólogos, católicos, que no saben ya qué hacer con la teología tradicional, lleguen a opinar que hay en el protestantismo caminos adecuados y abiertos de antemano para una fusión de fe y modernidad".

Permítaseme interrumpir la entrevista e intercalar una reflexión en atención al tema que vengo tratando: el Cardenal le responde a Messori, concediendo que el peligro de protestantización del catolicismo es real, que existe y que no es una ilusión integrista. Pasa luego a dar una interpretación del fenómeno: hay una cierta congenialidad del espíritu de la Reforma protestante con el espíritu moderno. Esta observación sugiere que hay que ponderar los riesgos y repensar las condiciones de un aggiornamento para que no sea indiscreto, para que no sea una apertura al mundo ingenua e idílica y por ende suicida. La ‘protestantización’ de tantos católicos tiene mucho que ver con una mimetización acrítica con el mundo moderno, a costa de la propia identidad. La protestantización derivada de este mimetismo con la cultura dominante es directamente proporcional a la falta de capacidad contracultural de los católicos de hoy. Sólo si logran ser contraculturales lograrán permanecer fieles católicos. Los asimilados engrosarán las filas de las sectas y las comunidades eclesiales protestantes. (…)

-Hoy como ayer, una desviación eclesiológica
- Messori: ¿Qué principios entrarían en juego en esa opinión?
- Card. Ratzinger: “Hoy como ayer [21], el principio de la Sola Scriptura desempeña un papel primordial. Para un cristiano medio hoy resulta más ‘moderno’ y ‘evidente’ admitir que le fe nazca de la opinión individual, del trabajo intelectual, de la contribución del especialista. Si ahondamos más, encontraremos que de tal concepción deriva lógicamente el que el concepto católico de Iglesia ya no es realizable, y que se debe buscar un nuevo modelo, en el sitio que sea, dentro del vasto ámbito del protestantismo”.InfsobrelaFe
- Messori: Así que desembocamos, una vez más, en la eclesiología.
- Card. Ratzinger: “Ciertamente. Al hombre moderno de la calle le dice, a primera vista, más un concepto de Iglesia que en lenguaje técnico llamaríamos ‘congregacionalista’ o de ‘Iglesia libre’ (Freechurch). De donde se sigue que la Iglesia es una forma mudable y pueden organizarse las realidades de la fe del modo más conforme posible a las exigencias del momento. (…)
 

Lutero hoy, ante la Congregación para la Doctrina de la Fe

Messori: A finales de 1983 -quinto centenario del nacimiento de Martín Lutero-, visto el entusiasmo de alguna celebración católica, las malas lenguas insinuaron que actualmente el Reformador podría enseñar las mismas cosas que entonces, pero ocupando sin problemas una cátedra en una universidad o en un seminario católico. ¿Qué me dice de esto el Prefecto?. ¿Cree que la Congregación dirigida por él invitaría al monje agustino para un ‘coloquio informativo’?
- Card. Ratzinger (sonríe): “Sí, creo de veras que habría que hablar también hoy con él muy seriamente y que lo que dijo tampoco hoy podría considerarse ‘teología católica’. (…)

-          Messori: Sería interesante saber en qué temas se apoyaría la Congregación para la Doctrina de la Fe para intervenir contra Lutero.
- Card. Ratzinger: “No hay la menor duda en la respuesta: ‘Aún a costa de parecer tedioso, creo que nos centraríamos una vez más en el problema eclesiológico. En la disputa de Leipzig, el oponente católico de Martín Lutero le demostró de modo irrefutable que su ‘nueva doctrina’ no se oponía solamente a los Papas, sino también a la Tradición, claramente expresada por los Padres y por los Concilios. Lutero entonces tuvo que admitirlo y argumentó que también los concilios ecuménicos habían errado, poniendo así la autoridad de los exegetas por encima de la autoridad de la Iglesia y de su Tradición”.
- Messori: ¿Fue en ese momento cuando se produjo la ‘separación’ decisiva?
- Card. Ratzinger: “Efectivamente, así lo creo. Fue el momento decisivo, porque se abandonaba la idea católica de la Iglesia como intérprete auténtica del verdadero sentido de la Revelación. Lutero no podía compartir la certeza de que en la Iglesia hay una conciencia común por encima de la inteligencia e interpretación privadas.(…)  la teología católica debe interpretar la fe de la Iglesia; cuando se pasa directamente de la exégesis bíblica a una reconstrucción autónoma, se hace otra cosa”.

-Hay que ser contracultural para permanecer católico:

La entrevista de Vittorio Messori al Cardenal Ratzinger continúa ponderando las vicisitudes y posibilidades del diálogo ecuménico postconciliar. En un momento de esta conversación, el Cardenal Ratzinger afirma que al convivir protestantes y católicos, son los católicos los que corren mayor riesgo de deslizarse hacia las posiciones protestantes. “(…) El catolicismo exige la aceptación de una mentalidad de fe que frecuentemente se halla en una radical oposición con la opinión actualmente dominante”.

- Mons. Luigi Giussani: la intelectualidad católica gravemente protestantizada hoy
También Monseñor Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, afirma la deriva protestantizante del catolicismo actual, especialmente de la intelectualidad católica; (…)L.Giussani

En una de sus obras: “La Conciencia religiosa en el Hombre moderno” [22], afirma Mons. Giussani (…) “el hecho cristiano se presenta en el mundo profundamente reducido”. Está lejos -dice- de ser aquélla presencia en lucha contra la ruina del hombre que debería ser. “Hablo -dice- de una reducción del cristianismo en el modo de vivir su propia naturaleza”. Y caracteriza esa reducción así: “A mí me parece que el cristianismo en nuestro tiempo se ha visto como angustiado, debilitado, entorpecido por una influencia que podríamos llamar ‘protestante’ ”. (…) “la observación capital que motiva dicho juicio consiste en la reducción del Cristianismo a ‘Palabra’ (…)

Tres caídas “que tienden a reducir desde dentro el hecho cristiano, y en particular, al catolicismo; que lo desmovilizan desde dentro y debilitan en él la lucha contra una mentalidad para la cual ‘Dios no tiene nada que ver con la vida’ ”.

Tenemos que resignarnos a resumir aquí el iluminador análisis que hace de estas caídas protestantizantes:

1) Subjetivismo: que deriva en sentimentalismo y pietismo, porque inevitablemente la Palabra se somete en último término a la interpretación personal, o en su defecto, a la interpretación de los exégetas. (…)
2) Moralismo: (…) Si el cristianismo es reducido a palabra, viene a coincidir con una emoción de la conciencia que tiene el derecho de interpretarla, y tal conciencia no puede independizarse del flujo de los valores que más se estiman en el momento histórico en que vive. La moral termina siendo fijada por el poder real, por la identificación con los valores morales que la sociedad parece considerar evidentes. Y es así como la moralidad se convierte en moralismo rabioso.

- Politización de los católicos proporcional a su creciente impotencia política  Viene al caso recordar aquí, en confirmación de estas observaciones de Mons. Giussani, lo que observa Gianfranco Morra acerca de las dificultades de muchos en aceptar la Doctrina Social de la Iglesia y de su relación con la mentalidad protestante. De una manera u otra se llega a desentenderse de la pretensión de la fe de configurar prácticamente el orden social y político concreto. (…)

- ¿Reforma a costa de la identidad?

3) La tercera caída que comprueba Mons. Giussani es el Debilitamiento de la unidad orgánica del hecho cristiano. Como consecuencia de la reducción del cristianismo a Palabra, se debilita el nexo que une el presente al pasado, se debilita el valor de la historia, de la tradición y, por consiguiente, de la organicidad del acontecimiento cristiano que hace viva la vida de la Iglesia.(…)

Mientras el gobierno mundial se globaliza, el del catolicismo corre el riesgo de fragmentarse en conferencias episcopales nacionales. Las ‘iglesias particulares’, delimitadas y separadas por fronteras políticas, lingüísticas y socio culturales, corren el riesgo de funcionar de espaldas las unas a las otras y de asemejarse a las iglesias nacionales protestantes.

El debilitamiento de la unidad católica se manifiesta, pues, en un debilitamiento de la comunión (…)

- Augusto del Noce: una caída en la inmanencia
Para el filósofo Augusto del Noce la protestantización del catolicismo era una evidencia ya en la década del setenta. (…)

 “si es verdad que el modernismo es la penetración del protestantismo en el catolicismo, no hay que imaginársela, sin embargo como una protestantización del catolicismo; la penetración da lugar a un fenómeno nuevo, en el cual se eliminan los caracteres religiosos trascendentes tanto del protestantismo como del catolicismo” [24].

Lo que resulta, según del Noce, es la reducción de la teología a filosofía. El resultado, dice del Noce, es Friedrich Gogarten en el mundo protestante [la secularización como tarea para el cristiano] y J. B. Metz en el mundo católico [la teología política y su epígona latinoamericana, la teología de la liberación]. Los resultados son, respectivamente, el secularismo y la servidumbre política. El abandono del culto y de la trascendencia y el confinamiento en las tareas de la inmanencia. (…)

- Infidelidades en la Iglesia
De estos males del catolicismo actual, acaba de darnos un panorama el Pbro. Dr. José María Iraburu en su obra reciente Infidelidades en la Iglesia [25], con un fragmento de cuyo testimonio daremos fin a este elenco de voces que podría ampliarse más.(…)

Nunca en la Iglesia se ha tolerado la difusión de errores y abusos tan ampliamente.

La confusión no es católica. Es, en cambio, la nota propia de las comunidades cristianas protestantes. En ellas la confusión y la división son crónicas, congénitas, pues nacen inevitablemente del libre examen y de la carencia de Autoridad apostólica.p.Iraburu

El papa León X, en la bula Exurge Domine (1520), condena esta proposición de Lutero: «Tenemos camino abierto para enervar la autoridad de los Concilios y contradecir libremente sus actas y juzgar sus decretos y confesar confiadamente lo que nos parezca verdad, ora haya sido aprobado, ora reprobado por cualquier Concilio» (n.29: DS 1479).

Partiendo de esas premisas, una comunidad cristiana solamente puede llegar a la confusión y la división. Este modo protestante de acercarse a la Revelación pone la libertad por encima de la verdad, y así destruye la libertad y la verdad.(…)

Lutero destrozó todo lo cristiano: los dogmas, negando su posibilidad; la fe, devaluándola a mera opinión; las obras buenas, negando su necesidad; la Escritura, desvinculándola de Tradición y Magisterio; la vida religiosa profesada con votos, la ley moral objetiva, el culto a los santos, el Episcopado apostólico, el sacerdocio y el sacrificio eucarístico, y todos los sacramentos, menos el bautismo…  Pero Lutero, ante todo, destroza la roca que sostiene todo el edificio cristiano: la fe en la enseñanza de la Iglesia apostólica. Y lógicamente todo el edificio se viene abajo.

La fe teologal cristiana es cosa muy distinta, esencialmente diferente, de la libre opinión de un parecer personal. Como enseña el Catecismo, «por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios… La Sagrada Escritura llama “obediencia de la fe” a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26)» (143) (…)

- Resumen e impresión general

(…) Me parece percibir que está teniendo lugar un enfrentamiento de culturas, de maneras de ver la vida. Lo que está sucediendo, y muchos católicos que quieren seguir siéndolo padecen, es la expansión de la cultura anglosajona de matriz protestante sobre naciones y poblaciones herederas de la cultura hispana y latina, de matriz católica.(…)

Está en curso un corrimiento cultural general desde la matriz católica de la que alguien procede, hacia la matriz protestante que invade el mundo en que vive. Si no la asume y se identifica, tendría que resistirla y padecer. Y eso, como la fe, no es de todos.

Son cosas a tener en cuenta para proceder, con inteligencia, de la naturaleza de los hechos. Y para actuar con misericordia y humildad. Pero también para resistir firmemente y defender los valores recibidos en herencia, los que nos hacen ser lo que somos. Y para apreciar la gracia de preservación de la que, hasta ahora, hemos sido objeto.

- En conclusión
Hemos querido mostrar en este estudio cómo (…) la Reforma Protestante es manifiestamente útil para orientarnos en la comprensión de la naturaleza de las derivas y tentaciones presentes en la vida de la Iglesia, ya que es un fenómeno espiritual que, como tantos y tan autorizados observadores de la realidad eclesial lo atestiguan, continúa y lo continuamos padeciendo.

Horacio Bojorge S.J.

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[17] Card. Joseph Ratzinger, O.c. p. 203

[18] Ed. BAC, Madrid 1986; título original: Rapporto sulla fede, Ed. Paoline, Milano 1985

[19] Horacio Bojorge, En mi sed me dieron vinagre. Ensayo de teología pastoral y espiritual, Edit. Lumen, Buenos Aires 2ª ed. 1999, capítulo cuarto apartado 13.1 págs. 115 ss.

[20] Horacio Bojorge, Mujer: ¿por qué lloras? Gozo y tristezas del creyente en la civilización de la acedia, Edit. Lumen, Buenos Aires 1999, Cap. 5.2 La felicidad como asunto profético.

[21] La cursiva es nuestra, queremos señalar que esta frase del Cardenal, expresa su visión de que es un mismo fenómeno que continúa.

[22] Ed. Encuentro, Madrid 1986. Citamos de las páginas 57 a 63

[23] Gianfranco Morra “Dottrina sociale e scristianizzazione” publicado en Documenti di lavoro n. 10, publicación de la Scuola di Dottrina Sociale; puede consultarse en Internet mediante buscador.

[24] “Teologia della secolarizzazione e Filosofia” en Archivio di Filosofia 1974, p. 168

[25] Fundación Gratis Date, Pamplona 2005

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(*) El p. Horacio Bojorge s.j. es sacerdote jesuita, de nacionalidad uruguaya.  Se ordenó sacerdote en Maastricht, Holanda, en 1965, cursando Humanidades clásicas en Chile y licenciándose en Filosofía en Argentina (1959); en Teología en Holanda (1966) y en Sagrada Escritura en el Instituto Bíblico en Roma (1969). Desarrolló desde entonces una intensa actividad docente y pastoral, y publicando numerosos libros y artículos de temas de su especialidad (destacamos “En mi sed me dieron vinagre"; “La casa sobre roca", “Teologías Deicidas. El pensamiento de Juan Luis Segundo en su contexto”; “El liberalismo es la iniquidad -la rebelión contra el Padre-"; “Pequeña Grey -la Iglesia perseguida, dispersa y oprimida-").  Sus blogs: Toma y lee (sobre interpretación de Sda. Escritura), y El blog del buen amor (sobre moral familiar y noviazgo).

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Seguir profundizando este tema: La tentación de la luteranidad (Alonso Gracián)

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