InfoCatólica / Caritas in Veritate / Categoría: Persecución

25.10.15

(100) El imperativo democrático

democEste 25 de octubre será para muchos católicos argentinos, un día sagrado. Pero no por ser domingo, ni por la clausura del Sínodo, sino porque nuevamente habrá aquí elecciones presidenciales…! 

Ahora bien, sabemos que la Iglesia «en virtud de su misión y naturaleza, no está ligada a ninguna forma particular de civilización humana ni a sistema alguno político, económico o social” (Vat. II, GS 42d). Habida cuenta de esto, parece muy poco razonable que se inste a los fieles a proponer uno u otro sistema como preferente por sí mismo, como condición sine qua non para cumplir con la conciencia cristiana.

Más llamativo e irracional resulta esto si se tiene en cuenta  que la Iglesia también ha enseñado que algunos sistemas políticos son conciliables con el orden natural y la fe católica, pero otros NO, y no es neutral ante ellos, sino que los ha denunciado y combatido explícitamente. Fundamentalmente, hay que tener presentes, porque no han perimido, de 1878, Quod apostolici muneris (contra el socialismo laicista); 1888, Libertas præestantissimum (contra el liberalismo); 1937, Mit brennender sorge (contra el nazismo); 1937, Divini Redemptoris (contra el comunismo); etc.  Pues hay que seguir afirmando -hoy más que nunca- que el liberalismo es pecado, y que el marxismo es intrínsecamente perverso (esto es, diabólico), y cuando un sistema está inficionado hasta la raíz de sus principios, lo más perfecto ha de ser rechazarlo. Porque donde no hay verdad no puede defenderse la vida, ni las condiciones para que ésta se desarrolle plenamente, según la voluntad de Dios.

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18.10.15

(99) Principios básicos para recordar, de cara a este Sínodo...

CenaJudasYa en los últimos días del Sínodo de la Familia, vemos que ha proliferado una serie de artículos en diversos medios, profetizando, ponderando, lamentando y celebrando las diferentes posiciones que desde hace más de un año suscitan en el pueblo fiel desde la euforia más auspiciosa hasta la decepción más amarga. Si en algo deberíamos coincidir, es en el reconocimiento de que lo más ausente allí ha sido el espíritu de unidad.

Y pese al cúmulo de datos que ofrecen o que tergiversan los medios de comunicación, notamos que muchísimos hijos de la Iglesia, en vez de estar más o mejor informados, han sido cada vez más confundidos, por no estar suficientemente formados en la fe que profesan.

A ello se suman los “despistes” de los propios responsables de “bajar” este acotecimiento eclesial al común  de los fieles. Vemos, en efecto, que hoy no faltan catequistas, religiosas (en cuya administración recaen numerosos colegios, con muchísimas familias que allí nutren su fe en gran medida) y hasta sacerdotes que –inclinados hacia una u otra facción de la pulseada entre modernistas y católicos-, colocan la frutilla de la torta en sus homilías, clases y hasta en la oración de los fieles, diciendo que “el Sínodo nos enseñará hacia dónde debe ir la familia cristiana en este tiempo de misericordia” (?), o bien creyendo que el Espíritu Santo inspirará DECISIONES (?) que tendrán que ser acatadas por el común de los bautizados.

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16.09.15

(96) Nuestra Señora de las Lágrimas

DolorosaUna y otra vez, cuando miramos a nuestro alrededor y nos oprimen el pecho muchas situaciones desgraciadas, muchas tormentas y desvíos, muchas cruces que se alzan en lo alto del Calvario de la Iglesia, surge la misma pregunta: ¿qué hacer?… gritar, llorar, correr… Las respuestas serán variadas, según lo que Dios haya dado a cada uno, pero hay una actitud que es irrenunciable, porque Nuestra Señora nos la señala, inquebrantable:

Estaba la Dolorosa

Junto al leño de la Cruz,

¡Qué alta palabra de luz!,

¡Qué manera tan graciosa

De enseñarnos la preciosa

Lección del callar doliente!

Tronaba el cielo rugiente,

La tierra se estremecía.

Bramaba el agua…María

Estaba, sencillamente.

(J. María Pemán)

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6.07.15

(92) Sobre algunas concepciones del Anticristo (p. L. Castellani)

antic1Recuerda Mons. Juan Straubinger en su edición del Nuevo Testamento que el Apocalipsis era, en tiempos de fe viva, un libro de cabecera de los cristianos, como lo era el Evangelio. Para formarse una idea de la veneración en que era tenido por la Iglesia, bastará saber lo que el IV Concilio de Toledo ordenó en el año 633: “La autoridad de muchos concilios y los decretos sinodales de los santos Pontífices romanos prescriben que el Libro del Apocalipsis es de Juan el Evangelista, y determinaron que debe ser recibido entre los Libros divinos, pero muchos son los que no aceptan su autoridad y tienen a menos predicarlo en la Iglesia de Dios. Si alguno, desde hoy en adelante, o no lo reconociera, o no lo predicara en la iglesia durante el tiempo de las Misas, desde Pascua a Pentecostés, tendrá sentencia de excomunión” .(Enchiridion Biblicum Nº 24). El momento está cerca: esto es, el de la segunda Venida de Cristo. Véase 22, 7 y 10; 1 Co. 7, 29; Fil. 4, 5; Hb. 10, 37; St. 5, 8; 1 Jn. 2, 18. Si este momento, cuyo advenimiento todos hemos de desear (2 Tm. 4, 8), estaba cerca en los albores del cristianismo ¿cuánto más hoy, transcurridos veinte siglos?”

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9.06.15

(88) La cobardía, terrible pecado

cobard“La Iglesia ("la barquilla de Pedro “, que le dicen) ha tenido muchas tempestades y ha de tener todavía otra que está profetizada, en la cual las olas invadirán el bordo, y parecerá realmente que los pocos que están dentro “suenan”. Cristo parece haber conservado su costumbre juvenil de dormir en esos casos; y también su idiosincrasia de no amar la cobardía.”  (Leonardo Castellani)

El temor en medio de las tormentas no es privativo de los niños, sobre todo cuando la sacudida de la Barca amenaza arrojar a muchos por la borda. Pero el temor no es pecado. La cobardía sí.

Habitualmente, algunos pecadores se escudan en pretendidas virtudes para justificar cierta actitud pecaminosa (y por eso es tan recomendable pedir siempre al Señor que nos ayude a rectificar la intención y clarificar la conciencia).  Así también, el cobarde no siempre se reconoce como tal, sino que trata de convencerse de que en realidad es “prudente” cuando no avanza; “tolerante” cuando no resiste la agresión injusta –incluso perpetrada contra otros u Otro-; “humilde” cuando somete de buena gana sus principios;“pacífico” cuando establece componendas con el enemigo. ¿Mera cuestión de terminología?…No: cuestión de fe, y de amor a Cristo Crucificado.

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