(212) La Argentina ha sido consagrada por sus obispos a Nuestra Señora de Luján.
“A tí llamamos los desterrados hijos de Eva, a tí suplicamos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas, ea, pues, Señora, abogada nuestra…”
Desde la mañana se comenzaron a disipar las nubes que amenazaban lluvia hasta el mediodía, el sol suavizó el frío que helaba a los peregrinos que iban llegando desde la noche anterior.
Finalmente, al término de la Misa celebrada a las 11 de la mañana, la avenida repleta de fieles llegados desde todos los puntos de nuestra lastimada nación, pudo ser testigo de la esperada Consagración a Nuestra Señora, que aquí compartimos:



Agradecemos profundamente a Dios primero, y a los primeros promotores del viaje de Amparo Medina a la Argentina de las provincias de Santiago del Estero y de Santa Fe por la posibilidad que nos dieron de incluir Buenos Aires en su recorrido, y a ella misma, con su absoluta disponibilidad a la defensa de la verdad y de la vida.
El pasado mes de abril, cuando coincidimos en el
Ante lo sucedido en estos días en Argentina, con la media sanción a la ley infanticida de los niños por nacer, más allá del desánimo que hoy a muchos paraliza, quisiéramos compartir algunas reflexiones sobre las actitudes asumidas hasta ahora por muchos católicos, y la que nos cabría en esta hora.




