InfoCatólica / Caritas in Veritate / Categoría: Confusión

7.01.16

(110) ¿Unidad, paz, fraternidad? El modelo de los Santos Reyes Magos

epifEpifanía es nuestra fiesta. ¡Y cuán gloriosamente nuestra! Decíamos hace un año: la fiesta de la “gentilidad” que ha sido conquistada para Cristo; la fiesta de los hombres que son capaces de atravesar el desierto en busca de la verdad, para encontrar, de rodillas, a Quien es la Verdad Absoluta.  

Cada día más desierto y oscuro se nos presenta el mundo para quienes quieren seguir a la Estrella y adorar al Niño.

Ellos eran paganos, mas no fueron impíos.

Enfrentaron con astucia al tenebroso monarca,

y no abofetearon nunca al Niño con histriónicas risas ni alborotos vacíos.

Reconocieron la Estrella porque eran hijos de la Luz;

Aunque ellos eran paganos, mas no fueron impíos…

Postráronse ante el Misterio sabiendo que aunque Pequeño

era el Rey de los Cielos…

Y que si El quiso abajarse

La respuesta que cabía era adoración, ofrenda y silencio…

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3.01.16

(109) La Madre de Dios no es "una cualquiera"!

MadredeDiosReinadelUniversoMás de una vez he sostenido que el acostumbramiento es una de las más graves amenazas que sufre la Iglesia, cuando los católicos creen que deben amoldarse a todo, comprender todo, agachar la cabeza ante todo y todos, porque todo es comprensible, justificable, perdonable, digno de ser mirado con indulgencia… Pero en medio de la “volteada”, muchos se van cansando, y urge que alguien tenga misericordia de aquellos que se cansan.

Un ejemplo que ilustra lo que decimos arriba es el caso de un anciano sacerdote salesiano, Pedro Marano s.d.b., de la diócesis de San Miguel, a quien “le gusta” oficiar las misas de modo cuasi payasesco, que comete regularmente abusos litúrgicos de diverso tenor (tomar gaseosa en medio de la misa, no usar la casulla ni en broma, permanecer sentado mientras un ministro es quien distribuye la comunión -sin impedimento para estar de pie el resto de la Misa-, y hasta –alguna vez he sido testigo- cambiar la lectura del Evangelio por una glosa “campechana” relatada por él mismo, aduciendo que el texto bíblico era “complicado”…) , pero que junto a una supuesta gran devoción por la Madre de Dios, se goza en la insistencia sobre su condición humilde…y con este pretexto, llega a decir barbaridades blasfemas, que si no escandalizan, al menos confunden gravemente a los fieles, habituándolos a un lenguaje completamente inapropiado para referirse a Ella.

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22.11.15

(108) Cristo Rey, la voluntad popular y una oración por la Patria

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“Sin duda, existe actualmente una confederación del mal, que recluta sus tropas de todas partes del mundo, organizándose a sí misma, tomando sus medidas para encerrar a la Iglesia de Cristo como en una red, y preparando el camino para una Apostasía general. (…)  ¡Dios nos guarde de contarnos entre aquellos ingenuos que caen en la trampa que se está tendiendo a nuestro alrededor! ¡Dios nos libre de ser seducidos por las bellas promesas en las cuales Satán ha ocultado seguramente su ponzoña! (…)  ¿Consentiremos nosotros los cristianos en tener parte en este asunto? ¿Ayudaremos, aun con nuestro dedo meñique, al Misterio de Iniquidad que lucha por nacer, y que convulsiona al mundo con sus dolores? ‘¡Alma mía, no entres en su consejo; no te unas a su asamblea, honra mía’ (Génesis 49,6). ‘¿Qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? […] Por tanto, salid de entre ellos y apartaos’ (2 Corintios 6,14.17), de otro modo seréis cooperadores de los enemigos de Dios, y estaréis abriendo el camino para el Hombre de Pecado, el hijo de perdición.” (Beato Card. J. H. Newmann)

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17.11.15

(107) ¡Ay, si permitimos que se ponga el Sol...!

sPedroJulianEyHace un tiempo, con ocasión del atentado al semanario CH.Hebdo en Francia, cité unos párrafos que nuevamente quisiera recordar, de uno de los santos franceses a quienes tengo mayor devoción. San Pedro Julián Eymard fue el apóstol incansable de la Eucaristía -fundador de los sacerdotes del Smo. Sacramento-, cada día más pisoteada en este tiempo, no sólo por los confesos enemigos de la Iglesia, sino también por los que están agazapados tras sus muros. ¿O acaso no es pisoteo cuando se minimizan las condiciones para acercarse a la Comunión, valiéndose de argumentos sofísticos que halagan al mundo y a los pecadores, en vez de iluminarlos?…

Contemporáneo de Eymard, el Santo Cura de Ars había dicho de él: “Es un santo. El mundo se opone a su obra porque no la conoce, pero se trata de una empresa que logrará grandes cosas por la gloria de Dios. ¡Adoración Sacerdotal, que maravilla! … Decid al P. Eymard que pediré diariamente por su obra". Nacido en Grenoble, la misma diócesis en que luego se aparecería Ntra. Señora de la Salette, supo vislumbrar algunos síntomas que Ella también reprobaría severamente, y cuyas consecuencias hoy padecemos por doquier.

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11.11.15

(106) La pobreza no es una virtud...(II) (Fray M. Petit de Murat)

Publicamos a continuación la última parte del artículo, en que el autor se aboca a considerar la pobreza en el orden sobrenatural, sus dificultades y sus grados como vía de perfección.

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“…la verdad es que esta civilización deshace, hace casi imposible ya la pobreza evangélica, pues una de sus características muy peculiar es el haber ligado al hombre con innumerables necesidades artificialmente creadas…”

 

sfcocruzII. La pobreza en el orden sobrenatural

Lo que hemos dicho en el capítulo anterior se refiere al apetito natural del hombre en cuanto tal. Su acción y la ordenación libre, que la voluntad elícita puede dar hacia el bien mediante las virtudes morales adquiridas, no es otra cosa que una disposición remota con respecto de la bienaventuranza tal como se nos ofrece en Nuestro Señor Jesucristo.

Para que el hombre tenga aptitud con respecto del Reino de los Cielos, es necesario que todo el complejo de su naturaleza, su misma esencia, como así también sus potencias y los hábitos cualificantes de ellas, que llamamos virtudes, estén bañados por la gracia.

La gracia es un don de Dios: su creación más admirable; verdadero influjo físico proveniente de Cristo, comparable con la sangre y los nervios que unen a los diversos miembros de un organismo, pues así ella vivifica y recorre el Cuerpo de Cristo, que es su Iglesia. Añade un nuevo ser accidental pero esencial al hombre que lo sublima dándole proporcionalmente una cierta igualdad con la naturaleza divina, la cual le permite entrar en una relación íntima y directa de amistad con El.

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