9.11.21

Juan Miguel Montes analiza con precisión por qué no se condenó el comunismo en el Concilio Vaticano II

Juan Miguel Montes, director del “Ufficio Tradizione Famiglia Proprietà” de Roma, explica por qué no se denunció el comunismo en el Concilio Vaticano II y qué consecuencias tuvo ese silencio.

Durante muchos años se consideró una leyenda el pacto secreto entre el Vaticano y la URSS en el Concilio Vaticano II para no condenar el comunismo. Pero hoy ya casi nadie lo niega. ¿Cómo fue posible algo tan incomprensible?

El pacto se ligaba al compromiso de no condenar el comunismo a cambio del permiso de presenciar el evento conciliar a representantes calificados del Patriarcado de Moscú. A nadie escapaba el hecho de que en ese momento la iglesia ortodoxa rusa estaba profundamente comprometida con el régimen soviético. Hoy puede parecer efectivamente poco comprensible, pero en las grandes maniobras geopolíticas de ese duro período de la guerra fría, este pacto tenía mucho sentido para la URSS que se encontraba en plena expansión territorial y cultural. Dos bloques se disputaban la hegemonía del mundo y la Iglesia Católica tenía una decisiva influencia, mucho mayor que la que tiene actualmente, sobre la opinión pública occidental. Su silencio sobre el comunismo significaría una especie de pasaporte para que éste pudiera continuar la fuerte penetración que llevaba adelante por medio de guerrillas y guerras en el tercer mundo y, especialmente en el primer mundo, en el ámbito de la cultura y de la educación en general.

¿Cómo se originó ese misterioso pacto y a iniciativa de quién se desarrolló?

No sabría quién dijo la primera palabra, pero ambas partes tenían interés en él. Ya he hablado del interés que tenían los soviéticos. Por su parte, en vastos sectores de la Iglesia se había impuesto una mentalidad de optimismo de que la estrategia del diálogo habría encontrado comprensión en el “buen corazón” de sus adversarios, quienes podrían eventualmente corresponder a tanta buena voluntad relajando las medidas represivas contra los creyentes en los países dominados por el comunismo ateo. Eran los años en que se encaminaba la famosa “Ostpolitik vaticana”, cuya figura de proa en los años sucesivos pasó a ser el futuro cardenal Secretario de Estado Agostino Casaroli, y que de acuerdo a otro cardenal, el eslovaco Ján Chryzostom Korec, obtuvo resultados nefastos para la Iglesia. El Cardenal Korec llegó a afirmar que la Iglesia clandestina, que era floreciente en la prueba, fue “vendida” por la Ospolitik vaticana a cambio de “promesas vagas e inciertas de los comunistas”, todo lo cual era resultado del silencio sobre el comunismo de parte del Concilio. Un silencio que Plinio Correa de Oliveira, en su conocida declaración de resistencia a la Ostpolitik vaticana, calificó de “enigmático, desconcertante, asombroso y apocalípticamente trágico”, que por sus consecuencias prácticas haría que el Concilio pasase a la historia como “a-pastoral” por excelencia.

¿Qué consecuencias “a–pastorales” tuvo en la Iglesia dicho silencio conciliar?

Tal vez la más grave fue la difusión de la Teología de la Liberación en sus diversas componentes “teología de la lucha de clases”, “teología del pueblo”, “teología indigenista”, etc. En países hasta entonces masivamente católicos, ésta predicación malsana tuvo dos efectos: secularizar una parte de los fieles, cambiando el mensaje evangélico de salvación por un ideal de luchas meramente políticas y sociales. De otra parte - y aquí hablamos de millones y millones de personas - favorecer la emigración hacia comunidades y sectas protestantes y neo-protestantes que rápidamente substituyeron a la Iglesia Católica romana ofreciendo satisfacción a los anhelos espirituales de esas multitudes. Este último hecho fue categóricamente denunciado en Brasil por el Papa Benedicto XVI. Y pensar que a pesar de esa devastación, hay hoy quien en la Iglesia todavía continúa glorificando la teología de la liberación…

La URSS obtenía mucho, en plena Guerra Fría, mientras el Vaticano obtenía muy poco, más allá de la presencia de los ortodoxos. ¿No era un pacto muy desequilibrado?

Es así. Aparte de la “estrategia del diálogo”, al Vaticano le interesaba también un aspecto estrictamente religioso: fomentar con las comunidades cristianas lo que el Cardenal Walter Kasper ha llamado el ecumenismo de las vías paralelas de una única “Iglesia de Cristo” que marcha, cada una por su senda, rumbo a la Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo. Este ecumenismo de las vías paralelas debía substituir al “ecumenismo de la convergencia”, practicado hasta entonces, en el cual los cristianos a-católicos, como se decía en un tiempo, son invitados caritativamente a converger en la Iglesia Católica para formar, según dice San Juan, “un sólo rebaño con un sólo pastor”.

Pero también en este frente, verificamos un sonoro fracaso de las ilusiones post-conciliares. Mientras las viejas denominaciones protestantes caminan hacia la completa auto-disolución e insignificancia y la inmensa mayoría de los ortodoxos orientales son reacios al diálogo con Roma, va quedando como única materia prima para continuar el diálogo ecuménico el vasto mundo nuevo de los neo-evagélicos y pentecostales. Pero esta vez son los exponentes católicos del ecumenismo post-conciliar quienes rehúsan de conversar con ellos, a causa de la frecuente oposición de éstos a doblarse ante los “signos de los tiempos” que aquellos ven en las modificaciones de la sociedad secularizada del Occidente.

El profesor De Mattei incide, en su obra de referencia sobre el Concilio, en que Juan XXIII, se dejó manipular en la estrategia soviética, que manejaba el “pacifismo” como argumento principal. También la encíclica Pacem in Terris de Juan XXIII resultó polémica, ya que parece ser muy comprensiva con el comunismo y la URSS. ¿Qué opina usted?

Creo que el profesor de Mattei tiene razón. El Papa Juan XXIII tenía una marcada capacidad emotiva y se dejó impresionar por los comunistas de “buen corazón”, especialmente Nikita Kruchiov, que le mandó un habílisimo telegrama de felicitación cuando el Papa cumplió sus ochenta años. A este hecho, se sucedieron muchos otros como, por ejemplo, la ya mencionada delegación de ortodoxos rusos autorizados por el Partido para venir al Concilio.

Tal vez, lo más triste de todo, es que con esta sorprendente actitud se minimizaban casi por completo las advertencias de la Santísima Virgen en Fátima, de que Rusia esparciría sus errores por el mundo. ¿No lo cree así?

Efectivamente. Sor Lucía de Fátima insistía que el tercer secreto debería difundirse en el año 1960. Pero ¿cómo hacerlo? Allí se hablaba de tremendas persecuciones a la Iglesia y ello se ligaba a lo ya sabido sobre los “errores de Rusia” difundidos en el mundo. Ahora bien, en 1960, no obstante la intensidad de la guerra fría movida por los soviéticos, tres figuras de líderes irradiaban un gran optimismo, el Papa Juan, el presidente americano Kennedy y el rechoncho y sonriente Kruchiov, que no obstante de su cordial telegrama al Papa, había perseguido brutalmente a los católicos en Ucrania en su precedente mandato en aquella nación. El Mensaje de la Virgen en Fátima francamente “desentonaba” con el espíritu optimista que la propaganda de los medios de comunicación social y los grandes hombres públicos de entonces representaban.

¿Cómo se pudieron desatender las voces de tantos obispos de todo el mundo, sobretodo de quienes procedían de países que sufrían en sus carnes las atrocidades del comunismo?

Un día, todos delante del Divino Juez, sabremos por qué pudieron ser abandonados a su suerte en aquellos años cardenales como Mindszenty, Korec, Swiatek, enteros episcopados como el rumano, el ucraniano y otros . Es verdad que en las últimas décadas, muchos exponentes de ese martirio in odium fidei han sido reconocidos y han subido a la gloria de los altares. Pero faltan muchos en aquella lista, mientras hoy parecen ser favoritos algunos dudosos mártires de la “teología de la liberación”, que sí murieron atrozmente, pero que estaban comprometidos en causas políticas no estrictamente ligadas a la Fe.

Por Javier Navascués

14 comentarios

  
Alberto el retrógrado y rígido o quizá simple católico
Que terrible época. Casi como ésta. Algún día se sabrá la vida de Montini, un niño débil rodeado desde su niñez de masones y agentes comunistas incluso dentro de su familia. Si no fuera por el Espíritu Santo obrando sobre Pablo VI en los últimos años, la devastación que vemos ahora -por nuestros pecados- se hubiera adelantado varias décadas. No solo Pablo VI escribió la humanae Vitae, que fue el frenazo definitivo a las ansias diabólicas de NOM de la época sino que dijo: "Prefiero morir a admitir el sacerdocio femenino" Para mi en clara alusión a aquellos que lo amenazaba si no lo permitía.
09/11/21 10:12 AM
  
JSP
1. En Metz, Francia, por encargo de Juan XXIII y a sugerencia del Cardenal Montini, se da el acuerdo entre el Cardenal Tisserant y el Patriarcado ortodoxo de Moscú.
2. Patriarcado ortodoxo que era satélite del Partido Comunista.
3. El acuerdo fue que la URSS permitiese la salida de observadores ortodoxos de su territorio al CVII a cambio de no condenar el comunismo. Durante el Concilio, Tisserant vigilará en todo momento su cumplimiento.
09/11/21 10:57 AM
  
Joseph González
En relación a esta entrevista muy recomendable ver la que le hicieron a Juan Miguel Montes, los del "Xoan de Lugo" hace ahora unos meses atrás: "Revolución y contrarrevolución. Juan M. Montes - The Italian Job"

https://youtu.be/6ifjsD562gg
09/11/21 11:49 AM
  
Oscar
Siempre la misma historia, que si el optimista de Juan 23 fue manipulado, y supongo que Pablo 6 tambien. Eso es falso, ellos fueron protagonistas, lo quisieron, y su infame Pacto de Metz, y las delaciones infames de Montini a los comunistas del Este. Y JP 2 siguio con el inclito Casaroli, y mira que tenia donde elegir. Los comunistas polacos tenian espiados al clero catolico, rechazaron varias veces las propuestas del Vaticano para nombrar obispos hasta que entro en la lista Wojtila, a quien con gusto dieron su aprobacion, porque lo conocian muy bien. Pablo vi admiraba y conocia personalmente a Saul Alinsky, padre del socialismo useño, que dedico su libro Rules for radicals, al mismisimo lucifer, y que a la muerte de Pio xii escribio a un amigo que si hacian papa a Montini "las bebidas estarian con el por los proximos años"; salio Juan 23, pero despues Montini.
Y lo del optimismo congenito, me recuerda a Zapatero y a los masones, que tanto les gusta pregonar su optimismo por naturaleza. Eso no es catolico, incluso es anticatolico, se tiene la virtud teologal de la esperanza, no oiras a ningun martir hablar de optimismo, no cuela.
No se, sigamos con el ensueño de los papas "santos" postconciliares.
09/11/21 1:35 PM
  
Marcos Costa
Excelente comentário, nos ilustra sobre a crise na Santa Igreja. Espero que o Sr Juan Miguel continue.
09/11/21 1:50 PM
  
Ramón montaud
El hecho de que no se nombrase en el Concilio al comunismo, (quiere creer) es hoy la mejor demostración de que aquel Concilio fue de verdad un acontecimiento de la Iglesia católica "positivo, liberatorio y en ningún momento condenatorio de nada ni de nadie", como sin embargo hubiese querido la Curia romana que se sintió traicionada por el discurso de apertura de Juan XXIII en el que condenó "a los profetas de desventuras y afirmó que la palabra clave de la Iglesia es el diálogo"
Este tema ya lo ha tocado en este mismo Portal D.José Miguel Arráiz, el 13.10.12 " El concilio Vaticano II y su condena al comunismo"
09/11/21 2:38 PM
  
Ecclesiam
Citando el artículo aludido de José Miguel Arráiz:

Condena implícita pero diáfana del Concilio al comunismo

Se encontraron los padres conciliares con un problema de difícil solución. Por un lado estaban razones prudenciales muy justificables, ligadas a la suerte de los cristianos en los países comunistas, pero por otro lado no se podía omitir una condena y reprobación al comunismo. De esta manera el organismo encontró un expediente que pudiera componer las exigencias opuestas. Se introdujo al principio del párrafo 21 una clara alusión al comunismo basada en las condenas precedentes del magisterio pontificio. El texto quedó de esta manera:

“Entre las formas del ateísmo moderno debe mencionarse la que pone la liberación del hombre principalmente en su liberación económica y social. Pretende este ateísmo que la religión, por su propia naturaleza, es un obstáculo para esta liberación, porque, al orientar el espíritu humano hacia una vida futura ilusoria, apartaría al hombre del esfuerzo por levantar la ciudad temporal. Por eso, cuando los defensores de esta doctrina logran alcanzar el dominio político del Estado, atacan violentamente a la religión, difundiendo el ateísmo, sobre todo en materia educativa, con el uso de todos los medios de presión que tiene a su alcance el poder público.

La Iglesia, fiel a Dios y fiel a los hombres, no puede dejar de reprobar con dolor, pero con firmeza, como hasta ahora ha reprobado, esas perniciosas doctrinas y conductas, que son contrarias a la razón y a la experiencia humana universal y privan al hombre de su innata grandeza.” (GS 20-21).

Para despejar cualquier duda respecto a la alusión de esta condena al comunismo se agregó una nota donde se citaban intencionadamente las encíclicas Divini Redemptoris de Pío XI (19 de marzo de 1937), Ad Apostolorum Principis de Pío XII (29 de junio de 1958), Mater el Magistra de Juan XXIII (15 de mayo de 1961) y Ecclesiam suam de Pablo VI (6 de agosto de 1964). Estas cuatro encíclicas se referían exclusivamente al comunismo, mientras que la alusión a las reprobaciones pasadas, incluida en el número 21, se refería a todas las formas de ateísmo incluyendo el ateísmo comunista.

Todavía hoy día se sigue escuchando que el Concilio Vaticano II no condenó el comunismo, cosa que no es cierta. Lo que sería cierto es que no pudo haber sido lo suficientemente explícita como algunos hubiésemos querido, pero fue al mismo tiempo diáfana, como se puede comprobar en el texto citado y en la ratificaciones del Magisterio precedente al respecto, y sutil, para no comprometer la situación de los cristianos en los países comunistas.
09/11/21 4:51 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Decir que el CVII condenó el comunismo es simplemente faltar a la verdad.
09/11/21 7:27 PM
  
Cristián Yáñez Durán
Diálogo, esa palabra tan traída y llevada por el Concilio, dañina y ajena al Catolicismo, como lo señala Romano Amerio en Iota Unum.
Es poner a la verdad a la par del error.
09/11/21 7:30 PM
  
Roniel Aledo
Recomiendo leer mi articulo sobre el tema https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=25538 aqui en Infocatolica
09/11/21 9:30 PM
  
Oscar
Roniel:
dices bien en tu articulo que la Iglesia se encontro a los ganadores de la guerra, volterianos y comunistas. Yo añado que los volterianos ya habian mostrado su odio a lo catolico ensañandose bombardeando Montecassino, y donde habia restos catolicos Irosima y Nagasaki; y no creo que la Iglesia no lo tuviera presente en la postguerra. Y por el otro lado, a los comunistas que se habian expandido a un tercio de la humanidad en una expansion relampago nunca vista antes en la historia.

Frente a esto, a que viene ese optimismo que como digo parece de cuño masonico? No tiene ningun sentido el aggiornamiento a un mundo cuyos vencedores de la guerra eran enemigos de la Iglesia. Lo normal seria el miedo, como lo tenia la Iglesia, pero nunca ese optimismo. Pasaron cosas muy extrañas en la eleccion del papa Juan 23, y ahi tenia enfrente amenazantes a los volterianos sobre todo, y a comunistas, que en realidad son de la misma naturaleza. Lo que siguio, el concilio pastoral aggiornantil, fue parte de ese golpe de mano, cuya no condena del comunismo fue solo uno de sus frutos, frutos que vemos hoy en su esplendor con la mayor apostasia de ltodos los tiempos.
09/11/21 10:44 PM
  
Claudio
Y no debemos olvidar que durante mucho tiempo, la relación que había entre Pío XII y el futuro Pablo VI, fue muy amistosa, pero que con el tiempo se deterioró. Tanto es así que el Papa Pío XII lo apartó de sí, enviándolo a Milán. Y cuando el Papa falleció, Montini no estuvo presente como otros prelados.
¿Por qué pudo haber sido?
09/11/21 11:29 PM
  
SS
Porque son del mundo,
10/11/21 6:57 AM
  
Roniel Aledo
Hay que leer el capitulo XXX de EL LIBERALISMO ES PECADO
12/11/21 6:07 PM

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8.11.21

Mons. Sanz: “Decía Chesterton que Dios da a cada generación el santo que más la contradice y ese fue San Francisco”

Tenemos el honor de poder entrevistar en InfoCatólica al arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, ofm, con motivo de la reciente publicación de su libro “San Francisco de Asís, compañía para nuestro destino. Acercamiento a la teología de los santos” (Ed. Encuentro. Madrid 2021)

El prelado reflexiona en profundidad sobre lo que ha significado el santo en la historia de la Iglesia y cómo puede ayudar al hombre de hoy a alcanzar su destino, que no es otro que la santidad, la vida eterna. Escribir este libro le ha hecho inmensamente feliz, le ha permitido ahondar en los tesoros de San Francisco, en sus claves espirituales, en sus vivencias más íntimas, en sus secretos más bellos, ha significado poder zambullirse de nuevo en todo cuanto a él se le concedió como fraile y como sacerdote.

Tras lo mucho que se ha escrito sobre San Francisco de Asís, ¿qué matices nuevos espera que aporte su libro para edificación de los creyentes y tal vez para la conversión de las personas alejadas…?

Acercarse a un santo siempre es un cauce para acercarse a Dios. Y así lo decían los primeros cristianos cuando animaban cada día a mirar el rostro de los santos, para encontrar en sus palabras el consuelo. Así lo afirma la Didaché, primer catecismo cristiano. El rostro de los santos trasluce una belleza mayor. Y sus palabras son el eco de una verdad que las abraza. Los santos no son eclipse o distracción entre Dios y nuestra existencia, sino precisamente una vidriera iluminada por la luz divina, y el reverbero de lo que Dios nos dice o nos calla. Por eso los santos como San Francisco, significan esa vivencia hondamente cristiana de ver en ellos algo de lo que también nosotros estamos llamados a vivir.

Un santo siempre será un reclamo, una provocación, porque en él vemos que lo propuesto por Jesús no es una quimera ajena, sino algo que nos corresponde por entero. Tanto a los cristianos tibios y mediocres, como a las personas alejadas de la Iglesia o que ni siquiera han entrado una vez, San Francisco se presenta como alguien tocado por la gracia de Dios capaz de transformar la vida para siempre. Es la experiencia de las bienaventuranzas vividas con toda la sencillez y confianza. Porque no pocas veces la deriva de algunos cristianos que lo son sólo sociológicamente y por inercia cultural, pero no por una vivencia madura y adulta de su fe, al igual que el alejamiento de personas que en tantos sentidos abandonaron la Iglesia o ni siquiera están aún bautizados, es una deriva que es fruto de un cristianismo mediocre, puramente formal, sin pasión ni entrega.

Mientras que cuando alguien conoce a una persona santa, una persona que se fía de Dios y que toma en serio su bautismo en la vocación a la que luego ha sido llamada, que tiene un compromiso cristiano con la sociedad y con la Iglesia, entonces sientes que tu corazón ha sido tocado, provocado y acompañado por esos mejores hijos de la Iglesia que son siempre los santos. Representa una gracia grande que podamos encontrar a ese “santo de la puerta de al lado”, como dice el papa Francisco. Un santo cotidiano que me permite vivir la santidad a mí también como algo que me corresponde.

¿De todas las facetas del Poverello, por qué ha querido destacar su compañía en aras a llevarnos a la vida eterna, el hacernos como niños y dejar, que al igual que el Cura de Ars al pastorcito, nos muestre el camino del Cielo?

No en vano he querido titular el libro de esa manera: “San Francisco de Asís, compañía para nuestro destino”. No es una suplencia enajenadora ni un divertimento piadoso, sino una humilde compañía que nos recuerda a qué estamos llamados. El destino no es otra cosa sino la santidad, y la vida se nos da para que la imagen y semejanza que nuestro Creador quiso imprimir en nosotros al llamarnos a la vida, pueda emerger con toda su belleza, toda su bondad, toda su verdad, para que quien a diario nos escucha y nos ve, puedan preguntarse por nuestro secreto a la hora de vivir las cosas que ellos también viven, pero que nosotros lo hacemos de otra manera. Las circunstancias en unos y otros no cambian, pero si el modo de mirarlas, de abrazarlas y de ofrecerlas. Esto nos aporta San Francisco con su manera profundamente cristiana y evangélica de vivir a Dios y a los hermanos todos.

Con este libro he querido hacer un acercamiento a la rica personalidad cristiana de San Francisco de Asís. Dios quiso mantener su validez como don para su Iglesia y la humanidad, a través de ochocientos años. Y frente a los fáciles reduccionismos a los que se ha podido prestar (muy a su pesar) San Francisco de Asís, he querido presentar como hijo suyo espiritual que soy y como obispo de la santa Iglesia, ese modo de ser cristiano que se deriva del franciscanismo.

He querido evitar que se reduzca a San Francisco como tantas veces se ha podido hacer, a ese Francisco revestido de verde ecologista, de blanco pacifista, de pana proletaria, de puntillas barrocas hilvanadas. Sobresale en su biografía la belleza de una santidad que Dios hizo brillar para la historia cristiana a través de uno de sus hijos más fieles cuanto en Jesús se nos dio para nuestra propia vida y santidad.

La compañía para el destino es un concepto que descubrí en Luigi Giussani, cuando decía que “el santo no es profesión de minorías ni una pieza de museo. La santidad es la sustancia de la vida cristiana. Pero a pesar de la parcialidad de ciertas imágenes queda la huella de una idea fundamentalmente exacta, a saber, la idea de que el santo no es un superhombre, de que el santo es un hombre real, porque sigue a Dios y, en consecuencia, al ideal por el que fue creado su corazón y del que está hecho su destino". Esta es la memoria que me propuse hacer de San Francisco comogratitud por la llamada que recibí de seguir al Señor Jesús en ese mismo camino en el que está fundamentada mi vida y espiritualidad.

¿Qué es lo que aportó Francisco y su espiritualidad a la Iglesia universal y en qué medida fue necesario su carisma en aras a recuperar la esencia del Evangelio?

San Francisco no escribió un quinto evangelio, sino que consintió que Dios en él recordara el evangelio eterno, ese evangelio por el que dieron su vida los mártires, por el que confesaron su fe los testigos cristianos de cada generación, por el que las vírgenes ofrecieron su corazón, su tiempo y su vida toda, por el que los doctores pusieron lo mejor de su inteligencia al servicio de la verdad. Pero, aunque ya está dado todo y dicho todo en el Hijo bienamado, Jesús, resulta que los cristianos podemos olvidarnos de sus palabras, podemos traicionar sus gestos, podemos falsear hasta la frivolidad el legado cristiano que nos ha transmitido la tradición de la Iglesia. Entonces el Espíritu Santo viene a recordar y a enseñar de nuevo lo que ya estaba dicho y mostrado, pero que a fuerza de no escucharlo y de no vivirlo, terminamos por hacernos sordos y mudos, con una vida insignificante y contradictoria.

San Francisco vivió lo que ya Jesús había indicado en sus gestos y milagros, y predicó lo que ya el Señor había transmitido como Buena Noticia. No hizo nada nuevo, sino que trajo aquella novedad al vivir cotidiano, resultando un viento huracanado como aquel que llenó la habitación del Cenáculo en la mañana de Pentecostés. Una brisa que abrió puertas y ventanas cerradas por el miedo, y una llama que puso sabiduría y fortaleza para hacer de aquellos discípulos asustados unos testigos en medio de la plaza. Esto lo vivió con sencillez San Francisco poniendo a Dios en el primer lugar en su vida, y a aquellos a los que Dios más ama que se nos dan como hermanos, y la creación entera como ocasión y pretexto para la gratitud y la alabanza, y la minoridad de quien se sabe pequeño sin poderío ni armas, y la Iglesia mirada y vivida como auténticos hijos. Esta fue la eterna novedad que San Francisco regaló a la Iglesia de todos los siglos.

¿Qué es lo que aporta este santo, cuya vida está como hemos dicho tan enraizada en el Evangelio, al hombre moderno de este mundo cada vez más globalizado y más impersonal?

Decía el gran escritor Chesterton que, Dios confunde a cada generación dándole al santo que más la contradice. Es una confusión que se torna en anuncio iluminador, no en nebulosa relativista. El hombre contemporáneo sufre esa contradicción que ya denunciara San Juan XXIII al convocar el Vaticano II: la sociedad moderna, decía él, camina entre los avances científicos y técnicos como nunca antes en su historia, y los retrocesos inmensos en el orden moral y espiritual. Así ha resultado, como escribió el gran teólogo Henri de Lubac: no es verdad que el hombre sea incapaz de hacer un mundo sin Dios, pues ya lo tiene, pero cuando se hace un mundo sin Dios, siempre se hace contra el hombre. Este aserto describe bien lo que ha sido de hecho la historia del pasado siglo XX, donde las guerras mundiales y las guerras civiles fratricidas, junto a la secularización que pretende expulsar a Dios de nuestro pequeño paraíso, dan como resultado la tristeza y la desesperanza en las que vivimos.

San Francisco fue una evangélica revolución para la época y la Iglesia de su tiempo. Una revolución que no tenía ni tiene el marchamo de la violencia o de la venganza, sino el de acertar a colocar cada cosa dentro de la armonía en la que eternamente fueron soñadas. El mundo globalizado que termina siendo anónimo, y el mundo impersonal que nos acaba enajenando, chocan saludablemente con la fraternidad cristiana que San Francisco nos recuerda desde su filial experiencia de saberse hijo de Dios, hijo de la Iglesia e hijo de su tiempo. Como en otros momentos he dicho, esta triple filiación es la que constituye a San Francisco siempre como un contemporáneo, un santo cercano que nos acompaña a nuestro destino.

Un libro de 410 páginas que, según usted, le ha dejado inmensamente feliz. ¿Como franciscano, cómo ha experimentado ese gozo interior de gustar las dulzuras de su padre fundador y el poder transmitirlas desde su condición de arzobispo?

Vivir mi carisma franciscano dentro de la llamada que Dios a través de la Iglesia me ha hecho como arzobispo, a veces me desplaza los centros vitales en los que fui educado por mi Orden Franciscana a la que tanto debo y a la que tanto quiero. Y mis años de profesor de teología en la Universidad San Dámaso (Madrid), también quedan en un pasado que ya no me permite seguir profundizando como cuando estaba dedicado por entero a la enseñanza teológica. Este libro me ha permitido retomar esos centros vitales y esas docencias sabrosas. Porque ahondar en San Francisco, en sus claves espirituales, en sus vivencias más íntimas, en sus secretos más bellos, ha significado poder zambullirme de nuevo en todo cuanto a mí se me concedió como fraile y como sacerdote. El hecho de poder describirlo a través de esas páginas, era un modo de revivirlo en mi inteligencia que busca comprender, en mi corazón que quiere no olvidar, en mi propia espiritualidad que ha de expresarse ahora en el ministerio episcopal con un talante que beba y viva del carisma franciscano. Por eso me ha hecho feliz y me ha hecho inmensamente bien. Es lo que de corazón deseo para quienes lean el libro, que encontrándose con San Francisco se puedan encontrar con quién él se encontró.

Estos días recordaba una anécdota de Michelangelo Buonarotti, que el papa Benedicto XVI traía a colación en uno de sus libros sobre la Iglesia. Cuando los discípulos de Michelangelo vieron la escultura del Moisés, le dijeron al maestro que se había superado a sí mismo logrando su mejor obra de arte. A lo cual, el genio del artista italiano respondió: la obra de arte estaba dentro del bloque de mármol, yo me he limitado a quitar los trozos que la ocultaban. Es muy hermosa esta anécdota, porque la vida de San Francisco como la de cada uno de nosotros, se nos da para esa labor: para quitar los trozos que ocultan, que oscurecen, que acallan la obra de arte divina que es nuestra vida. Los santos como el Poverello dejaron que aflorase y esto fue su altísimo testimonio y ahora su fraterna intercesión.

Por Javier Navascués

10 comentarios

  
Ramón montaud
Algunas anotaciones de San Francisco.
-Honorio III aprobó de palabra (sin bula) la llamada Regla no bulada (1221) y, mediante bula Solet annuere, del 29/11/1223, la Regla de san Francisco, conocida como Regla bulada
-Francisco de Asís falleció el 3 de octubre de1226 cerca de la capilla de la Porciúncula y fue sepultado en San Giorgio.
-Fue canonizado el 16 de julio de 1228 por el papa Gregorio IX. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Francisco en Asís.
-Su tumba se perdió durante siglos
Sus restos fueron trasladados a su basílica en 1230, poco tiempo después los franciscanos lo ocultaron para protegerlo de los invasores sarracenos. La ubicación del cuerpo quedó en el olvido, siendo redescubierto en 1818.
-En 1980 el papa Juan Pablo II le proclamó patrón de los ecologistas. Sus emblemas son el lobo, el cordero, los peces, los pájaros y los estigmas. Su festividad se celebra el 4 de octubre.
-El 13 de marzo del año 2013, el cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido Sumo Pontífice de la Santa Iglesia Romana, eligiendo el nombre de Francisco en devoción al santo de Asís.
08/11/21 9:13 AM
  
Juan Caballero
En mi humilde opinión el ecologismo tiene poco o casi nada que ver con el carisma franciscano que es una desviación del verdadero sentido de la creación. ¿Acaso los ecologistas asumen lo que dice San Pablo en Romanos 8.22 "la creación entra gime hasta el presente y sufre dolores de parto", es decir en la esperanza de los cielos nuevos y la tierra nueva.?
08/11/21 10:05 AM
  
Juan Caballero
Creo que ni Dios puede crear los santos que nuestra generación necesita si no hay hombres y mujeres dispuestos a dejarse guiar por su gracia? En todas las crisis de la Iglesia an siglos pasados ha habido tales santos que contribuyeron a salvar la Iglesia, San Ireneo, San Atanasio, San Gregorio VII, San Bernardo, Santa Catallina de Siena y Santa Teresa de Jesús, San Francisco y Santo Domingo, San Ignacio de Loyola y otros muchos en el siglo XVI y así posteriormente? Hay que pedir la intercesión a tantos santos que en el pasado se empeñaron a fondo en superar las crisis de la Iglesia para que Dios encuentre hombre y mujeres que respondan a su invitación.
08/11/21 10:12 AM
  
PEDRO
Ante todo, debe advertirse que, así como el Redentor del género humano fue vejado, calumniado y atormentado por aquellos mismos cuya salvación había tomado a su cargo, así la sociedad por Él fundada se parece también en esto a su divino Fundador. Porque, aun cuando no negamos, antes bien lo confesamos con ánimo agradecido a Dios, que, incluso en esta nuestra turbulenta época, no pocos, aunque separados de la grey de Cristo, miran a la Iglesia como a único puerto de salvación.

Sin embargo, no ignoramos que la Iglesia de Dios no sólo es despreciada, y soberbia y hostilmente rechazada, por aquellos que, menospreciando la luz de la sabiduría cristiana, vuelven misérrimamente a las doctrinas, costumbres e instituciones de la antigüedad pagana, sino que muchas veces es ignorada, despreciada y aun mirada con cierto tedio y enojo, hasta por muchísimos cristianos, atraídos por la falsa apariencia de los errores, o halagados por los alicientes y corruptelas del siglo. ¡ O eliges a DIOS y su Salvación o el pecado con la muerte eterna ¡.
08/11/21 11:25 AM
  
Vladimir
Los que no contradicen a la sociedad y se acomodan a ella, van por el camino contrario al de los Santos.
08/11/21 1:23 PM
  
Maximiliano
Es materia y realidad espiritual indiscutible, que Cristo es autor y causa de santidad. Porque no puede obrarse ningún acto saludable que no proceda de Él como de fuente sobrenatural. «Sin mí, nada podéis hacer» Jn 15,5).

Cuando por los pecados cometidos nos movemos a dolor y penitencia, cuando con temor filial y con esperanza nos convertimos a Dios, siempre procedemos movidos por Él. Todos los miembros de su Cuerpo místico y, sobre todo, los más importantes, reciben del Salvador dones constantes de consejo, fortaleza, temor y piedad, a fin de que todo el cuerpo aumente cada día más en integridad y en santidad de vida, y se sienta influido con el ejemplo de estos.

Y, asimismo, " Él es quien, alimentando a los redimidos con su propia carne y sangre, apacigua los desordenados y turbulentos movimientos del alma "; pues el estar en Gracia de Dios ello es escudo espiritual formidable contra el pecado, Él es el que aumenta las gracias y prepara la gloria a las almas y a los cuerpos. " Dime que importa la vida sino se tiene a CRISTO muy dentro del alma ". Esta vida es la única y última oportunidad para salvarse y obtener la PLENITUD DE LA ETERNIDAD CON DIOS.
08/11/21 1:40 PM
  
Santiago Ll
A mi me parece que el santo que contradice a esta generación es Mons. Lefebvre. Por eso se ponen tan furiosos tantos y tantos jerarcas cuando oyen la palabra "tridentina".
08/11/21 2:01 PM
  
Gregory
Sin querer polemizar, eso cansa, Lefebre fue un Obispo muy disgustado que rompió con la Iglesia y se fue. Nada de liturgia bastarda. Dios nos da en cada epoca tiene es Santo que viene a salvarla un gran ejemplo de ello Santa Teresa de Calcuta o Santa Josefina Bakhita o San Maximiliano Kolbe.
08/11/21 3:47 PM
  
Chico
Todo cristiano que se tome seriamente su santidad disgusta a los no santos o santos de mentirijillas
08/11/21 5:38 PM
  
Hermenegildo
Más que a la suya propia, San Francisco contradice a la generación actual, que está mucho más alejada de Dios.
08/11/21 7:01 PM

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6.11.21

Apología del comunismo en Barcelona, que causó más de 100 millones de muertos

Acabo de contemplar como en algunas marquesinas de las paradas de autobuses de Barcelona han aparecido loas a los genocidas Lennin y Stalin, a los que se califica de héroes de la revolución.

Igualmente en el segundo cartel piden gloria a los llamados “mártires del socialismo”. Ver para creer, cada vez hay más descaro para ensalzar abiertamente esta ideología criminal que ha sembrado la tierra con más de 100 millones de muertos.

Razones de la condenación del comunismo por parte de la Iglesia

Además de los rotundos argumentos de las muertes, devastación y miseria que ha provocado el comunismo a lo largo de la historia reciente vamos a dar las razones principales de la Iglesia para condenar esta ideología intrínsecamente perversa.

Según enseña el P. Aspiazu No hay que ir muy lejos para comprender las razones de la condenación del comunismo. El título de la encíclica Divini Redemptoris, de Pío XI (17 de marzo de 1937), contra el comunismo ateo nos lo manifiesta. El comunismo es ateo, antiespiritualista, antieclesiástico, anticatólico y, por tanto, condenable.

Por consiguiente, los bautizados entregados voluntaria y conscientemente al comunismo, a sus doctrinas y consecuencias, son verdaderos apóstatas, y como tales, condenados (canon 2.314). El sello del ateísmo ha caracterizado siempre el socialismo, y, sobre todo, el comunismo bolchevista ruso (recuérdese la Liga de los sin Dios), el mismo sello anticristiano y de invitación a la apostasía llevan actualmente los ensayos comunistas yugoslavos, checos y polacos, y lo llevaron los regímenes comunistas mejicano de 1932 y español de 1936.

Toda la encíclica de Pío XI, Divini Redemptoris, contra el comunismo tiende a probar verdades encerradas en este párrafo:

«Esto es lo que, por desgracia, estamos viendo; por primera vez en la Historia asistimos a una lucha fríamente calculada y cuidadosamente preparada contra todo lo que es divino. El comunismo es por naturaleza antirreligioso; considera la religión como “opio del pueblo”, porque los principios religiosos que hablan de la vida de ultratumba desvían al proletariado del esfuerzo por realizar el paraíso soviético, que es de esta tierra» (número 22).

No es, sin embargo, el ateísmo la única razón condenatoria del comunismo. Porque, aparte de esta ausencia de Dios, tiene en su seno el comunismo otra serie de doctrinas que están en abierta oposición con la doctrina católica, como son, por ejemplo, la doctrina de la lucha de clases y la doctrina contra el derecho natural de la propiedad privada, repetidas veces condenadas por la Iglesia.

Por Javier Navascués

9 comentarios

  
Ramón montaud
Que hay de extraño lo que hace el Ayuntamiento de la desolada Barcelona si su Alcaldesa fue reelegida alcaldesa gracias a un pacto con el PSC y tres votos de otro partido, si Los partidos que conforman el Gobierno de España (PSOE y UP) han votado negativamente a la iniciativa de otro partido, que proponía condenar los crímenes del comunismo, así como los del "totalitarismo nazi".
Para lograr una condena que no ha llegado, dicho partido se remitía a la resolución que el Parlamento Europeo aprobó en septiembre de 2019, en la que animaba a todos los estados miembros de la UE a que hicieran "una evaluación clara y basada en principios de los crímenes y los actos de agresión perpetrados por los regímenes comunistas".
07/11/21 3:30 AM
  
pedro de Madrid
Inmaculada (Ada) Colau no leyó la "Historia Negra del Comunismo" que para imponerla a la población cometió y comete los mayores crímenes de forma secreta y vendida esta ideología (como se ve en los carteles) omo el mejor sistema político, apoyado por medios e intelectuales (corrompidos).
En Rusia hubo dos hambrunas con millones de muertos y además exportaban trigo, en China, una. donde para sobrevivir se rebuscaba en los excrementos de pájaros y boñigos (eso lo leí en dicho libro) y se intercambiaban los hijos pequeños para comérselos, en Corea se hacía puntería a los ojos de los reclusos y no deseo seguir. Que hizo el frente popular en España?, martirizar y robar, robar oro, joyas, enseres, etc. Ese es el comunismo tan ensalzado al que quieren volver
07/11/21 10:35 AM
  
Ja
El tema es que, incluso aunque no mencionasemos el magisterio eclesial sobre el comunismo y la historia de la relacion entre cristianismo y comunismo, una ideologia que, sumada a su hermana el socialismo, ha causado 250.000.000 muertos y sumir en la mas absoluta pobreza y atraso a mas de MIL MILLONES de personas solo en el s. XX, pues deberia ser ilegal, y justo en un pais que pudo pararlos a tiempo hace 8 décadas...
07/11/21 12:31 PM
  
Ronin
El ayuntamiento de Barcelona es un estercolero lleno de tarados y sectarios.

El problema es que esos tarados y sectarios están en el gobierno de la Nación, otro estercolero aun mayor si cabe, y aquí no pasa nada.
Otra de gambas. Y unos chopitos si pue' ser.
07/11/21 1:52 PM
  
Oli
Ronin, Barcelona es la ciudad más bonita del mundo. No es ningún estorcolero.
Mantén un respeto. ¿No serás tú quien está cubierto de heces?
07/11/21 6:04 PM
  
África Marteache
Si hacer apología del nazismo está prohibido, hacerla del comunismo debería estar prohibido también. O eso, o no se prohíbe nada.
Los judíos murieron por ser judíos y los kulaks porque eran kulaks. ¿Qué diferencia hay? Vasili Grossman, al final de su vida, llegó a la conclusión de que no había ninguna y quién no lo crea que lea "Todo fluye".
07/11/21 6:26 PM
  
Oli
Oli.
Aprenda a leer y a comprender. Y menos insultar que yo no he dicho ni mu de la ciudad si no de su ayuntamiento con la Colau, si la que meaba en las calles y se hacía fotos, a la cabeza.
07/11/21 9:32 PM
  
Vicente de Valencia
Dios ya separará el trigo de la cizaña.
08/11/21 2:22 AM
  
Lector
Pues reconozco que a mí Barcelona nunca me ha parecido tan bonita y menos aún la más del mundo. En cualquier caso, la de hoy sí es, en determinados días, un estercolero visual, político y moral.
08/11/21 6:43 AM

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La Guerra de la Oreja de Jenkins, una de las grandes gestas de Blas de Lezo

Entrevistamos a Martí P. Coronado, profesor y escritor. Ha publicado en revistas de divulgación nacional, como Clío Historia, y más recientemente en la nueva revista, LAUS HISPANIAE. Es autor del libro, La Guerra de la Oreja de Jenkins. España contra Inglaterra, con muy buena acogida entre los lectores interesados por conocer la historia de España.

¿Por qué ha elegido contar esta historia en particular? ¿Qué encontramos en este libro?

Este libro nace con la intención de mostrar al lector los principales acontecimientos que se sucedieron durante la Guerra del Asiento o Guerra de la Oreja de Jenkins, en la que las dos grandes potencias europeas de proyección atlántica, España e Inglaterra, van a luchar entre 1739 y 1748 por el control de las principales rutas oceánicas y, en nuestro caso, por el mantenimiento de la hegemonía española en la zona del Caribe. A pesar de que en este libro exponemos los principales episodios bélicos como el ataque inglés a Cartagena de Indias o la célebre Carrera del Glorioso, mi principal objetivo ha sido contextualizar la guerra, por eso arrancamos en el siglo XVI, para comprender la rivalidad entre ambos reinos y el interés que tuvieron los ingleses por arrebatar a los españoles sus posesiones en el Nuevo Mundo, en muchas ocasiones recurriendo a medios muy poco honorables.

España deja de ser una potencia de primer orden después de la Guerra de Sucesión, pero contrariamente a lo que muchos piensan sigue siendo una nación poderosa.

Cuando terminó la guerra de Sucesión la situación de España era muy precaria y esto se refleja, por poner un ejemplo, en la Armada. Personalmente, creo que Felipe V es uno de los reyes que más injustamente han sido tratados a lo largo de la historia ya que, a pesar de las sombras que podemos encontrar durante su reinado, debemos reconocer que logró rodearse de un grupo importante de políticos muy competentes que lograron llevar a cabo un proceso de centralización política y económica en España, con unos resultados muy positivos que explican el desarrollo experimentado en el reino durante el siglo XVIII. Desde el punto de vista militar, el renacimiento de las armas españolas empieza a detectarse durante la guerra de la Cuádruple Alianza, en la que España se enfrenta, por si sola, a las grandes potencias europeas, y donde el ejército español deja, en batallas como la de Milazzo, muy buenas sensaciones.

Para sorpresa de los ingleses, la Armada española sigue siendo un enemigo formidable. Aquí hay que destacar la figura de José Patiño.

Por supuesto. A finales del siglo XVII la situación de la Armada española era crítica, con unos barcos escasos y de mala calidad, incapaces de hacer frente a las monarquías rivales que ansiaban controlar las rutas comerciales que unían Europa con América. Esta situación cambió, afortunadamente, en el siglo XVIII, cuando empiezan a destacar una serie de personajes que, con el apoyo de la nueva dinastía borbónica, hicieron de la Armada una terrible máquina de guerra que llegó a atemorizar a la todopoderosa Inglaterra. Este es un tema que trato en profundad en La Guerra de la Oreja de Jenkins. España contra Inglaterra. Patiño fue uno de los personajes que más destacó en lo que realmente fue la reconstrucción de la Marina de Guerra española, un individuo dotado de gran inteligencia y un sincero afán de servicio al bien público. Para él la mayor preocupación seguía siendo dotar a la Flota de Indias de los medios necesarios para recuperar la iniciativa en el mar y garantizar la actividad comercial con los territorios españoles de ultramar. Entre sus grandes logros destacan la publicación de las Ordenanzas de la Armada de 1717, en la que se centralizan todas las fuerzas existentes, la construcción del Arsenal de la Carraca, la creación de las Compañías de Caballeros Guardamarinas (que tan buenos resultados dará) y el impulso para la construcción de buques de guerra para que la Armada contase con las suficientes unidades con las que afrontar sus responsabilidades.

¿Por qué se le conoce como la guerra la Guerra de la Oreja de Jenkins, ¿de dónde viene este nombre?

La oreja de Jenkins fue la excusa que dieron los ingleses para declarar la guerra a España. Jenkins no fue más que un simple contrabandista cuyo barco, el Rebecca, fue apresado por un guardacostas español en 1731. Cuando el capitán español, Juan León de Fandiño entró en las bodegas del barco encontró unas mercancías ilegales, por lo que, amparado en los tratados firmados, procedió a la confiscación de su carga. Hasta aquí lo que conocemos, aunque según el sospechoso testimonio del pirata en su comparecencia ante la Cámara de los Comunes, el capitán español, acto seguido, le habría cortado una oreja para después advertirle con la famosa frase que al final fue utilizada para declarar la guerra a España: «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve» y todo ello mientras en su mano sostenía ̶ ¡siete años después! ̶ la oreja conservada en un pequeño frasco ̶ vayan ustedes a saber a quién perteneció la dichosa oreja ̶ .

Uno de los hechos más épicos de esta guerra es el desembarco británico en Cartagena de Indias y su defensa por parte de Blas de Lezo. ¿Es esta victoria la que decide la guerra?

Por supuesto. Porque después de la derrota del almirante Vernon, algo increíble teniendo en cuenta la aplastante superioridad numérica de su flota compuesta por cerca de 200 barcos y unos 27.000 hombres, los ingleses perdieron su capacidad ofensiva y esto explica el fracaso de sus nuevas expediciones en Cuba y Florida. El gran protagonista de la victoria de Cartagena de Indias, más aún si tenemos en cuenta que los españoles contaban con solo 6 barcos y una reducida guarnición de unos 2.000 hombres, fue Blas de Lezo, aunque no debemos olvidar el fantástico trabajo que llevaron a cabo los espías españoles en Londres, cuyos informes fueron decisivos para conocer las intenciones de la Pérfida Albión, y de hombres como el virrey Sebastián de Eslava y Lazaga.

Cartagena de Indias es una de las mayores derrotas de la historia de Inglaterra, motivo por el que fue convenientemente borrada de sus registros, y una de las muchas que le infligió España. Sin embargo, en nuestro imaginario popular los ingleses y sus piratas fueron el azote de los españoles y los reyes de los mares, ¿cómo es esto posible?

Es normal que así sea. Inglaterra o Francia, siempre se han preocupado por el elevar a la categoría de héroes no solo a sus militares, sino también a auténticos psicópatas como los piratas Henry Morgan o Francis Drake que, como sabemos, regaron con sangre de hombres, mujeres y niños, los campos y ciudades de la América española, incluso en tiempos de paz. Esto es algo terriblemente injusto, sobre todo si tenemos en cuenta que aquí, en España, nos hemos olvidado de reivindicar a nuestros grandes personajes e incluso los hemos relegado al olvido.

En el libro también hablas de un personaje menos conocido, pero no menos heroico, Pedro Mesía de la Cerda y su barco, el Glorioso.

Sí, un personaje muy de actualidad después de que el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, decidiese retirar el cuadro de Ferrer-Dalmau, El último combate del Glorioso, para evitar una saturación de derrotas honrosas en el Museo Naval de Madrid. Precisamente, en el libro expongo mi convencimiento de que esto no fue una derrota, todo lo contrario, ya que el barco logró cumplir su misión y, por si esto fuera poco, se llevó por delante a unos cuantos barcos ingleses y mostró al mundo la fortaleza de la nueva Armada española en el siglo XVIII.

¿A qué cree que se debe este renovado interés por la historia de España?

No lo sé. Probablemente porque desde hace mucho tiempo se ha tratado de ofrecer, desde determinados sectores ideológicos, una imagen de nuestra historia muy negativa. Ahora que hemos visto que la verdad no es como nos la han querido contar, parece que volvernos a sentir interés por el estudio de nuestro pasado, de una historia de la que debemos sentirnos sanamente orgullosos. Y cada vez hay más gente que está convencida de ello.

Javier Navascués y Álvaro Peñas

3 comentarios

  
pedro de Madrid
Desconozco si en otros paises hay antinacionales, pero en España abundan, principalmente en partidos y seguidores de las izquierdas, donde critican duramente, buscando escusas pueriles, que todo lo que hizo España, principalmente con sus conquistas y civizaciones, que es decirlo todo, España se portó mal y así se enseña, caso imperdonable.
06/11/21 1:01 PM
  
maru
Muy , muy interesante y gloriosa nuestra Historia. Efectivamente, nada se cuenta hoy de la ",, pérfida albion, cuando los piratas, al servicio de su majestad, masacran y asolaban los mares. Por qué será?
07/11/21 1:20 PM
  
Alberto
El verdadero héroe de Cartagena de Indias no fue Blas de, Lezo sino el coronel de Ingenieros Carlos Desnaux. Tras fortificar y rehabilitar todas las baterías de artillería de la zona, defendió durante un mes el castillo de San Luis de Bocachica, que impedía el acceso al interior de la bahía. Ese mes de resistencia debilitó a los británicos, obligados a permanecer a bordo más tiempo de lo esperado dando lugar a las primeras enfermedades en sus buques. En un momento dado Blas de Lezo convocó un consejo de guerra en su barco y conminó al coronel Desnaux a capitular, a lo cual se negó el coronel diciendo al almirante que no tenía atribuciones sobre él, y que solo obedecía órdenes del gobernador de la plaza y responsable de su defensa, que no era Blas de Lezo sino el teniente general Sebastián Eslava. Dos días después éste respaldó la decisión del coronel en una tensa reunión. El coronel prosiguió la defensa del fuerte durante diez dias más hasta que los ingleses acabaron tomándolo. Tras ello los ingleses entraron en la bahía y se enseñorearon de ella. Después de bombardear los fuertes interiores, los británicos desembarcaron una fuerza de unos 3500 soldados para avanzar sobre el extrarradio de la ciudad, de la que les separaba el fuerte de San Felipe de Barajas. Aquí los españoles apostaron una fuerza de unos 500 hombres de nuevo al mando del coronel Desnaux, quien organizó la disciplina de fuego ante el avance británico de tal manera que primero les diezmó a base de descargas, y después salieron del fuerte a bayoneta calada para contraatacar la fuerza británica en retirada, ocasionandoles 1500 bajas entre muertos, heridos y prisioneros. Como resultado, los británicos solicitaron al teniente general Eslava una tregua para recoger sus muertos y, días después, reembarcar sus heridos, enfermos y pertrechos y retirarse. A Eslava se le ascendió a capitán general. A Desnaux se le premio con un ascenso a Brigadier, pero su hazaña quedó eclipsada por la desgraciada muerte de Blas de Lezo, cuya leyenda ha impedido el reconocimiento de otros responsables de la derrota británica.
08/11/21 11:33 PM

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5.11.21

Presidente de Una Voce España: "No pedimos privilegios sino ser tratados como todos los fieles”

Juan Manuel Rodríguez es sevillano. Tiene 46 años y fue cofundador de la asociación Una Voce Sevilla en 2004. Ha sido secretario general de la Federación Internacional Una Voce (FIUV), organización de asociaciones de laicos católicos que fue fundada en 1964 para defensa y promoción de la liturgia tradicional. Desde que el año pasado se constituyó la Federación Una Voce España como capítulo español, para proporcionar acceso a la FIUV de todas las asociaciones españolas -ya que el número por país está limitado a tres por sus estatutos-, fue elegido presidente de la misma.

En esta entrevista valora la peregrinación Populus Summorum Pontificum de este año y la presencia de Una Voce de España y de otras asociaciones en la misma.

¿Cómo valora, como presidente de Una Voce España, la X peregrinación Populus Summorum Pontificum?

Para cualquier católico, tener la oportunidad de peregrinar a Roma es una alegría siempre. Para nosotros, además, hacerlo en una peregrinación durante la que podemos vivir las celebraciones con esta liturgia milenaria de la Iglesia en la Sede de Pedro, lo es aún más. Esta edición ha sido la más numerosa de los últimos años, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia a los viajes internacionales. En torno al millar de peregrinos de distintas partes del mundo que literalmente abarrotaron las iglesias en las que se desarrollaron los actos litúrgicos. El sábado, por ejemplo, se llenaron todos los bancos del altar de la Cátedra en San Pedro, teniendo que quedarse muchos fieles de pie. Por lo tanto, numéricamente, yo diría que ha sido un éxito rotundo.

También, así lo espero, en los frutos espirituales que todos los participantes hayan obtenido de esta peregrinación. E igualmente ha servido para volver a dar visibilidad a una realidad viva dentro de la Iglesia, como es la liturgia tradicional, en unos momentos en los que existe mucha preocupación entre los sacerdotes y fieles vinculados a ella. Y, como cada año, ha sido útil también para dar testimonio público de nuestra fe en las calles de Roma. Los viandantes, turistas, se sorprendían al ver tantos peregrinos con banderas de diversos países cantando, rezando, en plena calle. En resumen, yo diría que el balance es muy positivo.

Además ha habido una fuerte presencia de las Una Voce de diferentes países y de otras organizaciones hermanadas en torno a la liturgia tradicional.

En efecto, a esta peregrinación siempre acuden personas de muchos países, que en su mayoría pertenecen a las distintas organizaciones de fieles de la liturgia antigua. Muchos de Una Voce, como indica, de Francia, Inglaterra, Alemania, de EEUU, de Portugal, de Italia… y también de otros grupos tradicionales que pertenecen a la organización de la peregrinación, como Paix Liturgique, el CIEL (Centro Internacional de Estudios Litúrgicos) o Juventutem. Peregrinos que acuden de los cuatro puntos cardinales, lo que nos da la oportunidad, además, de convivir, intercambiar agradables charlas, compartir experiencias, con peregrinos, amigos, de distintas partes del mundo.

Una peregrinación de carácter internacional, como es esta, es siempre una buena ocasión para mostrar la catolicidad, es decir, la universalidad de la Iglesia de Cristo. Algo que se remarca aún más si cabe en el hecho de que nuestra oración, la de todos los peregrinos, se realice en latín, el idioma de la Iglesia Romana, que, como dijese el Papa San Juan XXIII en su encíclica Veterum Sapientia, es «universal e inmutable» y «no es privilegio de nadie». En la oración en latín nos igualamos todos, seamos de donde seamos. Y eso a pesar de que en las asambleas que organiza el Coetus Internationalis, el consejo organizador de la peregrinación, a veces se tenga que recurrir a un traductor para que todos se entiendan (risas).

Entre ellas destaca este año por primera vez Nuestra Señora de la Cristiandad España.

Ha sido una verdadera alegría contar en Roma con una representación de Nuestra Señora de la Cristiandad España. Jóvenes sensatos, comprometidos, enamorados de Cristo y bien formados, que han sido los artífices de la peregrinación a Covadonga. Una Voce España ha propuesto al Coetus que Nuestra Señora de la Cristiandad ingrese como miembro del comité organizador de la peregrinación, al igual que lo está Notre-Dame de Chrétienté, que organiza la Paris-Chartres. La propuesta ha sido aceptada por unanimidad, y creo que, por su magnífico trabajo, lo tienen más que merecido y que era de justicia que ingresasen. Como esta propuesta la hicimos sin haberles consultado a ellos previamente, tenía cierto temor de que al comunicarles la decisión la rechazaran, pero la han aceptado de buen grado. Menos mal (risas). Yo creo que al igual que ha sido importante su presencia este año, tienen mucho que aportar a la peregrinación Summorum Pontificum en ediciones futuras.

También ha llamado la atención el gran número de españoles que se han visto, muchos de ellos jóvenes…

Cierto. Ha habido muchos peregrinos de Barcelona, de Valencia, de Sevilla, de Madrid, de Guadix… Las banderas españolas se han hecho notar, y mucho, en la peregrinación. No recuerdo una edición en la que hubiese tantos peregrinos españoles. Y, sobre todo, como usted bien apunta por haberlo vivido en persona, destaca la juventud de la mayoría de ellos. Es un gozo ver que, a pesar de todo, de todo lo que les ofrece el mundo, haya jóvenes que quieran permanecer fieles a Cristo, a su Iglesia y a su doctrina. En las comunidades de la Misa tradicional la presencia de los jóvenes es notable, y esto es algo de lo que congratularse.

Han contado este año con la presencia del ceremoniero del papa Mons. Agostini y otras personalidades de la Iglesia.

En efecto, Monseñor Agostini, y también otros, como Monseñor Patrick Descourtieux, que pertenece a la Curia Romana, y que es quien ha celebrado la Misa solemne en San Pedro. El protagonismo en nuestra peregrinación de personas con esa proximidad al Papa creo que es relevante en el contexto en el que nos encontramos ahora mismo. Se trata de un hecho destacable y que espero que sirva, en la medida de lo posible, para derribar muchos de los prejuicios que en ciertas esferas se tienen contra los fieles y sacerdotes que celebran la Misa tradicional, por parte de personas que no saben nada más que lo que puedan percibir a través de comentarios indirectos o leídos en internet.

La organización ha sido modélica y el ambiente espectacular, viviendo el espíritu de la cristiandad.

Es posible que haya gente que desearía que la peregrinación se hubiera convertido en algo conflictivo o escandaloso, porque los hay que parecen sentirse cómodos en esas situaciones. La realidad es la que usted, como cualquier peregrino de los que asistió, pudo vivir. Un ambiente de sacralidad y devoción, de hermandad. El ambiente de un grupo de católicos que con espíritu de comunión acude al centro de la Cristiandad, como bien indica, a orar y adorar en paz, como lo hace cualquier otro. Los fieles de la Misa tradicional no pedimos ningún privilegio, sino ser tratados como se trata a cualquier otra realidad eclesial, que nuestra Madre nos acoja con caridad, ser tratados justamente, como hijos fieles que somos. En este sentido, la peregrinación Summorum Pontificum es siempre edificante, como lo es el comportamiento de los peregrinos, y creo que es bueno que esto se transmita.

En cuanto a lo propiamente organizativo, gracias al duro trabajo de las personas de la organización todo ha sido ejemplar. Desde los cuadernillos preparados ex profeso para los actos litúrgicos, con sus traducciones en varios idiomas, hasta el último de los detalles de la liturgia, muy cuidada, incluyendo el soberbio canto gregoriano y polifónico. Son muchas las horas que la organización de una peregrinación así requiere, y muchas las personas implicadas. Aunque me deje muchos en el tintero, me gustaría destacar la labor del P. Claude Barthe, capellán general de la peregrinación, y de los señores Christian Marquant, João Silveira y Louis de Lestang, presidente secretario y tesorero de la organización, respectivamente. Sin su dedicación desinteresada, y la de otros muchos, este acto no sería posible.

Para finalizar, háblenos de la importancia de la labor de Una Voce, concretamente en España y de lo bueno que sería que vayan creciendo por diferentes puntos de la geografía española.

Con sus casi sesenta años de existencia, Una Voce es la principal organización a nivel mundial de laicos vinculados a la Misa tradicional. Su labor, como también la de otros grupos, es fundamental para coordinar los esfuerzos, inquietudes, y procurar dar respuesta a muchas necesidades de los fieles. E igualmente es importante su tarea de diálogo, de servir de puente, de instrumento de comunicación, con las autoridades eclesiales y también con los medios y la sociedad en general. Sirve además de aglutinante para que los distintos grupos de fieles no se sientan solos y puedan intercambiar experiencias, pareceres, y coordinarse en actividades concretas que sean en beneficio mutuo, como cualquier otra organización. También, junto a la promoción de la Misa, la publicación de libros, conferencias, estudios e informes de la situación de la liturgia tradicional…

Esta misma vocación que tienen nuestros hermanos de muchos países del mundo, aglutinados en la Federación Internacional, es la que tiene Una Voce en España. La de que los fieles se unan con «una sola voz», pues eso, y no otra cosa, significa su nombre, tomado del prefacio de la Santísima Trinidad del Misal Romano. El espíritu que siempre ha presidido Una Voce, y que conforma una de sus vocaciones principales, es el de diálogo directo con las autoridades de la Iglesia, y así se ha mantenido desde su origen, a pesar de las no pocas incomprensiones con las que en muchas ocasiones nos encontramos. Igual puede parecer cándido, pero Una Voce está convencida de que por este camino, en un clima de caridad, tratando siempre de evitar una guerra que no beneficia a nadie, muchas de esas incomprensiones y obstáculos pueden acabar derribándose, y la trayectoria durante más de cinco décadas creo que así lo atestigua. En ese sentido pienso que es obvio lo positivo de que cada vez haya más grupos de fieles que se sumen a nuestra federación, pues de esa manera no sólo nos enriquecemos y nos apoyamos en la coordinación mutua, dándonos cuenta de que no estamos aislados, sino que conseguimos asegurarnos de que nuestra voz pueda ser oída, y que esa voz sea guiada siempre por ese sentido de eclesialidad.

Por Javier Navascués

6 comentarios

  
Ramón montaud
He de reconocer que no tenía ni idea de que Una Voce (FIUV), organización de asociaciones de laicos católicos fue fundada en 1964 para defensa y promoción de la liturgia tradicional.
Y también es para reflexionar que en la oración en latín nos igualamos todos, seamos de donde seamos.
Animo y seguir adelante!
05/11/21 8:15 AM
  
pelicanillo
Una pregunta. Para entrar en el Vaticano tendedor de puentes y fronteras abiertas hace falta un salvoconducto sanitario, ¿o para la peregrinación no es necesario? O..., todos poseen dicho pase.
05/11/21 11:47 AM
  
Rafaél de Málaga
Muy agradecido a Infocatólica por publicarlo y a Juan Manuel Rodríguez por sus esfuerzos demostrados en tantos años de tesón y aciertos. Que Dios nos siga bendiciendo a todos.
05/11/21 1:13 PM
  
Hugo Z. Hackenbush
Y digo yo Sr. Navascues.
¿Por que no peregrinan al desierto de Mongolia este año?
Allí con tanto campo libre seguro que les dejan decir misa como les de la gana.
Y tienen una posibilidad de evangelización enorme. Allí no hay cristianos.
Yo me lo pensaría.
Tranquilo. No le cobro nada por la idea. Estamos para ayudarnos
05/11/21 1:58 PM
  
Rufus T. Firefly
Qué alarde de sentido del humor y qué gran muestra de caridad cristiana la del señor Hugo Z. Hackenbush. El espíritu del Concilio en su manifestación más pura.
05/11/21 2:40 PM
  
Carmen
Que Dios le bendiga. Transmite fe y alegria. Y ademas el presidente es guapo. Yo le votaria. El año que viene quiero ir a esta peregrinacion.
05/11/21 9:02 PM

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