13.11.23

Álex Rosal: “El problema no son los bárbaros, sino los hombres buenos que no hacen nada para frenarlos”

Álex Rosal (Barcelona, 1965) es periodista y editor. Dirige las editoriales LibrosLibres y VozdePapel, así como el portal Religión en Libertad. Preside la Fundación Nueva Evangelización para el Siglo XXI. Está casado y tiene tres hijos.

Ha escrito recientemente “Despierta y combate a los bárbaros que arruinan tu vida” (LibrosLibres).

Si quieres comprar el libro en papel desde España, México, EE UU, Colombia, Argentina, Ecuador, Chile, Costa Rica o en Ebook, puedes hacerlo AQUÍ:

https://www.ociohispano.es/libro/despierta-y-combate-a-los-barbaros-que-arruinan-tu-vida

¿Por qué decidió escribir este libro titulado Despierta y combate a los bárbaros que arruinan tu vida?

Porque vivimos un momento histórico preocupante. Y no solo en España, sino en buena parte de Iberoamérica. Los bárbaros han creado una telaraña diabólica que nos está convirtiendo en unos semi-esclavos, y está en juego que podamos seguir disfrutando de todo lo que amamos: educar a nuestros hijos según nuestras creencias, poder discrepar de lo políticamente correcto, tener libertad de movimientos plenos, vivir nuestra fe en libertad y llegar a fin de mes de una manera más holgada…

Quizá la mayor parte del problema es que muchos ni siquiera ven a los bárbaros, ni sienten que su vida vaya a la ruina…¿Quiénes son los bárbaros y por qué nos llevan a la ruina?

Los bárbaros son arquitectos de la maldad que quieren poner patas arriba al mundo, invitándonos a experimentar un nuevo Paraíso que no es más que otro infierno en la tierra. La utopía de los bárbaros es trastocar el orden natural de las cosas para crear un nuevo estilo de vida que sólo nos traerá más esclavitud. El envoltorio de su mercancía ideológica es sugestiva y atrayente, pero es pura mentira. Provoca víctimas, sobre todo entre los más jóvenes.

Los bárbaros necesitan crear las condiciones para que los ciudadanos se conviertan en semi-esclavos. Necesitan romper naciones y fragmentarlas en pequeños Estados para poderlas controlar mejor. Precisan dividir las sociedades y enfrentarlas para pescar abundantemente en río revuelto. Requieren comunidades humanas con escasos vínculos para, aislando a las personas, dominarlas con facilidad.

Quieren individuos cada vez más frágiles, subordinados y con adicciones. Para ello impulsan el desmantelamiento de la familia, favoreciendo su desestructuración y división. Crean dudas de identidad desde la más tierna infancia para incrementar los sujetos que tendrán problemas a lo largo de su existencia. Empujan una lucha de sexos para crear desconfianza entre hombres y mujeres. Otra lucha entre razas señalando siempre a los blancos como verdugos. Extensión de una paga universal para crear dependientes económicos de por vida… En fin: enfrentar y fomentar el odio entre iguales para fabricar una sociedad dividida, cuyos hombres y mujeres estén aislados entre sí, y no puedan rebelarse ante un Poder que impone una nueva manera de vivir.

Mucha gente, aunque ve a los bárbaros prefiere autoengañarse y se conforma solo con intentar ponerse a salvo, pero sin combatirlo…¿En qué medida es mala esta actitud egoísta y no querer formar parte de los que usted llama guardianes?

Decía Edmund Burke que “para que el mal triunfe, sólo hace falta que los hombres buenos no hagan nada”. Y Albert Einstein señalaba que “el mundo es un lugar peligroso para vivir; no por las personas malvadas, sino por las personas buenas que no hacen nada al respecto”.

El problema no es de los bárbaros que cumplen con su hoja de ruta para extender el mal en el mundo. El problema es de los hombres y mujeres buenos que no hacen nada para frenar este mal al delegar su responsabilidad en otros. Creen que son los políticos, empresarios, académicos, periodistas, obispos… los que deben enfrentarse al mal, y es claro que también lo deben hacer, pero no se dan cuenta de que cada uno tenemos una responsabilidad de aportar nuestro pequeño granito de arena a esa tarea.

Esa inacción, ese no hacer nada, esa suma de miles de micro-cobardías, es lo que nos ha llevado al borde del precipicio como sociedad. Es posible que se quejen agriamente por lo que nos pasa, pero más allá de gritar cuatro bravuconadas, su crítica es estéril.

Es hora de despertar. Los hombres y mujeres buenos tienen que convertir esas micro-cobardías, tan comunes en nosotros, en micro-valentías, para revertir esta situación.

¿A qué llama usted telaraña diabólica y cuál ha sido su proceso de formación?

Los bárbaros llevan décadas construyendo esa telaraña diabólica que tiene como finalidad controlar las mentes y las acciones de los ciudadanos. No lo hacen a lo bruto, al estilo nazi o soviético, imponiendo una dictadura violenta y atroz. No. Es todo más sutil. El filósofo Augusto del Noce considera que “el nuevo totalitarismo está tan perfeccionado que no necesita de persecuciones físicas ni campos de concentración”.

Esta telaraña de los bárbaros tiene siete pasos para dominar a la población y perpetuarte en el Poder:

Primero: Llénalos de distracciones. Si logras que los ciudadanos estén entretenidos, sepultados por una avalancha de informaciones intrascendentes, consumiendo horas y horas de televisión, y poniendo su atención en vídeos tontos de TikTok, memes de Whatsapp y chismorreos de Instagram y Facebook… se creerán capaces, aunque no tendrán tiempo para nada más.

Segundo: Mételes miedo. Genera pánico. Fíjate en los corderitos. Cuando el pastor grita “¡qué viene el lobo!”, los animalitos corren como locos a refugiarse en el establo. Los humanos somos iguales que esos borregos. Buscamos protección ante una catástrofe, y si el Poder nos ofrece esa seguridad, aceptamos cualquier sacrificio que nos pida.

Tercero: Crea las condiciones para que se censuren. Lograrás un gran éxito si una buena parte de los ciudadanos se convierten en policías del pensamiento y acusan a otros de comportamientos incorrectos, amenazándolos con expulsarlos de la tribu.

Cuarto: Crea enfrentamientos. Hombres contra mujeres, negros contra blancos, zurdos contra diestros, proletarios contra capitalistas… que haya tensión y clima de lucha permanente.

Quinto: Controla a la población con un sistema de crédito social. Copia a los chinos. Ellos han conseguido un sistema que combina sanciones con recompensa, obligando a un comportamiento que facilita un control casi total. Es un autoritarismo casi invisible.

Sexto: Subvenciona a los medios. No hace falta que tengas la titularidad de sus cabeceras, simplemente cómpralos con ayudas y subvenciones, y te asegurarás su lealtad.

Séptimo: No discutas; ese debate ya está perdido. Cada vez que salte un escándalo no dediques mucho esfuerzo a defenderte.. Entierra ese alboroto ofreciendo nuevas distracciones y noticias. Oblígalos a que hablen de otros temas…

Ah, y por último, los bárbaros saben algo muy importante: apenas tienen resistencia. Sus adversarios se quejan mucho, pero delegan siempre su responsabilidad de combate en otros. Son inofensivos…

¿Por qué la mayoría de la gente vive cómoda en la tribu y siente miedo de ser excluida de ella?

Porque casi nadie quiere tener problemas. Se prefiere estar acompañado y protegido por la tribu, aunque se viva en la mentira, a estar solo por vivir en la verdad. Casi nadie quiere enfrentarse a la masa enfurecida, corriendo el riesgo de ser excluido de la tribu, tras ser señalado y satanizado como traidor. Eso son palabras mayores.

Pocos lo hacen, poquísimos, y así lo constató la escritora judía Hannah Arendt en “Los orígenes del totalitarismo” (Alianza editorial), para explicar la falta de reacción del alemán medio ante el empuje diabólico del movimiento nazi. Cualquiera sabía lo que le esperaba si cometía la osadía de llevar la contraria a esa tiranía de la mayoría crispada. Y, ante el riesgo de ser aplastado por la muchedumbre que ejercía de policía del pensamiento, las micro-cobardías afloraron, y casi nadie hizo nada ante la desdicha de ser arrojado fuera de la tribu.

¿Por qué el miedo es uno de los grandes instrumentos para controlar y tener sometidas a las masas?

Para mantener a una población sumisa y controlada, hay que introducir elementos de pánico. Hay que provocar miedo. Hay que alarmar a la gente. No importa que muchos de esos temores sean imaginarios o falsos. El objetivo es lograr que exista un cierto histerismo, una agitación colectiva descontrolada que dé como resultado un cierto consenso de la sociedad en reclamar ser conducidos a un lugar seguro.

Ese miedo es como un aviso para navegantes. Los bárbaros te dicen: “Sé obediente a las consignas y podrás seguir disfrutando de una vida tranquila dentro de la tribu, siendo aceptado por tus conciudadanos. Ahora bien, si rompes las reglas de juego que hemos implantado, y las pones en cuestión públicamente, nuestra bota aplastará tu cara…”.

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Hoy en día hay muchos opios para tener entretenidos al pueblo. ¿Por qué es tan eficaz lo que llama usted la dictadura de la atención?

La estrategia moderna para la dominación de las naciones ya no consiste en el uso de la fuerza, lanzando a los ejércitos a la conquista de unos territorios, y de una población, metro a metro. Eso es muy costoso y, muchas veces, poco eficaz. Ahora lo que se lleva es dominar a una nación entera por medio de la mente.

La primera premisa para conseguir el control mental de una población es lograr que se distraiga y se entretenga. Que no piense en asuntos importantes. Que “despeje” su mente con programas intrascendentes para que no deje sitio a otras interpelaciones de calado.

Esto ya lo inventaron los romanos con el propósito de mantener a la población un tanto anestesiada: con la lucha de los gladiadores en el circo y otros espectáculos del estilo los tenían entretenidos.

Hoy se ha multiplicado por mil. El Poder tiene un aliado natural en el apaciguamiento y control del pueblo gracias a distracciones como el fútbol, las series de televisión, los videojuegos o los programas de cotilleos al estilo Sálvame Deluxe y, sobre todo, las aplicaciones, las redes sociales…

¿Por qué la ingeniería social es tan poderosa para hacer que una sociedad sea irreconocible en pocos años?

Los bárbaros son listos. Saben que si hay cambios bruscos, visibles y llamativos, la gente con conciencia se rebelará y hará frente a esas alteraciones. Por eso llevamos décadas con una transición suave, armoniosa… pero revolucionaria. Aunque tan constante como un taladro que no cesa en traspasar la pared. Y esa ingeniería social logra pasar por bueno lo que a la opinión pública le parecía inaceptable hace tan solo unos años…

La ventana de Overton es, posiblemente, el arma de ingeniería social más importante y más eficaz en las últimas décadas…

¿Por qué para poder romper con esta telaraña diabólica es necesario lo primero despertar y darse cuenta de que estamos en guerra?

Ser conscientes de que estamos metidos en una guerra es el primer requisito para ganarla. Si seguimos negando esa realidad no hay oportunidad de vencer a los bárbaros. Las batallas que se pierden son las que no se dan.

Necesitamos despertar y tomar conciencia de que no podemos delegar en los demás ese trabajo de reconquista de nuestros territorios vitales que han sido conquistados por esos bárbaros.

¿Por qué es importante saber que esta batalla no la podemos ganar solos y que por mucho voluntarismo que pongamos es decisiva la ayuda de Dios?

Esta guerra cultural nos sorbrepasa en fuerzas y tamaño. Los bárbaros cuentan con un poder que asusta, y aunque tenemos que despertar y usar nuestra libertad para hacer humildes gestos que contribuyan a conformar un movimiento de cambio, somos limitados. Al menos yo me siento muchas veces pequeño y frágil. Y al igual que el joven David, necesitamos ser sostenidos y empujados por un poder mayor que nosotros mismos, como ese resto de Israel que ha sobrevivido a lo largo de la Historia gracias a la protección de Dios.

Hay que ser conscientes de que ese Creador que nos ha dado la vida, ese Todopoderoso que busca nuestro bien, no es ajeno a nuestras preocupaciones y sufrimientos cotidianos, y está dispuesto a intervenir en nuestra vida si se lo pedimos. Sólo nos reclama que tengamos un poco de confianza en su acción poderosa. Nada más. Y con esa poca fe nos puede iluminar y dar fuerzas para despojarnos del miedo y el desánimo, y entrar en batalla.

¿Qué es el candado diabólico y cuál es la contraseña para abrirlo?

Los bárbaros se han cargado la libertad de expresión al indicar que hay una serie de temas que son sagrados, y que por lo tanto están blindados ante la crítica, la burla, la sátira o el menosprecio. Los bárbaros consideran que esos asuntos no son materia de debate, y que deben mantenerse ocultos de críticas o chistes.

Y la forma de conseguirlo es activando leyes de “delito de odio” o lanzando a la masa enfurecida para que te asesine civilmente y te expulse de la tribu, después de rebajarte a la categoría de mal ciudadano.

Ese candado diabólico que mata la libertad de expresión al hurtar del debate público ciertos contenidos, hay que romperlo, o las democracias irán muriendo poco a poco de una enfermedad llamada censura-cancelación que no permite la legítima discrepancia. En el libro doy unas cuantas ideas…

¿Por qué aboga igualmente por combatir a los apocalípticos y conspiranoicos, que quizá formen más parte del problema que de la solución?

Porque son un peligro para la sociedad. Es necesario desenmascarar a estos profetas de calamidades. Los anuncios apocalípticos producen miedo en la gente. Cuando se repite sin cesar que los recursos naturales son limitados, y que no hay alimentos para todos, por ejemplo, es normal que la gente entre en pánico. Y ese histerismo se traslada a los políticos, que comienzan a aplicar políticas para remediar esa angustia colectiva.

Esta estrategia de meter miedo es una telaraña más de dominio social. Se difunde un argumentario de una futura catástrofe de proporciones bíblicas, y ese terror se interioriza de tal manera, que ya no hay forma de pararlo. No importa que esas tesis estén en fase de estudio, que no sean del todo científicas o que no haya mucho consenso entre los entendidos…el pánico viaja a la velocidad de la luz y eso provoca que gritemos en silencio o exijamos públicamente una solución ante ese apocalipsis. Y los poderosos ofrecen una suerte de contrato social a los ciudadanos para aplacar ese desastre que se avecina. “Os exigimos sacrificios a cambio de frenar el cataclismo”. Y de forma gregaria, aceptamos. Nos convertimos en un rebaño. No hay casi rebelión. Damos por bueno que el análisis de la futura hecatombe humanitaria es correcto, y nos arrodillamos ante las medidas que deben frenar ese hipotético desastre.

Por eso, como dice el escritor Michael Crichton: “El reto más grande al que se enfrenta la Humanidad es distinguir la realidad de la fantasía, la verdad de la propaganda”.

Usted apuesta por los medios libres que no se venden al poder, parece una utopía, pero David venció a Goliath… De hecho existen estos medios. ¿Cómo valora la labor de los mismos que luchan contracorriente, con escasos recursos y en un ambiente hostil?

El futuro del periodismo estará en manos de quién logre construir altavoces libres e independientes. Los medios dominantes tienen tantos peajes que pagar, y tantos compromisos que cumplir, que al final ejercen más de relaciones públicas que de altavoces incómodos para el poder. Tienen tanta dependencia con las ayudas que les brindan políticos y el gran capital, que no tienen más remedio que plegarse a lo que dicten. No son libres, y los lectores acaban huyendo a otras atalayas, quizás más pequeñas, pero más auténticas.

El futuro es para esos miles de pequeños diarios digitales, blogueros, youtubers… que, desde la fragilidad de sus estructuras, tienen más libertad para ofrecer contenidos novedosos que no estén contaminados por intereses del Poder.

Incluso anima y estimula a crear más medios y altavoces realmente libres. ¿Cuáles serían las principales pautas para que nazcan nuevos medios y que tengan una influencia significativa?

Sí, propongo ocho mandamientos para crear esos medios libres, aunque no tengo espacio para desarrollarlos. Son estos: 1.- Sal del sistema. Da un manotazo a la telaraña diabólica. 2.- El éxito está reservado para los que emprenden proyectos diferentes… en los que casi nadie cree. 3.- No busques apoyos políticos que hipotequen tu libertad. 4.- Dedica todo tu tiempo a satisfacer al lector/televidente con buenos contenidos. 5.- Crea una relación directa con el lector/telespectador.… sin intermediarios. 6.- No te autocensures. 7.- No te obsesiones por ganar audiencia. 8.- Persevera.

El futuro de la comunicación va por ahí. Naces pequeño, libre e independiente, sin hipotecas ni peajes que pagar, y enseguida te ganas el respeto de tus lectores o telespectadores… y el proyecto comienza a ganar en credibilidad y tamaño. No hay otro secreto. Hay que intentarlo.

Adquiera el libro en este enlace:

Despierta y combate a los bárbaros que arruinan tu vida” (LibrosLibres).

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Por Javier Navascués

2 comentarios

  
David
Qué grande...
Felicidades por tu gran labor!
13/11/23 4:21 PM
  
lostrego
La democracia ya esta muerta, corrompida sin remedio posible, se trata de buscar otras alternativas. Yo empezaria por la oracion y el rezo de los misterios de la luz del rosario, los dedicados a 'LA VIDA PUBLICA" de Cristo y a ver lo que sugiere Dios desde ahí.

Otro punto es conocer nuestra fe, en comcreto la Doctrina Social de la Iglesia, esa gran desconocida por el 99% de los laicos y lideres catolicos.

Y el ultimo punto es la practica de las virtudes humanas. Las relaciones humanas esta muy deterioradas. El ego y la falta de amor por el otro estan a la vista. Estamos en una sociedad muy endurecida, especialmente en el mundo catolico, que deberia ser modelo de relaciones humanas amables. No creo que podamos avanzar mucho sin interiorizar que tenemos que cambiarnos a nosotros mismos antes de empezar grandes metas.
14/11/23 1:04 AM

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10.11.23

Jaume Clavé desarrolla su libro San Juan Evangelista “vio y creyó (Jn 20,8) ¡Y nosotros también!

Jaume Clavé Cinca (Sanaüja, 1947) está casado y tiene dos hijos. Estudió muchos años en los seminarios de Urgel y Solsona hasta que abandonó por una crisis de fe, superada. Trabajó en la banca y ha publicado libros de toponimia y de temática religiosa, como La revolución de Marte. Jesucristo al alba del milenio (1998), Recuperar la fe en dos días. Un nuevo paradigma para el siglo XXI (2010) y ahora San Juan Evangelista “vio y creyó (Jn 20,8) ¡Y nosotros también! en AMAZON, versión catalana y castellana.

Su libro hace un recorrido por las fuentes históricas sobre la Pasión del Señor y especialmente sobre la Sábana Santa. ¿Cómo le vino la idea de hacer este libro?

Fue un 1 de marzo, cumpleaños de mi hijo mayor, del año 2014 o 15, cuando pensando en los lienzos que vio san Juan Evangelista en la tumba del Señor, se me ocurrió que los lienzos en realidad eran pinturas en la mente del apóstol, tal como ocurre con el lenguaje actual: un lienzo de Velázquez, un lienzo de Picasso, etc. y me di cuenta de inmediato que aquellos lienzos eran exactamente las dos imágenes de la Sábana Santa, en plural, pues hay dos, la posterior y la anterior del cuerpo de Jesús ¡Descubrí que el Nuevo Testamento hablaba de la Santa Sábana de Turín! Pasaban los años y no escribía ni una línea. Procrastinar y más procrastinar hasta que me saqué la pereza de encima y empecé a desentrañar el misterio.

En realidad, no me sirvió de mucho. Pasan los años y el libro no hace mella, a pesar de ser algo muy impactante. El Centro Español de Sindonología pasa del libro. Por lo visto les molesta mucho que sus teorías que parecían tan fundadas se derrumben, concretamente la que dice que los lienzos, fajas, vendas o sábanas aparecían hundidas debido a la espiritualización del cuerpo de Cristo. No es eso lo que pasó ni lo que vieron Pedro, Juan, José de Arimatea, María Magdalena, las mujeres, la Madre de Jesús, etc. Quede claro que vieron las pinturas o, si se quiere, las dos “fotos” del cuerpo de Jesús.

En su obra se comprueba la verosimilitud histórica de muchos pasajes del Evangelio y de la vida de Jesús. ¿Por qué cree que es importante remarcar eso?

Si tenemos en cuenta que es precisamente el Evangelio de San Juan el que relata que el apóstol Juan “vio y creyó”, o sea, que al presenciar la Sábana Santa creyó en la Resurrección de Jesús, queda demostrado que él es el autor de este Evangelio, tal como dice la Tradición, y que se oculta con el seudónimo del “discípulo amado”, por otra parte fácil de adjudicar. Demostrar que el evangelio de San Juan fue escrito por el apóstol Juan, algo puesto en duda por muchos autores, es de una importancia trascendental. Como explico en el libro, san Juan no podía ser explícito sobre la Santa Sábana por miedo a los judíos. Me baso en el libro de Santiago Vázquez La Santa Sábana. Lo jamás contado. A los apóstoles no les hubiesen perdonado que se salvasen o sacasen de la tumba trapos de gente muerta o manchados de sangre. Eran impuros. Estaba prohibido por la Ley. Igual los mataban.

Por esto mismo la primitiva comunidad de Juan se vio obligada a ocultar la Santa Sábana. Sólo lo sabían un círculo reducido, a los que San Juan dedica su evangelio y, por eso, en este pasaje se queda muy corto de palabras, no quiere dar explicaciones que les traerían problemas si los judíos se enteraban. Sus discípulos le entendieron bien; sin embargo, la Iglesia no le ha entendido a lo largo de veinte siglos. San Agustín, muy errado en este punto, decía que san Juan “creyó” que era cierto lo que les había dicho María Magdalena: que los judíos habían robado el cuerpo de Jesús. Tengo 76 años, en mi juventud perdí la fe porque en los seminarios se nos enseñaba que los Evangelios no eran fiables, que una cosa era el Cristo de la fe y otra el Cristo de la historia. Y aunque se creía que esto no podía dañar a la fe, en realidad no era así. Fue el derrumbe de la fe para muchos seminaristas y curas. De aquí la importancia de demostrar que muchos pasajes de los Evangelios que fácilmente se dan como inventados, en realidad se demuestra que sí son históricos ¿El mayor de todos? ¡La Resurrección de Jesús! Si éste es verdad, ¡lo son todos! En el libro debo mucho a los hermanos sevillanos Laureano y José Antonio Benítez-Grande Caballero, también seglares, que han escrito dos grandes libros, Crucifixio y Resurrectio, que demuestran la autenticidad de muchos detalles de la Pasión y Resurrección de Jesús.

¿Cómo pueden acercar estos datos a la fe al hombre agnóstico de hoy?

Como dice mi admirado filósofo el Padre Gratry, del siglo XIX, que hizo furor en su tiempo y mucho después, para creer antes hay que ser una buena persona. Entonces viene la Luz de la Fe. En la Edad Media, decían aquello de “credo ut intelligam”, creo para entender. La fe es antes que la ciencia, ésta se entiende mejor si antes crees. Por lo tanto, si mi libro se dirige al entendimiento es posible que no consiga convertir a muchos, pero los hará pensar. También digo que Dios en estos tiempos incrédulos lanza un cable al hombre moderno, agnóstico, no incrédulo, aunque también. Este cable es la Santa Sábana de Turín. Antes era muy fácil creer, tener fe, ahora no, debido al prestigio mal entendido de la ciencia.

Pues, bien, Dios se compadece de esta situación kafkiana y nos demuestra empíricamente, materialmente, que su Hijo Jesús en efecto resucitó ¿Y por qué precisamente su Resurrección? Porque era el requisito indispensable para bautizarse, creer que Cristo había resucitado, y así ser salvo. Si leyendo el libro San Juan Evangelista “vio y creyó” (Jn 20,8) ¡Y nosotros también!, uno cree que Jesús resucitó, debe pedir de inmediato el bautismo. Así lo hicieron y lo hacían los primitivos cristianos. Y si ya está bautizado, deberá renovar las promesas que hicieron sus padrinos de bautizo en su nombre. El sacramento de la Penitencia.

La Sábana Santa, ¿se podría considerar una demostración viva de la resurrección del Señor?

Para muchos lo es. Creen que en la Resurrección hubo un fenómeno de radiación que estampó las dos imágenes del cuerpo de Cristo sobre la blancura de la sábana comprada por José de Arimatea. También que las fajas que envolvieron el cuerpo de Jesús, ya embalsamado, aparecieron allanadas según se desprendería de la traducción del pasaje misterioso de San Juan. Esto ya digo que no sirve. A Jesús no les dio tiempo a embalsamarlo. Se trata también la Sábana Santa de una “foto” imposible con los medios actuales. En ella se descubren cosas insospechadas… y lo que seguramente falta por hallar. Ahora llega algo nuevo. Nos damos cuenta del milagro que vieron los primeros discípulos al entrar en el sepulcro.

Un milagro visible que demostraba el milagro invisible que acababa de suceder, la Resurrección. Sólo la vieron los guardias. A propósito, en el libro dedico un capítulo a la tradición de Claudio Fabato, hijo de Niebla, que era el Decurión de los soldados y que presuntamente escribió una carta a su esposa Marcela relatándole como vio la resurrección de Jossuá, Jesús. El original de esta carta se perdió, pero existe su traducción del latín al español, hecha por dos notarios andaluces ¿Acaso son los notarios la gente más adecuada para falsificar un documento? Si se encontrara esta carta sería la segunda reliquia más importante de la Iglesia, después de la Santa Sábana. Muchos la han buscado y siguen buscándola en los archivos de Indias y Simancas y otros lugares. Se perdió en el siglo XIX. Cierto que muchos dicen que se trata de una leyenda.

¿Cómo fue la disposición de los lienzos que vio San Juan en la tumba del Señor para que a raíz de ello creyese?

Los apóstoles Juan y Pedro y demás testigos vieron “los lienzos expuestos”, o sea, las dos pinturas dispuestas de una forma hecha a propósito para ser vistas. La sábana no estaba tirada en el suelo, sino desplegada para que se vieran las “fotos”, que fotos eran, aunque en negativo. Después al pasarlas al positivo a finales del s. XIX, al revelarlas se convirtieron en fotos mucho más claras. Pero, con esto no bastaba para creer en la Resurrección. San Lucas, que se hace eco de la Santa Sábana muy brevemente, nos dice que Pedro vio los “lienzos”, inclinándose ante la tumba, , y que se fue pensativo. No sabía qué significaba aquello. Primer milagro, las pinturas o fotos. Segundo milagro, el sudario que cubría la cabeza de Jesús, cuando se fueron del sepulcro el viernes por la tarde para embalsamarlo pasado el sábado, se podía ver ahora suspendido en el aire: in unum locum. El P. Persili ha sido el único que ha sabido traducir unum por único y locum por posición, o sea, en una posición única, increíble, extraordinaria, maravillosa… porque flotaba en el aire cerca del techo, ya que desde fuera sólo veían el suelo con las “fotos”. Tuvieron que entrar para ver la maravilla, seguramente con resplandores según el gran exegeta Persili. Tercer milagro, el sudario, dice san Juan, estaba enrollado; es decir, igual que cuando estaba atado a la cabeza de Jesús. Ahora estaba vacío.

Los ángeles de la Resurrección, antes de producirse la resurrección de Jesús, retiraron el sudario o gran pañuelo del rostro de Jesús porque tenían órdenes expresas de dejar una foto de Jesús; de lo contrario, la “foto” no hubiera sido posible, con el rostro reflejado en el sudario y el resto del cuerpo en la sábana. Los ángeles, cuando retiran algo “a solas”, lo hacen con el pensamiento, no necesitan las manos, teletransportación lo llamo, y el objeto se queda allí todo el rato que quieran, ni necesitan desatar los nudos. Traspasan la materia. Esta teoría une todos los cabos sueltos del texto más difícil de traducir de toda la Biblia: Jn 20,5-8-9, llamado la “cruz de los exegetas”. Dicen que Mel Gibson está realizando una película sobre La Resurrección de Jesús. Si incorporase esta escena, sería de un gran impacto mundial. No sé cómo llegar a él. Si alguien puede darme su dirección, se lo agradecería.

Quizá nosotros estamos muchas veces más cerca del incrédulo Santo Tomás… ¿Cómo podemos hoy en día meter el dedo en la llaga de nuestro Señor?

Santo Tomás estaba muy ajetreado, llegó tarde, estaba cerrado y se perdió la cita. Para creer hay que llevar una vida de piedad, como insistían nuestros antiguos superiores del Seminario de Solsona. No me considero teólogo, ni nada por el estilo, pero reivindico la sabiduría contenida en las etimologías en las que soy experto. Modestamente lo digo. Antes el corazón se llamaba pi y de aquí pi-edad, tener corazón. El pino se llama pi- porque produce corazones, las piñas. Ser menos cerebrales y tener más corazón es lo que nos falta. Amor las cosas de Dios y a los hombres: piedad.

Destacan en su libro episodios muy interesantes que aunque no figuren en los Evangelios pueden ser históricos como el de la carta a Jesús del rey de Edesa. ¿Qué importancia tienen estos documentos?

Ya he hablado del caso de Claudio Fabato. Hay otros y quizás el más importante sea el del rey Abgar de Edesa, en Turquía. Tenía lepra y le llegaban noticias lejanas de Jesús y envió un emisario a pedirle que fuera a verle para curarlo. Jesús recibió la carta, la leyó y le contestó con otra. San Eusebio las dejó traducidas en su Historia Eclesiástica. Le dijo que Él no podía ir, pero que una vez muerto, le mandaría un discípulo que lo curaría. Así fue, el encargado fue santo Tomás precisamente, le curó y le dio como regalo un retrato de Jesús. Se cree que se trataba de la Santa Sábana doblada varias veces hasta mostrar únicamente el rostro de Jesús, como un cuadro, llamado el Mandylion. Luego en el 900 la Santa Sábana aparecerá ya del todo desplegada en Constantinopla para la veneración de los fieles. Y seguirá su periplo accidentado por Europa hasta los tiempos contemporáneos, pero hay fases del trayecto en que desaparece y vuelve a aparecer al cabo de muchos años en lugares distantes. Algunos dan otra versión, que el rey Abgar le dijo a su enviado que caso de que Jesús no fuera a verle, le hiciese un dibujo de su persona.

¿Por qué es importante que los datos históricos nos confirmen que la Santísima Virgen estuvo siempre unida a su Hijo?

Ser la madre del Mesías Resucitado, no es cualquier cosa. Es una mujer única, o sea, maravillosa. Los protestantes no sopesan bien este honor. No es una mujer como las demás, al menos ahora que está en la Gloria. Ni entonces. En mi libro dedico dos capítulos finales a la astronomía, pero desde el punto de vista etimológico, no soy astrónomo, como hago con algún otro libro. Creo que el enigmático Zodíaco en los tiempos de Set, hijo de Adán, reflejaba a base de dibujos y de cuadros de estrellas la historia futura de la salvación del género humano, como han dicho dos autores ingleses del s. XIX.

Al ver aquel espectáculo en el Cielo era imposible ser ateo. Existen algunos ecos tenues en la Biblia de aquella realidad fantástica en el Cielo. Hace siglos que los dibujos se han desvanecido y paganizado. Uno de ellos, la constelación de Virgo, que ya no se ve, anunciaba que el futuro Redentor de la humanidad, después de la caída, nacería de una Virgen. Desde entonces toda la humanidad esperaba al Mesías que nacería de una Virgen, con más claridad en unas partes que en otras. Esta idea o proyecto raro no pudo salir de ningún hombre ni mente humana, vino del Cielo y por eso siempre fue y será creíble. Con las tecnologías actuales se podrá redescubrir cómo era el Cielo en los primeros tiempos, aparte de los documentos ocultos en las montañas u otros lugares que se llegarán a descubrir en un futuro quizás no tan lejano.

Por Javier Navascués

1 comentario

  
Renato
Yo creo,y mi tiempo es escaso a 40 min más , si yo veo ya estoy con dios de su lado en todo

11/11/23 5:21 AM

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9.11.23

Hagamos que todo calle, un libro que brota a los pies del sagrario, manantial del Agua Viva

Raúl Eguía Recuero es un esposo muy feliz, padre y escritor. Ha trabajado como editor y consultor de guion en New York con productores de Oscar, ha sido finalista del premio Sundance,… Formó parte del equipo de Infinito Más Uno con Juan Manuel Cotelo («La última cima», …). En la actualidad escribe cuentos, relatos, novelas y poesía y sirve como guionista y consultor de guion en diferentes producciones de cine y TV.

Su tercer poemario titulado «Hagamos que todo calle» son 133 poemas escritos a los pies del Sagrario. Lo publica la Editorial Monte Carmelo.

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¿Por qué decidió escribir un libro de poemas a los pies del Sagrario?

Por necesidad, sin más. Por estar juntos. Él conmigo y yo con Él.

¿Por qué debemos hacer que todo calle en nuestras vidas?

Dice Santa Isabel de la Trinidad de cuyas palabras ha surgido el título del poemario: «Hagamos que todo calle para escucharle a Él». Ahí está resumido todo. Nos lo pide el Padre: «Este es mi hijo amado, escuchadlo».

Si lo hacemos descubriremos que nos llama con insistencia, misteriosamente escondido, desde lo más profundo del corazón y que debemos ir hacia ahí, hacia Él, con alegría y asombro. Bajando hacia dentro comenzaremos a oír su Voz, cada vez más cercana, empezaremos a conocerla. Entonces, el deseo que tiene de nosotros nos arrastrará con fuerza más adentro. Si nos dejamos nos irá uniendo a Él cada vez más íntimamente y gozaremos de su sencilla Bondad. Esto es Vivir.

Es necesario hacer que todo calle para escucharlo. Es necesario escucharlo para Vivir. «Y los que hayan oído vivirán» (Juan 5, 25).

¿Por qué los ruidos interiores nos impiden como a Marta, a diferencia de María, escoger la mejor parte?

El amor propio, fuente de todo pecado, llena de ruido el alma. Nos cierra, nos encierra, nos inquieta, nos lleva fuera, lejos de la mejor parte: estar con Él, dejándonos mirar, escuchándolo.

Además, no solo es que nos aleje de estar con Él, sino que con nuestro amor propio haciendo tanto ruido —como ese niño mimado y caprichoso que necesita constante atención— no escuchamos al Señor que nos habla en voz baja, en el silencio humilde.

Por eso San José y Nuestra Madre María, especialmente,son los que han escogido la mejor parte: vivir con Él en humildad; con esa sonrisa de asombro de unos padres que contemplan la debilidad de Dios hecho niño por Amor, su hermosura incomparable, el saberse mirados por sus ojos. San José y María han sido heridos por su Amor en el silencio humilde. Nuestra Madre, además, ha escogido permanecer con Él en el momento más difícil, de pie junto a la Cruz. Contemplándolo, escuchándolo. Se ha dejado traspasar al rajar el Corazón de su pequeño y hubo silencio y noche.

Aprendamos de San José y María a vivir con Él, vivir en esta intimidad sin brillo, con hambre de silencio, humildes en Él. Vivir solo para Él.

La contracubierta del libro no lleva la sinopsis habitual sino solamente el versículo de un Salmo: «El Señor nos dará lluvia y nuestra tierra dará su fruto». ¿A qué se refiere?

El Señor nos regala con este verso contemplar la maravilla de lo pequeño, ese grano de trigo que muere y se abre para acoger la lluvia fecunda. Ese grano pequeño no se defiende de la lluvia, se deja empapar, se deja transformar y vive. Este verso del Salmo habla de Cristo que se deja, se entrega, porque el Amor verdadero exige sacrificio, despojarse de sí mismo. Nos dice, si queremos escucharle, que aprendamos de Él —manso y humilde de corazón— a morir a nosotros mismos para dar mucho fruto.

El Señor nos regala también en este Salmo otro verso precioso que dice: «Voy a escuchar lo que dice el Señor». ¿Y qué nos dice? Responde el bueno de San Juan de la Cruz: «Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y este habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma» ¿No es impresionante? El Señor hablando en versos y un pequeño hijo suyo, poeta que sabe de su Amor callado, el bueno de fray Juan, enseñándonos.

¿Por qué el Señor debe ser nuestra delicia y lo único que nos sacie realmente?

Somos tan pobres y necesitados. ¡Tenemos necesidad de todo! Por eso nuestra delicia es la Eucaristía porque es lo único que colma el anhelo total de nuestro corazón. Él es todo, nuestra fuerza, nuestra hermosura, el precio del universo, la Vida ¡TODO!

Nos ama tanto que en la Eucaristía se nos da entero, Cristo entero, para saciarnos. Nos hace participar íntimamente de Él, de su vivir tan apasionadamente. El momento de comulgar —siempre debidamente confesados sacramentalmente— es el momento del silencio, de la intimidad más íntima, de la unión más estrecha, del Amor verdadero que habla sin ruido de palabras. Esta es nuestra vida, todo Él, entero, la Eucaristía.

¿Qué debemos hacer para poder tener ese silencio y esa intimidad con el Señor?

¿Cómo debemos vivir? Vivir con Él. «Permaneced en mi Amor». Este es el camino íntimo tan sencillo. El de San José y María, el camino de la humildad, de la adoración, silencio y trabajo siendo fieles, especialmente en las cosas pequeñas.

Pidámosle con hambre, humildad e insistencia que nos regale vivir con Él en intimidad. Amémosle de verdad. Hagámoslo de la mano de San José y María.

Ciertamente si no estamos acostumbrados a rezar en silencio no es fácil conseguirlo, pero ¿Por qué merece la pena este esfuerzo en hallar el tesoro escondido?

Porque de ese tesoro escondido hablaban los profetas: «Nunca más tendrás necesidad del sol para alumbrarte ni de la luna para iluminarte, porque el Señor tu Dios será tu luz para siempre» (Isaías 60,19). Viviendo unidos a Él, juntos, Él proyecta una luz deslumbrante sobre nuestra vida ordinaria, nos guía por los caminos de nuestra historia, nos mueve, nos alienta para que caminemos juntos, humildemente. «Yo soy la luz del mundo, el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8, 12). Con Él siempre amanece.

¿Se podría decir que es un libro para leerlo en silencio, en la misma fuente donde brotó, a los pies del sagrario?

No hay mejor lugar. Ahí se oye el amar de Dios, su Sed, su Corazón roto, necesitado de consuelo… porque no encuentra a nadie.

¿Qué cosecha espiritual espera de esta siembra en las almas?

Estos versos son una invitación a vivir como decía Santa Isabel de la Trinidad «hambrientos de silencio» y una petición al Señor de que prenda su deseo de intimidad en las almas.

Por Javier Navascués

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8.11.23

Enraizados y Exaudi convocan el I Certamen de Canciones y Poemas como regalo a la Inmaculada

La Asociación Enraizados, en colaboración con la agencia católica de noticias Exaudi, convoca el I Certamen de Canciones y Poemas para conmemorar el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, patrona de España.

“No se nos ha ocurrido un mejor regalo para honrar a nuestra madre del cielo que exaltar la maternidad, la vida y la familia en forma de canción o poema, el día de la Inmaculada Concepción“, expresó José Castro Velarde, presidente de la entidad cívica.

Alberto Ramírez Puig, CEO de Exaudi, explicó que “participar en este I Certamen es una buena ocasión para agradecerle a nuestra madre del cielo todo lo que nos cuidaEstamos en deuda con ella, por tanto amor. Es una buena ocasión para corresponder sus atenciones y cariño".

El concurso está abierto a personas de todas las edades y los participantes podrán presentar una única obra inédita por categoría: canción y/o poesía.

Las madres son una inspiración permanente, nos empujan a ser mejores personas y nos enseñan lo grande que es tener una familia. De ellas nos llega la comprensión, la paciencia y el primer aprendizaje sobre el perdón cuando nos equivocamos. La corrección amorosa. Las madres son siempre la primera lección de tantas y tantas cosas", comentó Castro Velarde.

El contenido literario de los poemas, así como también la letra de las canciones, debe girar en torno a la vida y el derecho a vivir de todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural. La maternidad.  La familia y/o también, sobre María Inmaculada, patrona de España.

Se editará un libro con todos los poemas recibidos y también se creará una sección en la plataforma Spotify donde se recogerán todas las canciones participantes. 

“Hemos pensado que sería bueno salvaguardar el talento de los concursantes en un formato muy sencillo y accesible para todos. De esta forma cada participante podrá ver publicada su obra y también leer o escuchar las que presentaron los demás, aunque no ganen el premio", aseguró el presidente de la Asociación Enraizados.

El galardón en ambas categorías consistirá en una imagen singular y bendecida, de Nuestra Señora de la Inmaculada.

El plazo de entrega para recibir poemas y canciones, finaliza a las 23:59 h del día 4 de diciembre de 2023

“Este día de la Inmaculada nuestra madre del cielo, recibirá muchísimas felicitaciones. Nuestra intención es hacerle llegar un regalo desde el corazón de cada participante en este certamen", concluyó Castro Velarde.

El día 8 de diciembre, se publicará una página web donde estarán alojados todos los poemas y canciones recibidos como ofrenda a María Inmaculada.

Las bases del I Certamen de Canciones y Poemas Nuestra Señora de la Inmaculada, puedes consultarlas aquí.

Para más información, ponerse en contacto con:

 Marta Gómez

627008895

Prensa Asociación Enraizados

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7.11.23

El P. Christian Díaz Yepes habla de su libro Bajamar, canto a la necesidad de sentido y trascendencia

P. Christian Díaz Yepes. Nace en Caracas, Venezuela, en 1980. Ganador en Venezuela de los concursos Nacionales de Poesía Juvenil de la Casa de la Poesía y el Ateneo de Caracas en 1996.

Publicó su primer libro de poesía, Las Ruedas, a la edad de 19 años, después de que resultara ganador del Concurso de nuevos autores hispanoamericanos de Monte Ávila Editores Latinoamericana en 1999. Publicó el libro Una Barca bajo el sello de la Casa Nacional de Las Letras Andrés Bello de Venezuela en el año 2004. Publicó el libro Aquedah, en Caracas, 2014.

Ha colaborado con diversas publicaciones dentro y fuera de su Venezuela y España, tales como la Revista Nacional de Cultura, la revista “Ateneo” en Venezuela y las revistas Gens, Sophia y Clan-Destino en Italia. Ha sido invitado a recitar su poesía en eventos como el Festival Mundial de la Poesía y la Semana Internacional de la Poesía de Caracas, la Bienal Mariano Picón Salas de Mérida, el Museo de Arte Contemporáneo y el Festival Atempo de Caracas, así como en el Festival de Culturas Contemporáneas en Sión, Suiza, y en el Centro Internacional de Castelgandolfo, Italia. En 2010 recitó parte de su poesía en el Aula Pablo VI del Vaticano, ante un público de más de siete mil personas, además de múltiples transmisiones en el mundo entero. Su poesía ha sido traducida al árabe, inglés e italiano y ha sido compilada en diversas antologías.

Es sacerdote de la Archidiócesis de Madrid, donde sirve como Capellán de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense. También es profesor de Teología en Venezuela y articulista en el periódico La Razón.

En esta ocasión le entrevistamos acerca de su libro Bajamar, compuesto por poemas independientes, puede leerse como un único canto a la necesidad de sentido y trascendencia. La intimidad del mar, que se descubre con asombro y esperanza, es la metáfora que guía al lector a conocerse a sí mismo a la luz de aquello que las palabras no expresan. El autor vuelve a cautivarnos con su tono místico y gozoso, velando y esclareciendo la realidad que nos compone y nos supera. Un libro que no deja indiferente a nadie ni en su conjunto ni en cada una de sus partes. Así continúa el recorrido de los libros previos del autor, Una barca, Aquedah y La noche y el deseo, en esa exploración de la hondura del ser y del existir.

¿Por qué un libro de poesías sobre el mar?

En verdad, yo nunca he escrito uno o varios libros de poesía, aunque aparezcan publicados así. Lo que intento siempre es escribir un poema, un solo canto, compuesto por muchos poemas, epígrafes y apartados independientes que van relacionándose entre sí, abriendo dimensiones y conformando un único conjunto. Aunque esto no obsta para que también su contenido pueda leerse como poemas independientes, cada uno con un sentido, unidad temática y ritmo propio. El jugar con estos elementos estructurales es una de las posibilidades más fascinantes del género poético, tanto para el compositor como para el lector u oyente.

En anteriores obras como Una barca, ya está presente esa atracción por el mar…

Efectivamente, el mar suele ser una imagen muy recurrente en mi obra poética. Al contrario de lo que se pueda pensar, yo no soy hombre de mar; en cambio sí de montañas. Pero, como digo, la potencia simbólica y evocadora del mar siempre me ha cautivado y aparece con frecuencia en mis versos. Bajamar nació de una experiencia de contraste. Fue en mi ciudad de origen, Caracas, hace doce años. Allí estábamos viviendo los embates políticos y sociales que estaban llevando a Venezuela a su peor tragedia histórica. Uno de los países más bendecidos por la Providencia, tanto en recursos naturales como en la profunda fe y el sentido de excelencia de su gente, se estaba viendo asolado por las consecuencias de una ideología antihumanista que parecía arrasar con todo. Entonces coincidió con que vine a vivir a España y conocí la costa gallega. Una mañana, mi amigo y antiguo profesor de literatura, José Javier Míguez Rego, me llevó a ver la bajamar. Ese fue un fenómeno que yo nunca hubiera imaginado. El mío es un país con un millar de kilómetros de costa del Caribe, un mar exuberante y siempre abundante. Nunca se nos ocurriría pensar que se puede retirar y dejar al desnudo su profundidad. Al caminar cientos de pasos por el lecho del mar sin lograr atisbar donde se había marchado, relacioné todo lo que estábamos viviendo como venezolanos. Es como si el mar, por muy difícil de creer que sea para nosotros, se hubiera retirado y dejado solo sequedad y desierto. Entonces sentí de la necesidad de explorar esa metáfora, y la mejor forma era empezar a componer este gran poema.

Además del poder evocador del mar en sí mismo, ¿de qué otras fuentes ha bebido para buscar la inspiración?

Esa experiencia de la pérdida de mi país, tal como lo había conocido y que me había formado, me hizo conectar con otras pérdidas personales que me han marcado y que necesitaba también poetizar. La primera fue la pérdida de mi madre, que murió cuando yo tenía 18 años, también de mi propia salud física, que continuamente vuelve a reclamar lo suyo y me recuerda mi fragilidad y transitoriedad. Igualmente, a lo largo de la composición del poema apareció la pérdida de dos figuras muy significativas en mi vocación como poeta: Elizabeth Schön y Eugenio Montejo, dos venezolanos que son verdaderos gigantes de la poesía hispanoamericana. Desde que yo era adolescente, tuve la gracia de encontrarme con sus versos, y luego también con sus personas. Schön se convirtió en la maestra de poesía que vino a completar lo que ya había recibido sobre esta por herencia familiar -los Yepesson un linaje de poetas-.

Empecé a trabajar con ella a los 16 años, transcribiendo sus manuscritos al ordenador, muchos de los cuales ella componía conmigo a su lado. Montejo fue un referente muy importante para mí. Su sola figura ya era la de un romántico de otra época: elegante, amable, profundamente espiritual. Le pude encontrar varias veces mientras yo estaba en el seminario, y luego también como sacerdote. Siempre me animaba para intercambiar frases en latín y se lamentaba de que la Iglesia estuviera dejando perder uno de sus grandes tesoros, piedra de toque de nuestra civilización occidental. Tanto uno como otro poeta están muy presentes en Bajamar, a través de guiños, metáforas y evocaciones, como es lo propio de la poesía. También mi madre y mis antepasados Yepes. Este es mi homenaje de gratitud a ellos.

El mar encierra siempre un gran misterio, ¿Por qué define su libro como un único canto a la necesidad de sentido y trascendencia?

Al hilo de lo que vengo diciendo, la imagen del mar que se retira puede simbolizar muy bien esa necesidad de buscar lo que se ha ido y a los que se han ido. El mar expresa muy bien la fuerza de la vida, su fluir y sus continuas sorpresas. Cuando estos elementos desaparecen, tanto en la vida personal como en una sociedad, se manifiesta en nosotros un hueco interior que la metáfora de la bajamar expresa muy bien. Ese desaparecer y el volver de las aguas es el “tema” o “clave” de este largo poema, que va apareciendo una y otra vez en cada una de sus partes y poemas independientes. También otros tópicos como la muerte, la esperanza, el miedo, la alegría y la esperanza son complementarios al tema mayor. Todos ellos evocan la necesidad humana de sentido y trascendencia.

El mar tiene un riquísimo simbolismo, por ejemplo el de infinitud, el de la eternidad, que es un océano sin riberas… También en la literatura se ha visto siempre como un símbolo de la muerte…

No solo en la literatura en general, sino que en la Biblia aparece como el gran símbolo de la muerte. Recordemos lo que significó el paso del Mar Rojo para los hebreos, el pavor de los Apóstoles ante la tormenta en el mar de Galilea, y el Apocalipsis cierra la Revelación con la esperanzadora promesa de que el mar no existirá más (¡!). Por eso, a la hora de poetizar sobre las pérdidas y la muerte, yo no encontré una mejor imagen que la de la bajamar. Esta habla del vacío, pero también de la esperanza y la fe, que son las grandes virtudes cristianas que nos permiten dar sentido y asumir esas pérdidas.

Pero para un católico tiene que ser una búsqueda de un puerto seguro y mirar a la Estrella, en palabras de San Bernardo.

Efectivamente. Esa estrella del mar es la Virgen María, que nos guía y da esperanza. Y ella es también la poesía por excelencia. Por eso está tan presente en Bajamar, como en el resto de mis poemas, aunque ciertamente de la forma discreta y velada con la que ella suele aparecer.

¿Cómo puede ayudar espiritualmente este libro a los lectores?

Yo espero que les dé tres cosas: esperanza, paz y sentido de lo sobrenatural.

¿Por qué la poesía, como la de su libro, es una manera de reflejar la belleza de Dios?

Alguno diría que es porque nace del alma, que refleja la imagen Dios. Sin embargo, esta afirmación romántica es resbaladiza, pues el alma humana, si bien ha sido creada maravillosamente por Dios, está herida por el pecado, que puede desfigurarlo todo. Aquí está el punto de cuidado para el poeta y todo artista cristiano: ¿Mi obra nace y expresa mi mera condición caída o más bien manifiesta cómo Dios la va elevando con su gracia? Para mí escribir Bajamar, como el resto de mis obras, ha supuesto este trabajo interior.

Por Javier Navascués

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