¿Suicidarse con «dignidad»?

Lastimosamente se va imponiendo una cultura globalizada, materialista y hedonista, cerrada a la transcendencia, donde no se valora a las personas con enfermedades incurables, degenerativas o limitantes. La sociedad considera que esos pacientes han perdido la calidad de vida con la obvia consecuencia de que su mejor opción es el suicidio para no ser una carga para la sociedad. Frente a esa ideología libertaria es preciso recobrar el valor de la vida de todo ser humano, incluso en casos donde no haya perspectivas de curación.

El 13 de junio de 2011 la cadena británica BBC ha emitido por televisión el suicidio de Peter Smedley, un hotelero australiano multimillonario de 71 años, afectado por una dolencia neuronal motora que acudió el pasado diciembre a la clínica suiza “Dignitas” para poner fin a sus días.

Ha habido muchas críticas sobre esta emisión que viene a unirse a los programas del “reality show” que hoy en día se han puesto de moda. Bajo pretexto de dar a conocer la realidad se publicitan detalles íntimos o escabrosos de la vida humana, alimentando la curiosidad morbosa de los espectadores. Aunque el mismo suicida lo haya autorizado previamente, ver por televisión los estertores de una persona moribunda, después de haber ingerido una dosis letal de barbitúricos, lleva en muchas personas a la banalización de los sentimientos humanos más profundos y puede llevar a un efecto de contagio suicida.

Más aún si como en el caso presente se sabe que las campañas a favor de la eutanasia tienen interés en promover la legalización del suicidio como un modo correcto y legal de terminar con la propia vida cuando la persona así lo decide. También están presentes los intereses lucrativos. Aprovechando que la legislación suiza permite el suicidio asistido, han surgido empresas como “Dignitas”, nombre latín de “dignidad”, que en los últimos 12 años ha ayudado a suicidarse a más de 1.000 personas, la mayoría proveniente de otros países, cobrando unos 4.000 euros por suicidio.

Con esto Suiza, un país europeo de tradición larga democrática pacifista, ha pasado a ser tristemente conocida en el mundo como la promotora del turismo de la muerte. Los candidatos al suicidio ya no regresarán vivos a sus países de origen. En bastantes casos los ataúdes o las urnas con sus cenizas son arrojados clandestinamente al lago de Zurich.

La ideología del suicidio ha invadido algunos estados de EEUU, de Australia y de Europa, como Holanda y Bélgica. Hay programas de formación médica que incluyen la administración de la muerte bajo determinados supuestos como ser incapacidad de soportar el dolor, incurabilidad de la enfermedad y voluntad explícita o presunta del mismo paciente. Detrás de la legalización de la eutanasia se esconde la pretensión de legalizar también el suicidio, uno de los fenómenos más inquietantes y preocupantes que enfrenta la humanidad y que previsiblemente seguirá en aumento ante la creciente pérdida del sentido transcendente de la vida.

Lastimosamente se va imponiendo una cultura globalizada, materialista y hedonista, cerrada a la transcendencia, donde no se valora a las personas con enfermedades incurables, degenerativas o limitantes. La sociedad considera que esos pacientes han perdido la calidad de vida con la obvia consecuencia de que su mejor opción es el suicidio para no ser una carga para la sociedad. Frente a esa ideología libertaria es preciso recobrar el valor de la vida de todo ser humano, incluso en casos donde no  haya perspectivas de curación.

Para hacer frente a esta cultura de la muerte es preciso que la humanidad recupere el valor sagrado de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. La dignidad del hombre no consiste en poder elegir la muerte sino en vivir dignamente hasta que sobrevenga la muerte natural. La sociedad y muy particularmente los familiares deben atender a los pacientes, especialmente con los cuidados paliativos, para suprimir o aminorar el dolor sin excluir en casos necesarios la sedación terminal. También hay que facilitarles los cuidados mínimos, entre ellos normalmente la respiración, la alimentación, y la hidratación, sin que, por otra parte, haya obligación de suministrarles cuidados extraordinarios, gravosos, onerosos o peligrosos.

La Iglesia Católica rechaza el suicidio y la eutanasia como faltas graves contrarias al mandamiento de conservar la vida que Dios nos ha dado y de la cual debemos darle cumplida cuenta. Al mismo tiempo promueve la cultura de la vida y favorece el cuidado médico, humano y espiritual de personas enfermas y moribundas. Ojalá se revierta esa tendencia hacia la cultura de muerte y se promueva la cultura de la vida, de la solidaridad y del amor, atributos de la auténtica dignidad del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios.

 

P. Miguel Manzanera, SJ

6 comentarios

Francisco Javier
Yo creo que ya en los tiempos que estamos, no solo tenemos que echar la culpa al "malvado mundo", sino hacer un poco de autocrítica en la Iglesia y el cristianismo...

Después de 2000 años ProVida practicamente, muy mal debemos haberlo hecho para que:

- Una persona busque la muerte por eutanasia (sinónimo de que nosotros promovemos: "NO TE MATES, TE CUIDAMOS"... Pero en el fondo no lo hacemos. No hemos ayudado a la gente a morir con más dignidad: ni con buen cuidado espiritual ni con buen cuidado físico ni con ausencia de dolor).

- Una mujer busque la muerte de su hijo por aborto (sinónimo de que nosotros promovemos: "NO LO MATES"... Pero no hemos hecho prácticamente nada para acelerar los trámites de adopción o promover ayudas a la maternidad o un sueldo para los menores de edad para que así no sean un gasto para una madre que se encuentre sin trabajo o en etapa final de estudios).


Ya es hora de hacer autocrítica. Si las personas buscan la cultura de la Muerte... No solo será por un plan malvado del mundo... Sino porque LA CULTURA DE LA VIDA LA HEMOS HECHO FRACASAR... Hemos defendido los valores, pero no hemos pasado a los hechos.

Y mucho más aquí en España... Tuvimos la oportunidad durante 40 años de hacer un país verdaderamente católico... ¡Y no lo hicimos! La maternidad no fue protegida ni los enfermos terminales cuidados con más mismo que hoy en día.

Debemos pasar a la acción y no quedarnos en las ideas.
29/06/11 9:48 AM
marian
Quisiera hacer una matización ante la sedación en pacientes de enfermedades terminales,para justificar la sedación paliativa dentro de todos los cuidados ,paliativos es importante ver el imperativo moral del médico,que su objetivo es evitar o aliviar.el sufrimiento,.es importante también la voluntad del paciente, que solo sea aliviar dicho sufrimiento en periodo agónico o final.,no se seda a un paciente porque vaya a morir en días u horas.

Es cierto que el paciente es un enfermo terminal y sabe que no hay alternativa terapéutica o se ha agotado,.sabe que se disminuye su conciencia y porque la sedación es el único recurso disponible agotados los analgésicos.

Hay una fuerte contradicción si se asocia sedación a muerte inminente.El objetivo debe estar claro en la conciencia del médico y en la del paciente,no es adelantar la muerte,sólo aliviar el dolor y en algunos casos si que se acorta la vida ,pero no se busca la muerte.

Por tanto en el articulo es mejor siempre hablar de sedación paliativa y no de sedación terminal,aunque sabemos que va a acontecer la muerte ,pero para todos me gustaría que quede claro el objetivo y no hablemos de sedaciones terminales ,ya que cambiaría el objetivo y fundamento moral,un médico,un cristiano, no puede buscar con su buena práctica médica, una sedación terminal, un paciente no debe pedir una sedación terminal que acabe con su vida ,sin embargo una sedación paliativa sería el termino idóneo,no está el origen de la discusión, nada más que
29/06/11 2:42 PM
marian
NO está el origen de la discusión, nada más que en la intencionalidad de lo que se hace,que sea un acto moral,digno,este asunto se dirime en la conciencia del médico y del paciente, en los últimos días de la enfermedad terminal de un paciente,pero desde fuera no se puede hablar de sedación terminal, que aboca necesariamente en la muerte y puede dar lugar a eutanasia encubierta.
29/06/11 2:51 PM
Manuel Morillo
Sobre el suicidio en Arbil

http://www.arbil.org/(34)suic.htm
29/06/11 9:57 PM
antonio grande
¡ Hombre, excelente título para una obra de teatro !. Es que si esto que es tan serio no te lo tomas a broma es para subirte por las paredes. Pero yo entiendo: Nuestros Gobernantes han perdido la fe, la razón y luego todo. Gobiernan a los bandazos. Esto no es serio. De ahí lo de la broma. Nuestros Gobernantes se han vuelto tontos. Y lo mejor para responder a un tonto es la risa o el silencio. Lo demás es inútil. Incapaces de razonar.
21/07/11 10:08 AM
Juan Mariner
¿Morir con dignidad? No. Vivir con dignidad, sí.
18/06/12 6:00 PM

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