Maestro bueno
Cristo y el joven rico, Heinrich Hofmann

Maestro bueno

Quería hacer una reflexión sobre la parábola del joven rico, porque creo que es la base para empezar un aprendizaje real, del maestro bueno que nos dice ven y sígueme, hacia un amor perfecto.

El hombre, cuando conoce a una persona de la cual se enamora o la cual le agrada, se hace una pregunta parecida a la del joven rico, de hecho, es una pregunta universal en todas las etapas del crecimiento y desarrollo humano. No es solo una pregunta, es una disposición del corazón y de la mente, para alcanzar ese bien, que no es otra cosa que la persona amada, y es ¿Qué he de hacer de bueno, para agradar a esta persona? Una dinámica del amor, hacia un fin concreto, con unos medios muy concretos. Uno ya no piensa en si mismo, sino en agradar al otro, buscando su bien. Esto es pasajero y dura lo que dura, en el sentido de que, si he hecho algo bueno, es que se hacer cosas buenas, pero necesito ser bueno y que sea interior, para que esa relación dure y no se frustre. En cambio, la pregunta del joven rico va mas allá, frente al Amor encarnado, surge la pregunta «¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?». Por eso y sin mas dilaciones, tratemos el dialogo del joven rico con Jesús. Simplemente daré unas consideraciones para ayudar a centrar el mensaje de Jesús, en el diálogo con el joven rico:

«… Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Le dijo Jesús: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no levantes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre.» Él dijo: «Todo eso lo he guardado desde mi juventud.» Al oírlo, Jesús le dijo: «Aún te falta una cosa: vende todo cuanto tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme.» Al oír esto, se puso muy triste, porque era muy rico.» (Lc 18, 18-23)

Jesús le pregunta al joven rico, porque le llama bueno, pues solo bueno es Dios. Aquí Jesús le está preguntando en realidad, si le reconoce al igual que Pedro, como El Mesías, Él Hijo del Dios Vivo. También Jesús nos dice a nosotros lo que ya sabemos, Él es Dios. Por lo tanto, es una llamada a acoger su bondad, palabras e invitación Divina. Más aún, si creemos que Él es Dios y lo que manda es bueno para nosotros y los demás.

El joven rico No cumple los mandamientos. Esto queda en evidencia en el diálogo, pues Jesús conociendo la debilidad del hombre, comienza siempre por ensalzar y reconocer lo que hacemos bien. Por eso con bondad y cariño le anima en su inquietud y de dice que tiene que cumplir los mandamientos, pero le enumera sólo los que cumple, que son 5, la mitad, estos son solo «amores humanos», que no está nada mal, pero Jesús sabiendo lo que le falta para la tarea a la que le invita, le dice que renuncie a sus bienes y le siga. Al irse triste pone en evidencia, que no guarda los mandamientos del Amor Divino, empezando por el 1º «amar a Dios por encima de todas las cosas».

Jesús le estaba invitando a ser un Apóstol, un enviado suyo, hoy se entiende como una invitación a la consagración sacerdotal y religiosa. Es verdaderamente un dejarlo todo.

Jesús no pide nada que no haya dado, pero los bienes ensordecen la adhesión a la voluntad De Dios, y nos parece siempre que pide algo fuera de la felicidad, la cual creemos que podemos dárnosla a nosotros mismos.

La vocación es siempre un acto de donación, de enfocar lo que los jóvenes tienen en el corazón: consagrase sin miedo a una verdad por la que merece la pena morir y vivir, dar la vida.

El matrimonio «no exige tanto», en el sentido de dejar todo lo material, pero si todo lo mundano, para poder donarse en el matrimonio, viviendo ya un noviazgo y amistad sin mentiras. «No cometerás adulterio» es también, no adulterar, no rebajar la realidad de una relación que está llamada a vivir maduramente, la preparación al matrimonio, que no es otra cosa que dos corazones sobre los que late, en el noviazgo, la realidad de una unión para siempre. Adulterar es también engañar esa verdad de nuestro corazón. Nadie es perfecto, pero si queréis ser perfectos y no haceros daño, con la mirada de Cristo podréis perfectamente dar una respuesta al amor que sentís uno por otro y por Dios.

No olvidemos que el amor perfecto del que habla Jesucristo tiene un orden natural, y es Trinitario. El amor no existe en el egoísmo, no es de uno para uno mismo, sino que necesita de otro. Este amor compartido es bueno, pero se perfecciona si se abre al hijo, un tercero que es amado por ambos. Así el círculo del amor perfecto se cierra porque es trinitario y Dios está en el. Además, al igual que la Trinidad, que introduce en ella a todos sus hijos, en una muchedumbre incontable, la familia crece y se realiza en esa donación de introducir a los hijos en la vida eterna, en la vida de familia Divina por el Bautismo y la Eucaristía.

El amor se enfoca siempre en algo concreto, al igual que la fe comienza por reconocer la fe en otras personas, esta homilía comenzó por sentir el amor que Dios tiene a unos jóvenes concretos, y por ello les decía:

«Que esto sirva para que vuestra amistad crezca en Verdad y Santidad. Ya que vais a rezar el Rosario todos los días, incluid siempre esa intención en el Rosario. Que Él Camino Sacramental os lleve siempre por la autenticidad, delante de Dios Padre, por Cristo y con María, en la Eucaristía Dominical. Y mirad, estadísticamente no es qué haya menos vocaciones, hay menos respuestas al amor crucificado y resucitado de Dios. Lo mejor no es solo el encargo y su confianza, sino oír su voz dentro de vuestro corazón que os llama por vuestro nombre.»

«¿Maestro que he de hacer de bueno?... guarda los mandamientos […] luego, ven y sígueme.»

5 comentarios

maru
Hermoso artículo. Dios lo bendiga!!!
8/08/21 7:29 PM
Javier
Es en la consagración sacerdotal, religiosa o en el matrimonio que se deja más?
8/08/21 8:23 PM
Martinna
¡Bien! ¡Esto es una buena predicación del evangelio! y no los comentarios que se oyen en algunas homilias (dando opiniones de animación sociocultural) que se oyen sin auténtica enseñanza cristiana.
Que Dios le siga bendiciendo como hasta ahora, para que crezca como sacerdote y para que quienes escuchen sus predicaciones conozcan más a Jesucristo y lo que nos dice.
8/08/21 11:38 PM
Sergio
Gracias por ofrecernos este artículo !
11/08/21 1:58 AM
Angeles Wernicke
Gracias por hablarnos así del amor a Cristo, de cómo corresponder a Su amor infinito. Es difícil hacerlo, y será por éso que no es frecuente oír este tema en las homilías, sobre todo de una manera tan sentida. Dios lo bendiga!
14/08/21 5:24 AM

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