La Dictadura del Relativismo

La Dictadura del Relativismo

En nombre de una Libertad separada de la objetividad se establece que es el Estado y no mi propia dignidad intrínseca de criatura de Dios el fundamento de mis derechos.

Es indudable que una de las ideologías dominantes en nuestra época, seguidas fielmente por la mayor parte de los Partidos políticos, es la ideología relativista. Pero ello me lleva a plantearme dos preguntas: ¿el Relativismo es compatible con la democracia?, y ¿conduce inexorablemente a la dictadura?

La pregunta de Pilato a Jesús: «¿Qué es la verdad?» (Jn 18,38), es la que está en el fondo de toda esta problemática. En el Relativismo no hay una Verdad objetiva, es una estructura que violenta la estructura más íntima de la inteligencia humana, al contrariar su inclinación natural a conocer la verdad. Para ellos la dignidad de la persona humana exige que no se deba aceptar ninguna norma impuesta desde fuera, porque no hay reglas universalmente válidas, sino que somos nosotros mismos los que determinamos autónomamente lo que es justo y válido, bueno y verdadero. En él todo se reduce a opinión, certeza subjetiva o utilidad práctica. El diálogo con los creyentes es prácticamente imposible, porque éstos, según los relativistas, se creen en posesión de la Verdad y discutir con ellos es una pérdida de tiempo.

Es cierto que nosotros creemos en la Palabra de Jesús: «Yo soy el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6), con lo cual se nos indica que hay una Verdad Objetiva, que es Dios mismo, lo que supone por una parte que hemos de buscar la Verdad y por otra que no podemos alcanzarla plenamente, porque es mucho más grande que nosotros. Nuestra posesión de la Verdad será siempre parcial e incompleta, lo que no nos exime del esfuerzo de intentar alcanzarla. La Fe y la Ciencia se apoyan mutuamente y son los dos caminos por los que hemos de buscarla, empleando para ello tanto la luz de la razón natural como la de la Revelación sobrenatural. No nos extrañe por ello que los que se oponen a la asignatura de Religión, se opongan en bastantes casos a la Filosofía, porque lo que en el fondo se trata de impedir es que la gente piense.

Pero en este punto siempre recordaré lo que nos dijo en el Seminario un profesor: «Conformaros en vuestra vida con tener el cincuenta y cinco por ciento de las veces el cincuenta y cinco por ciento de la razón» y «en toda discusión tened el convencimiento que el otro tiene como mínimo el diez por ciento de la razón», es decir vale la pena escucharle, porque casi siempre se puede aprender algo.

El Relativismo conduce a una democracia de pacotilla. Al no existir Dios ni la Verdad objetiva todos somos seres supremos, ¿pero cómo resolvemos el conflicto cuando el otro piensa distinto de mí? Como esto es fácil que suceda y puede llevar al caos, tendré que aceptar la voluntad de la mayoría, y como ésta se expresa a través del Parlamento, es el Estado quien acaba quedándose con todos mis derechos y así llegamos al pensamiento único y al totalitarismo descarado.

El pensamiento único se identifica con lo políticamente correcto. No se admite la discrepancia y quien lo haga será severamente sancionado y así llegamos a aberraciones como «otorgar soberanía a la voluntad humana sobre cualquier otra consideración física». Por poner un ejemplo: una persona que haya dado a luz pero se considere varón, pues es varón. No nos extrañe que se multe a los colegios que se nieguen a dar ideología de género, ideología por supuesto condenada por la Iglesia, porque algo característico de los relativistas en muchos casos es tratar de imponer sus ideas por la fuerza, o como en el caso todavía más clamoroso de tratar de impedir a los homosexuales a intentar salir de su homosexualidad con severísimas multas al médico. En nombre de una Libertad separada de la objetividad se establece que es el Estado y no mi propia dignidad intrínseca de criatura de Dios el fundamento de mis derechos. Los derechos humanos de verdad, los basados en la Ley Natural y que fueron expresados por la ONU en 1948 y por nuestra Constitución, son pisoteados descaradamente por algo que llaman democracia, pero que al carecer de valores no es otra cosa sino una Dictadura Totalitaria. Con esta ideología y su renuncia a buscar la Verdad la Democracia está en peligro, porque como ya nos advirtió Jesucristo es la Verdad la que nos hará libres (Jn 8,32)

Pedro Trevijano, sacerdote

 

8 comentarios

Juan Pablo
Padre, me gustaría saber si estoy equivocado.
El relativismo se destruye con la verdad objetiva. De manera que tengo que entender que si, por ejemplo, yo digo a mis familiares que ir a misa es mandato divino tengo el 100 por ciento de la razón y no el 55 por ciento. Ojo al dato porque aquí está la clave. El arma demoníaca que el demonio empuña atacará muchas cosas, pero su objetivo indudable y prioritario es ña destrucción de la Fe y la perdición de las almas.
Aquí está el peligro: que se pueda pensar que no tenemos el 100 por ciento de la razón cuando decimos que el socialismo es doctrina condenada por la Iglesia o que alguien tiene algo de razón y esto justifica la muerte de un niño no nacido. Nada justifica la muerte de un inocente. Nada( San JuanPablo II ). Es decir, que hay casos, y son muchísimos, en los que ésos porcentajes desaparecen por la Verdad Absoluta de Dios y su Evangelio.
La verdad es dogmática y absoluta. Sin porcentajes.
En mi familia y el mundo cada día lucho por hacer ver, que necesitamos de la verdad de Nuestro Señor Jesucristo para salvarnos todos nosotros, pecadores siervos suyos.
Pero si pienso que tengo el 55 por ciento de la razón cuando lucho a diario, y no poco, contra quienes por ejemplo me dicen que debo dejar libre la elección de mi hijo para ir a misa, con 7 años que tiene, y yo creo tener un 55 por ciento de la razón al pensar que si no se lo inculco estoy gravemente jugando con su salvación eterna y la mía, entonces se acabó.
Cuidad
12/10/19 8:14 AM
Alvaro
Las multas a los médicos que traten de ayudar a los homosexuales equivalen a una barrera fronteriza que impide cruzar el límite entre la homosexualidad y la heterosexualidad. Pero barreras fronterizas las hay de dos tipos:

Las del primer tipo son las que protegen a los de dentro de los peligros externos.

Las otras están para impedir que nadie pueda escapar, manteniendo a la gente prisionera, cuando no rehén.

El primer tipo, legítimo y que protege la dignidad de las personas, lo vemos en las fronteras de los países libres o en nuestras propias casas, mientras que las fronteras del segundo tipo, ilegítimas y que atentan contra la dignidad de las personas, son propias de campos de concentración y de regímenes comunistas, valga la redundancia.

Las multas a médicos y demás agresiones a cualquier disidencia constituyen evidentemente barreras fronterizas del segundo tipo.

PD: resulta interesante reflexionar cómo las barreras de las cárceles de los países libres son en realidad fronteras del primer tipo, en las que hay que entender al revés lo que es el interior y el exterior: la barrera de la cárcel sirve para proteger a la sociedad libre, que está "dentro", de los peligrosos delincuentes, que se recluyen "fuera" de la sociedad. La misma estructura carcelaria, cuando tiene realmente una frontera del segundo tipo, no es una cárcel sino un campo de concentración, este sí, ilegítimo e indigno.

Un saludo.
12/10/19 11:24 AM
juan pablo
Perdonen, es que mi primer comentario está cortado. Suplico, si es posible, lo pusieran íntegro. Un abrazo y Dios les bendiga.
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LF:
No es posible. Cuando se llega a los 1500 caracteres, el sistema no recoge el resto del texto. Es justo lo que pone debajo de la ventana donde se escriben comentarios
12/10/19 1:31 PM
Juan Pablo
Muchísimas gracias por la aclaración. Muy amables.
Decía a continuación, y ésto es opinable, que una forma de erradicar la anestesia mortal del relativismo sería con una o varias declaraciones eclesiásticas dogmáticas de gran claridad y simpleza, poniendo como ejemplo el "Sillabus". Es decir: "Ésto es así, o no.......o ésto es lícito o no..." y punto. Porque si la claridad no es meridiana y de total simpleza, el relativismo triunfa con goleada.
Por ejemplo,después del Concilio de Éfeso , en el 431, fué necesaria aclaración dogmática en el Concilio de Calcedonia en el 451 para acabar con el monofisismo. Parece además que en la historia éste fenómeno de tomar lo que no nos corresponde se repite mucho, y de ésta repetición nacen documentos eclesiales expeditivos de gran vigor y diversos en cuanto al contenido: Pascendi, Quod Apostolici Muneris, Veritatis Splendor,Sacramentum Charitatis.....
Muchísimas gracias. Dios os bendiga. Amemos a Dios y los unos a los otros.
12/10/19 4:44 PM
Rafa
Lo siento, Don Pedro. Esto ya viene de muy lejos. Es muy poco o muy mucho lo que hay que hacer, pero principalmente por quienes tienen "autoridad" y conocimiento para hablar de estas cosas. Mientras permanezcan callados como "perros mudos"... Los demás iremos haciendo lo que podamos. Y dentro de nuestra Madre La Iglesia, el silencio es mucho más grave. No me gustaría estar en su "pellejo" el día de mañana cuando haya que rendir cuentas. ¡Vaya posición tan cómoda la que ha adoptado quienes tiene una responsabilidad tan grave!
12/10/19 8:41 PM
sofía
Me gusta en especial el último párrafo, porque señala unas diferencias que muchos no ven.
Diferencia entre los derechos humanos verdaderos de la declaración de 1948 basados en la ley natural y la deriva hacia unos supuestos derechos que otorga el estado q en realidad pisotean esos derechos naturales. Diferencia entre democracia real y "democracia" aparente que es en realidad una dictadura totalitaria. Y subraya que hay que buscar la verdad, esa Verdad que nos hará libres.
13/10/19 2:34 AM
Hechos

Gracias por este post D. Pedro.

Y grscias a LF. y redactores por publicar mi comentario.

Enhorabuena a los dos primeros comentaristas: Juan Pablo y Álvaro y Chapeau! ¡Sombrerazo! Por lo que explican y cómo lo explican.

Aquí va el mío: Satanás y sus secuaces están empeñados en introducir el subjetivismo a través del semicristianismo, es una táctica realmente sibilina: Sin Verdades objetivas todo se viene abajo, empezando por la Iglesia que es la diana de Lucifer.

A todos los giliflautas que siguen esta estupidez del subjetivismo y dicen muy fatuos:

Según tu opinión, según el color del cristal con que se mire, y resto de patochadas sonoras pero vacías.

A todos esos hay que levantarles la cartera, la billetera y cuando la reclamen decirles:

En mi opinión no te he cogido la cartera.

Ó según el cristal con que yo lo miro esta cartera es mía.

O tengo la percepción de que esta cartera siempre me ha pertenecido.

A ver si respetan el subjetivusmo o justo en ese momento y por puro azar, naturalmente, empiezan a creer en verdades objetivas.


Gracias D. Pedro, comentaristas y redactores.

¡Feliz Domingo!
13/10/19 8:43 PM
Mari
El relativismo conduce a la robotización de las personas. Si son sociedades muy avanzadas, Alemania por ejemplo vende su tecnología y productos a todo el mundo, es un país muy rico con muchas fábricas pero su forma de vida impuesta está deteriorando gravemente al pueblo alemán de tal forma que su sistema ha tenido que ser socorrido por otras culturas.
14/10/19 4:03 PM

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