Jesús y las mujeres

Jesús y las mujeres

En esta sociedad tan masculinizada el comportamiento de Jesús revela un respeto profundo hacia la dignidad de ellas, así como una estima y consideración tan profunda como no es normal encontrarla en esa época

La condición de las mujeres en la época de Jesús era bastante penosa, A pesar que en el Antiguo Testamento se intenta dignificarlas y algunos libros tienen como protagonistas a las mujeres (Rut, Ester, Judit), generalmente sólo se pensaba en ellas para el matrimonio y para tener hijos. Eran prácticamente una propiedad del marido, que podía abandonarles por cualquier causa. Y si eran estériles, esto era también una vergüenza para ellas. Socialmente no gozaban de ninguna estima. Pero incluso en el Antiguo Testamento hay una serie de textos que contribuirán a hacer la comprensión de la unión conyugal como lazo de amor (1 Sam 1,8; Gen 24,66; 29,29-30; Rut 4,13-15 y sobre todo el libro de Tobías). Vemos también como la Ley va dirigiendo los espíritus hacia el ideal de la monogamia e incluso de la indisolubilidad (cf. Mal 2,14-15). Y es que la Revelación nos va ayudando progresivamente a civilizarnos y a reconocer la dignidad de ambos sexos, quedando así la sexualidad integrada en un proceso de humanización que empuja al varón y a la mujer ya adultos a abandonar su medio familiar originario, a fin de alcanzar su realización.

Y es que Dios ha hecho al ser humano como varón o mujer, con igual dignidad (cf. Gen 1,26-27), si bien expresan en el desarrollo creativo de su ser varón o mujer diferentes aspectos de la perfección de Dios, alcanzando ambos su plenitud y totalidad en el encuentro con el otro sexo.

En esta sociedad tan masculinizada el comportamiento de Jesús revela un respeto profundo hacia la dignidad de ellas, así como una estima y consideración tan profunda como no es normal encontrarla en esa época, como nos muestran los episodios de la samaritana (Jn 4,4-42), de la hemorroísa (Mt 5,25-35), de la cananea (Mc 7,24-30), de María Magdalena (Lc 8,2) etc.

De todo esto se deduce que Jesús en su predicación, no hizo ninguna distinción entre hombres y mujeres. No hay por tanto en Él una infravaloración de la mujer. Ambos sexos tienen igual dignidad ante Él. Como los hombres, deben también las mujeres oír la palabra de Dios, recibir la salvación mesiánica y tomar parte en el futuro Reino de Dios. Permite que las mujeres le sigan y acepta sus servicios (Lc 8,2-3). Después de la resurrección de los muertos la diferencia de sexos no tendrá ya ninguna importancia (Mc 12,25-27). Esta igualdad de derechos que Jesús reconoce a las mujeres tendrá a la larga una profunda influencia y dignificará a las mujeres más que cualquier reforma social. Ante todo la libera del peligro de ser considerada como mero ser sexual y honra en ella a la persona humana, a la hija de Dios.

Pero Jesús fue aún más lejos en la defensa de la mujer y de su situación con la declaración que el matrimonio es indisoluble (Mc 10,2-12; Mt 19,3-6) y la afirmación que la voluntad de Dios al principio de la creación comprendía la indisolubilidad del matrimonio, siendo éste por supuesto monogámico, y exigiéndose a ambos sexos fidelidad. Lejos de devaluar la vida conyugal y sexual, nada menos que dos mandamientos del Decálogo, el sexto y el noveno, nos orientan en el ámbito de la sexualidad y el matrimonio. No hay para Jesús una doble moralidad distinta para hombres y mujeres. Jesús en nombre de Dios declara que «lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre» (Mt 19,6). Además de este rechazo al divorcio tiene severas palabras contra el adulterio ((Mt 5,27-32), y su comportamiento práctico respecto a ellas revela una alta estima. Viene con todo esto reivindicado para la mujer la igualdad de derechos con el hombre, exigiéndose la fidelidad hasta en los pensamientos más internos (Mt 5,28). El respeto hacia la dignidad de la mujer será por tanto el fundamento de la vida matrimonial y familiar.

Jesús no sólo defiende a las mujeres, sino que tiene amistad con Marta y María, le agrada que ellas le consuelen en el camino del Calvario y que le acompañen en la cima del Gólgota, donde ciertamente hacen un papel en la Pasión mucho más brillante que los hombres; y a ellas se aparece después de resucitado (Jn 11 y 12; 19,25-27; 20,11-18).

Lo dicho para las mujeres vale también para los niños, a quienes no se tenía en cuenta para nada. Jesús les pone de ejemplo de sencillez y humildad y no desdeña dedicarles su tiempo, cosa que no debió parecer muy bien a los mismos discípulos: «dejad que los niños se acerquen a mí» (Mt 19,14)

               Pedro Trevijano

 

 

6 comentarios

Francisco Javier
"quedando así la sexualidad integrada en un proceso de humanización que empuja al varón y a la mujer ya adultos a abandonar su medio familiar originario"
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A que edad se alcanzaba la adultez en esos dias porque tengo entendido que entonces era licito casarse a un hombre con una mujer y tener hijos a ciertas edades que hoy dia seria un escandalo publico y penal hacerlo.
28/08/18 8:42 PM
Alberto GT
La promiscuidad, el divorcio, la anticoncepción, la poligamia, el -« intercambio de parejas», etc degradan la dignidad de las mujeres. Y lo estamos viendo. Eso somete a la mujer.

Por eso Cristo acabó con ello.
28/08/18 9:51 PM
jose 2 catolico y español
Cuando el matrimonio (unión carnal estable) era entre jóvenes, en general pobres, la mujer tenía sobre 12 años y el varón sobre 14.
En el caso de esclavos, el tema era más duro y sin entrar a tratar los eunucos.
Los viejos ricos se casaban con niñas.
Jesús nos puso el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret para que no tengamos duda del modelo cristiano
29/08/18 1:00 PM
Forestier
Tanto al pie de la cruz como en la resurrección, las protagonistas son siempre mujeres. Es una muestra más de la veracidad de las Escrituras, pues son las mujeres quienes dan testimonio de estos dos hechos cruciales para la Humanidad, cuando en realidad las mujeres en Israel no eran ninguna garantía, ningún fundamento jurídico para aceptar lo que "ellas " habían visto.
30/08/18 9:27 AM
Alcide
¿Cuál es la razón, entonces, de que las mujeres no puedan mediar entre Dios y los fieles? ¿Ejercería siempre peor el papado una mujer que un hombre?
1/09/18 12:16 PM
Forestier
Sin duda, como dice Alcide, las mujeres son fundamentales en la mediación entre Dios y los seres humanos, pero es una concepción clerical derivar de ello que tienen que ser sacerdotisas o papisas. Jesucristo, nos guste o no, se encarnó en un cuerpo de varón, y ordenó a los apóstoles (los primeros presbíteros) todos ellos varones. Cuando dice "este es mi cuerpo" o "esta es mi sangre", es un cuerpo y sangre de varón. Juan Pablo II, dejó claro que la Iglesia no tiene potestad para ordenar mujeres, pero esto no es ningún menoscabo, pues cuánto bien (más que muchos sacerdotes) puede hacer una madre de familia, una buena profesional, y no digamos el gra nprotagonismo como he dicho, que tienen en el Evangelio. Pero mientras algunos no superen sus esquemas clericales, continuarán mareando la perdiz con la matraca y el reduccionismo de la ordenación de mujeres.
4/09/18 12:36 PM

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