El debate de «Amoris Laetitia»: una mirada al futuro

Hasta la fecha, los defensores de Amoris Laetitia no han ofrecido argumentos tanto como afirmaciones injustificadas y apelaciones a la autoridad. Sin un argumento convincente que demuestre por qué Amoris Laetitia no está en conflicto con Veritatis Splendor –lo cual prima facie ya lo está– atentar contra quienes plantean preguntas es sólo una táctica política a corto plazo.

Oficialmente acabamos de concluir el Jubileo de la Misericordia, con su consiguiente gracia, pero 2016 fue más bien el «año de Amoris Laetitia» (la alegría del amor). Su acogida, aún en curso, probablemente llenará el año entrante de un creciente resentimiento y discordia.

En la década de 1990 San Juan Pablo II convocó una serie de sínodos continentales como preparativo para el gran jubileo del año 2000. Las exhortaciones apostólicas postsinodales subsecuentes se intitularon Ecclesia in Africa, Ecclesia in America, Ecclesia in Oceanía, etc.. Cuando la última de estas fue publicada en 2003, Ecclesia in Europa, bromeé en la sala de prensa de Vaticano que tal vez se podría crear una colección en caja bajo el título Ecclesia ad Nauseam.

Amoris Laetitia no ha cumplido aún su primer aniversario y el tedio parece haberse ya arrellanado en torno suyo. Durante los últimos meses, el debate acerca de Amoris Laetitia se ha vuelto cada vez más acalorado. ¿Cómo es que llegamos a este punto? ¿Qué podemos esperar para el 2017?

La cuestión

El controvertido artículo de Amoris Laetitia es el octavo capítulo, se ocupa de la atención pastoral de aquellos que se encuentran en situación «irregular»; específicamente los católicos sacramentalmente casados y civilmente divorciado, que ahora vive en una nueva unión conyugal, ya sea una convivencia consensual o un matrimonio civil: viven una vida conyugal mientras están válidamente casados con otra persona. La práctica pastoral tradicional de la Iglesia ha sido que tales parejas no pueden recibir la absolución en el Sacramento de la Confesión, a menos que estén dispuestos a abandonar esa relación conyugal ya sea por separación o, si esto se considera imposible, absteniéndose de las relaciones conyugales. Sin al menos la intención de cumplir con este requisito, no existiría el indispensable propósito de enmienda y quizás incluso el arrepentimiento.

Sin la absolución sacramental, la persona no podría recibir la comunión, ya que continuaría siendo culpable de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, lo cual es siempre un pecado objetivamente grave. Adicionalmente, dado que recibir la Santa Eucaristía tiene una dimensión nupcial –Cristo el desposado mismo entregándose a su consorte, la Iglesia, en fidelidad total e indisoluble– los divorciados y vueltos a casar civilmente presentan un signo contrario a la comunión entre Cristo y su Iglesia.

Por lo menos desde la década de 1970, principalmente en el mundo de habla alemana, se ha observado un esfuerzo sostenido por modificar la práctica pastoral de la Iglesia para permitir que esas parejas «irregulares» reciban la absolución y la comunión sin la necesaria intención de cambiar su situación. Esta propuesta, asociada principalmente a la figura del cardenal Walter Kasper, fue rechazada de manera contundente como incompatible con la doctrina católica por San Juan Pablo II y el papa Benedicto XVI y promulgada de esa forma en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Sínodos de la familia, 2014-2015

El papa Francisco defendió al cardenal Kasper como un teólogo modelo en su primer discurso del Ángelus, el 17 de marzo de 2013, apenas cuatro días después de su elección. En febrero de 2014 el papa invitó a cardenal Kasper a dirigir algunas palabras al Colegio Cardenalicio, en estas el cardenal Kasper abogó por un cambio en la práctica de la Iglesia. Cuando los cardenales enfáticamente rechazaron la propuesta del cardenal Kasper como contraria a la fe católica, el Santo Padre mismo se interpuso en defensa del asediado cardenal, indicando que el tema sería introducido en la agenda de los dos sínodos venideros dedicados a la familia en octubre de 2014 y de 2015. En agosto de 2015 el papa Francisco indicó, de forma elíptica, que no simpatizaba con la enseñanza diáfana de San Juan Pablo II en Familiaris Consortio (1981) y Reconciliatio et Paenitencia (1984), o de Sacramentum Caritatis (2007) del papa Benedicto. Citó los textos pertinentes, pero omitió deliberadamente la enseñanza concluyente sobre los puntos en cuestión.

Partidarios de la posición del cardenal Kasper intentaron conseguir que el Sínodo del año 2015 respaldara una modificación de la enseñanza establecida, mas los padres sinodales se negaron a hacerlo. No se les dio la oportunidad de expresar claramente, a través del voto, si la enseñanza de San Juan Pablo II debería ser ratificada en su totalidad. Votaron, en cambio, en favor de un ambiguo deseo de incluir a tales parejas en «una mayor participación en la vida de la Iglesia». En las secciones pertinentes del informe final del Sínodo no aparecen las palabras «sacramento» o «comunión».

El papa Francisco no quedó satisfecho con el resultado de ese Sínodo, concluyendo el encuentro con una feroz alocución en la que caracterizó a quienes se oponían a la propuesta del cardenal Kasper como deseosos de lanzar «piedras» a aquellos que sufren y a los más vulnerables. Las semillas de rencor y división que darían fruto en el año subsiguiente se sembraron en aquella dura denuncia del Santo Padre de los que permanecían en desacuerdo con él.

¿Qué más da?

¿Es la oposición a la propuesta del cardenal Kasper el resultado de adhesión a una ideología de pocas miras, centrada en normas sostenidas por pastores similares a los fariseos que Jesús denunció utilizando los mismos términos incendiarios que emplea el papa Francisco? ¿Aquellos que se oponen a una mayor «tolerancia» se encuentran únicamente entre los que el papa Francisco caracteriza como los que prefieren «un cuidado pastoral más riguroso que no deja lugar para la confusión» (Amoris Laetitia, 308) ? Aquellos que están en desacuerdo con el Santo Padre ¿que piensan qué está en juego?

No es, en sí mismo, cuestión de la recepción indigna de la comunión. Eso ocurre en la mayoría de las parroquias todos los domingos dado que la práctica de la confesión sacramental se ha vuelto menos frecuente. Muchas personas reciben la comunión a pesar de que se encuentran en un estado objetivo de pecado mortal. Sería un asunto grave si la práctica pastoral recomendara que las personas reciban la Eucaristía cuando no deberían, mas en la práctica vigente esto ocurre sin que nada se diga del todo acerca de ello.

El matrimonio es la cuestión central. ¿Es posible establecer en una relación conyugal con alguien que no sea un consorte válidamente desposado, que sea grata a los ojos de Dios? ¿Es posible «descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo», como afirma Amoris Laetitia (303)?

De ser ese el caso, el vínculo inseparable entre el matrimonio y las relaciones sexuales –que son moralmente lícitas únicamente en el contexto de un matrimonio válido– quedaría esencialmente desgarrado y fracturado. Los detractores de la propuesta del cardenal Kasper saben que el meollo de la revolución sexual es disgregar todo aquello que la tradición cristiana siempre ha insistido en que, por voluntad Divina, debe permanecer unido: el sexo y el amor, el sexo y el matrimonio, el sexo y la procreación.

Si la Iglesia enseñase que existen ciertas circunstancias bajo las que es moralmente permisible para una pareja, que no está casada válidamente, establecer relaciones sexuales, eso sería el inicio de una profunda desintegración. ¿Y que de las parejas que consideran que «la complejidad concreta de los límites» les impide, de entrada, contraer nupcias? Hay que recordar que cuando la Comunidad Anglicana dio cabida a una desviación de la tradición cristiana en cuanto al sexo y el matrimonio fue ese un caso mucho más limitado, tocante al uso ocasional de los anticonceptivos en algunos matrimonios. La propuesta del cardenal Kasper es mucho más profunda.

La lógica de la propuesta no es sólo una amenaza al matrimonio, sino que se puede aplicar a cualquier situación en la que una persona, a pesar de ser consciente de la gravedad de una acción pecaminosa, se propone permanecer en ese estado. El pasado noviembre, los obispos de la zona atlántica de Canadá, citando explícitamente el ejemplo pastoral del papa Francisco, emitieron una declaración en la que se preveía la posibilidad de que un sacerdote ofreciera la absolución y el viático a una persona cuya intención es proceder con un suicidio asistido.

La estampida a juicios no valorativos.

Fechada la Solemnidad de San José (el 19 de marzo), y el aniversario de la instalación del papa Francisco, Amoris Laetitia fue publicada el 8 de abril. ¡Un arribo raudo y veloz! A pesar de ser el documento Pontífico más largo que jamás ha publicado la Iglesia en toda su historia, el primer borrador llegó a la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) desde la residencia Papal a principios de diciembre de 2015, apenas seis semanas después de la conclusión del segundo Sínodo. Dado que tales exhortaciones apostólicas postsinodales a menudo aparecen dos años después del Sínodo correspondiente, la presteza con la que un documento tan largo y complejo llegó a la rotativa es realmente extraordinaria. Ello indica que prescindieron de consultas amplias y universales en su elaboración.

¿Qué dice, entonces, Amoris Laetitia? El papa Francisco ha enfatizado que lo que la Iglesia ha enseñado en el pasado ya no se puede sustentar, mas no enseña eso explícitamente. De hecho, siguiendo de cerca el estilo del informe postsinodal final, no menciona explícitamente la Sagrada Comunión para las parejas «irregulares» del todo.

Como escribí en aquel momento: «desde la primera página de Amoris Laetitia hasta la última, la exhortación evidentemente anhela declarar lo que nunca declara: que la enseñanza acerca del matrimonio y la comunión puede cambiar. Es más, las palabras clave de toda la cuestión quedaron sepultadas en una nota al pié, casi como si sus redactores albergaran la esperanza de que nadie se diera cuenta de ello».

¿Podría darse el caso de que la enseñanza explícita de tres exhortaciones apostólicas anteriores y el Catecismo de la Iglesia fuesen revocados por una exhortación que en ningún momento aborda directamente la cuestión específica?

Cuando el Santo Padre y otros insisten en que ninguna doctrina individual fue alterada en Amoris Laetitia, tienen razón. Que el Santo Padre desea que la enseñanza cambie se puede inferir lógicamente de Amoris Laetitia, mas lo que enseña no es eso; leer la mente del Pontífice no es un factor determinante para establecer una enseñanza magistral.

Por lo tanto, en la rueda de prensa para la presentación de Amoris Laetitia, el cardenal Christoph Schönborn de Viena, el intérprete más favorecido por el papa en lo que concierne a la exhortación, declaró que la famosa nota 351 no cambió nada. Se habla ahí de «la ayuda de los sacramentos», mas eso no implica cambiar Familiaris Consortio.

El mes siguiente, el cardenal Gerhard Müller, prefecto de la CDF, en un importante discurso en Madrid, insistió en que todas las interpretaciones de Amoris Laetitia deben mantener una continuidad estricta con las tres exhortaciones apostólicas que le precedieron, al igual que con el Catecismo. Durante una rueda de prensa aérea en la que se le preguntó al papa Francisco acerca de la nota 351, respondió que él no la recordaba.

Selectividad en las notas al pie y la encíclica perdida

Amoris Laetitia adopta un enfoque editorial bastante peculiar para un documento con una extensión sin precedentes. En ningún momento aborda francamente el controvertido tema en cuestión sino que prefiere discutirlo de manera indirecta. El uso de notas al pie, además de que estas son ambiguas y capciosas, pone este hecho en evidencia. Varias notas clave, de hecho, no respaldan el texto que supuestamente apoyan y se citan sólo fracciones de esos pasajes para pervertir su significado llano.

Sin embargo, el sesgo editorial más sorprendente de Amoris Laetitia no son sus notas engañosas sino la encíclica que brilla por su ausencia. No existe ni una sola referencia, ya sea en el texto principal o en las notas al pie, a Veritatis Splendor. Esta Encíclica (1993) de San Juan Pablo II sobre los fundamentos de la enseñanza moral católica es el principal documento magisterial sobre la vida moral desde el Concilio de Trento. En este caso, ignorar Veritatis Splendor es tanto como escribir acerca de la naturaleza de la Iglesia y no hacer referencia a Lumen Gentium, la enseñanza de la constitución dogmática del Vaticano II.

La razón de esta sorprendente omisión es evidente. Aunque es posible cuadrar el enfoque general de Amoris Laetitia con la enseñanza especifica de Familiaris Consortio (véase las pautas de Buenos Aires), el enfoque a la vida moral propuesto en Amoris Laetitia está reñido con la enseñanza de la Veritatis Splendor.

De hecho, la tercera parte deVeritatis Splendor, intitulada «Para no desvirtuar la cruz de Cristo» descarta específicamente la idea de que los preceptos de la vida moral son demasiado arduos y que no se pueden vivir con la ayuda de la Gracia Divina. El octavo Capítulo de Amoris Laetitia parece ser exactamente lo que San Juan Pablo II tenía en mente al escribir Veritatis Splendor; parece, en efecto, desvirtuar la cruz de Cristo.

Los editores de Amoris Laetitia persuadieron al papa Francisco de que era preferible fingir que Veritatis Splendor jamás había sido escrita. Lo cual fue un error (véase más adelante la dubia de los cuatro cardenales).

Magisterio a hurtadillas

Tras las intervenciones de los cardenales Schönborn y Müller aquella primavera, parecía ser que Amoris Laetitia no alteraría el statu quo, salvo que aquellos pastores que prefieren ignorar Familiaris Consortio, y el Catecismo de la Iglesia, ahora lo hacían alegando que esto era lo que el papa Francisco realmente deseaba aunque no lo expresase.

Durante aquel verano, el previsible resultado de la ambigüedad deliberada empezó a dar fruto. Los obispos alemanes afirmaron que todos aquellos en situaciones «irregulares» podían acceder a los Sacramentos. Los obispos polacos, afirmaron que no podían hacerlo. El Vaticano no intervino con una aclaración.

Parece ser que había cierto empeño por dejar atrás todo ese asunto. Justo antes de partir para el Día Mundial de la Juventud, a la Cracovia de San Juan Pablo II, el papa Francisco aseveró en su videomensaje que esperaba entregar simbólicamente Amoris Laetitia a la juventud de todo el mundo. Mas, a su llegada a Polonia la idea ya había sido descartada; todo el Día Mundial de la Juventud transcurrió sin una sola referencia a Amoris Laetitia por el Santo Padre.

En su lugar, el papa Francisco optó por la clandestinidad. Se concertó que los obispos de Buenos Aires propusieran directrices para la aplicación de Amoris Laetitia y que estas fueran enviadas al papa. Él, a su vez, escribiría una carta aprobándolas y agregando que no existía «otra interpretación». Este fue un atentado al magisterio a hurtadillas; sin embargo, los documentos magisteriales ambiguos no pueden ser aclarados oficialmente a través de misivas Pontíficas filtradas a la prensa por allegados del Santo Padre.

¿Qué es lo que proponen las pautas de Buenos Aires? Cabalmente, la senda más estrecha posible y algo bastante alejado de la propuesta original del cardenal Kasper. Los obispos, esencialmente, siguien un argumento propuesto por el profesor Rocco Buttiglione, un colaborador de San Juan Pablo II loado por el cardenal Cupich de Chicago.

Buttiglione plantea el caso de una persona que desea abstenerse de las relaciones conyugales, pero el hacerlo provocaría que la otra parte abandonara la unión irregular con posibles repercusiones para los hijos. En tal supuesto, la persona no desea la conducta pecaminosa y por lo tanto no es culpable de ella. El argumento no es nuevo y no es realmente lo que Amoris Laetitia parece sugerir. Se trata de un enfoque adoptado desde ya hace mucho tiempo por confesores para situaciones matrimoniales donde, por ejemplo, uno de los cónyuges desea abstenerse de los anticonceptivos mientras la otra parte insiste en ellos.

Los cardenales reclaman claridad

Cuando tropezamos textos oficiales confusos recurrimos a una práctica ya bien arraigada de presentar dudas –dubia– a la autoridad competente para que estas sean esclarecidas. Esto se hace a menudo en asuntos litúrgicos: ¿Puede un pastor ordenar que su congregación reciba la Sagrada Comunión únicamente en la boca o únicamente en la mano? (No).

El septiembre próximo pasado cuatro cardenales presentaron cinco preguntas (dubia) al Santo Padre, solicitando aclarar que la enseñanza de Familiaris Consortio y de Veritatis Splendor no han sido alteradas por Amoris Laetitia. Es notable que sólo una de las cinco preguntas concierne a Amoris Laetitia, mientras que las cuatro restantes abordan lo que esta última se negó a tratar, es decir, Veritatis Splendor. En noviembre, después de que el Santo Padre decidió no responder la dubia, los cuatro cardenales hicieron pública su solicitud creando así una tormenta ígnea en torno al tema.

Poco después de que Amoris Laetitia fuese publicada se sugirió que presentar dubia al Santo Padre, o a la CDF, podría servir para aclarar las ambigüedades. Uno de los cardenal que eventualmente firmaría la dubia rechazó tal procedimiento ese mismo mayo. ¿Por qué el cambio? Los cardenales no han discutido este tema, mas dos acontecimientos que ocurrieron durante ese verano podrían haberlos instado a actuar. En primer lugar, las directrices contradictorias por parte de distintos obispos. En segundo lugar, la maniobra de Buenos Aires con su filtración de cartas privadas a los medios, en una especie de magisterio sucedáneo. El acto mismo amenazaba socavar la seriedad de la autoridad magisterial de la Iglesia; fue una maniobra que sugiere manipulación por parte de una persona docta en el giro publicitario y no en el ejercicio responsable de la autoridad de la enseñanza de la Iglesia. Como el cardenal Raymond Burke le dijo en algún momento a Raymond Arroyo de EWTN, un «espíritu mundano» ha penetrado en la Iglesia.

El silencio y la agresión

La dubia de los cuatro cardenales podría ser considerada como una tarea de tontos. Estan solicitando la clarificación de un documento que fue deliberadamente escrito de manera ambigua. Preguntan si Amoris Laetitia es compatible con Veritatis Splendor, cuando aquella fue escrita precisamente como si éste último no existiera. Han solicitado una reafirmación de la doctrina tradicional acerca del matrimonio y la sexualidad cuando todo el proceso sinodal fue impulsado por un deseo de soslayar la doctrina tanto como fuese posible. No es del todo sorprendente que el Santo Padre eligió no responder directamente a las preguntas de los cardenales.

Hay, sin embargo, varias maneras mediante las cuales un papa puede hablar indirectamente, generalmente a través de sus principales colaboradores. No obstante, en el año de Amoris Laetitia destacan las voces que se han optado por el silencio.

Las voces de quienes normalmente anticiparíamos una explicación del argumento en torno a Amoris Laetitia no lo han hecho. Las congregaciones de la fe y de la liturgia –las más relevantes en cuestiones doctrinales y sacramentales– no han aportado palabra alguna en apoyo del octavo capítulo de Amoris Laetitia.

El portavoz pontífico oficial, Greg Burke, le ha dado a la enseñanza de Amoris Laetitia mucho campo, esquivando las muchas preguntas relacionadas a esta que tanto ocupan a la sala de prensa que preside.

A nivel mundial, a pesar de que ha habido voces notables tanto de apoyo como de crítica, entre los obispos generalmente se ha visto de muy poco a nada que sea substancial. De la misma forma que Amoris Laetitia pretende que Veritatis Splendor no existe, quizá los obispos han adoptado una estrategia similar con respecto a Amoris Laetitia pretendiendo que el octavo capítulo no existe.

El apoyo más vigoroso lo han aportado voceros secundarios, quienes tampoco se han mostrado reacios a atacar los motivos y la reputación de aquellos que se oponen a la postura de Amoris Laetitia. El portavoz más autoritativo del Santo Padre, el padre Jesuita Antonio Spadaro, ha publicado en su cuenta de Tweeter y ha escrito acerca de aquellos que hacen preguntas «con el propósito de crear dificultades y divisiones», insinuando que la dubia de los cardenales no «busca [respuestas] con sinceridad».

El biografó del Santo Padre, Austen Ivereigh, ha ido aún mas lejos, acusando a todos aquellos que preguntan si Amoris Laetitia contradice a Veritatis Splendor de ser «disidentes… [que] cuestionan la legitimidad del reinado del papa».

Todos aquellos que de manera razonable expresan su preocupación de que Amoris Laetitia busca contemporizar con la revolución sexual, lo cual es contrario a las palabras de Cristo en los Evangelios, se les descarta con desdeño: «Mientras insisten en que hay un debate que sostener, una causa a la cual responder, un asunto que se debe resolver, el tren se aleja la estación y ellos se quedan atrás en la plataforma, agitando los brazos».

Ivereigh alega que el debate en torno a Amoris Laetitia , cercado aún a diestra y siniestra por ambigüedades e interpretaciones contradictorias, ya ha concluido satisfactoriamente y la Iglesia necesita continuar su marcha.

¿Por qué tanta prisa por un documento con menos de un año de antigüedad?

Porque entre más tiempo Amoris Laetitia permanezca como objeto de examen y discusión, más obvio será que los argumentos de sus detractores –que están debidamente fundamentados en la tradición de la Iglesia– requieren respuestas con argumentos respaldados de manera similar.

Hasta la fecha, los defensores de Amoris Laetitia no han ofrecido argumentos tanto como afirmaciones injustificadas y apelaciones a la autoridad. Sin un argumento convincente que demuestre por qué Amoris Laetitia no está en conflicto con Veritatis Splendor –lo cual prima facie ya lo está– atentar contra quienes plantean preguntas es sólo una táctica política a corto plazo.

El magisterio no puede, a largo plazo, tomar formado con táctica de este tipo. Vivimos, sin embargo, en un momento en el que estas tácticas tienen cierto impacto.

El año después del año de Amoris Laetitia será, por lo tanto, un año de creciente aspereza y división, con los allegados del Papa cuestionando la integridad de aquellos que insisten en que la Cruz de Cristo no ha perdido su poder y que sigue siendo, en efecto, lo que hace posible la alegría del amor, incluso en el siglo XXI.

P. Raymond J. de Souza

Traducido por Enrique E. Treviño, del equipo de traductores de InfoCatólica.

Publicado originalmente en el National Catholic Register

47 comentarios

Chico
Pienso: ¿ No será que el Papa está teniendo en cuenta la psicología de la persona, que es muy misteriosa ?. Porque los argumentos racionales en contra de AL son superclaros. Pero a mí me parece que el Papa apela a la psicología, los psicólogos le han asesorado en esto. Y por eso defiende los suyo.
6/01/17 12:22 PM
vicente
no cuestiono la doctrina, pero para llegar a la perfección hay que pasar por imperfecciones en la praxis.
6/01/17 1:28 PM
Osvaldo
Muy buen articulo: análisis profundo y mesurado.
6/01/17 1:43 PM
Miguel Antonio Barriola
Si, quienes defienden a "Amoris laetitia", no responden con argumentos
válidos a los que presentan los muchos y nada desdeñables descontentos, limitándose a descalificarlos y hasta a insultarlos, es patente, que toda esta artimaña se basa en una trastienda diplomática y para nada en sólida teología, conocimiento de la tradición más reciente
y más bien en el deseo expreso de renegar de la misma.
Tales artilugios no son magisterio, son evasivas y anhelos de salir con la propia, por más que siga difundiéndose la consfusión y división en la grey de Cristo.
6/01/17 3:12 PM
Gonzalo Mª Mazarrasa
Me ha gustado mucho el artículo. Respetuoso y contundente a la vez. Necesitamos aclaraciones así. Dios le bendiga a este padre.
6/01/17 3:20 PM
Jose Maria
Muchas gracias por su artículo. Es lo mas claro que he leído sobre este tema. Veo que esto tiene difícil arreglo. Solo Dios sabe que rumbo tomará la Iglesia. Para el próximo cónclave sería deseable que eligiesen in Papa con un poquito más de fidelidad a la Tradición de la Iglesia. Que reflexionen con mas tiempo los señores cardenales y no elijan un Papa tan precipitadamente.
6/01/17 3:58 PM
SR.
Excelente artículo.
6/01/17 4:30 PM
carmelo
parte 1
En leguaje Alemán esta palabra no existe: “conciencia”
Interactuar con los actos reales o concretos necesita de una conciencia clara, bien guiada. Una persona sin conciencia esta desconectada con la realidad y no percibe lo actuado.
Es obvio que aquí hay un objetivo a seguir que preconscientemente se diseñó, lo que lo hace un en todo caso liderar con inconciencia e incapaz de racionalizar.
Este grupo incendiario no tiene noción de sí mismos, de su autoridad, ni del impacto de sus actos u omisiones en medio de su entorno lo que hace más dificultoso la supervivencia es ahí donde quienes están llamados deberán actuar en consecuencia y alertar de los peligros proféticamente al medio tiempo presente. sigue ...
6/01/17 4:59 PM
carmelo
parte 2
La información que se tiene y que nacen de ese Cap VIII AL y su metodología seguida, sin ser de ningún servicio secreto ni nada por el estilo de películas ni un teólogo… es más que evidente que los elementos de juicio están tirados en la mesa frontalmente.
La desatención a Veritatis splendor y las contradicciones vulgares a los textos de referentes como a FC, no es mas que la perdida de la memoria que busca alterar los auto-censores de la autoconciencia que usa la Lógica y la Moral como pilares regulatorio de nuestros actos.
Si hay algo que el individualismo tiene es que “solo se vale o se está bien si eres fiel a ti mismo” concretamente, en cambio el Cristianismo: seguir a Jesús hasta el pesebre, para muchos resultara fuera de psicología o antisocialmente aceptado (por Herodes y su clan y política de Pilatos), seguir información que nadie ve, sobrenaturales o signos cósmicos: ambas se oponen y por ello serán siempre visible una de otra pero UNA es y será subordinada a la otra porque la Verdad triunfa siempre.
6/01/17 4:59 PM
Denisovic
El artículo se agradece por su más que notable claridad, pero no nos engañemos, Francisco no va a retroceder. Dicho en pocas palabras, estamos ya ante un cisma que, a estas alturas, ya es irreversible.
A partir de aquí, que cada uno vaya preparando el camino que desea escoger, pero para buen entendedor, la situación está muy clara para quien quiera verlo; es decir, que en estos momentos ya se percibe la diferencia doctrinal existente entre la falsa iglesia (que desgraciadamente acabará imponiéndose), contra la verdadera Iglesia, la cual, en muy poco tiempo, quedará reducida a un pequeño núcleo de fieles.
6/01/17 6:37 PM
Lector
Aun reconociendo la importancia de "Veritatis Splendor", resulta disparatado afirmar como hace el autor que "es un elemento fundacional de la doctrina moral católica". La doctrina moral católica está fundada desde muchísimo antes en la Palabra de Dios, explicada y desarrollada por el magisterio de la Iglesia a lo largo de los siglos. "Veritatis Splendor" es sólo un eslabón más en esta enseñanza.
6/01/17 6:45 PM
Martín
Vicente ¿Que has dicho?
6/01/17 6:55 PM
Lector
Y, por cierto, ¿he entenido mal o el P. Raymond J. de Souza da por buena la interpretación que de "Amoris laetitia" hicieron los obispos de Buenos Aires, aunque considere que la forma de publicarla no fue la más adecuada?
6/01/17 7:02 PM
Lector
Y, por cierto, ¿he entenido mal o el P. Raymond J. de Souza da por buena la interpretación que de "Amoris laetitia" hicieron los obispos de Buenos Aires, aunque considere que la forma de publicarla no fue la más adecuada?
6/01/17 7:06 PM
Francisco Javier
Me ha encantado el articulo pero a la vez me da tristeza por la situación en que esta la Iglesia. ¿Porque tanto cuesta contestar con un simple Si o un No? ¿No seria mas facil que dedicar descalificativos a las personas que manifiesten dudas, temores o rechazo? Es que se busca dejar pasar el tiempo con la esperanza que bajen las emociones y que la cosa vaya quedando en el olvido?
6/01/17 7:59 PM
Ricardo
Cuando el demonio, en las enseñanzas de los Evangelios, quiere tentar a Jesús, lo hace con ambigüedades. No nos equivoquemos, el demonio entra en la humanidad creando confusión y disfrazándose de ángel de luz, y el final de los tiempos pasará según el apocalipsis que muchos abandonarán la verdadera Fé y se unirán a la Bestia y sólo un resto quedará fiel a Cristo y a su Verdadera Iglesia.
Disfrazamos a una Exhortación Apostólica de un bello nombre "La alegría del Amor" para luego en su interior falsificar ese amor y desvirtuándolo, haciendo caso omiso a las Palabras del mismo Jesús y del mismo Dios Padre y Creador Nuestro: "Al principio no erá así, Dios los creó Varón y Mujer, y abandonará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sóla carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre".
Si bajo las Bellas palabras de la alegría del amor, se "legaliza" el adulterio, se está yendo contra el propio Jesucristo.
7/01/17 2:01 AM
Andrés-Eduardo Luis
¿La voluntad de Dios, si Él desde que somos vida germinal nos ha hecho: únicos, exclusivos e irrepetibles es objetiva o subjetiva?
7/01/17 12:07 PM
Claudio
Dentro de la Trampa que se ha diseñado -por la velocidad en salir el documento AL y su extensión pareciera que ya estaba antes del sínodo-los obispos de una Provincia Eclesiástica Argentina -que se mencionan en la nota- han propuesto un camino muy raro:
Se advierte claramente deben presentarse tantas condiciones objetivas "circunstancias complejas" (pura casuística), entre otras: que no se haya podido obtener una sentencia de nulidad (la exigencia es tan general que comprende aquellos casos en que la imposibilidad de la nulidad sea por inexistencia de la misma -matrimonio sacramentalmente válido-), limitaciones atenuantes de la responsabilidad y culpabilidad (intento de conversión de pecado mortal a venial), consideración interna personal de que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión (el daño sería que un pecador no pueda comulgar ?), AL abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (esto es un error grave, al sacramento de la Reconciliación no lo "abre" AL sino que ha estado "abierto y al alcance de la mano" desde siempre y ese es el que "abre" el camino a la Eucaristía, pero la reconciliación implica reconocer el pecado pedir perdón y comprometerse a no pecar más (Cristo a la adúltera que querían apedrear). Por lo tanto si alguien consigue encontrar un caso que reúna todas las condiciones que requieren los Obispos le van a dar el premio Nobel por lo menos, de otra manera estaríamos haciendo trampa.
Muy
7/01/17 12:39 PM
Claudio
Sigo, pregunto, si por el camino del discernimiento se le permite a un casado sacramentalmente, divorciado civilmente o no, que tiene nueva pareja y sin dejar esa situación, acceder a la reconciliación y a la comunión -la eucaristía es el sacramento más importante por su propia naturaleza- por qué no también -entonces- no se le permite volver a casarse sacramentalmente, por qué ?,
7/01/17 1:54 PM
Gregory
Debe haber un debate sobre un punto importante el que las parejas descubran y vivan el sacramento del matrimonio en toda su extensión el amor matrimonial es artesanal de cada día.
7/01/17 3:55 PM
Rafael
El artículo tiene como premisa un gravísimo e incomprensible error doctrinal, que subvierte el catolicismo:

“Veritatis Splendor. Esta Encíclica (1993) de San Juan Pablo II es un elemento fundacional de la doctrina moral católica”

Cualquiera sabe que lo fundacional de la doctrina moral católica es el Evangelio, y sólo el Evangelio.

A partir de ahí es un cúmulo de despropósitos. Intenta contraponer la Amoris Laetitia a la Veritatis Splendor, sin decir en que se contradicen. Da por supuesto que la Amoris Laetitia es herética e invirtiendo la carga de la prueba exige que se demuestre que no lo es. Le atribuye al Papa todo tipo de maniobras torticeras y fraudulentas, porque lo dice él sin más. Por supuesto, se salta a la torera el “tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, lo fundacional de la Iglesia.

No hay ninguna encíclica que esté por encima de otras encíclicas. Un católico no puede decidir por su cuenta que una encíclica es fundacional y las demás deban someterse a ella, conforme a él le parezca.

En su cúmulo de errores y contradicciones resulta que refuta todas las críticas que se han hecho a la Amoris Laetita, aunque indebidamente. Estas críticas se agarran a la percha, meramente formal, de acusarla de que es contradictoria con la tradición de siglos de la Iglesia. Ahora este confundido autor dice que no hay tal tradición, que lo fundacional es una encíclica de 1993
7/01/17 4:25 PM
Raymond J. de Souza
"St. John Paul II’s 1993 encyclical on the foundations of Catholic moral teaching is the principal magisterial document on the moral life since the Council of Trent."
7/01/17 6:39 PM
Roberto Ibarra Videla
Rafael. No te hagas. AL es una exhortación apostólica post sinodal. VS es una Encíclica. El articulo claramente expone la contradicción existente entre ambas. La aplicación universal para todos los casos de la ley Divina, la cual obliga siempre y no admite excepciones. VS reafirma este principio moral fundado en la Cruz de Cristo Resucitado. AL señala que no seria posible en todos los casos cumplir la ley Divina , y que incluso Dios aceptaría ello en ciertos casos. Si ello fuere verdad, quiere decir que Jesus no ha Resucitado, y que el Cristianismo no pasa de ser una ideología , un ideal al cual hay que tratar de seguir. El Cristianismo es Cristo y como aquel efectivamente Resucitó, sus enseñanzas son verdaderas y posibles para todos los hombres alcanzados por la Gracia del Bautismo. El capítulo VII de AL niega tal realidad de la fe. Está fundada en la moral de situaciones que fue expresamente condenada como contraria a la Resureccion y poder de la gracia por San Juan Pablo II en VS. Por tanto, los Catlicos debemos en conciencia olvidar dicho Capítulo VIII y tenerlo como un lamentable error del Papa Francisco , pues sabemos por experiencia que Cristo ha vencido a la muerte y que es posible vivir sin cometer adulterio y que ello es lo que esperan nuestros hijos . Sostener que sería necesario o un bien para los hijos de una nueva unión no matrimonial que sus padres vivan en adulterio es una mentira similar a la que en el paraíso hizo la serpiente a Eva. Que sus padr
7/01/17 7:59 PM
carmelo
Rafa,
"Pero quien soy yo para juzgar?"
Es que ahi en la dificultad esa señalada, se "puede vivir en gracia"..
que necesidad hay de estar criticando al autor? o de sentarce en la "catedra de Pedro a tirarles piedras" a los demas, "seria egoista"....
Esta cosa es pura casuistica jajajajajaj.. me rio del rio.
7/01/17 8:09 PM
Rafael
Roberto, efectivamente, el cristianismo es Cristo. No la Veritatis Splendor, ni ninguna otra Encíclica, por muy buenas que sean.
7/01/17 11:37 PM
Rafael
Parece que hay un grave error de traducción.

El original de Raymond J. de Souza dice:

“St. John Paul II’s 1993 encyclical on the foundations of Catholic moral teaching is the principal magisterial document on the moral life since the Council of Trent.”

Que se ha traducido así:

“Esta Encíclica (1993) de San Juan Pablo II es un elemento fundacional de la doctrina moral católica y el principal documento magisterial sobre la vida moral desde el Concilio de Trento.”

Por lo que veo, incorrectamente. En el traductor de Google sale así:

"La encíclica de San Juan Pablo II de 1993 sobre los fundamentos de la enseñanza moral católica es el principal documento magistral sobre la vida moral desde el Concilio de Trento".

El autor no dice que la Veritatis Splendor “es un elemento fundacional de la doctrina moral católica”, que sería una barbaridad.
7/01/17 11:50 PM
José Manuel
Excelente artículo. Expone con un análisis sosegado el drama que está viviendo la Iglesia Católica: el intento por parte de un núcleo dirigente de abrogar la doctrina católica por medio de documentos ambiguos y tolerando una praxis que entra en contradicción con el Magisterio de dos mil años.
8/01/17 1:03 AM
TH
A Chico:
¿Desde cuando la fe y la moral se han de definir de acuerdo a la psicologia? La psicologia no es una ciencia cierta, en buena medida es un ejerciciio de adivinanza que a veces acierta y a veces no. Hemos de guiar nuestra vida por la fe y la razón.
8/01/17 8:23 AM
Roberto ibarra Videla
Rafael. Todo aclarado la VS efectivamente no es El Cristianismo como tampoco lo es AL. Nos estamos entonces a la escritura . Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Quien se acuesta que otro que no sea su marido o su mujer comete adulterio. Más claro, hecharle agua ...
8/01/17 10:51 AM
Pepito
Lo que es indiscutible es que AL, con su ambigüedad, hace que muchos católicos, entre ellos varios eminentes Cardenales, se pregunten: ¿Puede haber algún caso, después de la AL, en que los llamados divorciados y vueltos a casar, que no tengan el firme propósito de convivir como hermanos, puedan recibir dignamente la absolución penitencial y la comunión eucaristica?

Incluso haciendo abstracción de la AL, tal pregunta debiera contestarse claramente por parte del Papa, ya que no puede ignorar que algunos católicos divorciados y vueltos a casar proceden a recibir la eucaristía
sin renunciar a la convivencia more uxorio, es decir, con la voluntad de seguir cometiendo adulterio.

En resumen la pregunta candente, que la AL con su ambigüedad ha puesto sobre la mesa pastoral es: ¿Es posible que en algún caso un católico, que tenga la voluntad de seguir viviendo en adulterio, es decir, la voluntad de seguir viviendo more uxorio con quien no es su verdadero cónyuge canónico, reciba dignamente la absolución en el Sacramento de la Penitencia y el cuerpo y la sangre de Cristo en la comunión Eucarística?

La pregunta no es capciosa, pues responde a una situación de hecho que se da en muchos fieles desde antes incluso de la AL y hay que afrontar tal situación. Si un Papa no es capaz de responder a esa pregunta, que nos hacemos muchos fieles, obispos y cardenales, ese Papa nos deja huérfanos del muy necesario pasto de doctrina moral y por tanto es un mal Pastor.

El Papa tiene l
8/01/17 11:03 PM
Luis Fernando
Ya está corregida una frase que quedaba confusa. Ahora queda así:

La encíclica...sobre los fundamentos de la enseñanza moral católica es el principal documento magisterial sobre la vida moral...
8/01/17 11:39 PM
Andrés-Eduardo Luis
No sé si dentro de los 'documentos' magisteriales entrará el Magisterio que el Maestro nos dió. De ser así, creo que el principal ‘documento’ sobre cualquier tipo de vida: vegetativa, sensitiva, racional, moral, .... es la obra del Maestro, la Creación; fuente de todos los medios que jamás se deben negar a la vida, salvo que se quiera exterminar, en cuyo caso, muy poca atracción tiene, la Creación, para quien lo impone.
9/01/17 3:19 PM
Almudena1
AL, con su traído y llevado capítulo VIII, es un documento que demuestra la falta de confianza en Dios, el desconocimiento de Su Revelación y muchos y muy graves vacíos teológicos más. Del conjunto de todo ello no puede sino salir lo que ha salido, una tristeza para el verdadero Amor.
Un documento mundano para el mundo de hoy.
9/01/17 7:36 PM
Carmen A.
Les recomiendo la lectura de lo escrito por el P. Fortea sobre las críticas al Papa. Si siguen así harán daño a la Iglesia y no corregirán a nadie. Es una pena que Infocatólica actúe así.
10/01/17 12:27 PM
María de las Nieves
E cardenal Müller dice que ‘No es posible una corrección al Papa, no hay peligro para la fe’. Así que sigamos en comunión eclesial con la debida obediencia a Autoridad eclesial y leamos AL en continuidad con el Magisterio anterior y con las recomendaciones que se dan en FC 84 para los dvc y discernimiento por parte de los sacerdotes de la situación de estas personas.
10/01/17 12:47 PM
carmelo
Carmen A. dices: "es una pena..."
FC84"La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio."
El P. Fortea no sabemos de que “ortodoxia“ habla, suponemos que es la de la disciplina de la comunión a los DVC lo que se esta hablando y las dubias.
Por ello dígale al P. Fortea que si es que para El es una simple "ortodoxia” que no necesita ponerce en claro, sin errores entonces apaga la Luz y vámonos porque aquello FC84 está bien explicitado y profundizado según CIC66 y la revelación y hoy esta siendo contradecida por AL Cap VIII.
Que sentido tiene que todos caminemos y difundamos el ERROR contra la misma doctrina y la sagrada escritura so pretexto de "no hacer daño", como si ese fuera la intención el de hacerle daño a la persona del papa.
Nadie le ha planteado “juicios” lo que se plantea AQUI es de confirmar en “VERDAD Y EN CONTINUIDAD” LA PASTORAL QUE EL MISMO JESUS nos ha dejado. no puede creer que no le hara danio a la Iglesia a las familias si se sostiene un ERROR GRAVE
10/01/17 5:26 PM
carmelo
parte 2 a Carmen A
Nadie le ha planteado “juicios” lo que se plantea AQUI es de confirmar en “VERDAD Y EN CONTINUIDAD” LA PASTORAL QUE EL MISMO JESUS nos ha dejado. no puede creer que no le hara danio a la Iglesia a las familias si se sostiene un ERROR GRAVE como verdad. asi se cayo el sistema planetario del que el habla.
El juicio y las respuestas definitivas nos la darán el último día a cada uno y cada quien según se le ha dado.
10/01/17 5:30 PM
Interesante artículo. Sobre todo al señalar el criterio: Si la conciencia individual es la que manda en toda conducta, como yace en las alegaciones de los Kaspers y Cia,. adiós a acualquier regla moral: Son todas violables. ¡Hasta puede haber santos asesinatos!
11/01/17 12:37 AM
hornero (Argentina)
Excelente exposición del P. de Souza. Pregunto si el artificio engañoso de la ambigüedad y del silencio, sumado a ataques arteros contra quienes objetan la AL, todo hecho de modo sistemático, no implica una flagrante negación explícita de la doctrina ortodoxa de la Iglesia.
11/01/17 12:47 AM
William Molina
Suficientes argumentos a favor y en contra de AL.

Ahora la pregunta para sus detractores es ¿se debe "anular"? ¿debemos aceptar públicamente el error papal?

Y entonces entramos en un mar muy oscuro: si es posible cancelar o anular AL o declarar que lamentablemente el papa se equivocó, entonces básicamente podemos decir lo mismo de todas las encíclicas.

Desde el momento en que el fiel se convierte en juez del magisterios de la iglesia, toda encíclica, todo concilio (como pasa con los sedevacantistas) puede estar "errado".

El problema de AL no son las minucias y sus vericuetos, sino el dogma de la infabilidad papal ¿lo eliminamos?
11/01/17 3:37 AM
Luis Fernando
William Molina, el dogma de la infalibilidad papal llega solo a las definiciones dogmáticas ex-cathedra. De esas no hay ni una en Amoris Laetitia.

Y a lo largo de la historia han habido Papas (p.e Honorio y Juan XXII) que han cometido gruesos errores doctrinales y la Iglesia no les ha seguido. Al contrario.
11/01/17 10:31 AM
María de las Nieves
Si analizamos AL en sus debidos puntos y no sacados del contexto, donde se explica y el cómo se explica , vemos que algunos puntos son de doctrina y es Magisterio y otros puntos es un análisis de lo que puede ser la conciencia subjetiva del penitente .
.La pertenencia a la Iglesia Católica implica derechos y obligaciones en clima de obediencia para todos.

El Capítulo 3 del Concilio Vaticano I nos dice sobre la naturaleza y carácter del primado del Romano Pontífice .
Así, pues, si alguno dijere que el Romano Pontífice tiene tan sólo un oficio de supervisión o dirección, y no la plena y suprema potestad de jurisdicción sobre toda la Iglesia, y esto no sólo en materia de fe y costumbres, sino también en lo concerniente a la DISCIPLINA Y GOBIERNO de la Iglesia dispersa por todo el mundo; o que tiene sólo las principales partes, pero no toda la plenitud de esta SUPREMA POTESTAD o que esta potestad suya no es ordinaria e inmediata tanto sobre todas y cada una de las Iglesias como sobre todos y cada uno de los pastores y fieles: sea anatema
Los católicos fieles a la unidad eclesial debemos cumplir según el Canon 209 § 1: Los fieles están obligados a observar siempre la comunión con la Iglesia, incluso en su modo de obrar.Canon 212 § 1: Los fieles, conscientes de su propia responsabilidad, están obligados a seguir, por obediencia cristiana, todo aquello que los Pastores sagrados, en cuanto representantes de Cristo, declaran como maestros de la fe o establecen como rectore
11/01/17 2:33 PM
carmelo
Se habla de “comunión de la iglesia en el Canon” 209 § 1: Lo que quiere decir es que el magisterio petrino no se puede contradecir ni inducir al ERROR. La tradición, magisterio deben estar alineados a la sagrada escritura y entre un Papa y todos los anteriores debe permanecer la comunión o sea la fuerza que hace que el sistema planetario se sostenga. Obrar contra esta fuerza es lo que se le conoce como "provocar cisma". Al día de hoy se escucha por radio o en homilías a Sacerdotes dando como valido que al DVC puede comulgar. Esta situación no es una idea ni algo que no sucede formalmente a raíz de AL son hechos con acelerada difusión. La Santa obediencia jamás obliga a actos inmorales! Eso jamás es de Dios ni una santa obediencia. No es fácil decir disuasivamente, sigamos en continuidad cuando la realidad es otra totalmente contraria. Acá la cosa es CONFIRMAR LA VERDAD y no dejar nube de contradicción y oscurantismo que pone en riesgo a las ovejas ajenas. errrar es humano, fracazar es tirarle la culpa a otro en lugar de corregir!
11/01/17 7:23 PM
Gregory
Disculpa Luis Fernando es un off topic pero la condena a Honorio fue por negligencia al defender la verdad o la fe si se quiere no por una enseñanza especifica.
11/01/17 8:34 PM
Luis Fernando
Gregory, eso sostenía yo antes. Ya no me parece sostenible. Esto decretó el Papa León II sobre la condena a Honorio por parte del III Concilio de Costantinopla:

«Declaramos anatema a los inventores del nuevo error, esto es a Teodoro di Faran, Ciro de Alejandría, Sergio, Pirro, Pablo y Pedro de la Iglesia de Costantinopla, así como a Honorio, que no se esforzó por mantener la pureza de nuestra apostólica Iglesia en la doctrina de la tradición de los apóstoles, sino que permitió con execrable traición que se ultrajase a esta Iglesia sin mancha»

Y este es el texto de su condena en dicho Concilio:

«Junto con ellos, consideramos que debemos excluir de la Santa Iglesia de Dios y anatematizar también a Honorio, ex pontífice de la antigua sede romana, porque hemos visto en su carta a Sergio que ha seguido en todo su misma opinión y ratificado sus impías enseñanzas»

Aun así, sí que hay diferencia entre defender algo herético o incluso no combatirlo, y ser autor y/o promotor de la herejía.
11/01/17 9:04 PM
carmelo
mas clarito que el agua Luis Fernando, muchas gracias.
No se puede "dejar ni hablar al demonio"Mc1, que dice que se las sabe toda y que conoce a Jesus y con esa idea tiene a la gente enferma y esclabo de los males.
saludos
11/01/17 9:21 PM
Gregory
Yo creo que se impone junto al debate algo más Oración y reflexión, son necesarias para llegar a una meta y salir adelante.
12/01/17 2:05 AM

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