Comunión de los divorciados vueltos a casar. El cardenal Kasper y la luz de los Padres

No es mi intención intervenir en lo que compete al cardenal respecto a la doctrina sobre el matrimonio, sino más bien, tratar esta cuestión desde mi especialidad: la doctrina de los Padres de la Iglesia

El 20 de febrero el cardenal alemán Walter Kasper dio una conferencia, titulada «El Evangelio de la Familia» ante el Consistorio Extraordinario sobre la Familia, convocado por el Santo Padre, para tratar principalmente las dificultades con las que se encuentran actualmente los matrimonios católicos –desplazamientos masivos, inmigración, coste de la crianza y educación de los hijos, envejecimiento de la población, individualismo, aislamiento de la vida urbana, divorcio civil, etc.

Un católico casado como yo podría pensar que tales circunstancias aconsejan, no relajar las normas que prohíben la comunión a los divorciados vueltos a casar, sino más bien que Roma establezca requisitos mucho más serios en la formación para el matrimonio que los novios deben recibir de los sacerdotes u otras personas; conscientes de estas dificultades del matrimonio en la sociedad contemporánea, sería un avance notable para resolver o al menos reducir el problema y aliviar la presión sobre los tribunales que resuelven los casos matrimoniales.

Sin embargo, el cardenal Kasper propone que se liberalice la norma sobre la Comunión para dos grupos de católicos divorciados vueltos a casar: aquellos que sinceramente creen (o quizá incluso saben) que contrajeron matrimonio canónico sin la intención firme o sin una adecuada comprensión respecto a las normas sobre la validez del mismo; y, en segundo lugar, aquellos que han contraído un segundo matrimonio civil porque su matrimonio católico ha fracasado «irremediablemente», con énfasis en que el «grupo probablemente muy pequeño» de éstos últimos sería el que especialmente merece la relajación de esa norma.

Con todo, no es mi intención intervenir en lo que compete al cardenal respecto a la doctrina sobre el matrimonio, sino más bien, tratar esta cuestión desde mi especialidad: la doctrina de los Padres de la Iglesia. Ya que, aunque el Cardenal Kasper admite que no podemos simplemente volver a la antigua doctrina, sí afirma –al sugerir al mismo tiempo un paralelo impreciso con el desarrollo de la doctrina sobre la penitencia por la apostasía– que los datos sobre la Iglesia antigua son suficientemente imprecisos como para que pueda encontrarse un fundamento patrístico a un planteamiento más relajado. Para manifestar lo débil de esta pretensión, me permito aproximarme a los pocos textos que el cardenal ofrece para apoyar su posición– limitándome al período anterior al siglo sexto, ya que a partir de Justiniano en el Oriente el avance del cesaropapismo hace que la doctrina primitiva se deforme, en favor de un enfoque más relajado.

Aunque otros han sugerido testimonios «primitivos» –pero inexistentes– a favor de la propuesta del cardenal, éste prudentemente no aporta nada de los más de 150 primeros años del cristianismo, posiblemente porque acepta que durante ese tiempo las normas del matrimonio fueron todavía estrictas y apostólicamente fundamentadas. El primer texto que cita, de la mitad del siglo tercero, es de Orígenes (Comentario sobre Mateo, 14,23-24) que informa de que los obispos de ciertas iglesias locales «no sin razón» permiten la Comunión a aquellos divorciados vueltos a casar. No obstante, Orígenes también dice –no una sino tres veces– que esta práctica es contraria a la Escritura: ¡difícilmente puede esto considerarse como una aprobación, ni siquiera como tolerancia, por parte de un teólogo tan bíblico! Aparte de los concilios (los trato más adelante), el cardenal Kasper ofrece más documentos sólo del siglo cuarto, cuando indica que Basilio (cartas 188 y 199), Gregorio Nacianceno (Oratio 37) y Agustín son conscientes de la misma práctica; lo que omite es indicar que ninguno de ellos está a favor de lo que claramente se opone a su doctrina ordinaria.

Más allá de los teólogos «privados», el cardenal Kasper afirma que en el Concilio de Nicea (325) aparece una actitud más pastoral, supuestamente en el Canon 8, que (según él y otros) «confirmó» una postura más relajada. Aunque ocasionalmente se haya interpretado así ese texto, su objeto casi incuestionable es permitir la Comunión, no a los divorciados vueltos a casar, sino a los viudos vueltos a casar; ya que hemos de tener presente que el volver a casarse por segunda vez, en cualquier circunstancia –incluyendo la viudez– era muy controvertido, lo que explica que el Concilio examinara esta duda. Tampoco se fortalece la posición del cardenal Kasper cuando aplica mal el concepto paulino de metanoia y de ahí deduce que los Padres podrían considerar el «arrepentimiento» por el fracaso de un primer matrimonio para justificar que contrajeran un segundo matrimonio.

En conclusión, según nuestro análisis, la postura del Cardenal se apoya en una mala interpretación de un número muy reducido de textos, dejando de lado muchos otros que los contradicen. ¿Cómo puede haber sucedido esto?

A mi juicio, estamos ante un ejemplo de un método demasiado frecuente en el mundo académico, especialmente si el trabajo está condicionado por algún interés o ideología: hay una cantidad arrolladora de textos en un sentido y uno o dos textos que podrían interpretarse en sentido contrario; de donde se deduce la conclusión deseada, o al menos que el asunto quede abierto.

Es posible que el cardenal Kasper pueda citar otros textos; desde luego, podrá citar a los pocos peritos cuya pista ha seguido. Pero evidentemente ¡una práctica académica engañosa no debería ser más convincente si hay varios ejemplos de ella que si sólo hay uno!

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John Rist, Ph.D., ocupa la Catedra de Filosofía Padre Kurt Pritzl OP en la Universidad Católica de América. Fue profesor de Clásicos en la Universidad de Toronto durante 30 años y actualmente es profesor en el Augustinianum, el Instituto Patrístico de Roma. Rist tiene numerosas publicaciones sobre filosofía antigua, patrística y filosofía moral. Está casado y es padre y abuelo.

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Publicado el 2 de abril de 2014

con el título «Remarriage, Divorce and Communion: Patristic Light on a Recent Problem. Philosophy Professor John Rist Critiques Cardinal Kasper's Consistory Speech»

en Zenit

y con el título «Cardinal Kasper’s new approach to the remarried has shaky historical foundations. The cardinal’s case is based on a doubtful interpretation of a tiny number of texts»

en Catholic Herald

 

30 comentarios

Benigno Soto
Gracias, InfoCatólica, por traducir y publicar este excelente artículo.
17/04/14 2:29 PM
Jose2
"la postura del Cardenal se apoya en una mala interpretación"

Siendo benévolos, sea.
17/04/14 6:40 PM
Gloria Irene ( Flavia )
El Espíritu Santo se derrama sobre todos los creyentes que desean servir al Señor con todo el corazón.

Y aquí tenemos a experto corrigiendo la plana a un Cardenal: "la postura del Cardenal se apoya en una mala interpretación de un número muy reducido de textos, dejando de lado muchos otros que los contradicen".

Me parece estupendo. Y una buena lección para no callar cuando hay que hablar con conocimiento de causa, tal como habla el Dr. Rist.
17/04/14 7:35 PM
Sancho
Lo primero que hay que reconocer es que cuando Jesucristo criticó el divorcio no estaba hablando del caso de adulterio, castigado con la muerte y del que dijo eso de que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. ¿Por qué se empeñan en mantener la incoherente traducción de los versículos 5, 32 y 19, 9 del Evangelio según san Mateo donde Jesús exceptúa ese caso? De san José está escrito que siendo justo decidió repudiar en secreto a su esposa (Mt 1, 19). ¿Acaso piensan que Jesús estaba criticando también a san José?
La Ley mosaica permite el divorcio y Jesucristo afirmó que no había venido a abolir la Ley sino a darle cumplimiento (Mt 5, 17). Aunque es cierto que a la Iglesia se le dio el poder de atar y desatar lo que no puede es ser injusta ya que su justicia debe ser superior a la de los escribas y fariseos (Mt 5, 20). Lo que ya es el colmo del abuso es que desde la Iglesia haya quién pretenda que se prohíba el divorcio a toda la sociedad. Si ya es un abuso imponer comportamientos que en ausencia de fe resultan heroicos lo es mucho más cuando son injustos. Encima con esa actitud se fomenta la hipocresía de unos y el rechazo a la Iglesia de otros, ¡como si el anuncio del Evangelio no provocara ya suficiente rechazo! Quien comete adulterio es evidente que ha roto el vínculo matrimonial, en contra de la voluntad de Dios, y la Iglesia debería permitir divorciarse a su cónyuge. En el resto de casos, a los que se refería Jesús, son de aplicación las palabras de sa
17/04/14 8:23 PM
Charo
En la revista Mensajero, editada por el Grupo de Comunicación Loyola, de Bilbao, (antes jesuítas, ahora ya no lo sé) hacen publicidad de un librito titulado "El Evangelio de la familia", escrito por Kasper y donde cuenta todas sus teorías sobre éste tema de los divorciados vueltos a casar. En la revista ponen el libro por las nubes, aludiendo a eso que dijo el Papa sobre que era "hacer teología de rodillas" y como diciendo que lo que escribe éste cardenal está aprobado por él. Yo pienso que puede hacer mucho daño a la gente que se cree a pies juntillas todo lo que sale en ésta revista. Yo la tengo en casa desde que nací, porque mis padres estaban suscritos a ella... pero ya no es como entonces. La verdad es que ya no sé si creerme la mitad de los artículos que en ella se publican, estoy muy escamada con los jesuítas. Creo que lo más cuerdo sería darme de baja, ya que no me inspira ninguna confianza.
¿Podrían alguno de ustedes que la conozca, aclararme éste tema, por favor? Se lo agradecería mucho.
18/04/14 12:43 PM
Maga
Bueno, veo que la opinión de Kasper es cinsiderada errónea por unanimidad. Que tome nota.
18/04/14 1:21 PM
Luis Fernando
Charo, por más que se empeñen, Juan Pablo II lo dejó muy claro en la exhortación apostólica Familiaris Consortio:

La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.


Ante ese magisterio pontificio, ya puede escribir un cardenal lo que le venga en gana, que la doctrina de la Iglesia es la que es.

Y si alguien cree que otro Papa puede cambiar la esencia del sacramento del matrimonio, el sacramento de la confesión y la Eucaristía -que es lo que ocurriría si se permitiera la comunión de los divorciados vueltos a casar (adúlteros los llama Cristo)-, pues que se lea esta frase de un tal Joseph Ratzinger, pronunciada el 30 de septiembre de 1988:

El Papa no es en ningún caso un monarca absoluto, cuya voluntad tenga valor de ley. Él es la voz de la Tradición; y sólo a partir de ella se funda su autoridad.
18/04/14 1:38 PM
Bruno
Charo:

Mi abuelo estaba suscrito al antiguo "Mensajero del Corazón de Jesús", una revista magnífica que luego se fue avergonzando del Corazón de Jesús y terminó por quitarlo de su mismo título.

A mi entender, no tiene sentido dar dinero a una revista que se avergüenza de Cristo de esa forma.
18/04/14 7:48 PM
Sancho
Luis Fernando, en mi comentario anterior, que ha sido recortado, he recordado lo que dice la Sagrada Escritura sobre el divorcio. No se empeñen en actuar como los fariseos. La Iglesia puede perdonar los pecados y el sucesor de Pedro puede atar y desatar.
18/04/14 9:46 PM
Gustavo Garcia
Alguien me puede explicar como teniendo un Dios misericordioso, del que decimos que no hay pecado tan grande que no pueda perdonar, no acepte el divorcio de dos personas que están de acuerdo en hacerlo y que al contraer matrimonio no tenían consciencia plena de la famosa indisolubilidad del matrimonio.
En el Antiguo Testamento, Moisés permitió y quizás hasta fomento la carta de divorcio.
El libro de Esdras Capt 9, se refiere abiertamente a la separación de los matrimonios con extranjeras y Esdras supuestamente era docto en la Ley, que el Señor Jesús dice que no vino a abolirla.
Mi Dios infinitamente Misericordioso puede perdonar el pecado mas grande del mundo y no puede perdonar una decisión equivocada de encontrar la mujer equivocada, en el lugar equivocado en el momento equivocado?
19/04/14 12:30 AM
Luis Fernando
Sancho, tu anterior comentario no ha sido recortado por nadie. Ocurre que todos los comentarios están limitados a 1500 caracteres. Y mientras uno va escribiendo, justo debajo aparecen los caracteres que quedan.

Dicho eso, la Iglesia puede perdonar los pecados, pero no puede perdonar a quien vive públicamente en pecado y no quiere arrepentirse. Es decir, para que la Iglesia pueda perdonar, el pecador ha de confesar su pecado y hacer propósito de enmienda. Si no tiene la menor intención de abandonar su pecado, la Iglesia no puede perdonarle, porque Dios no puede ser engañado.

Gustavo García, quien se casa sin saber que se casa para toda la vida, no se casa sacramentalmente. Eso es un matrimonio nulo. Por tanto, búscate otro ejemplo.

Por otra parte, fue Cristo quien abolió expresamente el permiso para divorciase y volverse a casar. Lo puedes leer en Marcos 10,1-12

El Señor es muy claro:
"...El que repudia a su mujer y se casa con otra, adultera contra aquélla; y si la mujer repudia al marido y se casa con otro, comete adulterio".

¿No te gusta? Pues oye, ¿qué quieres que hagamos los demás?
19/04/14 1:55 AM
Alejandro M. del Campo
En el libro "Mistica Ciudad de Dios, Vida de la Virgen Maria", nos revela como el Jueves Santo en el cenáculo, Nuestro Señor hizo una petición a su Padre para poder dejarnos medios de Santificacion y poder con ellos protejernos del maligno ya que no estando el físicamente pudiéramos ser sus víctimas .Estos medios son los Sacramentos y el Matrimonio es uno de ellos. Entendamos el interés que tiene el demonio por confundirnos con ellos. Dar lugar a esto significa que el matrimonio entre homosexuales pudiera encontrar también en el futuro una justificación arreglada.
19/04/14 7:46 AM
Sancho
Gracias L.F.,no me había dado cuenta del signo negativo en los caracteres. Por si puede aclarar más mi opinión añado lo que falta a mi comentario:
...En el resto de casos, a los que se refería Jesús, son de aplicación las palabras de san Pablo: “A los casados, en cambio, les ordeno –y esto no es mandamiento mío, sino del Señor– que la esposa no se separe de su marido. Si se separa, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su esposo. Y que tampoco el marido abandone a su mujer” (1 Cor 7, 10-11).
Cada vez es mayor el número de divorciados vueltos a casar y, ante esta situación de hechos consumados, si alguno desea reconciliarse con Dios y se arrepiente de sus pecados, la Iglesia debería acogerlo sin limitaciones y reconocer su nuevo matrimonio con la condición de que procure paliar en la medida de lo posible los perjuicios que haya podido causar. Aquí también se puede aplicar 1 Cor 7, 15: “Pero si el cónyuge que no cree desea separarse, que lo haga, y en ese caso, el cónyuge creyente no permanece ligado al otro, porque Dios nos ha llamado a vivir en paz”.
Esta es mi opinión y espero que los responsables de la Iglesia sean coherentes y arreglen esta lamentable situación. Pidamos para ello la ayuda del Espíritu Santo (Lc 11, 13).
Un saludo
19/04/14 2:58 PM
Luis Fernando
Sancho, san Pablo está hablando ahí de matrimonios no sacramentales que se celebraron seguramente antes de la conversión del cónyuge cristiano, aunque daría igual que fuera después. Es decir, son uniones entre bautizados y no bautizados. No se puede aplicar a matrimonios sacramentales entre bautizados.

Por otra parte, el adulterio se puede perdonar en caso de que deje de existir. Mientras el divorciado vuelto a casar siga conviviendo maritalmente con la segunda pareja, el adulterio está presente y no cabe perdón alguno a menos que haga propósito de abandonar esa situación.

Este es un asunto que el magisterio pontificio ha dejado muy claramente definido. Lo que tú, un cardenal o yo mismo pudiéramos pensar da igual. La doctrina católica es la que es y no puede alterarse porque se funda en la Escritura y la Tradición.
19/04/14 3:40 PM
carlos
Un católico casado como yo podría pensar que tales circunstancias aconsejan, no relajar las normas que prohíben la comunión a los divorciados vueltos a casar, sino más bien que Roma establezca requisitos mucho más serios en la formación para el matrimonio que los novios deben recibir de los sacerdotes u otras personas; conscientes de estas dificultades del matrimonio en la sociedad contemporánea, sería un avance notable para resolver o al menos reducir el problema y aliviar la presión sobre los tribunales que resuelven los casos matrimoniales.
Nunca los Señores Cardenales, que proponén esto, sabén que ellos participan de una gran crisis de la Iglesia,desde hace decadas, donde DIOS es el GRAN ABANDONADO, la INFIDELIDAD a EL en su MAGISTERIO;EXTRAORDINARIO y ORDINARIO;CATECISMO UNIVERSAL DE LA IGLESIA,LITURGIA;VIDA INTERIOR!!!!!!!!!!
ERRORES GARRAFALES sobre la NATURALEZA de la SANTA MISA, leer santas misas sacrilegas del Padre IRRABURU, no es moralina, conservador,tradicionalista,ES SER FIEL A CRISTO.
CATECISMO UNIVERSAL DE LA IGLESIA, quién es Católico ,para mi es el Espíritú Santo, seguro que para Ud.son palabras para tirarlas al inodoro,artículo 837, me puedo condenar si no le hago caso no sólo en esté punto en todos,la Justicia Social,TODO.Usted está dentro de la IGLESIA ?Usted es cardenal, pero yo soy un hijo de la Iglesia, dispuesto con su gracia ,a Morir por la Verdad.
A Cristo por Maria y con el Papa.

A Cristo por Maria y con el Papa.
19/04/14 4:48 PM
abc
La verdad no depende del número de personas que hacen o no, tal cosa. La verdad no depende de las matemáticas sino de la realidad de las cosas. Y las cosas son como son sean pocos, o uno sólo quien la haga. Uno, si está con la doctrina de Jesucristo en su santa Iglesia, tiene toda la razón frente millones que dicen y hacen lo contrario.
19/04/14 4:58 PM
Carlos
A mayor responsabilidad, en todo, el Juicio será más terrible.
Nunca se preguntarón, que hicieron con el hedonismo,la castidad, la droga.
Cuantas personas están divorciadas hoy por sus omisiones gravisímas!!!!!!Cuantos enfermos caen por la droga, que hicierón!!!!Hay que Orar, cada vez Edith Stein esta más vigente, Teresa benedicta de la Cruz,Patrona de Europa, que Santa!!!!!Las Crisis que sufre UD, y tantos son crisis de Oración,de vida interior.Esa Vida que predicada, a las personas,las hubiera alejado, de sus conflictos,le hubieran hecho bien a la humanidad, traicionando a Cristo nunca se hace el bien a nadie.

a Cristo por Maria y con el Papa.

A Cristo por Maria y con el Papa.
19/04/14 5:01 PM
Carlos
A mayor responsabilidad, en todo, el Juicio será más terrible.
Nunca se preguntarón, que hicieron con el hedonismo,la castidad, la droga.
Cuantas personas están divorciadas hoy por sus omisiones gravisímas!!!!!!Cuantos enfermos caen por la droga, que hicierón!!!!Hay que Orar, cada vez Edith Stein esta más vigente, Teresa benedicta de la Cruz,Patrona de Europa, que Santa!!!!!Las Crisis que sufre UD, y tantos son crisis de Oración,de vida interior.Esa Vida que predicada, a las personas,las hubiera alejado, de sus conflictos,le hubieran hecho bien a la humanidad, traicionando a Cristo nunca se hace el bien a nadie.

a Cristo por Maria y con el Papa.

A Cristo por Maria y con el Papa.
19/04/14 5:01 PM
Carlos
Tengo que dar la vida por mis pacientes, por la VERDAD, por defender a los débiles.
Esto es lo mismo, la VERDAD, que tiene nombre en TODO.
Siguiendo a san Juan de la Cruz ,ya lo mencione en este Blog.Usted piensa desde su bajesa,por el pecado original, cual es su verdad,y se la quiere imponer a otros.Pero la Verdad viene de afuera, clarisimamente,en DIOS,nuestro levantamiento se dice que es de DIOS.Que moralina, conservador, fundamentalista, DIOS NUESTRO SEÑOR,en todo.

A Cristo por Maria y con el Papa.
19/04/14 5:34 PM
Charo
Gracias por responderme, Luis Fernando y Bruno. Yo también recuerdo cuando se cambió de nombre la revista, y nunca lo entendí; lo peor es que también cambió su contenido, y para mal.
19/04/14 5:43 PM
Luis Fernando
Sancho, me canso de repetir los mismos argumentos vez tras vez en diversas noticias y artículos. En ningún caso el divorcio está legitimado por la existencia de adulterio. El término usado en Mateo como posible excepción es "por_neia", que en ningún caso se puede traducir como adulterio. Se refiere a casos de concubinato o uniones consanguíneas


Es más, a ver si le queda ya clara una cosa. No hay NADA, absolutamente NADA que pueda hacer el hombre para romper ALGO que Dios ha unido. Y fue Dios encarnado el que dijo que quien se divorcia y se vuelve a casar es un adúltero. También dice que si uno no es culpable del divorcio pero se vuelve a casar... es igualmente adúltero.

Como eso lo dijo Cristo, aquí se acabó la discusión. La Escritura es clara. La Tradición, como demuestra el autor de este artículo, también. Y el Magisterio pontificio es irrefutable.

A mí no me pregunte más. El problema lo tiene usted con Dios y la Iglesia, no conmigo.
19/04/14 6:02 PM
Luis Fernando
Y por cierto, no doy paso a su comentario tras lo que ha dicho de Juan Pablo II. Si pretende atacar a un Papa santo, pierde el tiempo en este portal.
19/04/14 6:03 PM
Luis Fernando
Carlos, le dicho varias veces que no ponga varios comentarios seguidos. No se lo digo más.
19/04/14 6:04 PM
Nacho
El Papa Juan Pablo II, que será declarado santo en pocos días más, dijo en su visita pastoral a la Argentina (Homilía a las familias, Córdoba, 8 de abril de 1987): "Hay quienes se atreven a negar, e incluso a ridiculizar, la idea de un compromiso fiel para toda la vida. Esas personas –podéis estar bien seguros– desgraciadamente no saben lo que es amar: quien no se decide a querer para siempre, es difícil que pueda amar de veras un solo día. El amor verdadero –a semejanza de Cristo– supone plena donación, no egoísmo; busca siempre el bien del amado, no la propia satisfacción egoísta." En ese tiempo, el Congreso Argentino estaba tratando el proyecto de ley de divorcio que sería aprobado a pocos días de la partida del Papa.
No admitir que el amor conyugal puede y exige durar hasta la muerte, supone negar la capacidad de autodonación plena y definitiva; equivale a negar lo más profundamente humano: la libertad y la espiritualidad. Pero desconocer esas realidades humanas significa contribuir a socavar los fundamentos de la sociedad: ¿Por que, en esa hipótesis, se podría continuar exigiendo al hombre la lealtad a la patria, a los compromisos laborales, al cumplimiento de leyes y contratos? Nada tiene de extraño que la difusión del divorcio en una sociedad vaya acompañado de una disminución de la moralidad pública en todos los sectores.
20/04/14 10:15 PM
angel sanchez
Solamente comento, soy divorciado y soltero y se lo que es este tema. Y mas cuando no pides el divorcio. Es una situacion que tragas el polvo de la tierra y mas sino esta el Senor. Cada caso es complejo y require y demanda mucha misericordia y la vez la verdad siempre. Mi humilde opinion hay que mantener un limite hasta donde se puede llegar, sin juzgar. El sacramento es eso SAGRADO.
21/04/14 12:50 AM
Leopoldo Varela
Es absolutamente claro para el creyente que tenga una fe inquebrantable y viva, que Jesús desaprobó el divorcio, porque este crea desorden en la sociedad y la hace laxa, destruye a la familia y afecta especialmente a los hijos inocentes, quienes pierden a alguno de sus padres. Es también claro, que quien se casa después de divorciado vive en adulterio, es decir en pecado constante y por ende no puede confesarse, pues no tendría propósito de enmienda y su confesión sería sacrílega, al regresar de nuevo a juntarse con su segunda pareja. Pero lo más importante es la santidad del Sacramento de la Eucaristía. Comulgar en pecado mortal, cualquiera que sea es uno de los más grandes sacrilegios, y hoy poco se respeta como si la Santa Hostia, fuera solo un acto simbólico y recordatorio de la Última Sena y ella no conteniera el Cuerpo, Sangre y Divinidad entera de Nuestro Señor Jesucristo, ante Quien toda rodilla se dobla. Esta laxitud en su tratamiento ha salido como consecuencia también de esa nueva e irrespetuosa costumbre de recibir la comunión en la mano, que le restó solemnidad y respeto al Santísimo Sacramento, que ahora irrespetuosa y sacrílegamente, se quiere extender a los casados en segundas nupcias fuera del matrimonio católico y quienes viven en pecado mortal constante y en desprecio del voto que en unión con Dios dieron en ese otro Sagrado Sacramento del Matrimonio católico. Si no respetamos a Jesús Eucaristía, no respetaremos en adelante a nadie. Dios los bendiga.
21/04/14 3:11 PM
Guillermo
Si ha existido una voluntad dañada entre los contrayentes , por el pecado propio o del otro ¿ es pedir demasiado solicitar la misericordia de Aquel que siendo la cabeza del Cuerpo místico , lleva por santo nombre Caridad ? Si , como en el episodio de la adúltera de Samaria , nadie la ha condenado , la condenaremos nosotros ? Sin el reconocimiento de nuestros pecados no hay cristiano posible , ni siquiera en los santos , tan sólo hay una excepción en Nuestra Señora, la LLena de Gracia .Sinceramente creo que no se trata de ceder al mundo sino , con San Pablo mostrar que nuestra ley es otra .Si hay algo que llama la atención en Jesús es que siempre se atiene en sus relaciones con los otros, en su apostolado , es que siempre tiene en cuenta a las personas concretas , los Evangelios estan llenos de nombres propios , y no creo que eso sea casual.Existe siempre la tentación - para mí la abominación - de retrotraer a Cristo a la antigua Ley , lo que haría inservible la Redención , convirtiéndole en el cómplice inocente de nuestra dureza de corazón . Orar y meditar.
21/04/14 3:34 PM
Miguel Ángel
Guillermo, ¿tanto te cuesta aceptar que fue Cristo mismo quien dijo que ya no era válida la aceptación del divorcio y nuevo casamiento que sí se admitía en la ley mosaica?

La gracia sirve no solo para el perdón de los pecados, sino para que el cristiano pueda combatir y vencer el pecado. Quien se ha divorciado y se ha vuelto a casar es un adúltero. Así, con todas las letras. Cristo lo dijo y no podemos dejar de decirlo. Mientras siga conviviendo con la nueva pareja, seguirá siendo un adúltero.

Es cierto que Cristo perdón a la adúltera que iba a ser lapidado. Pero también le dijo: "vete y no peques más". Lo que tú pretendes es que la IGlesia diga: "vete y sigue pecando".

Pues no, jamás puede ocurrir tal cosa.
21/04/14 4:55 PM
alejandro
Son enciclopédicos los conocimientos del doctor en filosofía y catedrático y-muchas-otras-cosas- Rist, así como los de muchos de este foro. Me recuerdan a Caifás y a Anás. Si estuvieran ante la mujer adúltera, serían los primeros en tirar la piedra. Sin embargo, ¿ese rigorismo de las escrituras, esa dureza de corazón, esa soberbia catedrática y ese justiciero punto de vista es lo que caracterizó a Jesús y a sus seguidores? ¡Por supuesto que nó! La doctrina de Cristo no fue un dictado de normas y castigos. Es simplemente la expresión de la misericordia, del perdón y del amor. Y eso no lo dice el no-se-que-tantas-cosas Rist. Jesús nunca excomulgó, ni anatematizó, ni condenó en vida a nadie; por el contrario, pidió a los pastores que dejaran las buenas ovejas para buscar a la extraviada, habló no solo de perdonar al hijo pródigo, sino de volverle a dar sus prebendas. Ni siquiera excluyó a Judas de su mesa. Así que, señores, ¿por qué no comprenden que al menos uno de los miembros de una pareja de divorciados es inocente?¿Por qué no comprenden que en el divorcio hay tanto dolor? Para finalizar, deberían informarse, señores, que la Iglesia ortodoxa y las protestantes, todas ellas cristianas, han descatalogado como pecado mortal el segundo matrimonio.
17/05/14 4:38 PM
Enrique
Aunque meses más tarde leo este artículo, creo que será vigente por mucho tiempo al igual que los comentários de muchos que han escrito. Sólo deseo compartir que cuando tuve un encuentro personal con Mi SEÑOR JESÚS, me enseñó poco a poco que el amor que Yo doy a mi esposa manaba de él. Él es la fuente que hace manar amor verdadero para ella, la fuente del de ella para mí y también es la fuente de amor verdadero para nosotros dar a nuestro hijo. Desde esta experiencia he descubierto que ambos son dos tesoros hermosos que el mismísimo Dios, por su infinita misericordia se ha dignado regalarme a mí pobre pecador, y Yo "voluntáriamente" opté por ella de entre muchas mujeres "hermosas" que existen. Yo, de jóven personalmente sufrí el adulterio de mis padres y las consecuencias sicológicas que me causaron, pero Dios con nuestra historia de renglones torcidos ha escrito recto con lineas perfectas de Amor. El matrimonio es SANTO y Dios se lo ha inventado (como todo lo suyo) por puro AMOR y nada ni nadie podrá dañar, romper o manchar la hermosura de su esencia original con la que lo creó Dios. El resto de cosas son puros criterios "humanos". Mis padres erraron, pero Dios ha sido misericordioso con ellos y conmigo y mis hermanas, ... mientras no tengamos una experiencia de encuentro amoroso con el Señor y de conversión verdadera (que es una respuesta voluntária), no podremos entender las palabras de quién es nuestro MAESTRO, nuestro GUÍA y nuestro DIOS AMOR. Piensa: A qué Dios sigues?
5/09/14 10:19 AM

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