Cristianofobia

Las «fobias» son temores o angustias morbosas, de carácter irracional e irreprimible, ante determinadas personas (xenofobia, homofobia) o situaciones (claustrofobia, acrofobia, agorafobia). Su lugar propio de estudio y tratamiento es la psiquiatría.

Quienes sufren de estas patologías obsesivas suelen negarlas o justificarlas apelando a coartadas biensonantes, tales como estadísticas (amañadas), experiencias (imaginadas) o citas (extrapoladas). Admitir lo irracional y anormal de sus miedos les significaría quedar mal posicionados antes sus pares y ante sí mismos.

Hoy tiende a configurarse, en los mundos que se dicen «desarrollados», una fobia contra el ejercicio público de la fe cristiana. Lo irracional y anormal de esta fobia radica en que surge precisamente en culturas que tienen, en el cristianismo, su raíz y sustento fundacional. Y estos cristianófobos no son los Césares que veían en Cristo una amenaza a su propia investidura divina, ni los déspotas del siglo XX que, en Alemania y desde Unión Soviética ordenaban barrer todo vestigio de esa fe empobrecedora de la sangre aria o anestesiadora de las reivindicaciones proletarias.

Ya la Unión Europea buscó suprimir de su Constitución toda referencia a su alma cristiana, y su Corte intentó prohibir a Italia el uso del crucifijo en salas de clase. En vano: Italia unánime se irguió, reclamando su derecho a usar libremente aquellos símbolos y tradiciones que pertenecen, sin fronteras, a su patrimonio histórico-cultural.

También en EE.UU. surgen o se incrementan restricciones a la libertad religiosa en espacios o acontecimientos públicos, no obstante la expresa referencia de los Padres fundadores al Dios bíblico y cristiano. ¿La coartada? Tutelar el respeto a la libertad religiosa de los que no creen, o creen en un Dios diferente. Paradojalmente, con esta coartada se coarta la libertad religiosa de la abrumadora mayoría de los que creen en Cristo o en el Dios de la Biblia: «guarden su fe para su casa o sus sacristías».

Esta cristianofobia quiere ahora asentarse en Chile como reivindicación e ícono de una «nueva mayoría». No más juramentos ni Biblia ni crucifijos ni imágenes de María ni invocación del nombre de Dios en los espacios o actuaciones estatales. De hecho se está obrando así en algunos colegios municipales. El paso siguiente serán los hospitales. ¿Se admitirán las procesiones religiosas? Después de todo, las calles, plazas y parques son espacios públicos. Los encapuchados y devastadores de todo sí podrán seguir desfilando, porque no profesan otra religión que la del odio y destrucción de lo existente.

¿Qué teme, la «nueva mayoría», de la fe cristiana y bíblica profesada por el 90% de la población? ¿Por qué arrinconan y encapsulan esa energía que cautela, como ninguna, la dignidad del ser humano y la paz social? Hasta hace poco buscaban, suplicaban, agradecían, premiaban a sus iglesias. ¿Cambiarán ahora la moneda de $500?

Problema de siquiatría.

Publicado originalmente en Humanitas.cl

5 comentarios

María Cecilia Morales
Que bueno que el Padre Hasbún siga hablando de las de las ambiguedades por su nombre.
25/12/13 12:40 PM
Juan Mariner
Todo es "autoodio" generado por el Maligno. Pero hace más de dos mil años que lo intenta y no logra aniquilarnos.
25/12/13 1:44 PM
Fran
los ateos y "agnosticos" pueden intentar imponer mil locuras. Es triste cuando estas medidas de pretender esconder la fe religiosa es apoyada por personas que se autodenominan "catolicas". El verdadero catolico se siente orgulloso de su fe y la vive porque sabe que es algo positivo y digno de compartirse y jamas permite que otros lo obliguen a esconderla o avergonzarse de ella.
"Marcos 8:38 Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles"
26/12/13 4:55 AM
Gregory
Quiero pensar que el cristianofobo sustenta su patología en un falso concepto sobre el mensaje cristiano, lo valido sería que nosostros nos aferremos a Cristo y de ahi cambiar esos falsos conceptos sin permitir que nos hechen en cara nuestra fe como si fuera un delito serlo.
27/12/13 2:26 AM
William Guajardo
Obviamente que estos obsesivos quieren sacar a Dios de nuestro pais Chile, pero no callaran nunca a sus seguidores, porque el hombre busca a Dios, y no acepta su encierro, muchos lo han intentado, pero este movimiento de nueva porqueria como lo decia coloquialmente algunas personas del pueblo, quieren sacar la fe y la falsa libertad llevarla hasta la familia.
Pero muchos tendremos la voz para gritar Viva Cristo Rey!, y todos estos movimientos chocaran frente a la Roca que es Cristo. Ahora muchos querrán socavar o hablar de falacias como la tolerancia (menor virtud) o permitiendo que la muerte entre en el pensamiento cristiano engañando, con sentimiento falsos. A veces si andas con una cruz en tu cuello, muchos te preguntan porque la llevas, y si fueras cristiano lo sabrías, y tendrías uno. Pero el cristianofobo ha influido y generado temor en llevar cruz sin que sea solo moda.
7/02/14 1:47 AM

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