Amor sin remordimiento

Las chicas que se acuestan fácilmente no se dan cuenta de que los chicos aman al sexo, no a ellas. Recuerdo que una chica declaró en cierta ocasión que siempre que salía con su novio, se acostaban. Alguien le hizo una pregunta inteligente: ¿Recuerdas un sacrificio de tu novio hacia ti? Ella lo pensó y tuvo que decir que ninguno.

Hace un par de años vi en TV Intereconomía un magnífico video de educación sexual, que recogía una charla que una pareja de novios, diez días antes de su boda, había dado en un Instituto norteamericano. Este video se encuentra hoy fácilmente en Google, bajo el título «Amor sin remordimiento», con una duración de 48 minutos y traducido al español. Es muy recomendable tanto para los adolescentes como para sus padres, así como para ambos juntos.

Como no voy a repetir lo que dice el video, sí voy a centrarme en el tema que más me ha llamado la atención: Al matrimonio el chico llega virgen, ella no. La chica perdió su virginidad a los quince años.

Muchos chicos emplean el argumento de si realmente me quieres, hazlo, sin darse cuenta de que la inmensa mayoría de las relaciones a esta edad no llegan a puerto e incluso, especialmente si ha habido relaciones sexuales plenas, duran pocas semanas.

Muchas intentan autoconvencerse con el argumento de todo el mundo lo hace, sin tener en cuenta no sólo que el chico se ve más fácilmente libre de las consecuencias de sus actos, sino que también en él se dan a la vez dos tendencias: por una parte un amor sincero hacia ella, que le llevaría a respetarla, por otra el deseo de aprovecharse de ella, por lo que no es difícil confundir atracción física con amor. Depende de la energía e inteligencia de la chica cuál de las dos tendencias predomina, porque el chico que hace la proposición ilícita, desea también que se le rechace.

Recuerdo en este punto una alumna mía que me dijo: «mi novio me ha pedido que me acueste con él, y que si no lo hago, me deja». Le contesté: «Dile que no. Si el chico vale la pena, volverá a ti». Pocos días después me anunció la ruptura de su relación, y al mes me volvió contentísima para anunciarme que le había pedido seguir con ella.

Las chicas que se acuestan fácilmente no se dan cuenta de que los chicos aman al sexo, no a ellas. Recuerdo que una chica declaró en cierta ocasión que siempre que salía con su novio, se acostaban. Alguien le hizo una pregunta inteligente: ¿Recuerdas un sacrificio de tu novio hacia ti? Ella lo pensó y tuvo que decir que ninguno. Entonces, le dijimos, para tu novio eres simplemente una prostituta que le sale gratis. Esa misma idea tenía de sí por las mañanas, cuando el juego se había acabado, la novia del video: «Soy una prostituta que no cobra».

Su redención empezó por la asistencia a una conferencia, a la que fue obligada y acompañada por su madre. El chico que la dio irradiaba paz y alegría y ella decidió a partir de aquel día empezar a respetarse a sí misma y a su cuerpo. Al principio sus amigas se reían de ella por vivir en pureza y castidad. Y es que, aunque hayas hecho errores, siempre puedes recomenzar. O como otra chica decía: «cuando me dice un chico que quiere acostarse conmigo y que no hay nada malo en ello», le contesto: «déjame hacer una llamada a mi madre, que es quien más me quiere, a ver qué opina».

La pureza y la castidad no son fáciles, pero para eso está la recepción y frecuencia de los sacramentos, que preparan a la fidelidad. Como decía el novio del video: «cuando le conocí, era una chica pura que valía la pena. Y por eso me caso con ella». En cuanto a ella decía: «Seguro que mis amigas, las que se reían de mí, hoy me envidian y les gustaría un chico como mi novio. Pero hay que estar convencidos que amar es buscar el bien del otro y que conlleva sacrificio y saber esperar».

Sé que esto no es fácil, pero cada día me encuentro con más parejas de novios que intentan vivir su noviazgo con castidad, aunque para ello se requiera firmeza de carácter, integridad y respeto hacia sí y el otro, así como el convencimiento que esperar vale la pena.

 

Pedro Trevijano, sacerdote

 

7 comentarios

Rafaelico el corto
OK por todo: añadir es romper el encanto

Gracias
En Cristo
Rafael.
27/10/12 1:27 AM
NN
Decir esto. a secas, es errado:

"(La pureza y la castidad no son fáciles), pero para eso está la recepción y frecuencia de los sacramentos, que preparan a la fidelidad"

Perdón, pero me escuece.

En el mundo de hoy (y tal vez siempre, cuando se soslaya la oración) hay un importante riesgo de abonar un camino a la apostasía.

A mí me decían eso de la "fuerza" de los Sacramentos, y lo intenté, y lo intenté, pero para mí no tenían ninguna eficacia.
Al punto que fue uno de los motivos (valederos dado la constatación de lo fácticamente falso que me decían) por los que dejé la práctica religiosa y la misma adhesión a los dogmas y el catolicismo.

Decirles tan sólo eso, opino, va a llevar a que comprueben
que no les hace diferencia, sólo les dará la culpa de no poder cumplir, y luego tirarán todo por la borda.

Es ESENCIAL, TENER UNA PERSEVERANTE Y REGULAR VIDA DE ORACION.

Eso mejora la disposición para la recepción de los Sacramentos.
Y ahí sí.
(Aunque lo digo yo, en parte aprendido a los tumbos, está dicho por la doctrina).

Jesucristo nos dice de "orar siempre sin desfallecer" LC 18, 1(habrá que saberlo entender, sobre todo al ppio., pero no implica que a la oración se la pueda soslayar).

El Rosario diario, "con el corazón" puede ser (al tiempo, "se entiende" de qué va).
Rezar al Espíritu Santo.

Adoración Eucarística.

Eso mejora la disposición para recibir los Sacramentos.
Así la vida de la gracia se va manifestando.

(Ah, ¡Y tampoco volverse se
29/10/12 4:22 AM
Antonio
Totalmente de acuerdo Padre. Me gustaría si existe la posibilidad de poder difundir su artículo en la revista de la hermandad a la que pertenezco y que anualmente sale con motivo del triduo que organizamos a nuestra titular, la Sta. Virgen de la Concepción Inmaculada. Esta tiene una difusión a través de unos dos mil ejemplares, en la que a buen seguro será leída por muchos jóvenes. Gracias Padre por sus artículos y gracias a Infocatólica, página recomendada en la web de la Hermandad de la Vera - Cruz. www.elcerro.com
29/10/12 9:11 AM
Pedro Trevijano
A Antonio: Por mí no hay problema, no sólo sino que más quisiera yo que se difunda lo más posible.
A NN: Creo en el valor de la oración y de los sacramentos, que por cierto deben ir juntos y no separados. Creo en el valor del esfuerzo, acompañado de la oración y alguien me dijo en una ocasión algo que me parece importante: El que quiera ser puro, no lo será; el que quiera ser generoso, de rebote será puro. Un cordial saludo Pedro Trevijano
29/10/12 11:43 AM
Luis
Tiene razón NN.
30/10/12 9:23 PM
Antonio
"Cuando usted decide firmemente llevar una vida limpia, la castidad no será una carga para usted: será una corona de triunfo". (San Josemaría Escrivá)
31/10/12 10:38 AM
NN
Sanjosemaría debía saber que no hay decisión firme de vida limpia, sin una cotidiana y perseverante vida de oración (necesaria a una piadosa vida sacramental).

Aunque hacer oración más que una "decisión" en sí, es “cumplir” un (dulce) mandato, por nuestro bien.

Jesús dice:
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. ESTE ES EL MÁS GRANDE Y EL PRIMER MANDAMIENTO.” Mt 22, 37-38 y ver 39-40

(¿Se puede cumplir soslayando la oración...? Buáh)

Jesús dice:
21 El que recibe mis mandamientos y los cumple,
ese es el que me ama;
y el que me ama será amado por mi Padre,
Y YO LO AMARÉ Y ME MANIFESTARÉ A ÉL». Jn 14, 21

Quien no reza con regularidad, no pretenda mucho estar “cumpliendo” con aquello... (y es por su bien cumplirlo).
Sobre que ya estamos alertados: “El que me ama cumple mis mandamientos”. Y es el primero.
Se llama “Mandamiento”, pero es por nuestro bien.

También insiste Jesucristo: “Sin Mí, nada podéis hacer” (Gracia)

Y repetidamente nos dice en el Evangelio que recemos.
¡El rezaba, aún siendo Dios hecho hombre!

Por eso, Sacramentos, y Oración.

No hay que ver como una menor “eficacia” de los Sacramentos (instituidos por Jesucristo) el que debamos asimismo hacer lo que nos dice (justamente) Jesucristo, y que él mismo hacía: rezar.

Saludos
1/11/12 2:04 AM

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