Carta abierta a los religiosos de la diócesis

Hoy quisiera agradeceros de un modo especial vuestro gran trabajo en el campo educativo y en las múltiples obras sociales, a través de las cuales salís al encuentro de los hermanos más necesitados con el amor mismo de Dios.

Queridos religiosos y religiosas:

Con esta carta deseo expresaros mi sincero agradecimiento a todos los religiosos y religiosas de esta diócesis de Mondoñedo-Ferrol por vuestra presencia en medio de nosotros. Sois una multitud también en nuestras tierras gallegas. Una multitud, muchas veces callada, que vive con ansias de santidad su consagración a Dios, y con verdadero entusiasmo el servicio de acogida solidaria al prójimo, especialmente al más necesitado. Por eso sois un auténtico regalo para la Iglesia y para la sociedad. Sois por vocación ‘buscadores de Dios’. Seguid manteniendo vuestros ojos fijos en el Señor y enseñadnos a pasar de las cosas secundarias a las esenciales, es decir a lo que de verdad importa. Contemplad el rostro transfigurado del Señor en la oración para que podáis descubrirlo desfigurado en tantos hombres y las mujeres marcados por las heridas de nuestro tiempo. Ofrecedles, con la vida y la palabra, el don del Evangelio.

Os agradezco en segundo lugar todo lo que hacéis en la Iglesia y con la Iglesia a favor de la evangelización y del desarrollo integral de la persona. Son múltiples las actividades pastorales en las parroquias y en los centros de culto, ocupándoos, junto con los catequistas seglares, de la formación cristiana de los niños, de los jóvenes y de los adultos. Así manifestáis vuestra pasión por Cristo y por los hombres. Los religiosos no sólo tenéis una historia llena de servicios extraordinarios a la evangelización, sino un futuro por construir, con el que estamos todos comprometidos.

Pero hoy quisiera agradeceros de un modo especial vuestro gran trabajo en el campo educativo y en las múltiples obras sociales, a través de las cuales salís al encuentro de los hermanos más necesitados con el amor mismo de Dios. ¿Dónde están los religiosos y religiosas en nuestra diócesis concretamente? Pues están en los lugares de frontera, allí donde se encuentran los seres humanos más vulnerables de nuestro tiempo. “Con renovado esmero muchas personas consagradas encuentran en el ejercicio de las obras de misericordia evangélica enfermos que curar, necesitados de todo tipo, afligidos por pobrezas antiguas y nuevas. También otros ministerios, como el de la educación, reciben de ellas una colaboración indispensable que hace madurar la fe a través de la catequesis o ejercita un verdadero apostolado intelectual. No faltan tampoco quienes sostienen con sacrificio y siempre con más amplias colaboraciones la voz de la Iglesia en los medios de comunicación que promueven la transformación social. Una opción fuerte y convencida ha llevado a aumentar el número de religiosos y religiosas que viven entre los excluidos. En medio de una humanidad en movimiento, cuando tantas gentes se ven obligadas a emigrar, estos hombres y mujeres del Evangelio avanzan hacia la frontera por amor de Cristo, haciéndose cercanos a los últimos” (Caminar desde Cristo, 9. He aquí, como botón de muestra, dónde los religiosos y religiosas de nuestra diócesis encuentran

  • enfermos que curar: Siervas de Jesús en el Hospital General
  • transeúntes que acoger: Refugio para transeúntes (Siervas de Jesús)
  • discapacitados psíquicos mayores: una obra magnífica a cargo de las Hijas de la Caridad
  • ancianos, especialmente aquellos que no pueden pagar otras Residencias: Hermanitas de Ancianos en Piñeiros y Viveiro.
  • niños de familias desestructuradas: Hijas del Divino Celo en Burela, Esclavas de la Inmaculada Niña en Viveiro, Apostólicas de Cristo Crucificado en Barqueiro.
  • Colegios: en Ferrol, Compañía de María (San Amaro y Lestonac), La Salle, Cristo Rey, Discípulas, Mercedarios y Mercedarias; Salesianos y Terciarias Franciscanas de la Purísima en Foz e Hijas de la Caridad en Ribadeo.
  • En el mundo rural: Abadín (Sagrada Familia de Burdeos), Moimenta (Franciscanas de la Madre del Divino Pastor), Fraternidad Reparadora en Bretoña, Ortigueira y Vares, en Guitiriz, Apostólicas de Cristo Crucificado y, por fin, las Hijas de la Virgen de  los Dolores en Ferreira
  • Parroquias: Claretianos (Ferrol y Baltar),
  • Marginación: Oblatas

Seguid buscando a Dios en los hermanos más pobres, primeros destinatarios de la Buena Noticia (cf. Lc 4,18) con los que compartís vuestra vida y misión. Pienso también en el testimonio, a veces arriesgado, de los religiosos misioneros en circunstancias frecuentemente difíciles y recuerdo, si no me falla la memoria, que las Hijas de la Caridad fueron las primeras en atender a los enfermos de Sida cuando esta enfermedad despertaba muchos recelos.

Contad con las oraciones de vuestro Pastor y, sobre todo, con la ayuda del Señor y de nuestra Madre María, la primera y más perfecta consagrada. 

+Manuel Sánchez Monge, Obispo de Mondoñedo-Ferrol

 

1 comentario

agradecido
Como Religioso no hay más que decir que da gusto tener obispos así.
14/05/12 1:52 PM

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