Y ahora a encontrar el camino

Cuando alguien me preguntó»¿Te habrá gustado el discurso de Rajoy, la noche de la victoria electoral del PP, con su referencia a los más débiles y marginados?», le contesté: «Evidentemente sí, pero me hubiera gustado que hubiese mencionado a Dios».

Cuando en 1989 cayó el Muro de Berlín y con él se derrumbó en Europa el sistema comunista, es evidente que los países sometidos a esa dictadura se vieron libres de un yugo bastante incómodo y pudieron abandonar un sistema que les conducía en todos los campos a un callejón sin salida. Durante mucho tiempo era plenamente visible en Alemania la diferencia entre las dos Alemanias. Aún hoy, las diferencias no están del todo borradas, sobre todo en el campo educacional y espiritual, hasta el punto que todavía hoy, también ayudados por la crisis espiritual de Occidente, la mayor parte de los alemanes orientales están sin bautizar.

En España, tras las elecciones del 20 de Noviembre, día en que la Iglesia celebraba la solemnidad de Cristo Rey, los españoles, en una buena mayoría, hemos dicho no al socialismo radical anticristiano, que también nos estaba conduciendo, y no sólo en lo económico, sino en todo lo referente a valores, a otro callejón sin salida. Los principios y valores de que nos hablaba Rubalcaba, como los presuntos derechos al aborto y a la eutanasia, no tienen nada que ver con los valores humanos y cristianos y sí con el crimen más o menos organizado.

Ahora bien, el hecho que hayamos logrado evitar, o que nos hayamos salido de unos callejones sin salida, no significa, ni mucho menos, que hayamos logrado encontrar el camino que debemos recorrer. Cuando alguien me preguntó”¿Te habrá gustado el discurso de Rajoy, la noche de la victoria electoral del PP, con su referencia a los más débiles y marginados?”, le contesté: “Evidentemente sí, pero me hubiera gustado que hubiese mencionado a Dios”. Y es que de lo que ahora se trata es de encontrar el camino para superar la crisis, tanto en lo espiritual como en lo material.

El creyente sabe que sobre la fe en Dios y su Ley Natural se funda la moralidad del género humano. Jesucristo nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”(Jn 14,6), y el salmo 14,1 nos recuerda que el necio que dice en su corazón que no hay Dios, es decir quien rechaza voluntariamente a Dios, se encamina a la corrupción moral, como nos muestra el ejemplo de tantos regímenes ateos y el que hasta ahora era nuestro gobierno. Pero no basta con tener fe, Santiago en su Carta nos enseña que “la fe sin obras está muerta”(2,26).

En el evangelio de la Misa de Cristo Rey, en el episodio del Juicio Final (Mt 25,31-46), se nos dice qué es lo que Dios espera de nosotros: que practiquemos la misericordia y sus obras. Éstas pueden ser materiales, como dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, dar techo a quien no lo tiene, visitar a los enfermos y a los presos y enterrar a los muertos, o espirituales, como enseñar a quien no sabe, dar consejo a quien lo necesita, consolar al afligido, corregir  al pecador, perdonar al ofensor, sufrir la injusticia con paciencia, rezar por vivos y difuntos (YouCat números 450 y 451).

Pero en la misma Misa de ese día nos encontramos en el prefacio los valores que constituyen el Reino de Dios y que por tanto hemos de empezar a realizar ya aquí y ahora: “el reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”. Debemos en consecuencia tanto en nuestra vida individual como social apoyar la verdad y sus consecuencias de honradez y sinceridad, procurando huir de la mentira y de tratar de engañar a los demás, como sucedió con la crisis económica; el considerar la vida como un derecho humano fundamental y no pensar en el aborto y la eutanasia como derechos; esforzarnos para que Dios no sea expulsado de nuestra sociedad y podamos vivir así en santidad y gracia; buscando la justicia, para realizarla en nuestra vida privada y social, terminando con el hecho intolerable que muchos jueces no den la razón a quien la tiene, sino a aquél con quien comparten ideología, hasta el punto que antes que entre el asunto y lo estudien, ya sabemos cuál va a ser su decisión; de amor, especialmente con aquéllos que lo necesitan más por sus necesidades materiales o espirituales; de paz, buscando lo que nos une y no, como ha hecho el gobierno saliente, enredar en lo que desune.

En pocas palabras, estamos ante una oportunidad histórica de encontrar nuestro camino. Recemos a Dios para que sepamos aprovecharla, teniéndole presente en nuestra sociedad y no avergonzándonos de Él.

 

Pedro Trevijano, sacerdote

 

9 comentarios

José Luis
La Iglesia Católica siempre procura el bien de los gobiernos, por eso ora por los gobernantes, pero éstos, o no le interesan al Señor como en España, y se olvida de Él incluso en sus discursos no hacen mención de la realidad de Dios. ¿Es por temor al qué dirá los periódicos y otros medios de comunicación? No lo sé. Pero la ingratitud siempre va cuesta abajo, el pecado siempre derriba a los mismos pecadores que se oponen a un cambio espiritual.

En otras ocasiones, ya he compartido este pensamiento espiritual:

«El mundo tendría paz si los hombres en la política solamente siguieran los Evangelios» (Santa Brígida de Suecia). Pues tengo un escrito sobre las leyes buenas y leyes malas, que todavía no lo he puesto en Internet, tan sólo esa cita de Santa Brígida de Suecia.
27/11/11 1:44 PM
Fernando León
«El mundo tendría paz si los hombres en la política solamente siguieran los Evangelios»

El problema es que hay que gobernar para todos, y no todo el mundo comparte las mismas crencias o misma religión en un mismo pais. No puedes gobernar a un musulman o a un ateo según los evangelios cristianos. Y estaremos de acuerdo en que tampoco los podemos expulsar de un pais o región por no compartir creencias.
30/11/11 12:43 AM
Patrick
Totalmente de acuerdo con Fernando León.Espero que el próximo presidente no se deje influenciar ni guiar por el amplio sector de extrema derecha que abunda en su partido.
30/11/11 1:04 PM
Luis Fernando
La extrema derecha de este país es casi inexisente y anda prácticamente todo en PxC, España2000 y siglas similares.

Patrick, recibido... :D
30/11/11 3:28 PM
victor
Ciertamente las creencias religiosas plantean caminos espirituales aparentemente distintos, lo que es una realidad comprobada, y que no podemos con orgullosa soberbia ignorar(o quizas sea tambien en algunos casos por desconocimiento), es que orientar una vida y una vida polìtica en este caso, segun proponen los evangelios, no significa en absoluto, discriminar al musulman o al judìo, o al practicante de una espiritualidad budista etc...
Precisamente la parabola del buen samaritano ilustra evangelicamente mi argumento, entre otros muchos pasajes que al prufundizarlos haciendo buen uso de la inteligencia acompañada de humilde voluntad, entenderemos idoneamente el comentario de Jose Luis. Quizàs logre hacerme entender mejor con una frase de Madre Teresa de Calcuta: "Cuando hago mi labor de servicio, no me interesa si a quien sirvo se vuelve Catòlico o no, lo que si debo procurar es ; que cuando esta persona viva su encuentro personal con DIOS, pueda entonces ser, mejor Catolico, mejor musulmàn, mejor Hinduista, mejor Judìo etc...". Si nuestros polìticos, siendo Cristianos, siguieran los Evangelios alcanzarìan por Gracia Divina un Espìritu de servicio como el que tuvo madre Teresa de Càlcuta. Entonces ahì y solo ahì habrìa Paz.
2/12/11 7:13 PM
Victor Hugo
Ademàs, la Paz que da el protagonista central de los Evangelios el SEÑOR JESUS de Nazaret, no es como la PAZ que da el mundo. Partamos de un sencillo principio: saber todos los temas, de todas las areas, de biologìa y de medicina y astronomia perfectamente y al mismo tiempo es imposible, poseer un sistema inmunològico que repela todas las enfermedades existentes, es imposible... lo cual nos hace vulnerables e imperfectos, entonces como nosotros los seres humanos siendo imperfectos y tan vulnerables aspiramos a dar una PAZ perfecta?, es`razonablemente ilògico. Quizas podriamos aspirar como limite màximo a la excelencia pues la PERFECCION la VERDADERA PERFECCION, es solo cuestion de DIOS.
2/12/11 7:22 PM
anarico
Me parece que hay muchos errores de bulto, ytal ytal. Pero no puedo dejar de señalar que la gente no se averguenza de Dios como se dice al final del artículo: La gente se averguenza de los curas, y por múltiples motivos muy justificados. ¿Mi antrende?
3/12/11 10:45 PM
victor hugo
Claro que nos avergonzamos facilmente de nuestra naturaleza humana cuando alguien; un cura, un polìtico, un ingeniero, usted, yo, obramos segùn el parecer de la sociedad, equivocadamente. Sin embargo, opino que antes de avergonzarnos de las personas que segùn nuestros juicios no obran "bien", debemos tener presente que: "para juzgar, primero hay que entender y comprender y cuando entendemos y comprendemos, ya no juzgamos". Es decir; seamos objetivos: si me averguenzan 3000 curas (en los ultimos 100 años)por pedòfilos o lo que sea... que podremos entonces sentir por mas de 500.000 curas que no son pedòfilos y que muestran verdaderos esfuerzos y frutos en defensa de la vida, de la familia, del mas necesitado del mas pobre, del huerfano y el enfermo, etc...o lo que sea, y que han llevado su entrega y labor de servicio en muchos casos hasta derramar su propia sangre? tendremos el valor civil y el sentido de justicia de ponderar y enorgullecernos de estos curas?. definitivamente: "hace mas ruido un arbol cayendo que un bosque creciendo".
4/12/11 4:27 AM
anarico
Evidentemente hay casos de curas que lo mejor es no hablar de ellos ni remotamente. Claro está que sin dejar de hacer lo que tenga que hacer el que tenga esa responsabilidad.
Pero de lo que se trata, y es donde está la falta más grande es que sabemos que "sólo una cosa es importante"; y es precisamente la que tienen olvidada nuestros sacerdotes. Y saben de informática, de economía, stc, etc... de cotorreo, pero de la única importante NI HABLAR. Y es que deben de enseñar a amar a Dios. Me parece a mí. Y parece que les de a éllos verguenza de acordarse de nuestros grandes maestros en este menester. y yo les pediría, que si de verdad quieren beneficiar a sus prójimos eso es lo que tienen que hacer, y dejarse de inventos y chorradas.

S. Juan de Ávila, además de AUDI FILIA, en su epistolario trata muchos asuntos, de justicia social, etc, etc... pero ni en estas cuestiones, tienen parecido los escritos de nuestros curas de hoy. Y no tienen parecido porque no lo pueden tener, y etc, etc..
5/12/11 10:09 AM

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