(ABC) El pasado 6 de junio, y en respuesta a una carta y una visita a Roma del sacerdote Custodio Ballester, el Vaticano mostró su preocupación por el hecho de que varios hospitales públicos catalanes vinculados a la Iglesia –el Sant Pau, el de Granollers y el de Sant Celoni– practicaran abortos, e instó a los responsables a buscar “una solución lo más urgente posible”. Al poco, el Arzobispado de Barcelona se pronunció sobre la cuestión y aseguró haber dado órdenes al Servicio de Ginecología del hospital barcelonés para que dejaran de practicar abortos.
Ayer, un nota emitida en mes de vacaciones concedía oficialidad a una decisión que, según fuentes del centro, se acordó en la última reunión del Patronato del hospital, celebrada “a finales de junio y se ha decidido hacer público hoy”. Sin más.
En el comunicado, la dirección de Sant Pau asegura de entrada que “el hospital nunca he pedido la acreditación como centro autorizado para la práctica de interrupciones voluntarias del embarazo”, si bien ha practicado abortos, como consta en el registro de Sanidad.
A renglón seguido, el centro anunció en su comunicado que la “dirección ha tomado las medidas oportunas para que no se lleven a cabo interrupciones voluntarias del embarazo en este centro, garantizando en todo momento a la ciudadanía el cumplimiento de la legaliad vigente”. Garantizan la legalidad vigente, pero se niegan a practicar abortos que la ley ampara y siendo un hospital público, una ecuación que no cuadra.
Derivar a otros centros
“No haremos abortos voluntarios, pero sí aquellos en los que haya peligro para la madre, por ejemplo”, precisaron fuentes del hospital. Tras la entrada en vigor en julio del año pasado de la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el aborto es libre hasta las 14 semanas de gestación. Más allá de este plazo, sólo se acepta bajo algún supuesto, como si hay riesgo para la salud o la vida de la madre o de graves anomalías en el feto. “Se entiende que no practicaremos los abortos libres, de hasta 14 semanas. Y si nos viene alguien solicitándolo, la derivaremos a otro hospital”, señalaron fuentes del centro, a falta de la exhaustiva explicación oficial que el asunto merece.
Por otra parte, en el mismo comunicado la dirección del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau aborda otro tema controvertido y afirma que en este centro “no se facilita la píldora abortiva”.
El anuncio llega “curiosamente” en vísperas de la llegada del Papa Benedicto XVI a Madrid para presidir la Jornada Mundial de la Juventud.