Respuesta a la llamada a consultas del Nuncio

El gobierno irlandés asegura que sigue esperando una respuesta oficial del Vaticano al informe Cloyne

El Gobierno irlandés dijo ayer que «continúa esperando» una respuesta oficial del Vaticano respecto al último informe sobre abusos cometidos por sacerdotes católicos en la diócesis de Cloyne, en el condado sureño de Cork. En un escueto comunicado, el viceprimer ministro irlandés y titular de Asuntos Exteriores, Eamon Gilmore, reaccionó así a la decisión de la Santa Sede de llamar a consultas al nuncio (embajador) en Irlanda, Giuseppe Leanza.

(Efe) "La decisión de llamar al nuncio papal al Vaticano para consultas es un asunto de la Santa Sede. El Gobierno continúa esperanto la respuesta de la Santa Sede al reciente informe sobre la Diócesis católica de Cloyne y es de esperar que el Vaticano desee consultar en profundidad con el nuncio su respuesta", señala la nota.

Las relaciones entre Roma y Dublín se han enfriado después de que el primer ministro irlandés, Enda Kenny, lanzase la pasada semana en el Parlamento nacional (Dáil) un ataque sin precedentes contra las más altas instancias de la Iglesia católica.

Entre otras acusaciones, el "Taoiseach" (primer ministro) aseguró que el Vaticano ha alentado a los obispos de este país a no denunciar los casos de curas pederastas, al tiempo que advirtió al Papa de que la religión no "dirige Irlanda", donde impera la ley civil.

12 comentarios

Gustavo Lino
Con el tema de la revelación del secreto de confesión, la Iglesia va a aprender otra amarga lección posconciliar.

Es inevitable, pero inevitable, que a la larga, la separación moderna entre Estado e Iglesia termine por anular el foro del secreto de confesión porque el derecho canónico va a ser visto siempre como un derecho privado y subordinado al civil.

Es decir, el Estado moderno va a tratar con la Iglesia como si relacionara con la "asociación de amigos de la chufa y el higo chumbo".

Si ahora, todavía la trata con algo de deferencia, es solamente por el número de asociados que la constituyen, es decir, por las repercusiones políticas que le podrían acarrear tomar una decisión en contra de la Iglesia en unas votaciones, pero no por las seguridades jurídicas con las que todavía cuenta la Iglesia como el secreto de confesión ya que el Estado puede derogarlas en cuanto considere oportuna por la separación entre el Estado y la Iglesia.

Analogar el secreto de confesión con el secreto profesional no servirá de mucho porque el secreto profesional solo afecta a ciertas profesionales a los que la Ley concede dicho secreto. Y el poder legislativo modificará la ley para incluir o excluir determinadas profesiones del secreto profesional según las circunstancias que en este caso son los casos de pederastia en la Iglesia.

Teniendo en cuenta que las otras religiones no tienen secreto de confesión, el secreto católico tienen los días contados.
26/07/11 9:23 AM
antonio grande
El Gobierno Irlandés está haciendo el ridículo a marchas forzadas, y ni se entera.
26/07/11 11:26 AM
Yolanda
Analogar el secreto de confesión con el secreto profesional no servirá de mucho porque el secreto profesional solo afecta a ciertas profesionales a los que la Ley concede dicho secreto.
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Argumento circular donde los haya.

El secreto de confesión no puede tener los días contados, porque todo sacerdote católico se dejará matar antes de violarlo.

Usted, de todos modos, creo que tiene poca idea de en qué consite el secreto de confesión. A juzgar por lo que dice, creo que lo confunde con lo que no es.
26/07/11 12:07 PM
Gregory
El gobierno espera respuesta luego ha decidido emplear los caminos diplomáticos eso esta bien, ahora en tiempos electorales y en medio de una crisis económica cualquier oportunidad es buena.
26/07/11 2:31 PM
Gustavo Lino
Sí tengo idea de lo que es el secreto de confesión. Pero me temo que desde la democracia actual no van a comprar la percepción que tiene usted de dicha reserva. Análogamente le diré que creo que usted sí tiene cierta idea de lo que es el matrimonio católico pero me temo que a la democracia de la UCD dicha idea se la pasó por el forro de las entretelas.

Por otra parte, eso de que todo sacerdote católico se dejará matar antes que violar el secreto de confesión, me parece algo optimista.

Lo del argumento circular se lo dejo pensar un poco más porque me temo que ha pasado sobre el texto de puntillas.
26/07/11 2:42 PM
Germán Mazuelo-Leytón
Es verdad, que la Iglesia necesita de una purificación constante, si es fiel a su misión, pero no estoy de acuerdo en que se hagan públicas situaciones como las señaladas. Es un escándalo para la gente de fe, y es un motivo más para que los leones sigan devorando al cordero.
26/07/11 4:31 PM
Teodosio
Creo que profundizando en lo aportado por Gustavo Lino se puede encontrar la etiología del problema. La mentalidad liberal se ha apoderado de tal modo incluso de los católicos, que ya no somos capaces de ver lo esencial. Y lo esencial es que la Iglesia reclamó siempre para sí el derecho exclusivo de juzgar a todo clárigo, porque se les consideraba personas aforadas que no podían en modo alguno ser juzgadas por las autoridades civiles sin haber solicitado antes el permiso de su Ordinario. Las autoridades civiles acataban la sentencia de la Iglesia, y si era de culpabilidad ella misma degradaba del estado clerical al delincuente y lo relajaba al brazo secular, el cual aplicaba la pena correspondiente. Ahora bien, desaparecido el foro eclesiástico por el CIC de 1983, el Estado reclama para sí un derecho omnímodo sobre los ministros de la Iglesia, llegando incluso a exigir que los Obispos denuncien a las autoridades civiles a sus propios sacerdotes. Esto, sin mediar un juicio canónico, es repugnante. En el CIC de 1917 se castigaba con excomunión a quien llevara a un clérigo a un tribunal civil sin haber recibido la preceptiva licencia. La Iglesia debería reivindicar de nuevo su competencia exclusiva para juzgar a sus sacerdotes, instruir procesos secretos en los casos señalados, y sí, entregar a los culpables a las autoridades civiles tras el juicio canónico. Si esto no se hace, la presión del Estado sobre la Iglesia acabará siendo asfixiante.
26/07/11 4:56 PM
Luis
Teodosio, su planteo es irreal, y es precisamente el núcleo del problema. Precisamente la jerarquía de la Iglesia ha renunciado no solo de iure sino también de facto a penalizar con el rigor tradicional a sus integrantes. El secreto y la autonomía estaban muy bien cuando al final del proceso canónico le esperaba al pedófilo una buena hoguera encendida, mucho menos cuando se reacciona con traslados y ocultamiento o en el peor de los casos, con el retiro a "una vida de penitencia y oracion". Y como la Iglesia conciliar se niega a hacer justicia, alguien la tiene que hacer, porque bien ha dicho Benedicto XVI, "el perdón no sustituye a la justicia". Y aunque la Iglesia quisiera reivindicar para si la potestad penal, no tiene recursos.
La única política consistente es la entrega al poder secular de los pedofilos y la degradación inmediata de estos tras un proceso con garantías pero rápido.
26/07/11 6:29 PM
JacinTonio (Católico, laico fiel, mayor jubilado, España)
No sé de qué país están hablando algunos comentaristas: España o Irlanda.

No hay que confundir secreto profesional, secreto de confesión, y sigilo sacramental.

Si alguien me confiesa algún problema suyo y yo trato de ayudarle, ¿por qué habría yo después, de publicar a los cuatro vientos lo que a mí se me ha confiado? Si un médico está tratando del sida a un enfermo, ¿por qué lo ha de ir diciendo por ahí? Si alguien confidencialmente habla con su abogado sobre alguna eventualidad, con objeto de ser defendido, ¿no ha de respetar el abogado su intimidad a fin de que la confianza sea completa y no se vea el cliente impulsado a tergiversar? Y no hablemos de Internet, donde con programas ad hoc se vulnera la intimidad del internauta, y un largo etcétera.

¿Pueden concebirse circunstancias extremas en las que dicha confianza pueda ser “traicionada”?. En cualquier caso, el sigilo sacramental es distinto: además de ser un apoyo al pecador arrepentido para que se acerque al confesionario y cambie su vida, es un apoyo al confesor mismo, para poder perdonarle verdaderamente y guiar al penitente con acierto. Sin sigilo sacramental, la curación espiritual del pecador podría no darse. Se está frivolizando con la salvación eterna del pecador:

¡Otra vez nos tropezamos con la fe de los gobernantes, cosa que en tiempos medievales no sucedía en la Cristiandad! Dejemos, por tanto, la historia a los historiadores, y fijémonos en los tiempos actuales, que esos sí son los nuestros.
26/07/11 6:30 PM
Teodosio
Mi planteamiento es sencillamente el tradicional en la Iglesia, los males de que nos dolemos ahora proceden de no haberlo seguido. ¿Quién fue el que dijo, allá por los años 60, que la Iglesia prefería ahora la medicina de la misericordia a la de la condena? Pues ahora, que espabilen. En esa línea, el CIC de 1983 asume, entre otros, dos postulados modernos: el liberalismo y el secularismo. Por el primero se entiende que no se debe coaccionar a un sujeto para que actúe -el derecho penal se redujo a la mímima expresión-, por el segundo se encomiendan a las autoridades civiles asuntos que la Iglesia ha considerado siempre como propios -como juzgar a los clérigos-. Tradicionalmente el crimen pésimo -clérigo con niño- estaba durísimamente penado en el ordenamiento canónico. Así debe ser. O debería, porque el CIC de 1983 aplica la medicina esa de la misericordia y casi deja que el delincuente se vaya de rositas. Las normas posteriores no pueden disimular ese error histórico. Por eso los obispos encubrieron a lobos que debieron haber sido exterminados del rebaño sin piedad ninguna. Hoy lloramos ese error imperdonable. Pero el problema que se nos avecina es mucho mayor, la creciente injerencia de las autoridades civiles en la Iglesia, precisamente por haber hecho ella dejación de sus derechos y de sus deberes. El momento es crítico. El caballo de Troya está ya dentro, y preparadas las serpientes para llevarse a cualquier Laoconte que lo señale.
26/07/11 8:09 PM
Dario
Que el gobierno de Irlanda espere sentado, y mientras tanto revise la sarta de mentiras tendenciosas que dice el informe. Y que sancionen las leyes que quieran, los católicos vamos a hacer lo que diga nuestra Iglesia, no un gobierno de turno.
27/07/11 5:11 AM
Snolkocevic
Estimado Gustavo Lino:
Como muy bien ha dicho Yolanda, los sacerdotes católicos se dejarán matar antes que desvelar el secreto de confesión. Es verdad que alguno cantará cual tenor en la ópera, pero entonces se encontrará con varias consecuencias: 1º/ Excomunión automática; 2º/ Nadie volvería a confesar con él, ya que, para que lo vaya contando por ahí (por no decir que, obviamente, no podría ejercer validamente como sacerdote, algo que se desprende del anterior punto); 3º/ Cabe que se encuentre, a tenor del panorama que Ud. mismo pinta, con que alguien le diga, una vez desvelado ese secreto, que "Roma no paga traidores".
Y aparte de esto, no entiendo la relación que existe entre este tema, y la afirmación " la Iglesia va a aprender otra amarga lección posconciliar" ¿me lo podría explicar, por caridad?
27/07/11 9:29 AM

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