Homilía de Mons. Julián Barrio en la Festividad de Santiago

«Una ley civil que contradiga la verdad del hombre carece de fuerza obligatoria»

Primero fue la autorización del matrimonio homosexual, después la norma que regulaba el aborto en España y más recientemente la ley de muerte digna. El arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio, lanzó ayer un mensaje claro a sus fieles durante la Ofrenda al Apóstol, celebrada en la Catedral de Santiago, animándolos a no resignarse ante estas normativas. «Una ley civil que, rebasando los límites de su competencia, contradiga la verdad del hombre, no reconociendo sus derechos fundamentales o incluso atropellándolos, carece de fuerza obligatoria» , advirtió.

(El Faro de Vigo) Durante su discurso en la tradicional ofrenda, que este año corrió a cargo de la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, como delegada regia, el arzobispo dejó claro que "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres". Además, frente a quienes critican la intromisión de la Iglesia en los asuntos públicos, Mons. Julián Barrio defendió su papel porque "fortalece la convivencia social y sirve al bien común cuando recuerda a sus fieles y a todos los hombres que las leyes justas, aunque puedan y aún deban perfeccionarse, obligan en conciencia". Otra cosa, según distingue el arzobispo, son las "leyes civiles y ahí apunta que "el origen de la autoridad no es crear un sistema de dominio".

Y, frente a las posturas que enarbolan el concepto de libertad para respaldar leyes como la del matrimono gay, el aborto o la muerte digna el arzobispo también tuvo respuesta: "Dios nunca privará al hombre de su libertad pero actuar con un fin contrario al bien de nuestra naturaleza humana no es libertad verdadera, ya que la libertad se ordena hacia el bien".

No fue el único mensaje de lanzó a los gobernantes. La crisis ocupó también parte de su discuso durante la celebración de ayer en la Catedral. En su opinión, para salir de la crisis es preciso "una actitud de conversión". "Si el hombre tiene la mirada dirigida a Dios, aprenderá de él la verdadera humanidad", aconsejó.

Medidas de seguridad extrema

Fue una ceremonia, menos multitudinaria que la del pasado año, que coincidía con el Xacobeo, pero que tuvo como telón de fondo otra conmemoración, la del octavo centenario de la Catedral, y también el reciente robo del Códice Calixtino. Las medidas de seguridad fueron extremas: además de la fuerte presencia policial por el casco antiguo de Compostela se registraron las mochilas a todos los visitantes y transeúntes que cruzaron la Plaza do Obradoiro.

El acto comenzó con la tradicional revista a las tropas. No faltaron las principales autoridades gallegas: desde el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, los conselleiros del Gobierno gallego, el delegado del Gobierno, Miguel Cortizo, el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, el presidente del Tribunal Superior de Xustiza, Miguel Ángel Cadenas, el Valedor, Benigno López, así como otras personalidades sociales, políticas y militares.

Unos cuarenta sacerdotes y obispos participaron en la celebración eucarística, que comenzó en torno a las diez y media de la mañana.

El arzobispo aprovechó su homilía para recordar la visita del Papa Benedicto XVI el pasado año y animar a los jóvenes a participar este año en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid en agosto y en la que también estará presente el Pontífice. Barrio, de hecho, remató su discurso animando a las familias a formar a las generaciones más jóvenes "dentro de los principios morales y espirituales que garanticen el respeto sagrado a la persona".

6 comentarios

antonio grande
¡ Qué bien dicho y en qué momento tan acertado !. Así quermos que sean nuestros Obispos. ¡ Olé, por ellos !. Para la regeneración de España necesitamos Obispos así que vayan ante nosotros y todos los cristianos en masa tras ellos. De aquí viene la Nueva España, incluyendo a los nuevos Políticos Españoles. Políticos españoles sin Iglesia no los queremos. fuera, que se vayan. son unos inútiles. No valen para nada, Inútiles.
26/07/11 10:43 AM
Lex Iusta
Una vez más, la Iglesia manifiesta su aversión hacia las leyes que el Estado promulga legal y constitucionalmente. El obispo llama a la rebelión! Sus palabras están fuera de lugar. La ley hay que acatarla porque si no vas a la cárcel.
26/07/11 12:34 PM
jose bascones
Los que sois tan amantes del cumplimiento de la ley, tenéis que reconocer que hay "leyes y leyes".

¿Estaríais de acuerdo con cumplir una ley que mandase o permitiese apedrear a las mujeres adúlteras, como sucede en algunos países islámicos?

¿O una ley que permitiese al padre casar por conveniencia a su hija?

¿Y que me decís de una ley que pertiese u obligase a la ablacción femenina?

¿O acaso admitiríais sin oposición una ley que impusiese la pena de muerte?

¿Y la ley que permite en muchos países islámicos que el marido castigue físicamente a su esposa?

¿Y las leyes que mandan el genocidio o exterminio de un pueblo, como las hitlerianas?

Creo que tendréis que reconocer que no toda norma emanada del poder político, aunque sea con todos los requisitos legales, es por eso sólo justa.

Es preciso acudir también a criterios filosóficos, religiosos y éticos.

¿Os gustaría que os metiesen en la cárcel por oponeros
a la ley que permite el castigo corporal a las mujeres
en el Islam, o por oponeros a cualquiera otra de las leyes antes citadas?

¿Os conformaríais sólo con no hacer vosotros lo permitido o mandado por tales leyes, sin manifestar además una enérgica repulsa a las mismas?
26/07/11 1:32 PM
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
Bien dicho, pero incompleto. Toda ley que viole la Ley de Dios, no sólo la natural, sino también la positiva, no obliga en modo alguno en conciencia, y puede obligar a desobedecerla.

Claro que aquí estamos presuponiendo que la autoridad que impera la Ley es legítima. Sin embargo, deberíamos saber que en la medida en que una autoridad humana falla en reconocer que su fuerza proviene de Dios, y que está obligada a observar una Ley más alta que la suya, tal pretendida autoridad va perdiendo legitimidad.

Pero si como es el caso actual, se excluye por principio básico la autoridad divina, cosa que viola con toda evidencia no sólo "la verdad del hombre", sino la más básica evidencia de la ley natural impresa en el corazón humano, esas pretendidas autoridades antiteas no tienen ningún poder de obligación. Todo cristiano y todo hombre de buena voluntad debe rechazarlas no sólo porque son totalmente incapaces de procurar el verdadero Bien Común, sino porque el poco bien particular que obtengan servirá para hacer aceptar más fácilmente el Mal Mayor que tales usurpadores inevitablemente suelen llamar sobre nuestras cabezas.

La salvación política sin la Gracia es tan imposible como la personal. Como diría Quevedo, o Gobierno de Cristo, o Tiranía de Satanás. Tercero, aquí no cabe, salvo que seamos pelagianos, y que neguemos que Satán es Príncipe de este mundo, salvo que nos pongamos bajo la protección y banderas de Cristo-REY, supremo Legislador, Gobernante y Juez de las nacio
26/07/11 4:25 PM
cruz.de.burgos
Lex Iusta... ya has abierto los balcones a la calle.

¡Enhorabuena!
26/07/11 4:25 PM
santiago
debemos obedecer siempre la Ley de Dios.
26/07/11 5:15 PM

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