(Sic/InfoCatólica) En concreto el Santo Padre ha expresado su tristeza por la situación en Libia, “donde los recientes enfrentamientos han causado numerosos muertos y una progresiva crisis humana”.
El Papa ha asegurado a todas las víctimas y quienes se encuentran en situaciones angustiosas sus oraciones y su cercanía espiritual y ha pedido asistencia y socorro para las poblaciones golpeadas.
En su tradicional cita de los domingos para el rezo del Ángelus con los fieles en la Plaza de San Pedro, el Pontífice ha hablado del evangelio de hoy en el que se presenta la conclusión del “Sermón de la montaña”, donde Jesús, por medio de la parábola de las dos casas construidas una sobre la roca y otra sobre arena, invita a sus discípulos a escuchar sus palabras y ponerlas en práctica.
Enlazando con la parábola en cuestión, Benedicto XVI ha lamentado que a menudo el hombre no construye su existencia de esta forma y prefiere las arenas movedizas del poder, del éxito y del dinero, “creyendo encontrar estabilidad y la respuesta a la ineludible búsqueda de felicidad y plenitud que conlleva en su propia alma”.
“Cristo es la roca de nuestras vidas”, ha afirmado el Papa, quien además ha expresado su deseo de que “la Palabra de Dios pueda permear toda nuestra vida, nuestros pensamientos y nuestras obras”. En este sentido el Santo Padre ha recomendado reservar un espacio todos los días para la Palabra de Dios, alimentarse de ella y meditarla continuamente. “Es también una ayuda valiosa –ha añadido- para refugiarse de la superficialidad, que puede satisfacer momentáneamente el orgullo, pero que al final solo deja vacío e insatisfacción”.