(Efe/InfoCatólica) Según un comunicado oficial, el primer ministro irakí se expresó así en una reunión con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, y el representante especial de Naciones Unidas para Irak, Ad Melkert: “Insistimos en que los cristianos permanezcan en Irak, en protegerlos y en ofrecerles las mismas condiciones de vida que tienen los otros integrantes del pueblo iraquí”, aseguró Al Maliki.
El primer ministro afirmó, además, que “Irak ha sido testigo de desplazamientos y emigraciones por motivos sectarios o de seguridad, que han afectado a todos los sectores iraquíes, a consecuencia del trabajo de los terroristas y de Al Qaeda”. Sin embargo, señaló que “hoy, ha terminado esto y los ciudadanos han regresado a sus lugares”.
Atentados y persecución
El pasado 31 de octubre, al menos 58 personas, la mayoría mujeres y niños, murieron en la iglesia de Sayida An-Nayá, en el barrio bagdadí de Al Karrada, a causa de un ataque armado y la posterior operación para liberar a los rehenes que se encontraban en el interior del templo. Después de este atentado, Francia anunció que iba a acoger a 150 iraquíes, con preferencia heridos en el atentado y a sus familias, y se multiplicaron las críticas de la comunidad internacional que denunciaban la persecución que sufren los cristianos en Irak y, en general, en Oriente Medio.
Por su parte, Guterres dijo que la ONU quiere adoptar un plan en cooperación con el Gobierno iraquí para permitir que todos los desplazados vuelvan a sus países de origen y participen en procesos de reconstrucción. Además, expresó el apoyo de la ONU al Ejecutivo de Bagdad en sus esfuerzos por mantener la seguridad y la estabilidad del país.