Alegaciones del Abogado del Estado ante el TC

El Estado ha de inculcar en los niños la filosofía, virtudes y emociones propias de una «democracia sanamente relativista»

Durante la tramitación de un recurso sobre la asignatura de EpC, planteado por una familia objetora ante el TC, el Abogado General del Estado ha presentado un escrito de alegaciones en el que manifiesta que lo propio de la democracia es el relativismo. Las asignaturas que procuran la transmisión de las «virtudes cívicas» y los «sentimientos y valores» que sustentan esa concepción del mundo y del ser humano, deben ser de obligado seguimiento por todos los alumnos.

(HazteOir / InfoCatólica) El TC admitió a trámite a principios de diciembre, por primera vez, los recursos de amparo de dos familias objetoras de Salamanca que se oponían a que sus hijos estudiaran la EpC, después de que el Supremo anulase una sentencia del TSJ de Castilla y León que les reconocía su derecho a ejercitar la objeción de conciencia y que sus hijos no cursaran esta materia.

Las familias recurrentes aludían a la vulneración de dos artículos de la Constitución que se refieren a la libertad ideológica, religiosa y de conciencia y al derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral acorde con sus convicciones.

Al exponer los "argumentos" en que fundamenta sus alegaciones, el Abogado del Estado, en nombre del Ministerio de Justicia, da la vuelta al art. 27. 3 CE que dispone que “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Por una parte, para enfrentar a los padres contra los hijos. Por otra, para atribuir el papel subsidiario a los padres y el principal a los poderes públicos.

No sabemos si los hijos comparten las convicciones de sus padres

Este artículo de la Constitución atribuye a los padres el lugar principal en la educación en los valores y principios religiosos y morales de sus hijos, y a los poderes públicos el papel de “garantía”, lugar subsidiario –que implica disposición de recursos personales y materiales y remoción de obstáculos a ese derecho principal de los padres–. El Abogado del Estado, sin embargo, apunta que la libertad de creencias asiste a los menores de edad en su derecho a no compartir las convicciones de los padre: “la libertad ideológica del menor no puede quedar abandonada a lo que puedan decidir” sus padres; no puede confiarse en ellos, puesto que “no sabemos a ciencia cierta hasta qué punto los padres actúan en defensa de unas convicciones que la menor comparte o rechaza”.

Los padres son importantes, pero el Estado es más importante

Contrariamente a lo que debería deducirse del papel subsidiario del Estado en la Educación, otorga a los poderes públicos un papel similar o superior al que la Constitución reconoce a los padres. En su escrito de alegaciones señala: “El derecho constitucional de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que estén de acuerdo con sus propias convicciones no supone que la implicación en las virtudes cívicas deba considerarse monopolio de los padres, aunque ciertamente éstos pueden y deben tener un importante papel en la formación de buenos ciudadanos. Pero también la escuela ha de contribuir a ello”. Resulta así que en caso de conflicto, las decisiones del Estado prevalecen sobre las de los padres. En la formación en valores, los poderes públicos tienen el papel decisivo y los padres una función de colaboración con la “moral estatal”.

La democracia es un régimen esencialmente relativista

En efecto, el Gobierno sostiene en su escrito, presentado por la Abogacía General del Estado, que lo propio de la democracia es el relativismo moral, y precisamente por ello las asignaturas en las que haya una transmisión de conocimientos y formación de las emociones y sentimientos que defienden tal concepción del mundo y del ser humano, deben ser de obligado cumplimiento para todos los alumnos: “La concepción filosófica que presupone la democracia es el relativismo”, dice, y también “La democracia no tiene que pedir perdón por ser un régimen esencialmente relativista, sanamente relativista”.

Para la Abogacía del Estado, "la formación democrática de los ciudadanos dentro del sistema educativo resulta constitucionalmente imperativa" puesto que la educación "no es sólo la transmisión de conocimientos, sino la formación de las emociones y los sentimientos. No es tanto la persuasión intelectual cuanto el compromiso emocional lo que crea el hábito de la virtud cívica", donde sostiene que los poderes públicos sí pueden intervenir. Es misión del Estado, por tanto, el transmitir a los alumnos los "sentimientos y valores", intelectual y moralmente, las “virtudes cívicas” que, reconoce también, son relativas y por ello cambiantes.

La EpC se impone, pero no se impone

La representación jurídica del Estado sigue reiterando que Educación para la Ciudadanía no vulnera la neutralidad ideológica, no tiene "finalidad adoctrinadora" ni se produce vulneración de la libertad ideológica y religiosa. Por todo ello, defiende que "no es legalmente posible plantear la objeción de conciencia". Admite que la materia es fuente de conflicto: "no se puede descartar el riesgo de que tanto la reglamentación en la materia como los actos dictados por la Administración educativa lleguen a violar dicha neutralidad ideológica". Pero en esos casos, insiste en su planteamiento: "la reacción contra esa hipotética violación no puede ser el reconocimiento de un derecho a objetar que ni la Constitución ni la ley prevén, sino la invalidación de ese acto concreto a través del correspondiente recurso". 

HazteOir vuelve a reclamar que la EpC salga del curriculum escolar

La argumentación del Gobierno da nuevos motivos y argumentos a los objetores de Educación para la Ciudadanía y a todas aquellas familias que quieren preservar su libertad. HazteOir invita a denunciar este reconocimiento del intento del Estado por suplantar a los padres en la formación de los hijos, pidiendo que se retiren las asignaturas de EpC del curriculum escolar.

20 comentarios

Luis López
De pena. Estudiar las duras oposiciones de abogados de estado durante varios años para acabar haciendo el ridículo con argumentaciones de este tenor. El relativismo es una opción moral más (más bien inmoral), pero en absoluto un imperativo (y menos en una "teórica" democracia, que consagra el derecho de los padres a dar a sus hijos la enseñanza moral de conformidad con sus convicciones, sea ésta relativista o no). ¿Donde obliga el texto constitucional a educar según puntos de vista relativistas? Verguenza ajena siento.
6/01/11 10:58 AM
Maricruz
Bueno, tal parece que estos niños están determinados a sacudirse sus traumas imponiéndole los "principios" de sus vacuas y torpes vidas a las nuevas generaciones.
6/01/11 11:27 AM
Martin Ellingham
Sincero reconocimiento de lo que de hecho es la democracia realmente existente. Me temo que, sin embargo, no será de utilidad para convencer de la ambigüedad de fórmulas tales como "democracia con valores", "estado laico, pero no laicista", etc.
6/01/11 11:52 AM
Son las argumentaciones de un Abgado del Estado al servicio del proyecto totalitario de Don José Luis Rodriguez Zapatero, de destrucción de la Familia y de la ruptura de la convivencia que supuso la Carta Magna de 1.978. Hoy, Festividad de Reyes debemos rezar mucho por España y las instituciones permanentes de la Nación, para que nos libere de semejante tirano.
6/01/11 11:56 AM
percival
El relativismo convertido en absoluto, en dogma civil. Vaya racionalidad... impositiva.
6/01/11 11:59 AM
Francisco Rodriguez Barragan
Es la completa subversión de los principios. Los que decían que el Estado lo era todo, eran los nazis. El aparato del Estado solo se justifica si está al servicio de las personas, pero las personas no están al servicio del Estado. No somos subditos sino ciudadanos libres. La soberanía reside en el conjunto de las personas y no en los poderes del Estado. Estamos siendo despojados de nuestras libertades por un gobierno cada día más tiránico. Pedir que los ciudadanos se delaten unos a otros por fumar, es el colmo de la cretinez de nuestros gobernantes y "gobernantas".
6/01/11 1:36 PM
LP
Si todo es relativo,el relativismo del Estado socialista también es relativo.Si el Estado tiene la misión de transmitir a los alumnos los "sentimientos y valores" intelectuales y morales y las “virtudes cívicas”,que además son relativas y por ello cambiantes,quiere decir que si gana el PP y la mayoría dice otra cosa,los socialistas se tendrán que aguantar con lo que al PP le dé la gana de adoctrinar¿o no?.Ah,entonces,cuando la mayoría adoctrine en otra cosa,es fascismo.Entonces Franco también estaba totalmente legitimado para adoctrinar en lo que le diese la gana.¿que a Franco no lo votó la mayoría?Sí,pero también la mayoría no lo quitó.Ves,relativo.
6/01/11 2:21 PM
A esto llegamos abogando por la "sana laicidad"...

Como dijo alguna vez mi maestro Malcontent, "otra legislatura y os aseguro yo que ZP declara la confesionalidad satánica de España. Tiempo al tiempo."
6/01/11 2:26 PM
JacinTonio (Católico, laico fiel, tercera edad, España)
La Constitución Española de 1978 es … “Democrática”. Así se consideraba antes, pero ahora la reinterpretan a la luz del relativismo moral, y siguen llamándola “democrática”:

“… lo propio de la democracia es el relativismo moral… ” Lo dice el gobierno.

Por lo tanto, “lo propio de la democrática constitución española de 1978 es defender el relativismo moral”

Pero entonces, la obligación de ajustarse a la constitución española de 1978 ha de ajustarse al relativismo moral: Todos han de acatarla… ¡o no!, como diría Rajoy.

En efecto: el primer órgano “democrático” de España, el tribunal constitucional, es relativista… ¡o no! (Muestras ha dado de ello en estos años)

(CONTINÚA)
6/01/11 4:13 PM
JacinTonio (Católico, laico fiel, tercera edad, España)
(CONTINUACIÓN)

¡Nada es verdad ni mentira, todo es del color del cristal con que se mira! Por eso, los padres contrarios al relativismo moral han de ser ninguneados.

SOLO VALEN LOS CRISTALES DEL GOBIERNO SOCIALISTA: él defiende la verdad suprema… la verdad que no cambia, la verdad absolu… ¡perdón!, la verdad relativa.

Si tenemos un gobierno “relativo”, ¿por qué se creen con derecho a tener patente de corso y pisar los valores que se defienden en la familia cristiana?

La Soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. PERO LOS PODERES DEL ESTADO HAN USURPADO LA SOBERANÍA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA, Y SE HAN QUEDADO CON ELLA.

¡Esta no es la constitución que yo he votado, me la han cambiado! ¡que me devuelvan mi soberanía!, ¡ELECCIONES, YA!
6/01/11 4:14 PM
Letrado Libre
Y ese abogado del estado seguro que luego colabora mucho en su Parroquia o movimiento...
¡Cuanta doblez, hipocresia, inconguencia Y COBARDIA en tantos católicos!
6/01/11 6:14 PM
Jordi
"Un régimen sanamente relativista".

Me parece recordar el régimen franquista y el régimen comunista, por lo de la palabra "sano" y "régimen".

Sólo le faltaba decir "en un régimen de sana democrácia orgánica y popular".

En el régimen comunista, el sano relativismo se concretó en un laicismo beligerante de exclusión.

Parece que confunde "relativismo" con "pluralidad": se puede enseñar la variación de concepciones religiosas y morales (como también políticas y democráticas) que hay en el mundo y en la historia.

El relativismo no es informar "aquí y ahora, allí y antes" se pensaba tal cosa y luego cambió a tal otra. El relativismo intenta ir más allá, al núcleo de la conciencia del niño, y está acompañada del laicismo de exclusión de la religión.

Todo ello suena muy "nuevo orden mundial": un único gobierno mundial con una única moral y una única religión civil.
6/01/11 6:27 PM
Martin Ellingham
Coronel:

Si ZP declarase tal confesionalidad, no tenga dudas que encontraría defensores de su derecho a la libertad de coacción en materia religiosa.

Saludos.
6/01/11 7:21 PM
Menka
Nunca han entendido lo que es la persona humana, su dignidad y libertad.
Por eso promueven las denuncias a lo Pajín. Ahogan a la sociedad con sus paranoias.
6/01/11 8:06 PM
Francisco José Delgado
Todo es relativo en democracia, hasta el momento en que a uno se le ocurra fumar en un bar, o ir a Misa al Valle de los Caídos cuando al gobierno no le guste, o exigir que se dejen de asesinar niños en el seno de sus madres, o defender que la homosexualidad no es un bien ni para la persona ni para la sociedad, y un larguísimo etc.
6/01/11 9:31 PM
Álvaro
El abogado del Estado confirma las sospechas de quienes hemos objetado a la asignatura. Por lo menos no miente: quiere quitar a los padres la potestad que le reconoce la Constitución, y además precisa cuál es la educación en valores que el Estado -que sustituye a los titulares del derecho- proveerá a sus ciudadanos.
6/01/11 11:35 PM
Anónimo...
¿Será la Democracia el régimen político del futuro?

Que existen verdades absolutas (no relativas) parece evidente:
¡la vida, la muerte y el pasado –que no lo cambia ni Dios-... si lo son!

¿Conoce alguien algún país del mundo
donde se defienda, proteja o salvaguarde...
la mentira, el asesinato o el robo?
(¿tal vez la violencia, la crueldad o el odio?)
¡y sean elevados a categoría de Leyes!

¿Tal vez alguno donde el hombre de bien sea despreciado
y el vicioso (o la viciosa), el traidor (o la traidora) o el falso (o falsa), honrados???

¡Verdad que no!

Pues entonces no queda nada más que decir:
¡Dios mío, en que manos estamos!
7/01/11 1:42 AM
Catecúmeno
Vistos los precedentes, no dudo de cual será la "interpretación" del TC sobre el citado artículo 27.

"Interpretar", ¡que verbo tan versátil!: pon lo que quieras en la constitución, que ya lo interpetaré como me dé la gana. Es decir, me dan el "Mesías" de Haendel y yo toco "Paquito el chocolatero" y también vale, porque es mi forma de interpretar lo que pone en la partitura. Pero ya se sabe: “La democracia no tiene que pedir perdón por ser un régimen esencialmente relativista".

Interpreto que la Constitución vale menos que el papel en el que está escrita, interpreto que la abogacía del estado está al sevicio del gobierno y su ideología e interpreto que el TC también.
7/01/11 10:25 AM
JacinTonio (Católico, laico fiel, tercera edad, España)
Relatividad y sana moralidad son términos incompatibles. «Toda relatividad moral» se basa en el capricho individual o en el “rodillo social” formado a base de caprichos individuales y elevado a categoría de norma social obligatoria, que aplasta al que está en desacuerdo siguiendo así la democracia socialista, basada en la relatividad, lo mismo que decir basada en la ley del más fuerte.

¿Para qué los valores absolutos, dicen, si nos quitan la ‘libertad’ de ir a nuestro aire? Mejor sumergirse en las arenas movedizas de «su» relativista democracia defendida en los términos absolutos de una férrea dictadura Y nuestros niños y jóvenes mueran asfixiados por ausencia práctica del aire espiritual que podemos respirar en la familia católica, y conocedores prácticos del aire viciado que le ha de rodear, para que tengan oportunidad de escogerlo, ya que, según dicen, el aire espiritual de la familia cristiana podría ser rechazado más adelante.

Tenemos un gobierno que absolutiza lo relativo y relativiza lo absoluto, y desde el asiento de sus caprichosas interpretaciones favorecen a su conveniencia la implantación de su ideología, creyéndose con patente de corso para pisar valores que no entienden, que deben inculcarse en la familia cristiana sin impedimentos, tentaciones o dificultades externas totalmente gratuitos.
7/01/11 12:43 PM
JacinTonio (Católico, laico fiel, tercera edad, España)
En el “Padrenuestro” pedimos al Señor, no que nos evite la tentación sino que no nos deja caer en ella. Pero eso no quiere decir que la busquemos intencionalmente: el que se expone al peligro de pecar puede terminar cayendo en el pecado, y ese exponerse sin motivo justificado ya es un pecado en sí mismo.

Pues lo que la perversa asignatura estatal que mal-llaman educación para la ciudadanía, busca eso: obligar mediante normas y leyes, a que los jóvenes conozcan los caminos del pecado por si quisieran “libremente” caer en la tentación, pues consideran que tienen derecho a pecar si así lo desean. Para ello buscan evitarles conocer los caminos de la trascendencia espiritual, suprimiendo la asignatura de la Religión. Esto es persecución religiosa. Naturalmente, estos señores descreídos e impíos no le llaman pecado, pues han perdido el sentido de pecado y sólo lo consideran jocosamente.
8/01/11 12:19 PM

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