(Efe/InfoCatólica) El Papa subrayó en el Mensaje a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que “para eliminar la hambruna y la malnutrición hay que vencer los obstáculos de interés personal y dar espacio a una gratuidad fructífera, que se manifieste en la cooperación internacional como expresión de fraternidad”.
“Hoy en día, sin embargo, hay cierta tendencia a limitar la visión del desarrollo a aquello que satisface las necesidades materiales de la persona, especialmente a través del acceso a la tecnología. Pero el auténtico desarrollo no es lo que una persona tiene, también abraza valores superiores de fraternidad, solidaridad y bien común”, añadió el Santo Padre.
Asimismo, en relación a la actual crisis económica el Papa instó a los países desarrollados a “ser conscientes de que el aumento de las necesidades requiere su constante ayuda” y, por tanto, en un momento de crisis “no pueden permanecer cerrados a los demás”. Para el Pontífice, que dio su bendición a todas las actividades que promueve la FAO, el lema “Unidos contra el hambre” es “un recordatorio que todo el mundo necesita para que haya un compromiso que otorgue al sector agrícola la importancia que merece”, recalcó.
La lucha contra el hambre en el mundo requiere la implicación de individuos, estados y organizaciones
Además, Benedicto XVI consideró que liberarse del hambre es “uno de los objetivos más importantes de la familia humana” y que requiere la implicación de “todo el mundo, desde los individuos a las organizaciones de la sociedad civil, los Estados y las instituciones internacionales”.
Según el Papa, “los esfuerzos para conseguir este objetivo ayudarán a fortalecer la unidad de la familia humana en el mundo” y por ello necesitan “iniciativas completas, basadas en la caridad e inspiradas en la verdad”. “La caridad puede lograr el fin de las divisiones y de los conflictos así como permitir que los bienes circulen permanentemente entre la población”, subrayó el Santo Padre.
Finalmente, Benedicto XVI aseguró a Diouf que la Iglesia “está siempre preparada para trabajar en la derrota del hambre” y que trabaja “con sus estructuras, para paliar la pobreza y las privaciones que afectan a un gran número de poblaciones en el mundo”.