(Agencias/InfoCatólica) La estudiante de tercer año dijo que tras ser golpeada y violada la tiraron por la ventana para evitar que ella revelara el abuso. El doctor Seemi Jamali, jefe del Departamento de Emergencias de JPMC, declaró que Meammon ha sido suspendido del hospital siete veces por beber alcohol durante su turno de trabajo y otra por mala conducta, y que estaba ebrio cuando asaltó a la joven enfermera Ashraf.
Meammon, quien se había apoderado de un cuarto en el área exclusiva de mujeres del hospital y tiene en su historial haber abusado de enfermeras cristianas, pero seguía disfrutando de gran libertad por ser una figura influyente y estar apoyado por un importante partido político en Karachi.
Magdalene Ashraf, quedo inconsciente durante 56 horas mientras los cirujanos luchaban para salvarle la vida en la unidad de cuidados intensivos del JPMC y sigue en situación muy grave. La policía ha acusado a Meammon y a sus cómplices de intento de asesinato, pero las organizaciones cristianas están reclamando a la policía que los agresores sean también culpados por violación.
Agresiones y vejaciones a las mujeres cristianas en Pakistán
En el contexto social pakistaní, en el que son común abusos y discriminaciones a la mujer, las mujeres cristianas son las más débiles e indefensas y por lo tanto expuestas a vejaciones y violencias”, ha declarado a la Agencia Fides Rosemary Noel, Coordinadora Nacional de la “Pakistan Catholic Women Organization” (PCWO, Organización de las Mujeres Católicas de Pakistán) comentando el grave episodio de la violencia contra Magdalene Ashraf.
“La PCWO se ocupa del caso, y está en contacto con la familia de la víctima, ha organizado y participado en las manifestaciones que continúan bajo el hospital de Karachi donde se realizó la violencia”, explica Noel a Fides. “Estamos en contacto con otras organizaciones de la sociedad civil para compartir esta situación y evitar la impunidad. Queremos asegurarnos de que los culpables sean perseguidos legalmente. Parece que el gobierno se está ocupando del caso, pero la atención de la sociedad civil y de la Iglesia en Pakistán debe permanecer en alerta”, afirma.
“El problema de la violencia contra las mujeres es serio: en particular las mujeres cristianas son entre las víctimas privilegiadas de los abusos. Son trabajadoras domésticas o enfermeras que sufren abusos sexuales o violencia física y psicológica. Se trata frecuentemente de jóvenes sin instrucción, y los empleadores se aprovechan. No tienen derechos o tutela de ningún tipo, son discriminadas y carecen de oportunidades. Los casos de violencia que llegan a las noticias, como el de Karachi, son una parte infinitesimal del fenómeno”, explica.
Según la Comisión “Justicia y Paz” de los Obispos pakistaníes, en 2009 la violencia contra las mujeres ha crecido del 13% a nivel nacional: en el 2008 fueron registrados 7.571 incidentes, en el 2009 han sido 8.548. La Comisión “Justicia y Paz” pide al gobierno la revocación de todas las leyes discriminatorias contra las mujeres y el nombramiento de un Comisario nacional para la tutela de los derechos de las mujeres.