(ElNortedeCastilla/InfoCatólica) Las monjas de clausura de la Iglesia del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana dieron anoche su consentimiento a la Cofradía del Santo Entierro para que el Cristo Yacente que custodian en su templo durante la Semana Santa pueda ser portado esta noche en procesión.
La talla, atribuida al taller del imaginero Gregorio Fernández, fue trasladada ayer por cuatro cofrades desde la clausura hasta la iglesia, donde se le rendirá culto durante la Semana Santa y desde donde partirá hoy en procesión en un desfile que comenzará a las nueve y media de la noche en la calle de San Lorenzo, para seguir hasta la iglesia de San Lorenzo Mártir, donde se celebra una oración en homenaje a la parroquia, tan devota de esta imagen. Al terminar este acto, los cofrades regresan al monasterio de San Joaquín y Santa Ana por las mismas calles.
Esta imagen del siglo XVII saldrá en procesión también el Lunes Santo, el Jueves Santo y participará en la General del Viernes Santo. Será el sábado cuando la talla sea devuelta desde la iglesia a la clausura del monasterio, que fue construido el siglo XVIII por Felipe V, aunque Carlos III decidió reconstruirlo según las trazas de Sabattini, y fue inaugurado en 1787.
Esta primera procesión del Viernes de Dolores coincidirá en la calle con el Vía Crucis de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores, ya que a las diez de la noche está prevista su salida desde la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en el populoso barrio de Las Delicias. Los cofrades de esta hermandad portarán a hombros el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una talla anónima de finales del XVI, y Nuestra Señora de los Dolores, atribuida al taller vallisoletano del siglo XVII.
Este año no participarán en el desfile procesional los legionarios debido a la decisión adoptada por la nueva directiva de la cofradía.
La procesión partirá de la iglesia para continuar por la avenida de Segovia, Carmelo y plaza Millán Santos, donde se realizará el ejercicio del vía crucis, para seguir por Delicias y San José de Calasanz hasta llegar al templo de salida, donde finaliza la procesión con un canto de la Salve Popular.
