Carta del Papa a los católicos irlandeses

«Os escribo con la atención de un padre con sus hijos y el afecto de un cristiano escandalizado y herido como vosotros»

El Papa ha enviado una carta pastoral a todos los católicos de Irlanda para expresar su consternación ante los abusos sexuales de jóvenes por parte de representantes de la Iglesia y por la forma en que fueron afrontados por los obispos y superiores religiosos de Irlanda. Pide que la carta se lea con atención en su totalidad. El Santo Padre habla de su cercanía en la oración a toda la comunidad católica irlandesa en este momento doloroso y sugiere un camino de curación, renovación y reparación. Benedicto XVI ha anunciado que habrán Visitas Apostólicas a algunas diócesis, congregaciones religiosas y seminarios irlandeses.

(RV/InfoCatólica) El Papa ha enviado una carta pastoral a todos los católicos de Irlanda para expresar su consternación ante los abusos sexuales de jóvenes por parte de representantes de la Iglesia y por la forma en que fueron afrontados por los obispos y superiores religiosos de Irlanda. Pide que la carta se lea con atención en su totalidad. El Santo Padre habla de su cercanía en la oración a toda la comunidad católica irlandesa en este momento doloroso y sugiere un camino de curación, renovación y reparación. 

El Santo Padre pide a los fieles que se acuerden de la roca de la que fueron tallados (cf. Is 51, 1) y, en particular, de la válida contribución que los misioneros irlandeses aportaron a la civilización de Europa y a la propagación del cristianismo en todos los continentes. En los últimos años ha habido muchos desafíos a la fe en Irlanda, debido a un rápido cambio social y a una menor fidelidad a las tradicionales prácticas devotas y sacramentales. Este es el contexto en el que hay que comprender la forma con que la Iglesia ha afrontado el problema de los abusos sexuales de menores. 

Es necesario examinarlo todo para efectuar un diagnóstico claro y encontrar soluciones

El problema es consecuencia de muchos factores: una formación moral y espiritual insuficiente en los seminarios y noviciados, una tendencia en la sociedad a privilegiar el clero y otras figuras de autoridad, una preocupación desmedida por el buen nombre de la Iglesia y para evitar escándalos han llevado a la falta de aplicación, cuando era necesario, de las penas canónicas existentes. Sólo examinando cuidadosamente los numerosos elementos que dieron origen a la crisis es posible identificar con precisión sus causas y encontrar los remedios eficaces. 

Durante su visita “ad limina” a Roma, el Papa exhortó a los obispos irlandeses a “establecer la verdad de lo sucedido en el pasado, a tomar todas las medidas necesarias para evitar que se repita otra vez, a garantizar que los principios de justicia son plenamente respetados y, sobre todo, a curar a las víctimas y a todos aquellos que están afectados por estos crímenes atroces”. A partir de entonces, el Papa se encontró con algunas víctimas en más de una ocasión, escuchó sus historias personales, rezó con ellos y por ellos, y está dispuesto a hacerlo de nuevo en el futuro. En febrero de 2010 llamó a los obispos irlandeses para que vinieran a Roma con el fin de examinar con ellos las medidas que estaban adoptando para solucionar el problema, con especial referencia a los procedimientos y protocolos actualmente en vigor dirigidos a garantizar la protección de los niños en los ambientes eclesiales y responder con prontitud y justamente a las denuncias de abusos. En esta carta pastoral, se dirige directamente a una serie de grupos dentro de la comunidad católica de Irlanda, a la luz de la situación que se ha creado. 

Palabras a las víctimas, a los culpables, a los padres, niños y jóvenes, a los obispos y a todos los católicos de Irlanda

Dirigiéndose en primer lugar a las víctimas de abusos, el Papa reconoce la terrible traición que han sufrido y les asegura que siente mucho lo que han tenido que soportar. Reconoce que en muchos casos nadie estaba dispuesto a escucharles cuando encontraron el coraje para contar lo que les había sucedido. Comprende cómo se debían sentir los que vivían en internados al no poder escapar de su sufrimiento. Si bien reconoce lo difícil que debe resultar para muchos de ellos perdonar o reconciliarse con la Iglesia, les exhorta a no perder la esperanza. Jesucristo, que fue víctima de sufrimientos injustos, comprende la profundidad de su dolor y la persistente secuela en sus vidas y sus relaciones. A pesar de todo, precisamente las heridas de Cristo, transformadas por su sufrimiento redentor, son los medios por los cuales se destruye el poder del mal y renacemos a la vida y a la esperanza. El Papa insta a las víctimas a buscar en la Iglesia la oportunidad de encontrar a Jesucristo y de hallar la curación y la reconciliación, redescubriendo el infinito amor de Cristo por cada uno de ellos. 

En sus palabras a los sacerdotes y religiosos que han abusado de los jóvenes, el Papa recuerda que deben responder ante Dios y ante los tribunales legítimamente constituidos de las acciones pecaminosas y criminales que han cometido. Han traicionado una confianza sagrada y han provocado vergüenza y deshonra a sus hermanos. Se ha causado un gran daño no sólo a las víctimas, sino también a la percepción pública del sacerdocio y de la vida religiosa en Irlanda. Mientras les pide que se sometan a las exigencias de la justicia, les recuerda que no deben desesperar de la misericordia que Dios ofrece incluso a los pecadores más grandes, si se arrepienten de sus acciones, hacen penitencia y piden perdón humildemente. 

El Papa anima a los padres a que perseveren en la difícil tarea de educar a los hijos a reconocer que son amados y apreciados y a desarrollar una sana autoestima. Los padres tienen la responsabilidad primordial de educar a las nuevas generaciones en los principios morales que son esenciales para una sociedad civil. El Papa invita a los niños y jóvenes a hallar en la Iglesia una oportunidad para un encuentro vivificante con Cristo, y a no desanimarse por las faltas de algunos sacerdotes y religiosos. Tiene confianza en la contribución de los jóvenes para la renovación de la Iglesia. Exhorta también a los sacerdotes y religiosos a no desanimarse, sino más bien a renovar su dedicación a los respectivos apostolados, trabajando en armonía con sus superiores. De esta manera aportarán nueva vida y dinamismo a la Iglesia en Irlanda a través de sus testimonios vivos de la obra redentora del Señor. 

Dirigiéndose a los obispos de Irlanda, el Papa señala los graves errores de juicio y el fracaso de la acción de gobierno de muchos de ellos, porque no aplicaron correctamente los procedimientos canónicos en respuesta a las denuncias de abusos. Aunque a menudo resultara difícil saber cómo hacer frente a situaciones tan complejas, sin embargo hay que resaltar que se cometieron errores graves con la consiguiente pérdida de credibilidad. El Papa les anima a seguir luchando con determinación para poner remedio a los errores del pasado y evitar que se repitan, aplicando plenamente el derecho canónico y cooperando con las autoridades civiles en sus áreas de competencia. También pide a los obispos que se comprometan a ser santos, a dar ejemplo, estimulando a los sacerdotes y a los fieles a cumplir con su papel en la vida y en la misión de la Iglesia. 

Medidas concretas para remediar el daño y estimular la renovación de la Iglesia

Por último, el Papa propone algunas medidas concretas para estimular la renovación espiritual de la Iglesia en Irlanda. Pide a todos que ofrezcan su penitencia de los viernes, durante un año, en reparación por los pecados de los abusos que se produjeron. Recomienda recurrir con frecuencia al sacramento de la reconciliación y a la práctica de la adoración eucarística. Anuncia su intención de que se realice una visita apostólica en algunas diócesis, congregaciones religiosas y seminarios, con la participación de la Curia Romana, y propone una misión nacional de los obispos, sacerdotes y religiosos en Irlanda. En este Año Sacerdotal, presenta a la figura de San Juan María Vianney como modelo e intercesor para un ministerio sacerdotal revitalizado en Irlanda. Después de agradecer a todos los que han trabajado duramente para afrontar con firmeza el problema, concluye proponiendo una oración por la Iglesia en Irlanda, para que la usen todos los fieles para invocar la gracia de la curación y de la renovación en este momento de dificultad. 

Nuevos servicios de los medios de prensa del Vaticano

El texto íntegro en español de esta Carta Pastoral de Benedicto XVI se puede encontrar en los dos nuevos servicios vaticanos en Internet. Se trata del sitio www.resources.va y seis canales Twitter multilingües, de los que el español es news_va_es, a través de los que los medios vaticanos informarán sobre la publicación de noticias y contenidos multimediales de particular relevancia para la vida de la Iglesia.

Hoy se publican íntegramente los textos, videos y audios relacionados con la Carta del Papa a los católicos irlandeses sobre los abusos sexuales a través de www.radiovaticano.org; www.resources.va; los cuatro canales del Vaticano en TouTube; y los seis canales de Twitter.

5 comentarios

ARISTO
El contenido de la carta de Su Santidad es aplicable en cualquier país: los antecedentes y sus consecuencias. El grado de vaciamiento de la esencia del ser del sacerdote es algo gravísimo y común a casi todos los países en los que está la Iglesia. La carta del Papa es contundente en el rechazo de los hechos y de las omisiones de los prelados y los superiores, así como en la ocultación y falta de cooperación con la justicia civil, contemplado todo ello en el Código de Derecho Canónigo. Como católico no puedo menos que felicitarme por esta respuesta en la que todos, no sólo los irlandeses, debemos sentirnos concernidos. La Iglesia tiene que recuperar su con intensidad su espiritualidad, su adhesión al Magisterio y a la Tradición y su autoridad ante tanto desmán filosófico y teológico. La autoridad de Roma debe sentirse en todo el orbe católico.
20/03/10 2:11 PM
luis
Ni una palabra del Santo Padre enderezada a disminuir el número de abusos, poner en tela de juicio a los acusadores, banalizar el efecto de los abusos, defender corporativamente a la jerarquía o hacer alusión a una campaña de ataque a la Iglesia.

Por el contrario, fuerte autocrítica, condena a los mecanismos de cover up, llamado a una fuerte conversión, implementación de mecanismos de prevención y una investigación e intervención apostólica en las diócesis más comprometidas.

Para tomar ejemplos los defensores a ultranza corporativos.
20/03/10 2:52 PM
Escéptica
Lo lamentable de todo esto es que saltó, sobre todo, por la presión de los medios y de los reclamos judiciales de las víctimas. En los seminarios de USA, y es de suponer que en los del resto del mundo, con honrosas excepciones, se puso en tela de juicio el magisterio de la Iglesia en todos los campos, litúrgico, teológico, moral, escriturístico, etc., y ello con la complicidad de los obispos, cardenales y para arriba. Era obvio que en un clima de semejante contestación, donde la Fe quedaba totalmente de lado, iban a darse este tipo de aberraciones y otras. Era un caldo de cultivo.
Pero las autoridades eclesiásticas no hicieron nada, y en muchos casos, fueron cómplices. Basta leer el libro "Good by, good men", y ver la mediocridad completa y la ausencia de enseñanza de la verdad en casi todas las parroquias (hablo de mi ciudad, Buenos Aires). Los fieles no tienen la más pálida idea de lo que es la Iglesia ni de su enseñanza.
Dios quiera que esto, que aunque es horroroso, no es más que la consecuencia de la pérdida de la Fe, nos haga reaccionar a todos, y que con fidelidad a la gracia, sigamos las directivas papales, por largo tiempo ignoradas. Que no sea como siempre, que en los papeles se dice la verdad, pero nunca llega a hacerse carne en la realidad que vivimos los católicos. En fin, penitencia, oración y ayuno.
21/03/10 2:47 AM
Qvo Primum
Suscribo los anteriores comentarios, pero no es ningún motivo para celebrar. Estamos de luto. Los que criticaban la "primavera del concilio" tenían razón. En algún momento se perdió la brújula y al pobre Papa Benedicto XVI le han venido a tocar pagar todas las facturas de sus antecesores, lo cual es injusto. Razón de más para tomar el toro por los cuernos, limpiar toda la inmundicia, eliminar las manzanas podridas en el sacerdocio, cero tolerancia y volver a la sana doctrina. El experimento abortó. Necesitamos retomar nuestras raíces genuinas y abandonar el "aggiornamento" o comoquiera que se llame. El desprestigio es tremendo. El TIME magazine de esta semana tiene una serie de artículos descargando inmundicia sobre la Iglesia. Esta historia no parece tener fin. Hasta cuando van a poner remedio?
21/03/10 6:28 AM
Ana_MS
Siento disentir de algún comentario, pero no creo que la pederastia sea consecuencia del caldo de cultivo de la "primavera del Concilio". La pederastia ha existido siempre (y en todos los sitios), y de hecho en el caso de Irlanda se dieron casos anteriores al Concilio Vaticano II. Este tipo de comentarios me recuerda a cuando la extinta Unión Soviética se negaba a admitir la existencia de su psicópata particular Chikatilo, argumentando que esas malas bestias solo se podían dar en las malvadas sociedades capitalistas...¡En fin, no se enteran...!, desgraciadamente el Mal siempre ha existido, existe y existirá, y lo único que se puede hacer es no cerrar los ojos, mirarlo de frente y combatirlo.

Un cordial saludo.
21/03/10 8:34 AM

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