(EP/InfoCatólica) Según remarca Lombardi a través de una nota, las principales instituciones eclesiásticas afectadas "han dado prueba de voluntad y transparencia", acelerando "la expresión del problema" e "invitando a las víctimas a hablar cuando se trataba de casos sucedidos hace tiempo".
"De esa forma han abordado las cuestiones con buen pie, porque el punto de partida correcto es el reconocimiento de lo que ha sucedido y la preocupación por las víctimas y las consecuencias de los actos perpetrados contra ellas", explicó el portavoz vaticano.
El padre Lombardi, que habló de "hechos gravísimos", admitió que "los errores cometidos en las instituciones y por los responsables eclesiales son particularmente reprobables, dada la responsabilidad educativa y moral de la Iglesia".
Iglesia no es la única culpable
Aún con todo, "todas las personas objetivas e informadas saben que la cuestión es mucho más amplia y centrar las acusaciones sólo en la Iglesia lleva a distorsionar la perspectiva", puntualizó.
"Solo por poner un ejemplo", concretó, "los últimos datos facilitados por las autoridades competentes de Austria indican que en el mismo período de tiempo los casos registrados en instituciones vinculadas a la Iglesia eran 17 mientras en otros ambientes eran 510", por lo que "sería conveniente preocuparse también de ellos", agregó.
De todos modos, "la Iglesia está dispuesta a participar y comprometerse" en la lucha contra este tipo de delitos y, "probablemente, su dolorosa experiencia será una contribución útil para los demás", señaló.
De hecho, Lombardi aplaudió la actitud que ha tenido la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha sabido "reconocer la seriedad y el carácter constructivo del compromiso de la Iglesia en Alemania".
El portavoz vaticano comentó así la aclaración expresada por Merkel después de que la ministra de Justicia de su Gobierno, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, acusara al Vaticano de haber obstaculizado las investigaciones sobre los abusos cometidos por religiosos en este país. Según Lombardi, Leutheusser-Schnarrenberger había hecho referencia "de modo inapropiado" a la carta 'De delictis gravioribus', definiéndola como la causa de la ley del silencio que se aplicaría a este tipo de casos. Este documento fue aprobado por el Vaticano en el año 2001 y remite los casos de abusos sexuales, considerados especialmente graves, directamente al Vaticano.
En realidad, "aquellos que conocen y comprenden de lo que se trata, saben que (esta carta) ha sido una señal decisiva para recordar al episcopado la gravedad del problema y un impulso concreto para la elaboración de directrices operativas para afrontarlo", concluyó el portavoz vaticano.