Se caen los edificios afectados por el anterior seísmo

Haití sufre otro fuerte terremoto

Un fuerte terremoto de 6,1 grados en la escala de Richter ha sacudido de nuevo Haití y sus efectos se sintieron en la capital, Puerto Príncipe, donde la agencia Efe ha constatado que se han derrumbado edificios ya afectados por el devastador seismo del pasado día 12. El temblor, que tuvo lugar a las 06.03 hora local (11.03 GMT), fue fuerte y prolongado, según se pudo comprobar en distintos puntos de la capital. La nueva sacududa en el país caribeño ha sido registrada por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés), informa también Reuters.

(Efe/InfoCatólica) El epicentro del seísmo tuvo una profundidad de 9,9 kilómetros y se localizó a 41 kilómetros de Jacmel, en el sureste del país, y a 59 kilómetros de la capital haitiana, según datos del Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS). A pesar de la intensidad del movimiento telúrico, no se ha activado una alerta de tsunami en la zona.

Por el momento, no se puede precisar si este nuevo terremoto ha causado nuevas víctimas mortales que se sumarían a las 75.000 muertos registrados desde que Haití se convirtiera en una auténtica fosa el común el pasado martes. Hace poco más de una semana un terremoto de 7,3 grados en la escala Ritcher sacudió la isla caribeña, que ha pasado a protagonizar una de las mayores catástrofes humanitarias de la Historia.

El epicentro del primer terremoto se registró a 10 kilómetros de profundidad y a 15 kilómetros de la capital afectó a los veinte municipios del departamento de Oeste (en especial, Carrefour, Grand-Goave, Gressier, Léogane, Petit-Goave y Puerto Príncipe) y a los diez del departamento de Sureste (sobre todo su capital, Jacmel) y causó al menos 75.000 muertos, 250.000 heridos y más de un millón de personas sin hogar, según los últimos datos de la Dirección de la Protección Civil.

1 comentario

Enrique
Un poco largo, pero vale la pena:


"Para entender qué es la dignidad humana, venid a Haití."

"Las cosas mejoran, pero las comunicaciones telefónicas siguen siendo complejas.
Ayer descargábamos uno de los tres camiones que hemos recibido desde República Dominicana, con colchones, sábanas, suero, tiendas y utensilios de cocina para las personas que estamos acogiendo en Cité Soleil y Martissant, en Puerto Príncipe. En estos dos barrios donde ya trabajábamos hemos creado campamentos de damnificados para atender las necesidades básicas de los niños y sus familias (alimentación, agua, primeros auxilios), a su reagrupación, apoyo psico-social y la organización de tejido comunitario.

Dejé a los demás preparando el material y me fui a dejar a los voluntarios de la Cruz Roja de nuevo a Petion Ville, donde seguimos llevando heridos graves hasta la noche. Nunca había visto en ningún desastre tantos heridos graves. Ésta es la prioridad en Haití ahora, atender los heridos graves, niños, mujeres embarazadas, salvar vidas.
Las calles están tomadas por miles de camiones de ayuda, coches de bomberos, ambulancias, bulldozers. La MINUSTAH es muy visible y la policía, en general, también. La percepción es que, excepto casos aislados, las acciones de emergencia se están llevando a cabo sin problemas de seguridad. Esta tarde ya se ven marines americanos.
El agua se encuentra sin demasiado problema. La gente sólo tiene que romper las tuberías que pasan por la calle y ya está. Lo están haciendo. También se ven muchos camiones cisternas, con colas organizadas.

La comida está peor, pero, aunque hay mucha hambre, se van apañando. Se ayudan entre ellos, y también los Marines están llevando galletes y el PAM (Programa Alimentario Mundial, ndr.) reparte algo que, claro, es insuficiente. Nadie se va a morir de hambre o sed. Sí se están muriendo los heridos graves sin atención. Si llega un camión lleno de comida, la gente se abalanza en un primer momento pero después el reparto suele ser tranquilo. Deberíais ver el ejemplo de solidaridad, orden y apoyo moral que la gente se está dando.
Ya están trayendo letrinas. En algunos campos de refugiados, el olor es terrible, todo lleno de basuras. La gente duerme mal, encima de plásticos, sin mantas, pero es lo que hay. No me han informado de ningún problema de orden en ningún campo de los que he estado.

Un niño en un campo de refugiados, sucio, mal vestido, que viene de un barrio de chabolas o Bidon Ville, me dice que no ha comido en el día y me pide comida, le digo que yo tampoco he comido. Se saca del bolsillo 2 monedas de 5 gourdes y me las pone en mi mano y me la cierra. Dice que es para que coma algo, con una sonrisa. No he parado de ver cosas así todo el día.
Por favor, contad los millones de cosas positivas que están pasando, millones de gestos de solidaridad, en vez de las decenas de casos de violencia. No es justo tratar a todos los haitianos como ladrones y vándalos. La mayoría de los haitianos han demostrado sufrir algo de tal magnitud con una dignidad que nos ha tocado para siempre a todos los que lo hemos visto. Con cada cooperante que hablo (socorristas, bomberos, de tantos países, que nunca habían estado aquí) se sorprenden y están maravillados de la colaboración, el trato, de ver cómo la gente lleva las cosas. Si alguien quiere entender lo que es la dignidad humana, que venga a Haití. En la televisión haitiana están pasando muchos testimonios bellos, acabo de ver cómo los bomberos sacan a gente viva de los escombros y, mientras lo hacen, los haitianos cantan como ellos saben hacer, desde dentro, y rezan alabando a Dios, agradeciéndole que están vivos. Ningún lloro, ni grito, cantan bellas canciones y rezan con su cuerpo herido y lleno de dolor.

Para mí la prioridad es salvar vidas, estamos todavía en esta etapa. Luego vendrá la acomodación de la gente en los campos y el apoyo psicosocial. Ahora somos personas salvando las vidas de otras personas.
Me acaba de llamar la Cruz Roja, son las 6:11 am, me dice que vaya a la base que tiene heridos graves para llevar al hospital, ¡ya estoy saliendo pitando!"

Jordi Bach es Director de CESAL Haití. Más información en www.cesal.org
21/01/10 12:23 AM

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