(CNA/InfoCatólica) El Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha anunciado que, durante su próximo periodo de sesiones, examinará dos casos clave relacionados con la posibilidad de que los estados prohíban a varones participar en ligas deportivas femeninas.
El pasado jueves, el alto tribunal comunicó que aceptará escuchar los argumentos de los casos Hecox contra Little, procedente de Idaho, y B.P.J. contra la Junta de Educación del Estado de Virginia Occidental.
Ambos procesos judiciales fueron iniciados por jóvenes varones que se identifican como mujeres y que demandaron a sus respectivos estados por prohibir la participación de varones en competiciones deportivas femeninas.
El caso de Virginia Occidental surgió cuando un niño de 11 años presentó una demanda contra el estado por la llamada «Ley para la Protección del Deporte Femenino». En 2023, el Tribunal de Apelaciones del Cuarto Circuito bloqueó la aplicación de dicha ley, alegando que su implementación perjudicaría al menor «por razón de sexo».
En el caso de Idaho, un atleta masculino demandó al estado por su «Ley de Equidad en el Deporte Femenino», diseñada para impedir que varones participen en ligas deportivas femeninas. El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito también mantuvo suspendida la aplicación de esta ley en 2023.
No es la primera vez que Idaho acude al Tribunal Supremo por cuestiones relacionadas con políticas sobre personas transgénero. El año pasado, el estado obtuvo una victoria temporal al conseguir que el alto tribunal permitiera la aplicación de su prohibición a los médicos de realizar cirugías de cambio de sexo en menores de edad. Este asunto aún sigue en disputa judicial.
Los debates en torno a la ideología de género han estado presentes a nivel federal desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo en enero. Ese mismo mes, el mandatario firmó una orden ejecutiva titulada «defender a las mujeres del extremismo ideológico de género», que, según la Casa Blanca, restauraba «la verdad biológica en el gobierno federal».
Dicha orden incluyó disposiciones para eliminar toda referencia a la ideología de género en guías, comunicaciones, políticas y formularios oficiales, además de afirmar que el término «mujer» significa «persona humana adulta de sexo femenino».
Asimismo, ordenó que documentos oficiales como pasaportes o registros de personal reflejen la realidad biológica y «no una identidad de género auto-percibida».
El presidente firmó también decretos que prohíben el ingreso de personas transgénero en las Fuerzas Armadas y restringen las cirugías y tratamientos hormonales para menores de edad. Estas disposiciones han sido impugnadas en tribunales federales.
En otra acción reciente, el gobierno federal ha actuado con rapidez para aplicar sus políticas en materia de ideología de género. Esta semana, la Universidad de Pensilvania, presionada por la administración Trump, accedió a modificar sus registros deportivos para devolver varios títulos de la División I a atletas femeninas cuyos logros fueron desplazados por Lia Thomas, un varón biológico que se identifica como mujer y que compitió contra mujeres en natación competitiva.
La universidad también deberá declarar públicamente que, de ahora en adelante, no permitirá que varones biológicos compitan contra mujeres en sus programas deportivos. Además, emitirá disculpas oficiales a las atletas femeninas que se vieron obligadas a competir con Thomas.