León XIV como obispo en Perú: liturgia, oración y misión

Un pastor cercano y fiel a la liturgia, dejó huella en Chiclayo

León XIV como obispo en Perú: liturgia, oración y misión

El papa León XIV es recordado en Chiclayo como un obispo cercano, humilde y litúrgicamente riguroso, destacó por su liderazgo pastoral, respeto a la doctrina y compromiso social. Fomentó vocaciones, confió en sus sacerdotes y atendió personalmente emergencias y necesidades sociales, como la atención a migrantes venezolanos. Su estilo equilibrado y oración constante marcaron su episcopado.

(The Pillar/InfoCatólica) El papa León XIV recibió el lunes en audiencia a un grupo de sacerdotes, religiosos y laicos de Chiclayo, Perú, donde ejerció como obispo entre 2014 y 2023.

Durante la audiencia, el papa León afirmó: «El Perú está presente en mi vida y en mi corazón… Doy gracias al Perú por toda esta solidaridad y por tantas muestras de cariño y amistad… ¡Viva Chiclayo!»

Está claro que la Diócesis de Chiclayo dejó una huella en el papa León.

Pero ¿cómo recuerdan los chiclayanos al hombre al que aún llaman «Monseñor Roberto»?

The Pillar habló con sacerdotes y laicos que conocieron al papa León XIV durante su etapa como obispo.

Accesible, humilde, inteligente

Compartieron recuerdos de un hombre al que describen como accesible y humilde, un administrador competente, con una aguda inteligencia, comprometido tanto con la ortodoxia en la enseñanza católica como con la ternura en el diálogo abierto con los demás.

Cuando el entonces padre Robert Prevost fue nombrado administrador apostólico de Chiclayo a finales de 2014, era un desconocido para la mayoría del clero y de los fieles locales —a pesar de haber trabajado en Perú durante más de una década, principalmente en Trujillo y Chulucanas, a varias horas de distancia.

«La mayoría de nosotros no sabía nada de él cuando llegó; llegó en noviembre de 2014 como administrador apostólico», contó el padre Jorge Millán, de la Diócesis de Chiclayo, a The Pillar.

Como obispo, Prevost nombró a Millán párroco de la catedral. Esta, junto con la residencia episcopal, se encuentra en el mismo recinto, por lo que Millán convivió con el entonces obispo Prevost y otros seis sacerdotes durante casi nueve años.

«Desde el primer momento apreciamos su cercanía —y su español», recordó Millán entre risas. «Hemos tenido sacerdotes estadounidenses anteriormente, pero a menudo no hablaban bien el español. Él sí lo hablaba.»

«Era un hombre muy abierto, muy accesible, no había barreras entre él y sus sacerdotes; todos podíamos llamarle para hablar con él o enviarle un mensaje. Era muy cercano a todos nosotros», añadió.

Siempre disponible

Los sacerdotes de Chiclayo sentían que su obispo estaba siempre disponible.

«Siempre respondía al teléfono, y si no podía hablar contigo, te devolvía la llamada en cuanto se liberaba. En más de una ocasión, si había una emergencia, contestaba el teléfono, incluso si era medianoche», afirmó el padre José Luis Zamora, exrector del seminario de Chiclayo, a The Pillar.

«Incluso recuerdo que en una ocasión un sacerdote sufrió un accidente de madrugada en una zona rural, y él acudió de inmediato para ver en qué podía ayudar», añadió Zamora.

Presencia del Opus Dei en Chiclayo

Chiclayo es una diócesis muy particular. Situada en el norte de Perú, a lo largo de la costa, abarca la ciudad de Chiclayo y sus alrededores. Aproximadamente el 40 % de la población diocesana vive en zonas rurales o en pequeños municipios, algunos de difícil acceso y, por lo general, muy empobrecidos.

La diócesis fue creada en 1956 y, tras el fallecimiento de su primer obispo en 1968, el Papa nombró a Ignacio Obrégozo, un sacerdote español del Opus Dei, como nuevo obispo.

Obrégozo había estado al frente de la Prelatura de Yauyos como obispo, donde impulsó el desarrollo del seminario y diversas instituciones diocesanas.

Replicó ese modelo en Chiclayo. El seminario que fundó tuvo un éxito notable, llegando a contar con unos 80 seminaristas.

En 1998, Obrégozo falleció. Su sucesor, Jesús Moliné, era miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, vinculada al Opus Dei y conocida por su ortodoxia doctrinal y su carácter conservador.

Obrégozo y Moliné dirigieron la diócesis durante un total de 45 años, lo que implicó que el clero local se formase con una mentalidad muy definida.

Entre ambos supervisaron un periodo de gran crecimiento. Fundaron un seminario y una universidad católica. La población de la diócesis pasó de 400.000 a más de un millón de personas, y el número de parroquias prácticamente se duplicó.

Acogió al clero que recibió

Cuando Prevost llegó a Chiclayo, algunos católicos temían que se produjeran cambios significativos. Había sido nombrado por el papa Francisco, percibido por algunos como contrario al Opus Dei y a los sectores conservadores en general.

Sin embargo, Prevost acogió al clero y a las instituciones que heredó. De hecho, la mayoría coincide en que trabajó bien con todos —y fue apreciado por todos—, fueran conservadores o no.

«Siempre fue muy abierto a colaborar con todos: con nosotros, los sacerdotes del Opus Dei y de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz; con todas las congregaciones religiosas de la diócesis, que tienen distintas sensibilidades; trabajó con todos», comentó Millán.

Prevost optó por no traer a miembros de su propia orden, los agustinos, para que vivieran con él.

«Habría sido natural contar con personas que comprendieran mejor su espiritualidad, pero quiso integrarse plenamente en la vida diocesana», afirmó Millán. «Confiaba en los sacerdotes diocesanos.»

Ortodoxo, dialogante, defensor de la familia tradicional

Quienes conocieron a Prevost como obispo lo describen como ortodoxo en materia doctrinal, pero abierto al diálogo con personas de todo tipo de sensibilidades.

«Siempre mostró un gran respeto por la doctrina, por la moral católica y por la doctrina social de la Iglesia. Nunca le vi actuar con ambigüedad ni en una sola ocasión», añadió Zamora.

«En cuestiones doctrinales siempre se caracterizó por una gran caridad y una gran claridad», insistió.

«Era una persona muy accesible, hablaba con todo el mundo, recibía a todos, pero era muy claro en materia doctrinal. Yo hablaba con frecuencia con él sobre estos temas y siempre fue muy preciso», afirmó Millán a The Pillar.

«Llegó a la diócesis con la intención de continuar con lo que ya se había hecho, no vino a hacer cambios radicales. Quiso conocer el trabajo que estábamos realizando y, poco a poco, le fue imprimiendo su propio sello, pero nunca actuó con prejuicios por el hecho de que fuéramos ‘conservadores’. Al contrario, siempre confió en nosotros», añadió.

Érika Valdivieso, que dirigió el Instituto de la Familia en la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo, coincidió en que «Monseñor Roberto» era una persona abierta al diálogo con todos, pero también un firme defensor de la familia tradicional.

«Siempre mostró mucho interés por el trabajo que realizábamos; nos animaba constantemente a trabajar en políticas públicas en defensa de la familia y a promover un mensaje pastoral y académico que la respaldara», explicó.

«Como obispo fue siempre muy fiel a la doctrina social de la Iglesia. Nos exhortaba a proteger y cuidar a la familia, pero siempre desde la caridad. Nunca le escuché palabras ofensivas, aunque fuera muy claro al exponer la doctrina de la Iglesia. Veía a todas las personas como hijos de Dios, pero siempre se expresaba con total claridad en los asuntos doctrinales.»

El seminario

Los sacerdotes de Chiclayo aseguran que Prevost respetó y apoyó el trabajo del seminario, que ya funcionaba bien cuando él llegó.

Si bien el número de seminaristas se mantuvo estable durante la mayor parte del tiempo que Prevost pasó en Chiclayo, la pandemia de COVID-19 afectó a las vocaciones, y actualmente el seminario cuenta con menos de 40 seminaristas.

«Sigue siendo una cifra positiva para Perú, y este año hemos tenido 18 nuevos ingresos al año propedéutico, lo cual es una señal alentadora de que las vocaciones están volviendo a crecer», señaló Zamora a The Pillar.

«Siempre animaba a las vocaciones en los grupos de jóvenes cuando visitaba el seminario. Era un hombre muy ocupado, pero acudía al seminario siempre que los chicos le invitaban. Recuerdo que asistió al torneo de fútbol para ver los partidos; siempre celebraba la Misa en los dos grandes eventos benéficos del seminario e invitaba a la gente a participar», añadió Millán.

Buen administrador

Quienes trabajaron con Prevost también lo describen como un administrador competente y un líder eficaz.

«Era simplemente un hombre que te dejaba hacer tu trabajo. Nunca vino con consignas ni con imposiciones. La única petición directa que me hizo en ocho años fue que rezáramos el breviario con la gente en la catedral, así que empezamos a rezar laudes y vísperas con el pueblo, y él siempre se unía a nosotros», comentó Millán.

Valdivieso describió al papa como un buen oyente y un líder que confiaba en su equipo.

«Como Gran Canciller de la universidad participaba en las decisiones importantes, pero nos dejaba trabajar. Nos daba orientaciones, pero confiaba en nosotros, y siempre nos recordaba que el trabajo científico en una universidad católica, al final, es una búsqueda de la verdad. Combinaba muy bien lo intelectual con lo pastoral», afirmó.

«Siempre ha sabido conjugar su faceta de buen administrador y de tomar decisiones con calma desde el despacho, con la de ser un obispo amable y atento, preocupado por su pueblo. Es un gran gestor», dijo Millán.

«Yo lo definiría simplemente como un hombre equilibrado.»

El padre Bernardino Gil, exvicario general de Chiclayo, trabajó estrechamente con el obispo Prevost durante casi ocho años y lo considera un líder cercano y afable.

«Era un hombre muy paciente, actuaba sin demora pero sin prisas», dijo Gil a The Pillar.

«También era muy amable y generoso… Tenía una gran capacidad para hacer amigos», añadió.

Acogida de inmigrantes

Un ejemplo de la capacidad administrativa y del compromiso pastoral del obispo se refleja en su respuesta a la situación de los migrantes venezolanos que viven en Perú.

Desde que estalló la crisis humanitaria en Venezuela en 2013, Perú ha acogido a más de un millón de refugiados venezolanos. Muchas organizaciones de derechos humanos denuncian que los venezolanos suelen sufrir ataques xenófobos en el país.

«Siempre nos pedía que cuidásemos Cáritas en la diócesis. Cuando la situación en Venezuela empeoró, él estaba al frente de Cáritas impulsando proyectos para atender a los refugiados venezolanos», explicó Millán.

«La Misa más multitudinaria de la diócesis es la del Corpus Christi, que celebramos en el estadio más grande de la ciudad, con capacidad para 10.000 personas, y se llena por completo. Un año, pidió que la colecta de esa Misa se destinara a proyectos con refugiados venezolanos, y lo anunció públicamente. Los fieles fueron muy generosos y estaban encantados de ayudar», añadió.

«Recuerdo que cuando se relajaron las restricciones por la pandemia, una de las primeras cosas que me dijo fue que teníamos que reabrir el comedor social de la catedral, porque cientos de personas pobres venían a comer casi todos los días.»

Obispo con botas en el barro

El obispo Prevost también estuvo al frente de las labores de ayuda cuando una localidad cercana fue afectada por graves inundaciones.

«A finales de 2022, hubo inundaciones en el pueblo de Íllimo, al norte de Chiclayo, y él fue allí en persona. Probablemente habrás visto las fotos con botas industriales; estaba allí. No se limitaba a decir “hay que ayudar a esta gente”, sino que estaba en primera línea, ensuciándose, estando con su pueblo», relató Zamora a The Pillar.

«Daba ejemplo. Estaba con su gente, compartiendo su dolor. Tenía una gran sensibilidad hacia los pobres», afirmó.

«Nunca tuvo chófer, porque le encantaba conducir él mismo», añadió. «Ese era uno de sus pasatiempos. A mí me estresa conducir tanto, pero él decía que le relajaba.»

«Cuando teníamos que ir de Chiclayo a Lima, que está a 800 kilómetros, conducía todo el trayecto porque le gustaba.»

Vida de oración

Millán cree que la sensibilidad social y el estilo de liderazgo del papa provienen de una profunda vida de oración.

«Tenía una vida de oración muy disciplinada. Siempre rezaba por la mañana, al despertarse, en su capilla, y luego iba a la catedral para los laudes. Después del desayuno comenzaba a trabajar y, normalmente, rezábamos el rosario juntos hacia el mediodía.»

«Me parecía muy interesante que le gustaba celebrar la Misa por la tarde, a las ocho, porque decía que tenía la mente más despejada, más tranquila al no tener ya el trabajo en la cabeza. Después de la Misa tenía otro rato de oración y luego cenaba», explicó.

Muy cuidadoso con la liturgia

Aunque algunos católicos se han mostrado sorprendidos por las aparentes sensibilidades litúrgicas tradicionales del papa León, los sacerdotes de su antigua diócesis aseguran que no les sorprende en absoluto.

«Es un hombre muy inteligente, completo, y siempre cuidó todos los aspectos de la liturgia», dijo Gil a The Pillar.

«Era un sacerdote muy de “decir lo negro, hacer lo rojo” (*). Siempre celebraba con la solemnidad que exige la liturgia, ni más, ni menos», añadió Millán.

La temperatura en Chiclayo aumenta al comienzo del año, alcanzando habitualmente los 29 ºC, con niveles de humedad superiores al 70 %. Sin embargo, Millán nunca vio a Prevost celebrar la Misa sin casulla por causa del calor.

«Siempre iba correctamente revestido… siempre le poníamos un ventilador cerca para que no pasara tanto calor», añadió Millán, riéndose.

Confesor

Millán contó que una corrección fraterna que recibió del obispo demuestra la sensibilidad litúrgica de Prevost.

«En la catedral tenemos la costumbre, desde hace muchos años, de ofrecer confesiones mientras la iglesia esté abierta. Como párroco, solía estar en el confesionario, aunque a veces tenía que salir para hablar con alguien o atender cuestiones parroquiales. Así que, normalmente, confesaba con la estola, pero sin alba. Una vez, él me vio así y me pidió, por favor, que usara siempre tanto la alba como la estola para confesar.»

Incluso siendo obispo, Prevost procuraba estar disponible en el confesionario.

«Solía ayudarnos con las confesiones en la catedral cuando había mayor necesidad, como justo antes de la Semana Santa o en Navidad, pero siempre entraba en el confesionario discretamente, sin que la gente supiera que era él», dijo Millán.

«Cuando tenía confirmaciones o alguna fiesta patronal en zonas rurales, a veces en la sierra, solía ir el día anterior para ayudar al sacerdote del lugar con las confesiones, y siempre llevaba consigo todo lo necesario para celebrar la Misa con dignidad; cuidaba mucho esos detalles», añadió.

Celo apostólico

El clero local sugiere que dos características que destacarán en el pontificado del papa León serán su voluntad de tender puentes y su celo apostólico.

«Creo que las grandes virtudes que más destacaban en él eran su gran humildad y sencillez. Era uno más entre nosotros. Y era un gran misionero: siempre quería llegar a quienes no conocían a Jesús, o a quienes, conociéndole, necesitaban formarse en la doctrina», comentó Zamora.

«Era una presencia serena, y siempre supo liderar apoyándose en sus sacerdotes», afirmó Millán. «Nunca impuso una forma de trabajar, simplemente respetaba lo que hacíamos.»


(*) Frase popular entre sacerdotes angloparlantes para indicar que se debe leer exactamente lo que está en negro (el texto litúrgico) y hacer lo que está en rojo (las rúbricas o instrucciones). 

11 comentarios

Urbel
Recuerdo una entrañable fotografía del santo Giuseppe Sarto, entonces Patriarca de Venecia y después elevado al trono pontificio con el nombre de Pío X, montado en una mula.

Claro que con sotana, sombrero y ademán de bendecir.
24/05/25 12:07 PM
Pedro de Madrid
Por lo que se lee tuvo una buena formación, se perfeccionó y además comprendió lo que enseñó san Agustín y otros grandes santos de la Iglesia
24/05/25 1:27 PM
Feligres
Da gusto leer esos testimonios . Oremos por nuestro Papa León XIV para que nuestro Señor lo Santifique en su servicio a la iglesia, tal cual Dios lo quiere y no se deje influenciar por presiones de moda , liberales ni ideologias contrarias a nuestra fe catolica.
Ha quedado entre los fieles mucha desconfianza y temor con el pontificado del Papa Francisco. Temenos quieran reinventar la iglesia catolica , hacer otra iglesia asi como lo aclaman en Alemania . A mi en lo particular no me gusta la linea del papa Francisco .
Le pido a Dios que el Papa León XIV sea diferente al Papa Francisco y tome buenas decisiones designe buenos obispos para el bien de la iglesia.
24/05/25 2:08 PM
Juan.
Encomendemos mucho a nuestro Papa León XIV. Visto el artículo, tiene mimbres o cualidades para ser, no solo un gran Papa, sino un gran santo. Lo de la Sinodalidad que quiere impulsar -aunque no se haga referencia en el artículo-, no nos tiene que preocupar, porque lo va a hacer, no según el espíritu de este mundo ("Democracia"), sino según el Espíritu Santo o la constitución de la Iglesia ("Jerárquica"). Es decir el Pueblo de Dios en camino hacia el Cielo, bajo la guía de sus pastores, en primer lugar, el Sucesor de San Pedro.

P. D.: Me ha sorprendido que no haya tenido una gran y cariñosa acogida esta semblanza de nuestro Papa, por parte de los lectores de InfoCatólica. Por lo que animo a todos a comentar esta gran artículo, muy esperanzador por otra parte. Aunque ciertamente nuestra meta es Nuestro Señor Jesucristo.

Saludos en Cristo Resucitado y gracias a InfoCatólica por darnos voz.
24/05/25 4:25 PM
Juan Mariner
Cuando hablan de caracter "conservador" o "progresista", ya la politiqueria impera sobre la Fe.
24/05/25 5:19 PM
Rodrigo Yáñez
Gracias Señor por el Papa que nos diste.
24/05/25 6:47 PM
Docente y catequista
También agradezco a Dios por el Papa que hoy dirige la Iglesia. Oramos constantemente por él, para que con el auxilio de María, continúe su entrega, su servicio en favor de toda la humanidad.
Particularmente, he conocido sacerdotes de su nacionalidad de origen y religiosas, con las que he trabajado como docente, y por eso, no me asombra tanto su forma de ser y su desempeño laboral. Son y actúan de forma muy diferente a muchísimos latinoamericanos. Más aún cuando los latinos proceden de centros de formación plagados de instructores de la teología de la liberación. Triste realidad que nos lleva a ver: confusión, personalismos, desamor a Dios mismo, a su vocación y a los fieles que les encomiendan.
24/05/25 8:20 PM
HaRegalîm
¡Excelente y muy esperanzador artícolo!
24/05/25 9:55 PM
Padre Etienne
En la diócesis del Callao también lo tuvimos como Administrador Apostólico (obispo),
y confirmamos absolutamente todo el testimonio relatado en este artículo.
¡Qué esperanza y alegría para la Iglesia y la evangelización!
Que todos los cristianos procuren, como León XIV, responder con la mayor fidelidad posible al Evangelio,
cada uno santamente según su estado de vida
24/05/25 11:18 PM
Siempre adelante
Cuanto me alegra conocer tantas experiencias vividas en Perú...por el Padre Roberto.
Será un gran Papa!
25/05/25 12:08 AM
Susana
Qué buen artículo. Y qué gran Papa nos ha enviado el Señor. Ayudemos al Papa con nuestra oración para que seamos un buen rebaño de este Gran Pastor.
26/05/25 2:05 PM

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