(UCANews/InfoCatólica) El intento de un ciudadano malasio de 47 años por regresar al cristianismo, catorce años después de haberse convertido al islam, fue rechazado por el Tribunal de Apelaciones de Malasia el pasado 16 de mayo. El tribunal afirmó que este tipo de asuntos corresponden exclusivamente a la jurisdicción de los tribunales islámicos de la sharía.
Un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones determinó que la apelación del hombre, cuyo nombre no ha sido revelado, «carecía de fundamento».
«Este no es el caso de alguien que nunca fue musulmán, sino de una renuncia [al islam]. Ratificamos que los tribunales de la sharía tienen jurisdicción exclusiva para conocer estos casos y que los tribunales civiles no pueden intervenir», señaló el tribunal.
También se indicó que un tribunal de la sharía ya había rechazado su solicitud de abandonar el islam por considerar que las pruebas presentadas eran «insuficientes».
«Puede volver a presentar la solicitud ante el tribunal de la sharía», agregó el tribunal, recordando que ha habido casos en los que se ha concedido la renuncia a la fe islámica.
El hombre se había convertido al islam en 2010 para poder casarse con una mujer musulmana, pero tras divorciarse en 2015, solicitó oficialmente ante la sharía abandonar el islam y regresar a su fe cristiana original. Sin embargo, el tribunal le ordenó someterse primero a sesiones de orientación religiosa.
Al ver rechazadas sus solicitudes tanto por un tribunal de la sharía de primera instancia como por su corte de apelaciones, acudió entonces a los tribunales civiles. Buscaba que se reconociera su derecho a profesar la religión de su elección y que se anulara la decisión del tribunal de la sharía.
En 2023, el Tribunal Superior determinó que no tenía competencia para intervenir en este asunto, lo que llevó el caso finalmente ante el Tribunal de Apelaciones.
Los líderes de la Iglesia en Malasia evitan pronunciarse sobre estos temas debido a su sensibilidad en el contexto multirreligioso del país.
Un patrón de precedentes
Observadores señalan que este caso pone de manifiesto cómo la libertad religiosa, contemplada en el Artículo 11 de la Constitución Federal, se aplica de forma desigual a quienes desean abandonar el islam.
Uno de los casos más conocidos fue el de Lina Joy, una mujer cristiana que se convirtió al islam en los años 90 para casarse con un hombre musulmán. Tras el fin de la relación, intentó retirar la palabra «islam» de su documento de identidad.
En 2007, el Tribunal Federal falló en una decisión dividida (2-1) que solo el tribunal de la sharía podía validar su apostasía, dejándola en un limbo legal y religioso.
Otro caso emblemático fue el de Revathi Masoosai, nacida de padres conversos al islam pero criada como hindú. En 2007, fue detenida por las autoridades islámicas en Malaca por insistir en su identidad hindú.
Durante su detención, su hija recién nacida fue separada de ella y entregada a familiares musulmanes, lo que desató fuertes críticas tanto a nivel nacional como internacional.
No obstante, no todos los casos terminan en un callejón sin salida. En 2021, Rosliza Ibrahim, una mujer del estado de Selangor, ganó su caso ante el Tribunal Federal. Su equipo legal logró demostrar que nunca fue musulmana, ya que no existían pruebas de que su madre se hubiera convertido al islam.
El tribunal dictaminó que el sistema de la sharía no tenía jurisdicción sobre ella. El marco legal de Malasia se basa en un sistema dual único, en el que los tribunales civiles coexisten con los tribunales de la sharía, encargados de los asuntos personales y religiosos relacionados con los musulmanes.