(Aica/InfoCatólica) Rimaycuna no ha recibido ningún nombramiento oficial, pero lleva acompañando al cardenal Robert Prevost desde la época de Chiclayo. En 2006, el joven ingresó en el Seminario Mayor de Santo Toribio de Mogroviejo, en Chiclayo. Allí conoció a Prevost, que se convirtió en su padre espiritual y quien quiso que trabajara con él después de convertirse en el obispo local.
«¡Buen viaje!»
Tras su colaboración en Chiclayo, ambos se separaron en un periodo corto de tiempo cuando Prevost fue ordenado cardenal y enviado a Roma a colaborar en el Dicasterio para los Obispos y en la Pontificia Comisión para América Latina.
Entonces, el sacerdote le dedicó este mensaje, recogido por la agencia EFE:
«Muchas gracias, monseñor Robert Prevost, por todo, por permitirme trabajar a su lado, pero sobre todo por su amistad y confianza. Mi obispo, mi amigo. ¡Buen viaje y un fuerte abrazo! ¡Oremus ad invicem!».
Poco después, Edgard Iván Rimaycuna fue llamado a Roma por Prevost para seguir colaborando con él. Ante esta nueva tarea, confesó: «Dejé Chiclayo con nostalgia, pero con el consuelo de saber que me espera un amigo con quien seguiré trabajando por el bien de la Iglesia».+