(EP/InfoCatólica) «Esta ley es un paso atrás en la defensa del derecho a la vida, reconoce el aborto no como un mal, sino como un derecho de la mujer, y nos sitúa a la vanguardia de los países con legislaciones más pro-abortistas de Europa», asegura el diputado popular.
El parlamentario 'popular' dice que entiende que el presidente del Congreso «haya antepuesto su conveniencia política, partidista o personal a sus convicciones morales», pero le reprocha que, «con ostentosa autojustificación», «descalifique» a quienes han votado «en conciencia» contra esta ley por convicciones «no sólo políticas, sino esencialmente morales».
Cosidó cree que la posición de Bono puede generar «un gran desconcierto» en muchos católicos y defiende, a renglón seguido, que si lo que pretendía el presidente de la Cámara Baja era ser «un gran reformador de la Iglesia» ha «equivocado" su vocación.
Comulgar con ruedas de molino
«Cuando uno se ve obligado a claudicar de determinados principios en función de intereses que pueden resultar legítimos o no, lo razonable y lo honesto es optar por un prudente silencio en vez de alardear de esa claudicación haciendo comulgar a los demás con ruedas de molino», asevera.
«Nada ni nadie obliga a pertenecer a la Iglesia Católica ni a recibir uno sólo de sus sacramentos, pero hacerlo implica la aceptación de unos principios, entre los que el derecho a la vida ocupa un lugar preeminente, y la aceptación también de una autoridad que culmina en el sucesor de Pedro en Roma –manifiesta–. Lo que no se puede es servir al mismo tiempo a Dios y al diablo».