(Agencias/InfoCatólica) El Papa se preguntó cómo no pensar en «la borrascosa situación en Irak y en aquel pequeño rebaño de cristianos que vive en aquella región», el cual «sufre a veces violencias e injusticias, pero está siempre dispuesto a dar su propia contribución a la edificación de la convivencia civil».
El Santo Padre recordó también el trabajo de la Iglesia católica en Sri Lanka, en la península coreana y en Filipinas, como también en otras tierras asiáticas, «como fermento de reconciliación y de paz».
Del continente africano, Benedicto XVI aseguró que «no cesa de elevar su voz a Dios para implorar el fin de todo abuso en la República Democrática del Congo; invita a los ciudadanos de Guinea y del Níger al respeto de los derechos de toda persona y al diálogo; pide a los de Madagascar que superen las divisiones internas y se acojan mutuamente; recuerda a todos que están llamados a la esperanza, a pesar de los dramas, las pruebas y las dificultades que los siguen afligiendo».
En Europa y en América del Norte, el Papa reconoció que la labor de la Iglesia es otra, la cual consiste en «impulsar a superar la mentalidad egoísta y tecnicista, a promover el bien común y a respetar a los más débiles, comenzando por los que aún no han nacido».
El catolicismo es factor de identidad, verdad y caridad
Además, el Pontífice dirigió palabras en especial para la crisis que se vive en Honduras, y manifestó que las comunidades católica están trabajando para «retomar el camino institucional». Finalmente, reivindicó que el catolicismo en toda Latinoamérica es factor «de identidad, plenitud de verdad y caridad que no puede ser reemplazado por ninguna ideología, un llamamiento al respeto de los derechos inalienables de cada persona y a su desarrollo integral, anuncio de justicia y hermandad, fuente de unidad».
Tras el mensaje, el Papa saludó en todos los idiomas a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y a aquellos que le siguieron por radio o televisión. En el realizado en lengua española, Benedicto XVI deseó una Feliz Navidad y pidió «que la Paz de Cristo reine en vuestros corazones, en la familias y en todos los pueblos».