(Diario Médico/InfoCatólica) Aunque las muertes por suicidio alcanzaron las 3.952 en el último año, García subrayó que «hemos observado un descenso del 6,5 % desde 2022», lo que indica que las iniciativas de concienciación y las medidas adoptadas empiezan a dar frutos.
El secretario de Estado de Justicia, Manuel Olmedo, confirmó las cifras anunciadas en junio y destacó que, junto con los datos del teléfono 024, detallados por la comisionada de Salud Mental, Belén González, se tiene una visión integral para abordar el problema del suicidio en el país.
Una de las acciones clave será la creación del Observatorio de la Conducta Suicida, que formará parte de las ocho áreas principales del plan. Este organismo, según González, incluirá la colaboración de entidades como el INE, el Ministerio de Justicia, el Instituto de Salud Carlos III y el propio Ministerio de Sanidad. «Así podremos abordar el asunto desde diferentes ópticas, permitiendo un mejor entendimiento de las causas», explicó la comisionada.
El plan también abarca otras siete áreas fundamentales, entre las que se encuentran la información y sensibilización, la prevención en grupos vulnerables como menores y ancianos, la colaboración interministerial, la prevención en el ámbito sanitario, la cooperación con las comunidades autónomas y la formación de profesionales implicados, tanto sanitarios como agentes.
González señaló que el plan estará en marcha en 2025, aunque todavía se está trabajando en la financiación. «Los presupuestos aún no están cerrados y debemos dotar a las comunidades autónomas de las cantidades necesarias, ya que ellas serán las encargadas de ejecutar el plan», comentó.
Además, el plan se desarrolla junto al Plan de Acción de Salud Mental, que busca mejorar la prescripción de fármacos. García insistió en que «dopamos el sufrimiento» debido a la falta de tiempo de los profesionales de atención primaria para escuchar a los pacientes. En este sentido, también se trabaja en un plan de desprescripción de benzodiacepinas, ya que España es uno de los países con mayor consumo de estos fármacos.
Olmedo subrayó la importancia de seguir hablando de los mecanismos que desencadenan la ideación suicida, ya que el tabú y el estigma dificultan que las personas busquen ayuda. Según los datos, solo un 19 % de las personas afectadas había recibido algún tipo de asistencia, y un 23 % había visitado a un especialista.
El teléfono 024, una línea de atención a la conducta suicida, ha sido utilizado por más de 300.000 españoles desde su puesta en marcha en 2022. En junio de 2023 se implementó una nueva modalidad de atención mediante chat, que ha registrado más de un millar de conversaciones mensuales, con 665 usuarios activos. Mientras el teléfono es usado mayoritariamente por personas entre 50 y 59 años, el chat es preferido por jóvenes de entre 20 y 29 años.
Dado que los mayores de 80 años son el grupo con mayor mortalidad por suicidio, González señaló que se centrarán en acercar esta línea de ayuda a dicho colectivo, con el fin de brindarles la atención necesaria.