Un hombre muere tiroteado antes de la misa en el interior de una iglesia en Colombia
©Iglesia de San Juan Pablo II

Un muerto y una herida durante el rezo del rosario

Un hombre muere tiroteado antes de la misa en el interior de una iglesia en Colombia

El 15 de julio, un tiroteo en la iglesia San Juan Pablo II de Cali dejó un muerto y una herida. La agresora, que estaba entre los asistentes, abrió fuego durante el rezo del rosario, causando pánico entre los aproximadamente 200 feligreses presentes.

(CruxNow/InfoCatólica) El pasado lunes 15 de julio, una mujer desconocida ingresó a una iglesia de Cali cuando los asistentes se disponían a rezar el rosario antes de la misa diaria, sacó un arma y asesinó a tiros a uno de los hombres presentes.

También resultó herida otra feligresa, una mujer que se encontraba cerca de la víctima mortal y fue alcanzada por una bala en la pierna.

En el templo, la iglesia San Juan Pablo II, situada en el sur de Cali (Colombia), se encontraban aproximadamente 200 feligreses estaban reunidos el lunes por la tarde, esperando para rezar el rosario. Según el vicario, el padre Óscar de la Vega, al menos 1.500 personas suelen participar en el rezo, que se retransmite regularmente en directo por las redes sociales.

Un vídeo del incidente muestra que una monja estaba en el altar pronunciando un discurso introductorio mientras los asistentes llegaban para rezar cuando se oyeron varios disparos. La monja yace en el suelo y se oyen gritos procedentes de los bancos.

Las imágenes de las cámaras de seguridad obtenidas por la policía muestran que la agresora estaba sentada en un banco de la parte trasera del templo antes de levantarse y disparar a la víctima. Un hombre la esperaba en una motocicleta fuera de la iglesia, y ella se marchó inmediatamente después de perpetrar el crimen.

La víctima fue identificada como Erasmo Trujillo, de 50 años, descrito por De la Vega como «un miembro activo de la comunidad» que solía asistir a misa todas las semanas con su mujer, sus hijos y sus nietos.

Según el coronel Carlos Oviedo, jefe de la policía de Cali, Trujillo había sido detenido en 2016 por estar presuntamente implicado en temas ilegales, entre ellos, el narcotráfico. En una entrevista a la emisora local Blu Radio, Oviedo dijo que Trujillo era supuestamente miembro de una banda conocida como Los Maleteros, que operaba en el aeropuerto de Cali. La policía no pudo averiguar hasta ahora si había recibido amenazas últimamente.

Trujillo murió en el lugar de los hechos. La otra víctima no sufrió heridas graves. Fue trasladada a una clínica cercana y recibió atención médica.

La iglesia permanece cerrada desde el incidente que conmocionó a toda la comunidad. El 19 de julio, de la Vega celebrará una misa de desagravio.

«Fue una agresión no sólo a las víctimas, sino también a la libertad religiosa y al carácter sagrado de la iglesia. Como miembros de la sociedad civil, debemos proteger los lugares públicos, especialmente los religiosos», declaró de la Vega a Crux.

En su opinión, es importante que los agresores comprendan que cometieron un delito muy grave al matar a una persona en el interior de una iglesia.

«La idea de santuario, de una protección especial contra cualquier poder de la sociedad que se confiere a una persona que está dentro de una iglesia, es un concepto muy antiguo. Es extraordinariamente grave atentar contra un concepto así», añadió.

De la Vega dijo que las autoridades se equivocaron al revelar que Trujillo había sido detenido en 2016 y lo «estigmatizaron».

«Al parecer fue una situación que ocurrió hace años, pero nunca había sido condenado por ningún delito. Lo estigmatizaron sin dar más información sobre el tema, reduciendo así el impacto del delito», dijo.

El sacerdote dijo que ha estado acompañando a la familia de Trujillo y tratando de darles fortaleza para enfrentar un momento tan doloroso y la estigmatización sufrida por la víctima.

En las redes sociales se han enviado mensajes de solidaridad a De la Vega desde varias partes de América Latina. Desde la pandemia del COVID-19, ha estado transmitiendo celebraciones y oraciones todos los días, y los católicos de habla hispana de muchos países se convirtieron en espectadores frecuentes.

La iglesia de San Juan Pablo II está siendo sometida a una gran renovación desde el año pasado con el fin de convertirse en una catedral para la zona sur de Cali.

«Los feligreses están donando y participando activamente en el proceso. Todos tienen sentido de pertenencia. En un momento así, el crimen provocó aún más conmoción entre la gente», dijo de la Vega.

Cali, la tercera ciudad más poblada de Colombia, sufre desde hace décadas la violencia de los cárteles de la droga y de los grupos guerrilleros de izquierda que actúan desde los años sesenta en el país sudamericano.

En los últimos meses, a pesar de las negociaciones de paz en curso entre el gobierno y las organizaciones guerrilleras, las ramas insurgentes han promovido actos de terror en las zonas rurales del Valle del Cauca, donde se encuentra Cali.

Las causas de la violencia en una ciudad gigantesca como Cali son múltiples, dijo De la Vega, y el continuo crecimiento urbano hace imposible prevenir actos individuales de violencia.

Lamentablemente, no ha sido la primera vez que el sacerdote ha visto algo así ocurrir dentro de una iglesia. Hace 22 años, tras celebrar una boda colectiva con más de 100 parejas codo con codo con el entonces arzobispo Isaías Duarte, se encontraba allí cuando dos hombres armados se acercaron a Duarte y lo mataron a tiros.

Juan Pablo II expresó sus condolencias por el asesinato de Duarte y llamó a los colombianos a buscar un camino de paz y repudiar la violencia. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ahora desmovilizadas, fueron acusadas de estar implicadas en su muerte, pero el caso nunca se ha resuelto del todo.

«Una iglesia es un lugar de reconciliación y reconstrucción. Algo así nunca puede ocurrir dentro de una iglesia», dijo de la Vega.

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